Capítulo treinta y dos
CAPÍTULO TREINTA Y DOS
Caminé tan rápido como pude y esquivé a gente hasta llegar a él. Lo interrumpí hablando con una chica, pero me dio totalmente igual.
Agarré su brazo y tiré de él hasta que quedamos cara a cara.
— ¿Jasper? — Dije nerviosa a punto de desmayarme.
El desconocido utilizó su otra mano para quitarse la máscara.
— En vivo y en directo. — Sonrió pícaramente.
Llevaba tanto sin ver su cara que no me lo podía creer. Sonreí, abrí la boca exageradamente y me iba a abalanzar sobre él.
— Es mi prima, disculpa un momento. — Jasper se dirigió a la chica con la que hablaba cuando yo aparecí en escena.
— Tranquilo. — Sonrió.
— En seguida vuelvo, ¿vale? — Jasper la abrazó y besó su cabeza.
Yo no me creía lo que estaba viendo, pero debía darle una oportunidad de explicármelo. Sonreí falsamente y me fui detrás de él.
En nuestro camino hacia la puerta, Elliott y Tessa nos vieron, pude leerle los labios a Tessa diciendo "¿Ha vuelto con ese?" y pude ver a Elliott un poco confuso ante lo que sus ojos acababan de ver, le había dicho media hora antes que Jasper y yo ya no estábamos juntos.
Jasper me llevó hasta su coche en el aparcamiento, allí fuera solo estaban los más perjudicados de la noche, la gente más chill fumando en los coches, parejas haciendo el amor, borrachos solitarios... así que teníamos más intimidad.
— ¿Se puede saber qué haces aquí? ¿Por qué no me has avisado? — Golpeé su pecho. Estaba muy excitada, feliz y enfadada a la vez. No podía controlar mis emociones muy bien. — ¿¡Y ahora soy tu prima?! — Arqueé una ceja.
— Eres estúpida. — Rio.
— Tú eres el estúpido.
— ¿Vas a besarme ya o qué? — Sonrió levemente y levantó sus cejas.
— Eh... Sí... No sé... — Me quedé paralizada.
Jasper estiró su brazo y agarró mi cuello y me empotró contra él. Me devoró en cuestión de segundos. Yo apretaba su cuello y me quedé completamente hechizada en ese beso, mientras que él me frotaba y me tocaba muy excitado
— Llevaba demasiado tiempo esperando esto. — Jadeaba. — Vamos dentro del coche.
— Espera, espera. — Me separé de él y me peiné un poco. — ¿Qué haces aquí? Voy en serio. No entiendo nada. ¿Por qué no me has avisado? ¿Quién era esa chica a la qué le has dicho qué yo soy tu prima?
— ¿Aún estas así? Pensaba que habías aprendido algo.
— No seas tonto. — Le golpeé en su hombro.
— Esa chica es a la que le has echado el veneno. — Sacó un cigarrillo de su bolso trasero y lo encendió.
— No... No me digas eso, Jasper. No quería haberle visto la cara, joder. — Me llevé las manos a la cabeza.
— Eso es un error. Tienes que verle la cara a tu víctima, Paige. ¿Si no llego a estar yo aquí, qué haces?
— ¿Cómo sabes que se lo había echado a ella? — Comencé a temblar y a morderme las uñas. Estaba empezando a tener paranoias, miré a todos lados, pensando que todo el mundo me había visto hacerlo y qué me iban a pillar.
— Llevo toda la noche vigilándote, cuando te vi echar el veneno, observé la copa hasta que ella le pegó el primer trago.
— Jasper, Jasper, esto es un caos. — Me abalancé sobre él. — No puedo seguir con esto, he tenido pesadillas, me siento culpable. No sé si podré...
— Tú ya has cumplido. Por eso estoy aquí. El veneno hará efecto dentro de unas horas, para cuando eso pase, ella ya estará conmigo. — Se encoge de hombros con mucha tranquilidad y tira su cigarrillo al suelo.
— ¿Tú eres mi ayuda, verdad?
— Claro. — Agarra mis hombros y me pega a él. — Lo estás haciendo muy bien. — Me da un beso. — Dentro de poco podremos estar juntos de nuevo. — Acaricia mi pelo.
— ¿Aún no podemos? — Me horroricé.
— No, Paige. Volveremos a estar juntos cuando entres definitivamente al club. — Empieza a besar mi cuello suavemente. — Lo estás haciendo muy bien. Sigue así.
— ¿Dónde has estado este tiempo? — Intentaba contenerme pero poco a poco sus besos me hacían perder el sentido.
— Volví con Jack y Rhonda unos días, después Gasym me contó sus planes respecto a ti y volví a vagar solitario hasta hoy. — Comenzó a morder mi oreja.
