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Capítulo 78

Después de clases sólo desaparecí. Sí, desaparecí en el ropero de Chloe Bourgeois, con una selva de vestidos Chanel y piedras de zapatos Dior.

Exactamente tenía una habitación llena de ropa, haciendo que el armario de mi antigua casa pareciera una caja de gato comparada con el suyo. La buena parte era que toda y cada una de las prendas estaba ordenada con suma meticulosidad y organización, trabajo que le atribuía al cien por ciento a Jean Pierre, su mayordomo personal al que le cambiaba el nombre cada vez que tenía la oportunidad.

— ¿Encontraste algo ahí dentro? —preguntó la rubia desde la sala.

—Em... —pensé en una forma amable de responderle—. No, nada de mi gusto.

—Tranquila, no es tu culpa que no sepas nada de moda o que aún no haya llegado la nueva colección —dijo abriendo la puerta.

— ¡Chloe! ¡Las modistas llegaron! —gritó Sabrina desde donde sea que se encontraba.

— ¡Ya vamos! Ven —extendió su mano rescatándome del metafórico bosque de ropa en el que irónicamente mi vida se había convertido.

Ni siquiera podía escoger entre dos vestidos y creo que saben a qué me refiero.

Caminamos juntas hasta la sala en la que dos señoritas nos esperaban junto a Sabrina. Ambas eran casi de la misma altura e irradiaban el mismo glamour, a pesar de que sus estilos no eran similares.

La primera tenía su cabello negro sujeto en una coleta alta que permitía apreciar cada una de las capas de este y al mismo tiempo su crop top negro, a lo tipo suéter y sobre este, un abrigo marrón, vestía un jean negro y unas botas de igual tonalidad de terciopelo con tacón cuadrado.

La otra, un poco más baja que la morena, traía un vestido negro —al parecer el color funeral estaba de moda— con cuello de tortuga y manga larga, este le llegaba hasta la mitad del muslo, también usaba un abrigo pero en su caso de un color mármol hasta las rodillas con las solapas abiertas —desde mi punto de vista se veía como una detective privada a la moda— y el atuendo terminaba con unas botas definidas en las rodillas de un material que parecía gamuza. ¿Tenía que mencionar que su cabello castaño era perfectamente hermoso?

Oh y claro, ambas llevaban gafas de sol.

— ¿Quiénes son ellas? —pregunté luego de procesar la bomba de glamour que había caído sobre Le Grand Paris.

— ¡Son las modistas! —expresó Sabrina apareciendo detrás del sofá.

—Ya veo...

— ¿Pero es que tengo que hacerlo todo yo? —se quejó Chloe—. Piper, te las presento, ellas son Paula y Caroline, las mejores en su trabajo.

— ¿No tienen apellido?

—No los necesitamos —respondieron al unísono mientras de deshacían de sus gafas para sol.

— ¿Y su trabajo exactamente es...?

—La otra vez, las llamé a las tres de la madrugada por un atuendo para el día siguiente y qué crees, lo tuvieron listo en cinco horas.

—Fueron tres —dijo entre dientes la más morena.

Nuevamente me percaté en ellas, ambas se veían listas para la acción, igual que militares pero de la moda. Estaba segura que en cualquier instante sacarían de donde sea una cinta métrica y comenzarían a atacar, anotando medidas y argumentando entre sí sobre qué color sería mejor para el tono de piel de Chloe.

—Yo me llamo Piper —saludé con una sonrisa—, señorita Paula.

—Creo que me hablas a mí —la chica de a lado extendió su mano, sonreí avergonzada y correspondí el saludo.

—Y yo soy Caroline —la otra llamó mi atención con unos toquecitos en mi hombro.

— ¿Entonces quién va primero? —preguntó Chloe desviando nuestras miradas a la base circular que Sabrina arrastraba hasta el centro de la sala.

—Está más que claro, señorita Bourgeois —dijeron en coro.

Al parecer ellas habían trabajado juntas por un largo trayecto, ya que cada una conocía a la perfección los gestos de la otra y viceversa, sabiendo el momento exacto en que debían de intercambiar gestos o realizar notas que después les servirían para confeccionar el "arte" como ellas misma se referían a su trabajo.

— ¿Entonces para qué se supone que es el vestido? —cuestionó Caroline tomando la medida de la cintura de la rubia.

—Para la alfombra roja —respondió Chloe como toda una drama queen.

En seguida, Paula miró a Sabrina en busca de información que pudiera aclarar el juicio de su clienta, pero la pelirroja sólo se limitó a levantar los hombros en son de confusión, fue ahí que la morena me miró a mí.

—Es para un baile —expliqué.

—Ah, entendido —afirmaron y con la misma rapidez volvieron a su labor.

Una vez terminado, llegó el turno de Sabrina y al final fue el mío.

— ¿Cómo te gustaría? —cuestionó, Paula.

—No lo sé, ¿normal? —dije al recordar el escote de infarto que le habían recomendado a Chloe.

—Ya veo... —manifestó Caroline alejándose un poco de la plataforma para obtener una mejor visión del asunto.

—¿Piensas lo mismo que yo? —le preguntó a su compañera.

—Ujum —expresó subiendo y bajando la cabeza.

Nunca había creído en la conexión de ideas por medio de telepatía, pero en ese instante y con esas miradas cualquier cosa podía llegar a pensar y estaba segura que si ellas decían que me pusiera un dodo en la cabeza acataría sus órdenes sin titubear.

—Pedrería, punta fina, largo y negro —enumeró Paula señalando las supuestas partes de su lista.

Después continuaron tomando las medidas, y finamente luego de unos treinta minutos igualando ideas, se despidieron con un torrente de hojas en las que algunos de los diseños estaban plasmados.

—El viernes —dijo Caroline guardando sus implementos en su bolso cuadrado de tira larga.

—El baile es el sábado —aclaré.

—Lo sabemos y por eso los vestidos estarán listos el viernes. Nos vemos —dijeron saliendo de la habitación de una expresión única de pasión e inspiración en sus rostros.

.

.

—He tenido varias oportunidades, varios espacios libres, varias emociones negativas para akumatizar a cualquiera de ellos. ¿Por qué no me lo permites? —se quejó Hawk Moth mientras discutía con la entidad que reposaba en su subconsciente, cada vez ganando más terreno, cada vez arrebatándole más el control sobre sus acciones.

Ese era Caos.

En la otra esquina, refundido entre las débiles sombras que proyectaba la luna esa noche se encontraba cierto pelirrojo que luego de la cita con Piper había regresado a la guarida y ahora se arrepentía de esa decisión, ya que no entendía si el volver al ojo del tornado había sido la mejor opción.

Pero sí, había sido la mejor, por el simple cabo que ataba el inestable plan en el que se había sumergido. No podía permitirse verse débil frente al enmascarado y mucho menos dudoso, porque de eso dependía el fino hilo de confianza que había ganado durante esas semanas. Esa había sido la principal razón del uso del akuma, una de dos.

¿La otra? Era la adición de la que se estaba volviendo prisionero. Adicto al poder, al valor que su contraparte le otorgaba cada vez que se sumergía en el delicioso néctar que Demoilustrador le brindaba. Pero se estaba saliendo de control, Nathaniel tenía la obligación de controlar al ente en su forma civil, lo cual no le resultaba complicado en la mayoría de los casos, por otro lado, lograr tomar las riendas de él durante su transformación, esa sí era una tarea en la que meditaría dos veces para llevarla a cabo.

Y lo peor era que conocía las consecuencias y la dificultad, debido a que Lila había sufrido algo igual de tentador.

— ¿Muy rápido? ¿Eres una reina del drama o qué? —volvió a hablar el enmascarado.

Cada vez que hablaban, Nathaniel sólo quedaba aún más confundido con toda esta situación. Quizás planeaban llegar a un acuerdo o tal vez sólo era su típica plática marital nocturna.

Últimamente era sí, Hawk Moth discutía en modo de monólogo con el parásito de Caos mientras Lila y él observaban la escena con suma incomodidad, lo único que lamentaban era la escasez de palomitas.

— ¿Cuánto llevan? —le preguntó su compañera castaña haciéndolo saltar al notar su presencia.

—Unos veinte, nuevo record.

— ¿Y Le Paon? ¿No debería estar ayudándolo con sus problemas de personalidad?

—Creo que está en el jardín secreto que Hawk Moth le reveló sólo a ella— bufó.

—Llevamos más tiempo aquí ¿y se le ocurre mostrárselo a ella?

—Exacto, sabes que los túneles son la clave, descubres como usarlos y lo demás es historia. Tienes una red entera bajo París.

— ¡Cállense los dos! —vociferó Hawk Moth con desesperación, la única emoción que se repetía más de dos veces desde que Caos irrumpió en su cabeza.

Lila y Nath asintieron sin contrariarlo, ellos ya sabían cómo se ponía el villano en caso de contradecirlo y el pelirrojo apostaba su estancia en esa pocilga a que ninguno de los dos deseaba que aquello se repitiera.

—Los días pasan y se pone peor —susurró la castaña.

—Lo sé, pero no hay nada que se pueda hacer. Sus akumas están en su cuerpo, temo que ni Ladybug pueda solucionarlo.

—Para hacerlo necesitaría el primer akuma, el que inició con toda esta locura y vaya a saber cuál es.

— ¿Cómo logras controlar a Volpina? —inquirí cambiando de tema.

Nathaniel notó algo extraño en el rostro de su compañera, algo como un fruncido de ceño, pero sólo lo ignoró esperando la voz de ella para que aclarara su duda existencial.

—Los nombres tienen poder ¿por qué crees que Caos no nos deja llamarlo por su verdadero nombre?

—Que...

— ¿Además, por qué preguntas eso? ¿Acaso tienes problemas en el paraíso? —rio codeando a Nathaniel, liberando un poco la tensión que existía en esa habitación.

—Es Demoilustrador, todavía no recuerdo lo que hace, o sea sí, pero son extractos.

— ¿Pensaste en engañarlo?

— ¿Qué?

—Sí, hacerlo pensar que tiene el mando pero al final desestabilizarlo tanto que este sería tuyo —explicó— y nunca más él podrá tenerlo devuelta, no por mucho tiempo.

—Lo intentaré para la próxima.

— ¿La próxima?

—El sábado es el baile y viendo todo esto... creo que será el último en un largo tiempo. ¿Y Couffaine?

—Bien, creo que si continúo así pronto lo alejaré de Piper, tal como me lo pediste.

—Genial, no quiero que se interponga más. Si confundimos a Piper, ella no estará disponible para el ataque del sábado.

— ¿Qué intentas decir? —preguntó confundida.

—Esa es la única manera de protegerla, no quiero que se involucre más de lo debido —manifestó esbozando una sonrisa.

Lila devolvió el gesto, ignorando por completo el hecho de que Nathaniel no estaba presente en esa conversación.

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Y directamente de los muertos he regresado, ¿qué les pareció ese final? Los dejaré con la intriga y no les preguntaré nada. También les quiero agradecer formalmente por los 7K y anunciarles que cambiaré la portada por una hecha hace muchos meses por _InTheDayTime_

Si el mensaje es muy corto, disculpen pero estoy corta de tiempo.

Los quiero, 

Nos leemos algún día en el capítulo 79,

Un abrazo enorme,

Chao, The Writer ;D

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