Capitulo 7: «Declaración» 🦋
—Hola, Nataly —La saludé con una sonrisa, ella por su parte me miró fijamente mientras tomaba asiento.
Sí, nos íbamos a ver mucho más tarde, pero mi mejor amiga era un tanto desesperaba e intensa.
—Te ves reluciente, ¿Qué carajos desayunaste? ¿Cuál jabón usaste?
Jabón de los orgasmos Ayers.
Yo me reí internamente de mi chiste personal, pero me encogí de hombros restándole importancia.
—Estoy igual que todos los días —Respondí con una sonrisa ligera y haciendo una mueca, vi hacia la barra y luego al reloj.
—Te toca el turno de la tarde, no veas ese maldito reloj. —Me reprendió.
Sonreí avergonzada. —Lo siento, el día de hoy tengo que ir a varios lugares... —Esperaba que al ir a la escuela encontrara a Madison, nunca había ido a la escuela, siempre lo hacia mi madre... yo solo la ayudaba con las tareas; por lo menos en las responsabilidades estudiantiles no fue una irresponsable.
—¿A cuáles? — Curioseó mi amiga.
Entrecerré los ojos un momento y luego todas las piezas de mi cabeza encontraron su pareja. Su rostro se veía un tanto... extraño, y su mirada emocionada esperaba con ansias que una noticia importante saliera de mis labios.
—¿Tú sabias lo de los hermanos Ayers?
—¿Yo? jeje, ¿de qué me hablas?
Abrí mi boca en sorpresa mientras la señalaba con el dedo índice.
—¡Carajo! Lo sabias, nunca existió esa pulsera, aparte de que dijiste que tenías agregado a alguien que me quería ver, y luego de eso mágicamente pierdes tu pulsera, ¡y yo fui más estúpida que fui! ¿desde cuándo lo sabes? —Me sentía un poco molesta en aquel momento, ¿Por qué no me lo había dicho?
—Lo sé desde hace un tiempo, ellos son los dueños de Freak y... —La miré con seriedad. —Son mis primos de parte materna. —Quise gritar en ese momento.
—Debes estar jugando conmigo, Nataly, esto es... —Pasé las manos por mi rostro de forma desesperada. —Estoy muy enojada contigo, muy, muy —Ella sonrió ligeramente ladeando la cabeza.
—¿Ellos te gustan? —Yo la miré como si estuviese loca. —¡Joder, te gustan! —Exclamó, me acerqué por encima de la mesa tapando su boca, las personas que estaban en la cafetería nos miraron como si fuese loca.
—A mí no me... —Carraspeé recordando las manos de Leroy por mi cuerpo. —n adie, no me gusta nadie.
—Lo dudo, los encantos de Leroy prenden a cualquiera, aparte de que Lucien es demasiado... no sé, hay algo en él que te incita a conocerlo más allá. —Yo la miré con curiosidad.
—¿Y tú por qué sabes eso? —Ella encogió de hombros.
—Porque las chicas que he conseguido para ellos es lo que me dicen, aparte, se les ve. —Mi rostro se trasformó en ese momento, mi expresión se convirtió en una seria.
—Entonces eres como su casamentera. —Afirmé y ella negó.
—Más bien sexamentera, ellos no creen en el matrimonio.
—Ya.
Zanjé. Por la mirada que me había dado parecía que ella se arrepentía de haber hablado, tal vez lo había hecho demasiado, pero le resté interés, sí, me gustaban y era evidente, no me los había sacado de la cabeza; pero es que no sabía que sentir en ese momento, las palabras de Leroy parecían ser una promesa a algo bonito, algo eterno, pero era evidente que era todo lo contrario, deseaban venderme una fantasía y si no es por haber dicho "Debo pensarlo, no me siento lista para esto" me hubiese tragado todo el cuento.
—Lo dañé. Tu expresión lo dice todo. —Dijo después de unos segundos mi amiga, yo sonreí ligero sacudiendo la cabeza, mis ojos se llenaron de lágrimas rápidamente, ¿Qué era esto? ¿desilusión? Sí, sin duda... me había ilusionado.
—No, tranquila. —La miré sonriendo. —No dañaste nada porque nada había comenzado. —Expresé.
—Pero... iba comenzar lo sé, para ti es difícil aceptar esas cosas, ¡mátame! ¡No merezco vivir! —Sus gritos me alertaron nuevamente, por lo que me levanté corriendo hasta ella tapando su boca.
—¡Cierra la boca, Naty! —Y así fue por una hora, en la que hablamos cosas de nosotras y sobre lo que me había pasado, o no a mí, sino a mi hermana. Me brindó todo su apoyo diciéndome que me ayudaría en lo que necesitara.