— Jasper yo no sé si voy a ser capaz de aguantar todo esto... — Su lengua hacía vibrar todo mi cuerpo y estaba a punto de perder el control. — Creo que no me fío de ti por completo. — Me atreví a decir.
— Dejemos eso para luego. — Agarró mis piernas y me levantó hasta cogerme en cuello. Mientras me besaba, abrió la puerta de su coche y se sentó con los pies por fuera, dejando la puerta abierta, yo me estremecí sentada sobre él y bajó sus pantalones para seguidamente penetrarme.
Jadeé de placer, nada nuevo, estaba disfrutando como nunca, el alrededor se volvió nítido, al igual que mis pensamientos.
Llevaba más de un mes sin verle, me estaba jugando la vida por él, y nuestra única conversación duró menos de diez minutos antes de estar teniendo relaciones de nuevo. Las cosas empezaron a descuadrarse para mí.
Pero continué haciendo el amor con él, gimiendo y besando todo lo que no pude en este tiempo. Jasper pasaba su lengua suciamente sobre mi boca, bajaba hasta mi cuello, volvía a subir hasta rozar de nuevo mis labios, se desviaba hacia mí oreja, mientras agarraba con sus manos mis glúteos y apretaba, yo subía y bajaba mis caderas exhaustivamente.
Todos los participantes estaban de nuevo en el escenario, Jasper y yo no pronunciamos palabra cuando nuestro momento terminó y nos separamos en la entrada y, aunque no le quitaba ojo, estaba varios metros alejada de él. Estaba en medio del gimnasio, rodeada de estudiantes, observándole de nuevo con aquella chica, evitaba mirarla mucho porque se me hacía muy complicado asimilar lo que le había hecho. Aunque ella seguía estable y no parecía que el veneno aún empezara a hacer efecto.
Elliott y Tessa estaban en el escenario, Jasper no subió. No le importaba el concurso, ni le importaba nada, con tal de cumplir su objetivo.
Elliott miraba sin disimular apenas a Jasper, le tenía mucho odio por todo el dolor que me había causado y por ser el detonante de que nuestra relación se terminara.
— ¡Ya tenemos ganadores! — El Jefe de estudios se colocó de nuevo en mitad del escenario, mientras todos atendíamos. — La ganadora al mejor disfraz de este año es... ¡Tessa Collins! — Tessa dio un paso al frente y todo el gimnasio aplaudía.
Jasper seguía con aquella chica atento al Jefe de estudios. Disimulando. Disfrutando de la fiesta sin apenas prestarme atención a mí. Ella estaba abrazada a él. No puedo negar que esa situación me producía muchos celos. Pero me contuve.
— Y el ganador al mejor disfraz masculino es... ¡Elliott Ronson! — Elliott dio un paso al frente mientras contenía su furiosa mirada en Jasper. Estaban frente a frente, con varios metros de distancia y la altura de un escenario de por medio, pero nada más.
— A continuación chicos, podéis decir unas palabras. — El Jefe de estudios dio paso a Tessa que se colocó en el atril.
— Quisiera agradecer a todos los que me habéis votado, ¡sois geniales! Esta época de mi vida en la Universidad, está siendo una maravilla. — Hizo una reverencia y dio un paso hacia atrás.
El Jefe de estudios le hizo señas a Elliott, para que se situara al frente, pero Elliott no salió en muy buenas condiciones, estaba borracho y tenía a Jasper en el punto de mira.
Yo estaba nerviosa, mi cabeza estaba a punto de explotar. "Qué todo acabe bien. Qué todo acabe bien, por favor." Pensaba constantemente.
— Gracias a todos. — Tosió y dirigió su mirada a mí. — Es tan solo un estúpido concurso de disfraces, pero gracias. — Miró a Jasper. — He ganado porque soy popular, y lo sé. Pero esto no es lo que yo quería. Lo que yo siempre he querido me lo ha robado un gilipollas.
La gente se quedó callada. Todo el mundo buscaba con la mirada la persona a la que Elliott estaba mirando, hasta que finalmente todo el mundo miró a Jasper.
Tessa observaba todo, incluida a mí. Poco a poco caminé al frente.
— Elliott, baja de ahí y cállate. — Le dije.
— No quiero. Estoy harto. ¡Estoy harto! — Bajó de un salto del escenario. — Me besaste Paige. Hace dos putas horas me besaste. Y luego te has ido con él. ¿Se lo has contado?
— Cállate, por favor. — Intenté agarrarle pero me empujó y siguió caminando hacia Jasper.
Jasper estaba erguido y sin moverse. Algo en mí creía que iba a montar un espectáculo de celos al enterarse de que me acababa de besar con mi ex, y después con él, pero tenía un rostro vacilón y seguía agarrado a aquella chica.
— ¿No vas a decir nada, subnormal? — Elliott observa a la chica. — ¿Ya estás con otra? ¡Esto es de locos! ¡Jodido el día en el que pusiste un pie en esta Universidad!
