Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Merengue; de dulce a amargo

La primera vez que Jisung vio a Minho realmente pensó que era un vagabundo de esos que adoptan animales en la calle y se hacen compañeros de por vida.

Lo encontró allí, en el suelo, sentado, con su Merengue lamiéndole la mano.

Es cierto. ¡Merengue! Llevaba buscándolo por horas.

Pero cuando el chico se levantó e hicieron contacto visual por primera vez...

Demonios, era esa sensación que de vez en cuando se siente en el momento que crees que has visto a alguien alguna vez antes en tu vida, pero no es así.

Cuando Jisung se acercó y ayudó a detener la repentina hemorragia nasal de su "nuevo vecino" pudo asegurarse de que, no, no lo había visto nunca antes, pero la sensación seguía allí.

—Oye, ¿cuál es en realidad tu dulce favorito?— Preguntó curioso. Nunca le comentó nada al respecto.

"El brownie" le hubiera dicho si tan solo no le estuviera mirando con ojos de cachorro y labios abultados, esperando por esa respuesta.

El merengue no está tan mal.— Admitió Minho.

Luego de dos meses, la relación había estrechado de manera fugaz. Conectaron de inmediato y, hasta la fecha, Jisung sigue pensando en lo rápido que su amistad se había fomentado.

Ahora, con toda la confianza que habían desarrollado, Minho seguía conservando la llave de la casa de Han y todas las mañanas le dejaba preparada la comida para el almuerzo, ya que Jisung le había confesado que no hacía más que comer sobres de alimento precocinado.

Siempre le dejaba notitas adorables como "aliméntate bien para conservar esas mejillas tan bonitas." o "espero que te aproveche, lo hice pensando en cómo de regordetes deben de verse tus mofletes cuando estes comiéndotelo."

Tales notas le llenaban de alegría y energía suficiente para todo el día

En realidad Jisung seguía estudiando. Aunque le hubiera encantado haberse dedicado únicamente a la repostería, su padre insistía en algún cargo administrativo, así que en eso estaba; administración de empresas.

Era completamente aburrido, las clases eternas, las tareas infinitas y el temario más que estresante. ¿Cómo soportaría Jisung un año más?

Pero ese día, cuando volvió de clases, el táper y las palabras que le dedicaba y esperaba con ansias no estaban allí.

No tardó en preguntarle por mensaje si se encontraba bien o si algo había pasado. "No, no te preocupes" fue lo único que obtuvo de respuesta y pensó en dejar se insistir.

Pero al día siguiente tampoco, y el siguiente igual.

¿Y esos mensajes con los que Han moría de ternura?

Jisung no paraba de darle vueltas al tema, maquinando miles de posibilidades de por qué Minho le estaba evitando. Todo estaba yendo bien, ¿no? Entonces, ¿por qué ahora?

Suspiró, agotado de lo increíble cansado que se sentía, dando vueltas en la cama como un tonto. Cerraba los ojos, y entonces todo el sueño se esfumaba, pero al abrirlos aparecía de nuevo. Bufó molesto.

De pronto el timbre resonó en toda la casa y Jisung corrió a la puerta, pues sabía quién era.

—Hola Min.— Sonrió encantado, no podía evitarlo.

—Hola Hannie.— Le devolvió la sonrisa.

Jisung le dejó paso y cuando estaba a punto de preguntarle la razón de su llegada, Minho le abrazó por la espalda, escondiendo la cabeza en su cuello, rodeándole con los brazos y apretando tan fuerte que Han sintió como se quedaba sin respiración.

—Lo siento.— Susurró.

—Pero bueno, ¿qué ocurre?

—¿Te sentiste abandonado? No sé por qué lo hice, soy un completo idiota.— Jisung rió con esto último, apartando a Minho lentamente y dándose la vuelta.

Minho parecía haber estado llorando por un largo tiempo y su corazón se encogió ante lo visto.

Era evidente que algo pasaba.

—¿Qué-

—¿Vemos una película?— Minho le interrumpió.

Quizás se lo contaría más tarde.

🐾[🧁]🐾

Jisung estaba muriendo internamente. Mucho. Demasiado. Decir que su cara estaba roja sería poco, ¡Parecía más rojo que el mismo color rojo!

La razón era la siguiente y os voy a dar una pista: Empieza por "Min" y acaba por "Ho".