Eran actualmente las doce del día y me tocaba entrar a trabajar a las dos, por lo que me apresuré a ir hasta la escuela antes de que fuesen las una, cuando llegué fui a dirección pidiendo saber dónde estaba la estudiante Madison Harrison, me hicieron algunas preguntas por privacidad y entre otras cosas. Cuando me dirigí hasta su salón pude ver por las ventanas como respondía una de las preguntas que parecía haber hecho la maestra, algo dentro de mí se estremeció y mi corazón latió fuerte a causa del orgullo.
Ella siempre seria mi hermana pequeña, no importaban las circunstancias y las situaciones en las que nos puso la vida.
Cuando me puse frente a la puerta todos los estudiantes voltearon hasta donde estaba, ella también lo hice y cuando nuestras miradas se encontraron ella sonrió para mí, yo lo hice también para ella, pidiendo permiso para que se levantara la maestra se acercó a mi saludándome, para mi sorpresa me dijo que Madison era una de las mejores estudiantes del centro completo y aunque eso se debía un poco a mí, sabía que ponía su esfuerzo en ello.
—¿Son estudiantes? —Ella negó una vez que estábamos afuera, me la había llevado fuera unos minutos antes de que se acabaran las clases aquel día.
—Sé que quieres cuidarme, pero por favor dejemos esto atrás. Ya sucedió y aunque me dolió sigo disfrutando el sexo de la misma forma, soy demasiado para que un momento que duró solo unos minutos arruiné años de vidas que tengo por delante. —Mi boca se quedó abierta en una perfecta o.
—Pero...
—Pero nada, no quiero que nos pase nada... ahora solo queda olvidar, te lo dije, pero si no lo hubiese dicho no lo hubieses sabido, por favor no lo hables. Fui a un lugar donde habían personas que pasaron por lo que yo, tengo secuelas, pesadillas, pero... estoy bien, no quiero recordar, ignorémoslo por ahora. —Asentí, pero era evidente que no todo quedaría ahí, no lo podría permitir. Por lo que le pedí un nombre y seguido de eso le insistí hasta el cansancio, hasta que ella cedió ante mis palabras, luego de que su boca hablara caminamos hasta la parada de buses.
—¿Quieres trabajar conmigo hoy? —Ella me miró extraña. —¿Sí?
—¿Eso está permitido? —Era evidente que no, pero podía dejarla fuera de mi vista, me preocupaba aquello. A pesar de su madurez para enfrentar aquella situación yo no lo veía así, seguía siendo un daño, una violación. Ella cumpliría dieciocho pronto y aunque no tiene justificación su mal comportamiento ahora podía entender porque llegaba con mala cara a casa.
—Sí bueno, eres una pequeña obediente, no harás rabietas. —Una sonrisa se coló en sus labios y yo sonreí ante ello, le di un vistazo de pies a cabeza y evalué su vestimenta, también su aspecto físico, ambas éramos altas; mediamos alrededor de uno setenta, nuestros cuerpos eran parecidos a excepción de que ella tenía más piernas y trasero más grande, mi cuerpo era delgado y mi cintura se marcaba lo suficiente para que pareciera un reloj de arena, no me quejaba. Ella no parecía estar pasando hambre, se veía bien... su pelo negro, largo y sedoso seguía igual de bonito que siempre, ambas habíamos salido con una hermosa cabellera, pero a mí me encantaba tener el pelo corto.
Amaba mi pajecito de dora la exploradora.
Cuando llegamos hasta la cafetería le sonreí a la encargada de preparar los pedidos,—Elley—se diría que ella es la cocinera, porque literalmente hace todo, ambas hablábamos de vez en cuando, pero no teníamos una relación tan unida. De forma discreta le señalé a mi hermana con la cabeza; esta veía todo a su alrededor.
En el momento en que mi mirada fue hasta la mesa donde estábamos Nataly y yo hacía unas horas me congelé, el momento pareció proyectarse en mi mente nuevamente y suspiré, era una manera extraña de estancar mi vida.
Después de Rodrick la única persona que se mudó a mi mente fue Owen y ahora estaban los hermanos Ayers, realmente no me importaba que fuesen hermanos, ellos me gustaban y yo les gustaba a ellos, pero solo querían usarme y yo no estoy lista para ser despojada una vez más, no de nuevo.
Aparte de que... ¡son los Ayers!
Sabía que tenían mucho poder, pero quería hacerme de la vista gorda, porque el papel de estúpida de vez en cuando me quedaba bien.
Gracias por leer. <3
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