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Capítulo 81

¿Qué es lo que ocurren en la cabeza de alguien que va cayendo por un edificio de tres pisos? ¿Miedo? ¿Terror? ¿Angustia?

Nada.

Cuatro letras y una palabra.

Nada.

Mi vista se había nublado por completo al sentir la ráfaga de viento rasgar detrás de mi nuca. El frío y el calor se colaban entre mis huesos y la fuerza con la que la gravedad llamaba mi peso a la tierra era imposible de medir. Podía oír su silbido incrementándose con cada segundo en mis oídos, al igual que mi inexistente rescate.

Mentalmente me estaba preparando para el inminente impacto que golpearía mi anatomía, desgarrando cada uno de mis músculos y astillando mis huesos, tal vez lo único que quedaría para recordar a Piper Smith sería su flauta.

Cerré los párpados con fuerza haciendo lo último que me quedaba por hacer, esperar. Esperar y esperar a que el fuerte "splash" ocurriera y que por una vez por todas terminara con este enredo. Tal vez sólo era un mal sueño, un producto de mis más grandes temores, mi maquiavélica imaginación o el resultado de tantas noches sin dormir bien.

Cada vez faltaba menos.

Pero el impacto nunca llegó, nada aplastó mis huesos hasta quedar hecho polvo y no vi toda mi vida pasar frente a mis ojos, tampoco sentí dolor. En lugar de eso, la caída había sido ligeramente amortiguada por algo debajo de mí que me había hecho rebotar con cuidado y nuevamente caer sobre esa superficie blanda.

Abrí mis ojos y pude ver como en lo alto del edificio una figura anaranjada saltaba de este a otro y así sucesivamente hasta perderse en las nuevas sombras que la luna creaba con cada nuevo segundo de su dominio.

—Trixx destransfórmame —le pedí a mi Kwami, extrañamente no siguió mi orden y nada ocurrió.

El silencio fue lo único que me pudo responder.

—Trixx... —me detuve y levanté mis manos. Uno de mis mayores temores se había hecho realidad.

Rápidamente me llevé las mismas a mi pecho para percatarme de la presencia de mi miraculous.

No estaba. No tenía mi miraculous.

—Piper... —una voz salió de una de las esquinas de la cuadra, acompañado de un ruido sordo, al mismo tiempo de que el colchón inflable desaparecía y esta vez mi trasero impactaba el suelo.

— ¿Sí? —respondí a mi nombre caminando a la dirección de donde la voz había sido emitida y entonces lo vi.

El cambio fue sumamente evidente, la piel morada de Demoilustrador se tornaba de un color más natural, la boina desaparecía y sus ojos se cerraban para luego ser abandonado por sus fuerzas y reposar boca abajo en la vereda.

Parecía haber hecho un gran esfuerzo al perseguirme hasta donde mi combate con Lila había tomado forma, tomando en cuenta que quizá al instante de haber colapsado el colchón inflable había desaparecido también.

Me acerqué a él y con cuidado pasé mis dedos por su cuello para verificar si aún continuaba con vida.

— ¿Nath?

Muy en lo lejano, un suave palpitar llegó a mis dedos, al igual que una entrecortada respiración, la preocupación contraída en mi pecho se liberó lentamente y me permití respirar, aliviando el nudo de mi garganta.

Necesitaba descansar y recuperar la conciencia para cualquiera de las dos opciones que tenía en mente, llevarlo a un lugar seguro y vigilarlo hasta que despertara. El hospital quedaba descartado. Luego de que le permitieran la entrada a Lila a la habitación de Luka, mi confianza hacia el personal de las clínicas había disminuido un considerable setenta y cinco por ciento, pero tampoco podía llevarlo por mi cuenta al hotel.

Tenía que pedir ayuda.

—Vamos contesta, contesta —rogué al sonido del otro lado de la línea—. Adrien...

Los pitidos continuaron por unos largos segundos y cuando la contestadora rebotó por quinta vez seguida supe que el rubio no estaría a mi alcance en esta ocasión.

No quería rebajarme de nuevo y llamarlo a él, pero parecía que no tenía otra opción.

Busqué rápidamente entre mis contactos su número, y al encontrarlo, marqué sin dudarlo, después de todo no tenía nada más que perder.

—Por favor, contesta... —le hablé a la nada mientras que el viento hacía de las suyas con mi cabello, alborotándolo más de lo que ya estaba y provocando un fuerte escalofríos que recorrió toda mi espalda.

Decidí que la acera no era el mejor lugar para esperar si él tenía el honor de contestar y después aparecer, así que con el celular entre mi oreja y hombro, intenté levantar a Nath, no fue hasta ese momento en que noté lo tanto que mi brazo podía llegar a molestar y el dolor era inexplicable pero los picos que se utilizaban en la máquina para hacer embutidos incrustados uno a uno en mi piel se le podía acercar a una descripción que le hiciera justicia.

La electricidad recorrió las puntas de mis dedos al instante en que decidí que poner el peso de Nath sobre mi brazo era una buena idea, y sin darme cuenta tropecé con mis pies, haciendo que la punzada fuera cada vez más profunda, respiré y pasé el brazo del pelirrojo por mi cuello, ahogando un quejido apretando mis dientes y como si mis ruegos hubieran sido escuchados y por el bienestar de mis dientes, la llamada fue contestada.

— ¿Sí?

— ¡Luka! —grité aliviada haciendo que Nath se me volviera a resbalar.