¿Se podía considerar cosa de buenos amigos? ¿Eran ellos tan siquiera buenos amigos?

La situación era de lo más entrañable; Jisung, como un tomate cherry, apoyado en el hombro de Minho, con este acariciándole el brazo, a veces lanzándole cortas miradas, otras picando sus mejillas. Por Dios, se notaba que Minho amaba aquellos mofletes.

Si a Han le llegaran a preguntar de qué iba la película seguramente respondería "Morado."

Morado por los tonos que se reflejaban en los ojos de Min cada vez que la película se tornaba de ese color, incapaz de apartar la mirada a otro lado que no fuera él.

Morado por las miles de sensaciones que le golpeaban directamente a su débil corazoncito, inexperto en el amor, novato en las relaciones, temerario a los sentimientos fuertes.

Morado por el miedo que le recorría de pies a cabeza cada vez que Minho le dedicaba una de esas miradas fugaces, sintiendo eso que le devolvía las ganas de vivir, eso que le hacía sentir feliz, eso que coloreaba todo a su alrededor.

Eso que se llama amor y le contaminaba poco a poco cada vez que pasaba tiempo con él. Han se estaba enamorando.

Si a Jisung le hubieran preguntado de qué iba la película, con mucha vergüenza y timidez hubiera pronunciado la palabra "Morado."

Porque así veía a Minho; morado.

🐾[🧁]🐾

—Gracias por pasar un poco de tiempo conmigo, estaba aburrido y no podía dormir.— Agradeció Jisung, ambos en la puerta de su casa, despidiéndose ese día.

—En realidad yo estaba igual. No podía irme a dormir sin... sin darte las buenas noches.— Hizo una pausa.— Como se debe.

—¿Como se debe?

Y lo sintió.

Minho dio un paso rápido, acunó la nuca de Jisung y plantó un pequeño beso en su frente.

—Buenas noches.— Habló bajo. A pesar de ser verano, las noches se mantenían frías como el invierno, pero el calor corporal de Minho le había hecho sentir en casa.

—B-buenas...— Jisung no pudo terminar, Minho ya se había ido.

Se dirigió a su cama temblando, rozando con sus dedos el lugar en el que Minho había depositado el beso, deseando poder sentirlo de nuevo. Abrazó un cojín y ahogó sus gritos.

Jisung no se estaba enamorando, Jisung estaba enamorado.

Y si hubiera sabido que sería la última noche que pasaría junto a Minho, le hubiera pedido muchos de esos.

🐾[🧁]🐾

Minho lo sabía. Sabía que no estaba bien.

Ocultarle a Jisung que se mudaba la mañana siguiente no estaba nada bien.

Pero también sabía que si le decía que le habían contratado como chef en Busan se negaría a aceptar que le echaría de menos, tapando su tristeza con orgullo; "Enhorabuena por el nuevo puesto."

Tampoco planeaba marcharse sin más, quería que tuvieran una bonita despedida.

Minho se había encariñado muy rápido con Jisung. Tanto que le costaría olvidarlo.

Pero ocurriría, como todo.

Minho se mudaría a otra ciudad, demasiado lejos para su gusto, y entonces Jisung le escribiría los primeros días, quizás llamarían un par de veces, pero otra persona ocupará el apartamento en el que él había estado viviendo y entonces los recuerdos serían sustituidos por nuevas experiencias. Jisung conocería a otra persona y se olvidaría de él. Tampoco podía culparle, así es la vida.

Pero la mañana de su mudanza Jisung no tenía clases y, con ganas de ver a Minho después de lo sucedido la noche anterior, observó a través de su ventana si su vecino ya había despertado.

Pero la imagen le dejó tal vacío que no supo cómo reaccionar.

El piso estaba desolado. Todos los muebles desaparecidos y la casa completamente deshabitada.

Le llamó sin esperar un solo instante y Minho no dudó en contestarle.

Bien, sería el momento.

—¿Min? ¿Min, por qu-

—Baja Jisung, te estoy esperando.

🐾[🧁]🐾

Jisung no tardó en encontrarse con Minho, aunque le sorprendió un poco verle con Merengue entre sus brazos.

—Hola.— Fue lo único que pudo decir el mayor.

Jisung ya lo sabía. Era fácil de deducir, pues el camión de la mudanza estaba listo para partir.

—Min...

—Bien, antes de nada, quiero aclarar que me contrataron en Busan y, además, aceptan a Soonie y Dori.— Jisung sonrió un poco.

