CAPÍTULO ONCE

30 de Septiembre de 2018

Esta misma tarde la Universidad estará repleta de estudiantes dispuestos a esforzarse en la prueba de acceso al equipo de fútbol y el club de animadoras.
Teniendo en cuenta que el equipo de fútbol tendrá un total de quince jugadores contando los de sustitución, las animadoras serán doce, y se han apuntado más de cien personas para cada actividad, lo más seguro es que yo me quede fuera.
Pedirían dos entrenos semanales y un partido al mes contra equipos de otras Universidades.

Caminando hacia la clase de dibujo artístico impartida por un profesor que fue un reconocido pintor hace varios años, vi un cartel en el tablón de anuncios sobre una fiesta de inauguración.
"¡Pero si ya ha habido una!" Pensé. Y luego recordé que la fiesta que Tessa organizó no era una fiesta preparada oficialmente por la Universidad. Así que mañana viernes, nos esperaba bastante juerga.

Nuevo mensaje en la bandeja de entrada
De: Jasper
Para: Paige
Asunto: ¿Podemos hablar?

No puede ser. ¿Qué está haciendo? No voy a contestar.
Quiero que se mantenga alejado de mí.
Acercarme a él solo me ha traído problemas.

Ignoro su mensaje con rabia e impotencia y sigo atendiendo al profesor. Ya estoy empezando a tomar apuntes, así qué dentro de poco tendré que empezar a estudiar. Qué pereza. Tengo demasiadas cosas en la cabeza como para preocuparme de los estudios.

La Universidad parecía bastante tranquila respecto al asesinato, claro estaba que como no todos los estudiantes eran de Brookville, quizás no se habrían enterado. Escuché a un par de personas hablar de ello estos últimos días, pero no con mucha importancia.

Lo que comentó Tessa hace un par de días no paraba de dar vueltas en mi cabeza. ¿Se puede matar a alguien y no dejar ni una mísera pista? Caray, ¡Claro que se puede! ¡Hay miles de casos sin resolver! ¿Pero cómo metió alguien un cuerpo en una casa de jardín?
Lo único que tenía claro era que si el cadáver estaba muerto de ocho horas atrás, el traslado del cuerpo había sido por la mañana, y ni Tessa ni sus padres estaban en casa.

¿Van a dejar ese asesinato a un lado y van a centrarse en el de Marc?

Quizá con Marc el asesino si cometiese algún error. Pero me asusta el pensar cómo narices el psicópata dejó el cuerpo en medio de la fiesta, ¿Cómo se enteró? ¿Habrá visto los carteles aquí en la Universidad?

Al final Elliott va a tener razón y el asesino va a estar más cerca de lo que creemos.

Salgo de la Universidad al medio día tras un intenso día repleto de nuevos apuntes y conocimientos sobre el mundo artístico, y espero por Tessa en la salida, frente al aparcamiento.
Elliott me escribió un par de horas atrás avisándome de que iba a salir un poco tarde ya que iba a ayudar al entrenador junto con otros compañeros a preparar las pruebas de acceso al equipo de fútbol.

— ¿Quieres venir a comer conmigo? — Sonreí.

— No te preocupes. Me apetece estar con mi familia. — Me dijo cabizbaja. — Te veré esta tarde.

Cuando terminé de comer algo ligero, recogí la cocina y salí al jardín a hacer algunos ejercicios. Intenté ejecutar algunos movimientos al son de una melodía bastante activa, mientras mi madre me observaba desde la ventana dando pequeños sorbos a un té de menta.
Cuando lo termina, abre la puerta trasera de cristal  y se sienta en una butaca que tenemos colocada junto a una mesa sobre el césped.

— ¿Cómo estás hija?

— No me hables. ¿Crees que se me olvida lo de papá? — Le di la espalda y seguí haciendo sentadillas.

No pude ver la cara que había puesto, pero sabía que se estaba sintiendo presionada e iba a acabar hablando.

Hasta hace nada, pensé que yo era una persona que guardaba secretos a todo el mundo, pero al final, yo soy la más transparente. Todo el mundo a mi alrededor parece ocultar algo.

Subo a mi cuarto y me pongo un chándal gris bastante cómodo que solía ponerme para las rutas que hacía con mi abuela a la montaña hace un par de años; me hago una coleta, y sin despedirme de mi madre, salgo por la puerta dirección a la Universidad.
Espero que el deporte me sirva para evadirme, está claro que es mejor que tener relaciones sexuales con un gilipollas.

Elliott está en la entrada. Qué sexy está con ese traje deportivo.

Me acerco a saludarle y le beso.

— ¿Te imaginas que nos convirtamos en los capitanes de nuestros equipos? — Me dice orgulloso de sí mismo y sacando pecho.

— Dudo mucho que yo sea la capitana teniendo a Tess haciéndome competencia. — Nos reímos. Tessa es mucho mejor gimnasta que yo. Y si alguien tiene que ser capitana del club de animadoras, esa es ella.

A veces no me extrañaría pensar que Tess y Elliott acaben juntos. Son triunfadores natos. Pero yo creo que a Elliott le ciega el verla como una amiga. Y qué, cuando me conoció a mí, sintió algo diferente a lo que sentía con otras chicas. Y pues con eso, me lo lleve a mi terreno sin apenas darme cuenta. Tan sólo siendo yo misma.

¡Hay muchísima gente!
Tessa se unió a nosotros pocos minutos después, y los tres nos dirigíamos hacia el campo de entrenamiento.