— ¿Volps, qué ocurre? ¿Algo pasó? ¿Por qué te escuchas tan agitada?

—Necesito que vengas —Nath cayó al suelo rozando nuevamente mi brazo, gemí de dolor—. ¿Recuerdas nuestra reunión? Una calle antes.

—Volps...

— ¡Ahora! Mueve tu trasero y ven rápido.

—Entendido —afirmó y colgó la llamada.

Guardé mi celular e intenté recostar a Nath en una posición más cómoda que no fuera sobre mi brazo. Me quité el abrigo y lo doblé de manera que sirviera de una especie de almohada, levanté su cabeza y coloqué el abrigo debajo de esta, una vez acomodado me quedé observándolo y recordé como todo había empezado.

<<Era uno de los días más horribles de mi existencia, me habían cambiado de aula y que sorpresa mía era EL AULA. Marinette y Adrien ya conocían mi identidad y eso que sólo habían pasado unos cuantos días desde que me habían entregado el miraculous. Tras eso a mi compañero de banca no se lo podía considerar el más sociable de todos y quien les cuesta esto tampoco lo era.

Caminé con cautela y me senté como de costumbre en mi banca, lo más posible alejada del pelirrojo que tenía a mi lado.

— ¿Tienes una pluma que me prestes? —preguntó alguien a mi izquierda.

— ¿Qué? —respondí girando mi rostro.

— ¿Qué si tienes una pluma? —volvió a repetir el pelirrojo en un susurro.

—Sí —afirmé guiando mi atención a la clase del Sr. D'accord.

— ¿Me la puedes prestar? —dijo apuntando al bolígrafo.

— ¿La quieres?

—Por favor.

Lo miré de regreso, esta era mi oportunidad, mi tiro de suerte a la oscuridad para continuar sola y tranquila en París por los meses que me quedaran o podía añadir a un pelirrojo a mi nueva y extraña aventura.

Sus ojos reflejaban duda y hasta un poco de miedo, continué observándolo mientras golpeaba el bolígrafo contra mi libreta, dejando a Nathaniel en medio limbo sobre si le iba o no a prestar la pluma.

Sonreí y como se desenvuelve la historia creo que ya sabrán cual fue mi decisión.

— ¿Qué haces? —me acerqué, deslizándome por la banca hasta quedar casi pegada a él.

—To... tomando apuntes —tartamudeó al notar mi aliento tan cerca de su rostro—. ¿Conoces el espacio personal?

—Pues claro. Piper Smith —extendí mi mano—, creo que nunca nos habíamos presentado formalmente, además también creo que no sabes mentir —aseguré guiñando un ojo.

—Nathaniel Kurtzberg —estrechó su mano con la mía y me devolvió la sonrisa—, tienes razón. ¿Ahora sí me prestas la pluma?

—Toda tuya, Nath>>.

El viento aullaba con más fuerza por cada minuto que pasaba y mientras mi cabeza se encontraba sumergida en lo mejor del pasado, mis dedos vagaban por su cabello, despejando los mechones rebeldes que se colaban en sus lagrimales.

—Tengo miedo de intentar una apuesta, no me decido que escoger para la carrera —tarareé sumergiéndome en la palidez de su piel—. Lanzaría los dados si pudiera y correría más rápido antes de que se detuvieran...

Y con cada palabra que entonaba declaraba lo que tenía miedo de aceptar, aún no estaba decidida.

En eso una camioneta negra se detuvo en la esquina contraria a donde me encontraba, provocando que el miedo que se estaba disipando volviera y reemplazara a la preocupación que hace unos instantes se hospedaba sin pagar alquiler en mi pecho.

Intenté despertar a Nath con unas suaves palmadas en el rostro, cosa que no funcionó nada, parecía desvanecido en algún lugar muy lejano a París, llegué a pensar que ni su conciencia se encontraba conmigo y ese sentimiento tomó más fuerza al momento de pronunciar su nombre.

—Nath. Nath. Nath. Nath. Despierta, hay una... una camioneta. Oye, compadre ¿lo recuerdas? ¿Recuerdas cuando te llamé compadre? —lo vergonzoso era que ni siquiera yo recordaba si así lo había llamado a él o a Luka.

"Olvídalo" me repetí. Ahora lo que importaba era no terminar secuestrados por el degenerado que conducía una camioneta a estas horas.

Cerré los ojos con fuerza y rogué porque lo peor que nos fuera a ocurrir fuera alguien pidiéndonos la hora. Sin embargo, a los pocos segundos sus pasos se comenzaron a acercar cada vez más y más, y yo n me encontraba en la posibilidad de levantarme y salir corriendo con Nath entre mis brazos. Pero por suerte todas mis preocupaciones se desvanecieron cuando el sonido de su voz invadió mis tímpanos.

— ¿Volps? 

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Hola, chicos!!! He vuelto, por un mes, jajaja el viernes volveré a actualizar y así lo seguiré haciendo hasta entrar a la universidad, ya que después estaré ocupada.

¿En qué ayudará Luka? ¿Piper al fin se dará cuenta que Trixx no está? ¿Pluma o bolígrafo?

Okay no se olviden de dejar su pregunta para cualquier personaje (e incluso a mí) para hacer el especial 8K, muchas gracias por todo y me despido.

Los amo,

Un abrazo,

Nos leemos el viernes,

Chao, The Writer ;D

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