—Eso es genial...— Comentó contento.— Enhorabuena por el nuevo puesto.

"Lo sabía" pensó al instante Minho.

—Pero... ¿Por qué tienes que irte ahora? Yo...— Jisung no encontraba las palabras adecuadas.

—Lo sabías. Sabías que en algún momento me iría. Oye.— Llamó su atención.— Quiero que sepas que, durante los dos meses que he estado aquí, me has hecho sentir mejor acompañado que nunca. Gracias por ser... ese vecino tan simpático que nunca tuve antes.— Ambos rieron, pero sabían que no lo sentían para nada, la necesidad de reírse era solo un intento de ocultar sus lágrimas.

Y Jisung estaba haciendo mucho por no dejarlas salir.

—¡Oye! Yo... ¡Sé que esto es muy precipitado, pero...

—¿Otra vez irás a Jeju?— Preguntó burlón. Jisung rió.

—No... Mis padres se separaron. Ayer... lo hicieron... y hoy mi madre iba a venir a vivir conmigo ... pero...

—¿Pero...?

—Pero es alérgica a los gatos. ¡Y sé que ya tienes dos, pero...! No puedo dejar a Merengue con otra persona... tiene que ser contigo.

Y, de la misma manera que hizo hace tiempo atrás, aceptó sin dudarlo.

—Por supuesto. Yo me encargaré de Merengue.

—¿De verdad? Oh... yo... gracias. ¡Pero tienes que darle muchos mimos!— Comenzó.— Tienes que acariciarle cada vez que lo pida, y también muchos besitos. ¡Sobre todo besos! Además, sabes lo mucho que le gusta el merengue...— Minho frunció el ceño, ¿seguían hablando del gato?— ¡Sí, el merengue! Así que hazle nuestra receta. La del merengue suizo.— Minho asintió, recordando el desastre en la cocina.— ¡Y lo más importante!— A este punto, las lágrimas que Jisung buscaba retener ya se habían escapado por la comisura de sus ojos.— No puedes... no debes... no te olvides de él, ¿de acuerdo? No puedes olvidarte porque él es muy importante y...— Minho le interrumpió.

—No me olvidaré de ti, Hannie.— Se acercó y le abrazó como nunca antes lo había hecho. Le dio un abrazo de despedida, y, como todos los abrazos de despedida, sería el último.

Jisung no tardó en corresponderle. Ya no sabía ocultar su llanto, ya no valía la pena, estaba sollozando en su oído.

Ahora, subiéndose al taxi que le llevaría a la estación, Jisung no solo le decía adiós a Minho, sino también a su gatito peludo.

—¿Sabes, Hannie? En realidad mi dulce favorito solía ser el brownie. — Confesó, viendo su cara de sorpresa por última vez, sin duda grabada en su memoria.

—¡Y yo odio el chocolate!— Vociferó viendo como se alejaba su ex-vecino. Su amigo. Su primer amor. Su Min. —¡Pero aún así te amo, joder!

Jisung lo soltó sin pensar, y mucho menos esperaba recibir un mensaje de Minho diciendo "Te he escuchado ;)"

Durante tantos años, Jisung se había obligado a vivir rodeando entre de dulces y merengue, pero Minho le había enseñado a combatir el sabor agrio que le estaba corrompiendo.

El dulce que ya le sabía poco a dulce comenzaba a sentirse soso en su paladar.

Así que optó por mojarlos en café, combatiendo el azúcar con más azúcar.

Y si bien su abuelo tenía gafas para dejar de ver borroso, él tenía acompañantes para dejar de saber amargo.

FIN

(Extra)

—¡Hola! Soy Felix, tu vecino.— Comentó contento al otro lado de la puerta un chico joven, con un acento un poco gracioso.— ¡Hice brownies! ¿Quieres probarlos?

Y tal vez Minho hubiera saltado de felicidad meses atrás, cuando aún adoraba el chocolate. Pero ahora tenía otros planes en mente.

—Oye, ¿te gusta el merengue?

N/A:

FUAAA, no puedo creer que en verdad haya gente a la que le guste esto, muchas gracias 🙏

Estoy pensando en hacer un epílogo y si me flipo mucho quizás una segunda historia.

¿Que les pareció? Quiero saber.

¡Hasta aquí entre dulces y merengue!

3・🐱

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro