Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1: «Maddox» 🦋


Fetish —Selena Gómez ft. Gucci Game.





5 meses después.


Mis pies se movían con lentitud, estaba aburrida y agotada, el día había sido de lo más pesado y para rematar la situación me tocaba estudiar hasta tarde, no lo hacía por mí, lo hacía por mi hermana pequeña a la cual ayudaba en casi todo; digamos que mientras yo estudio y hago su tarea ella sale a ser adolescente, pero no la culpaba, me gustaba estudiar de más a veces, aunque ella solía ser antipática y alejada conmigo.

Seguro tendrá sus razones.

Mientras ella tiene diecisiete, yo tengo diecinueve. Terminé la escuela hace dos años y en mis planes no estaba entrar a la universidad; de hecho, no podía, mis fuerzas y el poco entusiasmo que tenía por vivir no daban para más.

Mis amigas me habían invitado nuevamente a ir hacia la discoteca de hacía cinco meses, pero me negaba. No les había contado lo ocurrido ni tampoco me atrevería hacerlo, yo quería mantener eso para mí, como un pequeño momento valioso de mi vida que no volverá a pasar.

Aunque muero porque suceda de nuevo.

El momento había sido tan íntimo para mí, sus cercanías, el susurro del dicho de ojos grises en mi oído, el beso en el cuello del chico de ojos marrones, el sonrojo de mis mejillas, mi zona latente, la calentura del momento, todo... Todo eso lo guardaría para mí.

Algunas veces sentía que los veía o que era vista por ellos, pero era solo mi imaginación o el deseo de verlos de nuevo.

—Hola mamá, ya llegué. —Dije al entrar a la casa, no era muy grande, era un cajón con dos habitaciones y un baño. La sala, comedor y cocina estaban en un mismo lugar, por lo que no tuve que gritar tan fuerte.

Vi a mi madre saliendo de la habitación y sonreí para ella, esta me miró como si estuviese loca y al estar cerca de mí me extendió un sobre.

—Ha llegado el recibo de la luz. —Yo solo asentí con una sonrisa ligera en mis labios, pero no era felicidad, era un: si sabes lo que pasará, ¿Por qué continúas sonriendo?

—Gracias, mamá. No sé qué haría sin ti.

Vivir mejor tal vez.

Mis pies se movieron en dirección a mi habitación, solté el bulto que llevaba encima, quité el pantalón desgastado y la blusa, mi cuerpo quedó en ropa interior y mi pelo castaño corto cayó sobre mi espalda en libertad, suspiré cansada al verme al espejo.

Estaba demasiado delgada. Mi piel morena, aunque no del todo no tenía mancha alguna sobre ella, ninguna cicatriz, pero las internas... esas estaban podridas.

El sonido de mi teléfono sonando hizo que mirara a todas partes buscando donde estaba, no fue hasta que tomé el pantalón del suelo que pude encontrarlo, mis amigas me estaban haciendo un vídeo llamada por medio de WhatsApp y la tomé de inmediato recibiéndolas con una sonrisa.

«—¡Miren esos limones! —» El grito de su mejor amiga Melody la hizo sonreír, se percató de que Nataly, su otra mejor amiga estaba con ella.

«—¿Que hacen? ¿Dónde están? —» Pregunté curiosa, antes de responder se miraron entre sí, yo por mi parte esperé con paciencia la respuesta.

«—Estamos en casa de Owen —» Aquella respuesta hizo que mis cejas se elevaran por sorpresa, asentí restándole importancia. «—Tienes que venir, podemos disfrutar un poco la noche del viernes. Mañana no trabajas así que no tienes excusas —» Era cierto, pero...

«—Hace mucho no nos reunimos, así que no trates de poner una maldita excusa ¿Bien? Báñate y limpia esos limones, ¡Hoy te sacan todo el jugo! —» Agregó Nataly a lo que yo asentí. Sí, estaba cansada, pero eran mis mejores amigas y podía divertirme de vez en cuando. Tenía derecho, podía. Después de unos segundos la llamada se cortó, pero logré escuchar el "Aquí te esperamos Mad"

Fui hasta el baño no sin antes tomar la ropa que me iba poner, mientras caminaba al baño la puerta de la casa fue abierta y por ella entró mi hermana menor Madison, sonreí para ella y esta solo me miró de lado. Ella no era muy expresiva, pero sabía que no me odiaba... Al menos eso era lo que quería creer.

Mi cuerpo recibió una rica agua fría al igual que mi pelo, el baño fue rápido, no duré mucho dentro. Al salir me puse una crema para el cabello dado que estaba mojado, en el camino se podía secar, también podría abrazar de manera más hermosa su forma rizada. Me coloqué el vestido suelto y puse labial en mis labios, me veía simple y bonita.

Espero que Owen note como me he puesto para él.

El pensamiento inundó mi mente y no pude evitarlo, yo no estaba enamorada de él, no lo amaba, pero en serio me gustaba.

Cuando salí del baño corrí a mi habitación y me encontré a mi hermana rebuscando entre mis cosas.

—¿Qué crees que estás haciendo? —Ella me miró con obviedad.

—Dame dinero, Maddox. —Yo negué y la aparte para cruzar, tomé mi cartera y el sobre pequeño que estaba entre uno de mis libros favoritos, lo entré en mi cartera, tomé una abrigo y salí de la habitación con ella siguiéndome detrás.

—Deja de seguirme, Madison. —Dije cansada.

—¡Mami! Maddox no quiere darme mi dinero. —La miré con incrédula, ¿Mi? ¿Desde cuándo?

—No es tuyo, es mi dinero. No trabajo para darte gustos a ti, ya estás grande para saber que el dinero no cae de los árboles. —Mi madre entró en mi campo de visión y pensé que me apoyaría, al contrario, lo que hizo me dejó en shock.

Mi mejilla derecha ardía a causa de un golpe y mi mano derecha se frotaba en ella tratando de calmar la picazón que dejó.

—¡Dale el dinero a tu hermana! —El grito hizo que levantara mi cabeza de inmediato, no dije una palabra, solamente las miré, en silencio, como siempre.

Saqué un billete de mi cartera y se lo extendí, seguido de eso salí de la casa, trataría de sentirme mejor, porque si no... No sabía que haría, era una tortura; una que no estaba dispuesta a vivir eternamente.



×🦋×



A veces olvidaba cuan rico era Owen, el residencial en el que vivía solo tenía tres casas, dos de ellas vacías. Parecía ser que pocas personas podían costear una casa tan grande, era simplemente fascinante.

Entré a la casa, no sé cómo, pero lo logré. Había muchísima gente, gente que ni siquiera era reconocida por mí. Después de terminar la escuela mantuvimos el contacto y de hecho, algunos habían ido hasta la misma universidad solo para no alejarse, pocos se habían ido al extranjero.

Busqué a mis amigas entre la multitud del piso de abajo, pero no las encontré por lo que tuve que subir las escaleras.

Un ligero deja vú abrazó mi memoria y un sonrojo inundó mi rostro, ellos dos. ¿Dónde están ellos dos? El solo imaginarme siendo tomada por ambos me hacía sentir una cualquiera, pero si estar con ellos era el premio con gusto podría recibir insultos.

Sonreí ante mis pensamientos y la sonrisa que se había dibujado en mis labios se borró inmediatamente, el recuerdo de la áspera mano de mi madre en mi mejilla hizo que todos mis ánimos se fuesen al suelo.

—Oh, disculpa. —Oí la voz de alguien frente a mi, había chocado con él, lo reconocí al instante, pero no me sentía lista para este momento, para ver sus ojos, para hablarle de nuevo...

—Yo lo siento más, Owen... No fue mi intención. —Le di una sonrisa al subir el rostro. Él... Estaba más hermoso que antes, su sonrisa perfecta, sus ojos perfectos, todo de él era perfecto.

