La noche caía sobre París, la Torre Eiffel se erguía en la ciudad como el monumento majestuoso que era, iluminado por las luces que se adueñaban de ella cada vez que la luna tomaba su lugar por sobre el guardián del día. Simplemente era un espectáculo digno de admirar, sin importar cuantas veces lo habías visto, pero esa noche era distinta y el Maestro Fu lo supo al instante en que Wayzz se levantó sobresaltado.

—Maestro... Maestro —lo llamó saliendo del fonógrafo en el que dormía la criatura.

—¿Qué ocurre, Wayzz? —preguntó Fu, interrumpiendo su meditación nocturna.

El kwami no respondió, sus ojos explicaban todas las emociones con las que se había levantado y el corazón del Gran Guardián se lo confirmaba con una fuerte punzada en el pecho que lo dejó sin aliento por unos pocos segundos.

—No... no puede estar ocurriendo.

—Es la única razón y lo extraño es que la energía que irradia no se inclina a ningún lado.

—Ni buena, ni mala —susurró Fu, llevándose la mano al mentón.

—Esperemos que no suceda como Hawk Moth.

—Le advertí del riesgo y me ignoró en su afán de recuperar a Emilie. Es terco y su hijo es igual. Los Agreste no miden las consecuencias, nunca lo hacen.

—Ojalá los chicos estén listos para luchar contra él.

—Ese es otro de mis miedos —soltó el anciano caminando de un lado a otro, intentaba controlar su respiración pero con cada día que pasaba, la preocupación se disparaba por los cielos.

—¿No cree que estén preparados?

—Lo están, pero no para lo que se viene.

—¿Qué intenta decir?

—Lo mismo que sentiste.

—El miraculous del pavo real ha sido activado —dijeron al mismo tiempo mientras miraban como una estrella fugaz cruzaba por el cielo parisino.

.

.

—¿Quién eres tú y qué haces aquí?

—Llámame Le Paon, vengo a ayudarte.

.

.

—¡No! —desperté gritando en medio de la noche.

El corazón me bombeaba tan rápido que casi podía sentir como este quería salirse de mi pecho, la sangre había caído a mis pies y el oxígeno no llegaba a mi cerebro, producto de esto, todo me daba vueltas, la habitación parecía que se desvanecía y algo faltaba.

Los ojos me comenzaron a pesar y definitivamente levantarse de madrugada nunca era una buena opción, aunque asumía que esa sería la única salida de mi pesadilla.

En ella, le había hablado a Nath sobre las perlas en nuestra cita, su mirada cambió de tranquila a furtiva y de un segundo a otro, ya no estaba en la mesa.

El lugar se oscurecía, me veía corriendo, abría una puerta y lo encontraba yaciendo en el santuario, extrañamente ninguna explosión había sido detonada.

Su frío cuerpo estaba en el suelo.
Y entonces, desperté.

—¡Piper! ¿Qué sucede? —preguntó, Trixx volando hasta la cama.

—Tengo... tengo miedo —tartamudeé mientras un bombeo volvía a crecer en mi pecho—. Tengo... tengo que calmarme. Voy a...

Intenté levantarme pero todo comenzó a moverse, una vez más, las cosas de la habitación se mezclaban entre sí, dando como resultado una especie de sopa enlatada, me estaba mareando.

Tenía la cabeza a punto de reventar, podía escucharla latir.

"Lup"

"Dup"

"Lup"

"Dup"

Contra el cráneo, el cerebro había tomado el lugar del corazón y viceversa.

—¡Ah! —me lancé con desesperación sobre las sábanas.

—¡Piper!

—¡No! ¡Aléjate! ¡Desaparece! —vociferé con toda la rabia que tenía almacenada, pero no era a Trixx.
Era a esa voz, esa maldita voz, de nuevo, su silueta se dibujaba frente a mí.

—Tranquila... puedo... puedo llamar a alguien —propuso, apenas y era un murmullo que lograba captar a lo lejos.