— No voy a perder el tiempo contigo, payaso.
— ¿Quién es? — Preguntó la chica.
— Un imbécil que está enamorado de una chica con la que estuve. — Sus ojos se mostraban fríos. Yo ya no sabía si estaba fingiendo o realmente así lo sentía. Supuse que su objetivo era esa chica, y nada más. Así que ni yo, ni la situación, le parecían lo suficientemente importantes.
— ¡Claro que estoy enamorado! ¡Pero tú no!
— Déjalo ya, Elliott. — Le aparté bruscamente y me lo llevé.
Por suerte todo se quedó ahí y pasados unos segundos la gente desvió su atención y siguieron con la fiesta.
Elliott y yo nos sentamos en unas sillas rodeados de gente.
— Elliott, ¿Por qué has hecho eso? — Coloqué mi mano en su rodilla.
— Porque te quiero, Paige. — Me miró. — Te quiero tanto que de verdad puedo entender que quieras ser feliz con alguien más. Pero me repatea que sea con él. — Se llevó las manos a la cabeza y le abracé.
Con Elliott apoyado sobre mí, pude observar a Jasper marchándose. La chica no iba con él.
Quizás estaba siendo más astuto de lo que fue el día de la fiesta de la inauguración. Pero apenas tomó tiempo en despedirse de mí. ¿Estaría guardando las distancias conmigo por lo que nos dijo el gran Gasym, o por qué tan sólo le importa que yo me haga miembro de este macabro club?
Tessa se acercó a nosotros. La miré y golpeé a Elliott para qué se incorporarse.
— No tengo nada qué hablar contigo. — Se dirigió a mí. — Mi relación contigo la considero muerta. — Desvió su mirada a Elliott. — Te estas equivocando, y mucho. No voy a estar siempre detrás de ti. — Elliott la miró serio.
— Tessa... — Demasiado tarde, se había ido.
— No paro de joderte la vida, ¿eh? — Intenté tomarme la situación con humor.
— No me la jodes. Solo tú me haces feliz. — Sonrío y volvió a abrazarme. Breves segundos después se separó y me miró. — Perdón por hacerte perder una amiga. — Dijo bromeando pero en serio.
— Da igual. Dejó de serlo cuando te eligió a ti sobre mí. — Reí sin darle importancia.
La fiesta estaba a punto de terminar, y yo de nuevo volvía a estar sin noticias de Jasper.
Elliott y yo nos quedamos hablando, hasta que finalmente nos marchamos. Caminábamos hacia la salida de la Universidad, y la chica a la que le eché el veneno caminaba unos pocos pasos por delante de nosotros. Cuando la vi, confiaba en qué realmente no le iba a pasar nada, porque ya habían pasado varias horas y no sabía exactamente cuándo tendría que hacerle efecto el veneno.
Caminaba un poco débil, despacio, y mirando su teléfono.
— ¿Estás bien? — Caminé hasta ella.
— ¿Tú eres la prima de Jasper, verdad? — Sonrió. — Voy ahora mismo a reunirme con él.
Me quedé fría. Todo seguía su curso. Me moría de pena. No sabía qué hacer ni que decir. Le di mil vueltas. ¿Decirle que no se fuera con él, y que regresara a su casa? Por lo menos moriría rodeada de sus seres queridos...
Yo he sido la culpable de todo. No podía vivir con esa culpa. No podía seguir con esto.
— No vayas, por favor te lo pido.
— ¿Por qué no? — Se preocupó un poco.
— No es bueno. Te lo aseguro. — Miré unos instantes hacia detrás y vi a Elliott, caminando despacio. — No soy su prima. Soy su ex novia. — La chica quedó boquiabierta. — No confíes en él. No lo conoces. — Una lágrima se deslizó sobre mi rostro. — Yo también creí que le conocía... Vuelve a tu casa, con tu familia. Por favor.
La chica se quedó pensativa.
— Paige, ¿Vamos? — Elliott se desviaba hacia el parking.
— Por favor, hazme caso y no vayas. — Abracé a la chica dejando parte de mi alma en ella y me volteé para irme con Elliott.
La chica se quedó varios segundos mirándome, y siguió caminando. Yo volví a mirar al frente, comencé a llorar.
— ¿Qué te pasa, Paige? ¿Estás bien? — Elliott me arropó con sus brazos.
Después de llorar varios minutos sentada en el coche de Elliott, apenas podía respirar, había soltado lo que llevaba acumulando estos meses, y nunca me sentí cobijada lo suficiente como para poder desahogarme. Pero con Elliott me sentía protegida. Elliott era mi única salvación.
— Tengo mucho que contarte. — Suspiré. Estaba dispuesta a contárselo todo y buscar una solución.
— Lo que sea, Paige. — Besó mi cabeza. — Lo que sea por ti.
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