—Disculpa, ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Te conozco? —La sonrisa que había en mis labios se borró al instante, un bajón dentro de mí hizo que el nudo en mi garganta se formara.

Como odio el sentimiento de no sentirme lo suficiente para que alguien me recuerde.

—Yo, me llamo...

—¡Owen! Te esperamos. —Oí que alguien le gritaba, él miró a alguien detrás de mi a causa de ello.

—Bueno, realmente hice una pregunta estúpida. Todos me conocen, pero no conozco a toda clase de gente, nos vemos luego amiga. —Mi boca se abrió en una gran 'o' no puedo creer que dijo algo como eso, Owen...

—¡Mad! —La voz de Nataly y Melody hizo que viese hasta donde me dirigía antes de chocar con Owen.

—Hola chicas. —Les sonreí. Había algo extraño en ellas, me miraban nerviosas. —¿Ha pasado algo?

—Sí bueno... Maddi, lo siento, no quise, pero él... —La miré con duda, ellas sabían lo de Owen por lo que pensé inmediato en él.

—¿Tuviste sexo con Owen? —Nataly me miró con asco.

—¡Wey la tiene del tamaño de una tiza! La única que está muerta de amor por él eres tú. —Me respondió mientras caminaba hacía mi rodeando mis hombros con sus brazos.

—Me acosté con Gabriel. —La sorpresa se instaló dentro de mí. Melody simplemente mirando el suelo.

—¡Qué me estás contando! ¿Es serio? —Grité yendo hasta ella.

—No lo sé, es tu mejor amigo ¿No? Deberías saberlo.

Mi querido y mujeriego mejor amigo Gabriel, con él no podía  hablar mucho porque cada que lo hacíamos terminamos en una discusión, siempre le recriminaba que metía su tesoro en todas partes, él no se detenía a preguntar edad, vivía por y para el sexo, era estresante. Demasiado. Podía parecer una mejor amiga celosa, pero no lo era, solamente cuidaba que no se enfermara; pero él no lo veía así.

Cada que le decía el respondía: Estás celosa porque no has tenido de la gabriconda.

Era un niño grande.

—Bueno, solo te digo que no tomes las cosas tan en serio con él, ¿Vale? No... No te ilusiones. —Mis palabras podrían parecer duras, pero eran una realidad.

—Creo que no conoces bien a tu mejor amigo, Maddox, me invitó a un auto cine, me ha mandando flores, él está más comprometido que yo en esto. —Mi mano derecha fue hasta mi boca evitando hablar más, pero es que ella parecía no saber y el que no sabe es como el que no ve, lo intenté, no diré más.

—De acuerdo Melody.

—Iré al baño, vengo en un momento. —Pronunció esto, por lo que Nataly y yo nos quedamos en el mismo lugar esperando a por ella. Cuando se fue mi mejor amiga restante me miró.

—No le digas nada, déjala que viva su sueño que en realidad es una pesadilla disfrazada de mentiras. —Nataly lo sabía perfectamente, no había estado con él, pero éramos las más cercanas de algún modo.

—Sí bueno, ella es testaruda. —Dije bajito y esta asintió.

—Hay un chico que quiere conocerte, he subido una captura de la llamada a mi estado y él dice conocerte, ¿Quieres que le pase tu número? —Yo negué. —¡Vamos! Deja de ser una monja. —Yo sonreí ligero.

Melody llegó a nosotras y preguntó qué pasaba, yo de inmediato le di una respuesta.

—Si ella no lo quiere dámelo a mí. —dijo Melody mirando a Nataly. No me sorprendió aquello, no era la primera vez que pasaba. En algunas ocasiones cuando no quería estar con un chico Melody se lo terminaba cogiendo por mí.

—No, es a ella. La quieren a ella.



Gracias por leer, espero les haya gustado. Yoli. 🦋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro