CAPÍTULO 15

— ¿Estás seguro de esto, hijo? Recuerda que aún puedes cambiar de decisión — me dice mi tía a través de la llamada, su voz cargada de preocupación. 

 — Tranquila, tía. Estoy seguro de esto, solo será por un tiempo, no te preocupes — le respondo, tratando de sonar más seguro de lo que realmente me siento.

— Está bien. Cualquier cosa, me llamas; no olvides que te amo — dice mi tía antes de finalizar la llamada. 

 Después de la fiesta, las palabras de Liam resonaron en mi mente: sanar el pasado. Así que, decidido a no vivir más con rencor, acepté mudarme a la casa de mi padre. Espero que haya cambiado y que el hombre violento que conocí no sea el mismo que viva bajo este techo. Le dejé claro que si no había cambios, me iría a vivir con mi tía o compraría un departamento. 

 — Es bueno volverte a ver, Taemin. Emma te ayudará a llevar tus maletas a la habitación que te hemos asignado — dice la señora, con una sonrisa amable que no puedo evitar cuestionar. 

 — No se preocupe, Thiago me ayudará a llevar las cosas. 

— Por lo menos déjame llevar esta mochila pequeña, déjame ayudarte con algo — dice la chica, y aunque no me sorprende, no puedo hacer más que asentir. Al llegar veo que la habitación es acogedora. 

 — Gracias, Thiago — indico mientras él comienza a salir.

— Cualquier cosa, me llamas — dice Thiago, con un toque de preocupación en su voz. 

 — ¿No te quedarás? — le pregunto

 — No, gracias. Solo llámame si te sucede algo. Este lugar me da un escalofrío — responde Thiago, antes de alejarse.

Me siento en la habitación, sintiendo el peso de la decisión que tomé. La presencia de Thiago era una constante fuente de confort, y ahora me encuentro solo, enfrentando este entorno que me resulta ajeno. 

 La chica, Emma, se ofrece a ayudarme a desempacar. Supongo que su presencia es un intento de amabilidad, busco entre mis cosas, y me doy cuenta de que mi ropa interior está en una maleta pequeña. Emma está abriendo la maleta.

— ¡Espera! — exclamo, apresurándome a cerrar la maleta. 

— Está la abro yo — digo, tratando de ocultar mi vergüenza. — Creo que eso fue todo, muchas gracias — le digo, indicándole la salida con una sonrisa. 

 — ¿Quieres ir a la pista de patinaje hoy?, está cerca de aquí — dice Emma, mientras se dirige hacia la puerta. 

 — No, gracias. Estoy un poco cansado — respondo con calma, deseando que se vaya.

Una vez solo, abro la maleta y confirmo que mi ropa interior está allí. Me siento aliviado.

 Mientras me ducho y me visto, mi mente está agitada. Salgo al primer piso, donde mi padre está esperando. 

— Hijo, ¿cómo te va? ¿A dónde vas? — me pregunta mi padre con una sonrisa que no llega a sus ojos. 

 — A una feria — respondo, tratando de mantener mi tono neutral.

 — A mí me gustan las ferias. ¿Crees que podría acompañarte? 

 Estoy a punto de rechazar la oferta a Emma, deseando estar solo, cuando escucho la voz de la señora Fátima. 

 — Oh, es una excelente idea — dice, con un entusiasmo que me resulta incómodo. 

 — No veo por qué este mal, además deben llevarse bien, son de la misma edad— menciona mi padre.

Y yo solo me quedo parado esperándola, solo por respeto a ella y en forma de agradecimiento en ayudarme a desempacar. Después de que el chofer de mi padre nos haya dejado en la universidad, visualizo a mis amigos en un lado del campo del jardín donde están exponiendo nuevas cosas tradicionales muy hermosas.

—Puedes ir a ver, yo estaré con mis amigos — digo y me dirijo a mis amigos que están esperándome. 

 —Si llegaste, creí que no vendrías — dice Tom. 

 —Pues aquí me ven — digo sonriendo.  

—Al final ¿si te mudaste? — pregunta Liam y yo solo asiento con mi cabeza 

 — ¿Y esa chica?  — preguntan ambos 

 — La sobrina de la señora que está comprometida con mi padre. 

 —Pero que chica, por poco y ya te abraza, es muy pegada a ti, ¿ya se conocían?  — menciona Tom 

 —Solo la vi cuando fui por primera vez a casa de mi padre. 

 —Bueno, ya dejémoslo ahí, ¿alguien quiere una soda? — dice Liam y nos sentamos dentro del cafetín observando a través del cristal.

Estábamos unos minutos hablando de los próximos partidos que habrá dentro de unas semanas, y como mis amigos estaban dramáticamente llorando porque solo iba a estar un año en la universidad ya que tengo que ir a estudiar en el extranjero, al fin y al cabo solo ellos saben que soy hijo de la persona más importante del país por eso tengo que manejar la compañía, pero inmediatamente despejo mi mente con una soda helada.

—Hey Taemin, ahí está — dice Liam. 

 Y yo me percato de una chica viendo atentamente decoraciones artesanales, acompañada de su amiga, que me quedo hipnotizado, por su sonrisa. 

—¿Te gusta? — dice Tom— ¡¿Te gusta Hannah?! 

 —¿La conoces? — interrogo.

—Pues claro, estamos en el club de periodismo y canal de la universidad, es una chica amable, ¿a quién no le gusta Hannah?, es simpática, siempre es atenta con todo el equipo.

Eso fue un balde de agua helada para mí, ¿entonces no soy el único que está detrás de ella?, pero eso no me importa yo estoy seguro de que para ella soy especial.

Espero  

— ¿A ti te gusta? — interrogo a Tom y él se percata de la situación así que solo sonríe.

 —No claro que, es bonita y todo, pero es mi amiga, nos llevamos bien, aunque últimamente no ha asistido a las reuniones, la he visto distraída y un poco desanimada — dice 

Y entiendo la situación, eso provoque yo, esto no debería estar pasando, la veo y una tercera persona aparece junto a ellas, acaricia la cabeza de Hannah y en ese momento siento un impulso de apartar esa mano de ahí, están hablando, pero su otra amiga de cabello largo los deja solos. 

 Siguen hablando hasta que se dan la vuelta a mi dirección y como olvidarlo el cristal es trasparente, puedo ver que tiene en la mano la cartera de Hannah, esta situación me incomoda, debería ser yo el que este allí, pero mi cobardía me lo impidió, que estúpido fui. 

No necesito más pruebas.

No necesito aclarar más los sentimientos.

Es obvio...

Me gusta Hannah 

La amo y jamás me he olvidado de esa niña de mejillas rojas, simplemente no podría. Y yo decía que nunca me iba a enamorar y que no creía en el amor

—¿celoso? — indica Liam, pero no aparto mi vista de esa pareja, hasta que se percata de mi presencia y me mira atentamente.

—Taemin, te está mirando, ya no la mires, disimula Taemin, ¡disimula!

Pero no puedo, no aparto mi vista de ella hasta que escucho una voz conocida.

—Taemin — toca alguien mi mano — ¿Te gusta? lo compre para nosotros, es lindo — Dirijo mi mirada al frente de la silla que estaba disponible y es Emma. 

¿En qué momento regreso? 

 Miro los accesorios, son llaveros muy bonitos, nuevamente miro al lugar de antes pero ya no está.

—Gracias — me limito a decir 

—Disimula, ¿sabes lo que es disimula? — pregunta Liam y Tom solo ríe.