—¡Cállate! ¡AHH! —me agarré la cabeza entre mis manos, mis dedos halaban cada hebra de cabello que habitaba en esta, no aguantaba más.

—Entre más luches por escapar, peor se pondrá —susurraron en mi oído.
La serpiente se deslizaba por todo mi cuerpo, provocando lágrimas de dolor que mancharon mis sábanas durante esa noche, el cuervo picoteaba mi cabeza dejando hematomas a su paso y el león se encargaba de desgarrar lo último de piel intacta que aún me quedaba, era insoportable.

Mi cuerpo se retorció sobre la cama, convirtiéndola en su pista de baile, al compás de una melodía desgarradora, alegre en la superficie y macabra en el fondo, tomé la almohada y la coloqué sobre mi cabeza como si aquella acción podía neutralizar la música que extendía mi sufrimiento.

—Calma...

—¡No! ¡No puedes! No puedes... no puedes pedir algo que no tengo... no puedes —sollocé.

La habitación se hacía cada vez más pequeña, el "tic tac" del reloj incrementaba su volumen, los cuadros que adornaban las paredes comenzaron a caer de sus soportes, haciendo un sonido ensordecedor al estrellarse contra el suelo y un taladro infinito entraba y salía a gusto de mi cabeza, destruyendo todo a su paso.

—Detente... detente —farfullé apretando los dientes con fuerza, evacuando todo el dolor en esa acción, estaba segura que si continuaba así, pronto no quedarían dientes para desecharme de las emociones.

No quería más dolor... no quería sufrir más y si eso implicaba ceder, ya lo estaba considerando.

—Vamos —silbó—... vamos... sólo un poco más. ¡Ahora!

Y con sus tijeras rebanó la tela que conectaba mi conciencia con este mundo, mi existencia pendía de un hilo, el hilo por el que lucharía hasta el final.

Pero... no... era demasiado, sólo era... ¿rendirme? NO.

— "¡¡Sólo aguanta un poco más!!" —me repetí— "¡¡Deja de ser tan cobarde!!"

—Vuelve, regresa...

—¿Piensas que puedes controlarme? Nunca tuviste ese poder.

—Eso es lo que tú crees, no me has visto cara a cara, jamás.

—¡No puedes controlarme! —exclamé más para convencerme a mí misma de lo que de mis labios salía.

—Ya lo veremos.

—Piper...

—No...

—Piper...

—¡No...!

—¡Piper!

—¡He dicho que no!

Abrí mis ojos de golpe... el dolor había cesado, la cefalea había desaparecido, mis oídos estaban reventados y un sólo pitido era capaz de captar.

Paró.

Trixx gritaba mi nombre.

—¡Piper! —vociferó por última vez.

—A... aquí estoy, Trixx —le dije poniéndola contra mi pecho.

—¡Niña me preocupaste! Estabas... gritando cosas sin sentido.

—Dímelas.

—¿Qué parte de sin sentido no entendiste?

—Dímelas —repetí—, dime qué dije.

—Algo extraño, era un ser distinto, no parecía ser Hawk Moth, al menos no solo. Reconozco la presencia de Nooroo.

—¿Entonces? —la migraña se estaba esfumando del mismo modo en que llegó, era como si nunca hubiera pasado.

—Era Duusu.

.

.

—Ya demostré mi lealtad hacia usted, Yaoguai —dijo con elegancia, la enmascarada de traje azul y abanico que se había presentado como Le Paon.

—Su miedo fue un manjar, exquisito —afirmó la gruesa voz del monstruo que era absorbido por las sombras que proyectaba la guarida—, pero no me vuelvas a llamar así, para ti soy Caos.

—Como usted desee.

Aquello que Lila y yo habíamos presenciado había sido espantoso, con sólo recordar los gritos de Piper la piel se me ponía de gallina... sus preocupaciones, miedos, demonios habían llenado la cúpula de caos, rebotando por cada uno de los rincones que conformaban este lugar que no era menos terrorífico de lo que aparentaba.

Apreciaba el directo apoyo que Lila me otorgó en esos instantes en los que para protegernos permanecimos lo más alejados de esos dementes, podía asegurar que, de ser posible, nos hubiéramos fusionado a la pared que resguardaba nuestras espaldas.

Mientras aún temblaba de miedo —según ella, para mí eran espasmos—, Lila aprovechaba para esconder su cabeza entre sus piernas, ahora que la había visto quebrándose ya no era tan intimidante.

Y eso también me aseguró una cosa: no iba a ser capaz de terminar el trabajo, no con su verdadera forma a la intemperie.

—¿Y ustedes qué hacen allí? Acompáñenos a celebrar —ordenó quien no era ni Hawk Moth ni Gabriel Agreste.

Me levanté de prisa del frío suelo —aunque creía que la gélida atmósfera no necesariamente provenía de ahí—, lo que menos deseaba era hacer enfadar a esa cosa, entonces y para demostrar mi lado humano, le extendí mi mano a Lila y esperé a que la tomara.

—No... no gracias. Sé cuidarme sola —respondió a la defensiva, deshaciéndose de mi gesto con un solo manotazo.

—Nunca hablé de cuidarte —inquirí con una sonrisa de lado—, sólo estaba siendo amable.

—La amabilidad no te está llevando a ningún lado ¿o acaso te ayudó a escapar de aquí? —dijo atravesando mi ser como si de una cuchilla se tratara.

No respondí.

Sí, tenía razón. Ser buena persona nunca me ayudó en nada, empezando por Chloe que siempre fue mala conmigo y terminando con "Hawk Moth" que ni un chicle me daba sin su consentimiento.

—Acérquense —dijo la dama, en sus ojos a diferencia a los de Caos se reflejaba una genuina compasión, una que no había visto desde hace tiempo.

—Ya escucharon a la dama, dejen hacerse de rogar.

Lila y yo nos miramos pactando un trato silencioso y aceptando realizar una tregua momentánea, al menos hasta que las cosas se normalizaran.

—Si tú vas, yo voy —musitó, colocando su mano a la altura de mi pecho.

—Trato —acepté, tomando su mano en acuerdo.

Sabía que aquella promesa no duraría más que unas horas, pero serían las horas con la mayor seguridad que había sentido en estas últimas semanas.

—¿Tienen nachos?

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Hola, chicos!!! ¿Lunes? ¿Martes? Ni yo misma lo sé, sólo sé que logré pasar el capítulo en el celular, aleluya. Y se los traigo con un retraso de unos días pero al menos ya lo tienen aquí, la mala noticia y la vuelvo a repetir es que la computadora de la casa se dañó y ahí tenía el archivo con la historia y la lista, ahora ya no sé a quien dedicarle el capítulo y esa era una de las cosas que más me gustaban.

Al menos recuerdo a la última persona y esta era cjbc_0910 , espero que comprendan.

Otra cuestión es que ya tengo cuenta de instagram para "The Writer" y estoy como @thewriter_2016 así que si les gustan mis poemas, los estaré subiendo ahí y también en esa cuenta podría hacer un directo si desean.

Todavía ando superando Glee y estoy pensando en verme otra serie: Grey's Anatomy, entonces veamos si la superaré ¿cuanto tiempo me dan?

¿Contra quién será la batalla final? ¿Quién fue quien volvió loca a Piper?
¿Cuáles son los poderes de Le Paon?

Les voy a dejar las últimas dos canciones que he escuchado mientras escribo esto: Do ya think I'm sexy? (Cover por The Warblers) y Espíritu Santo (Redimi2, Barak).

Sin más que decir, me despido,

Los amo un montón,

Nos leemos el viernes (si aprendo a escribir más rápido en el celular),

Un abrazo gigante,

Chao, The Writer ;D

P.D.: si quieren el mini-spoiler no olviden seguir a la cuenta de KwamisPast y dejar el #VengoporTheWriter, sin # no hay spoiler.