Tessa y yo nos colocamos en una fila de unas cincuenta chicas, y, según van pasando los minutos, muchas más se colocan detrás de nosotras.
A lo lejos, veo a Elliott hablando con unos conocidos, también esperando a ser llamados para empezar la prueba.

Respiro profundamente y me intento relajar. Miro hacia la nada intentando ver algo que me tranquilice, como unos pájaros, o algo.

Lo que veo, me deja pálida.

Jasper estaba ahí.
Mirándome.
Desde lejos.
¿Ha venido por qué no le he respondido? Le miro confusamente por unos segundos y acto seguido me doy la vuelta.
Elliott presenció la escena.
No puedo permitir que a Elliott en algún momento se le cruce el cable y se enfrente a Jasper, porque a ser sincera, creo que tiene las de perder. La palabra que mejor define a Jasper, es impredecible.

Tessa da una palmada al aire para hacerme volver a la Tierra, y me anima a caminar hacia delante cuando escucha a una entrenadora pronunciar mí nombre.

Que Jasper estuviera ahí me había dejado de piedra. Colocarme frente a la mirada de todas y ejecutar los pasos que me iba a ir diciendo la entrenadora iba a ser una tarea complicada. No pude evitar salir corriendo hacia los vestuarios.

Elliott desde lejos, maldice sobre Jasper. Cierra los ojos y niega con su cabeza.
El entrenador le llama, y tras pensar lo que hacer por un instante, decide seguir concentrado en la prueba.

Al contrario, Tessa corre detrás de mí.

— ¡¿Qué ha pasado, tía?! — Agarra mis hombros y me sacude levemente.

— Lo siento. Me he bloqueado. — Dije casi a punto de desmayarme.

— Tengo que salir fuera otra vez, va a ser mi turno. Espérame aquí. — Me abraza rápidamente y se va.

— Tranquila. ¡Suerte! — Sonrío un poco desanimada.

Me quedé sentada en los vestuarios intentando recordar aquella meditación que me sentaba tan bien cuando sufrí problemas para conciliar el sueño años atrás, pero seguía tensa e incapacitada para olvidar el hecho de que Jasper, de nuevo, me había jodido viva.

— Estás dejando que ese chico te consuma, y ni siquiera te estás dando cuenta. — Elliott camino lentamente hacia mí. Alcé la vista.

— Tan solo es una estúpida prueba de animadoras, no me importa en absoluto. — Intenté auto consolarme.

— No te reconozco, Paige. ¿Qué te está pasando? ¿Por qué no puedes volver a ser como antes? — Posa su mano sobre mi hombro. — Ese cabrón no va a volver a molestarte.

— No es él. Solo es...

— ¿Qué es, Paige?

— Creo que me he enamorado de él. — Exploté en llanto. Veo a Elliott romperse en pedazos poco a poco. Joder. Era la segunda vez que esto pasaba, pero la primera vez solo había dicho que me lo había tirado. — Pero sé que no es para mí, y también sé que te quiero, es todo muy difícil.

— ¿Difícil? No hay nada más fácil que dejar guiarse por el corazón. — Una lágrima se desliza sobre su rostro mientras sus ojos van de lado a lado. — ¿Sabes por qué estoy contigo y no con Tessa? — Alcé mi mirada, también repleta de lágrimas. — Porque es lo que dice mi corazón. — Niega con su cabeza. — Deberías escuchar al tuyo, y cuando te aclares, me lo dices. — Hizo el amago de irse, yo no di respuesta alguna. Luego se detuvo. Se quedó de espaldas a mí. Volvió a darse la vuelta, cabizbajo. Alzó su cabeza de nuevo y me miró. — Esta es la última vez que me vas a romper el corazón. — Respiró hondo y salió corriendo hacia el campo.

Mi dolor pasó a ser rabia cuando sentí vibrar mi teléfono. Jasper me estaba llamando.
Odio que aparezca en el momento más inoportuno.

— ¿Qué quieres? — Descolgué.

— ¿Estás bien? — Su voz grave viajó hasta mis oídos y me hizo cerrar los ojos de agotamiento por unos segundos.

— ¿Qué te importa?

— Me importa mucho.

— No era lo que parecía cuando me echaste de tu casa. — Afirmé.

— Tenemos que hablar.

— No tengo nada que hablar contigo.

— No te dejaré en paz hasta que me dejes contarte toda la verdad.

Cuelga.

¿De qué verdad habla? ¿Y por qué le estoy dando el beneficio de la duda? ¿Qué motivo hay para echarme de su casa a las cuatro de la mañana?

Regresé sola a mí casa y fui directa a la cabaña del jardín. Me apetecía evadirme de todo. ¿Por qué es todo tan difícil? ¿Debería darle una oportunidad a Jasper de contarme lo qué pasa? Desde luego necesito saber la verdad para poder cerrar su capítulo. Elliott me ha dicho entre líneas que si le vuelvo a hacer daño no me lo perdonará, y eso es algo que no puedo dejar que suceda. No sé qué haría sin él en mi vida.

Me quedé dormida tras estar un par de horas dibujando. Líneas y más líneas que iban uniéndose en forma de espiral, hacia dentro ...

Como todo esto, que se clavaba en lo más profundo de mí. Me sentí víctima de un círculo vicioso que avanzaba y retrocedía todo el tiempo, sin dejar claro su principio y su final.