Capítulo 49
Una rosa se distinguía dentro de un campo de gardenias, una cucaracha luchando por alcanzarla. La rosa mostraba sus espinas, y el jardinero la cortaba, se la llevaba y la alejaba de la cucaracha; terminó convirtiéndose en un deseo tan imposible e irreal que la cucaracha terminó en negación: ¿cómo un insecto podía enamorarse de una planta? Qué absurdo.
El jardinero tenía un ayudante, su mano derecha, su cómplice; este puso a la rosa en un refugio lejos del insecto, el vil jefe observando el progreso. Las esperanzas y motivaciones de la cucaracha cada vez eran más pequeñas: ¿por qué luchar por un juicio que ya estaba perdido? ¿Arriesgarlo todo por algo que ni si quiera sabía si la merecía? Qué tontería.
El insecto marrón no entendía su motivo, si todo era un engaño, si todo era falso. Ella se lamentaba día y noche, por algo que nunca había empezado y era inalcanzable, hasta sin alas se quedó. El jardinero sólo observaba, ¿por qué arriesgarse si podía manipular?
Y así me sentía, en esos segundos de pena, desesperada como la cucaracha. La rosa no la merecía y de eso se daba cuenta una vez que mostraba su verdadera forma, si tanto quería a la cucaracha ¿Por qué no luchaba? ¿Por qué se sometía a sus planes? ¿Por qué no regresaba al jardín?
En el patio, Nath tenía a Volpina entre sus brazos, se reían como si nada ocurriese, como si fuera de lo más normal. De risas, abrazos y mis pies rebotando de escalón a escalón para seguirlos, Volpina le susurró algo a Nath en el oído, ambos tomados de las manos salieron de la institución, aproveché el momento y los seguí.
—Tal vez sólo seas una ilusión, tal vez nada de esto sea real, pero aun así te encontraré. Lo prometo.
Ingresé a un baño público, el olor era fatal y con sólo respirar ya no me sentía en mis cabales, Trixx se hizo presente para devolverme a ellos
—Trixx tenemos que buscarlos.
—Di las palabras —canturreó.
—Trixx paws...
Y nuevamente, como si la desgracia fuera mi mejor amiga y la suerte mi enemiga a muerte, un imprevisto surgió del gran hotel en donde todos y cada uno de mis días llenos de mala suerte se hospedaban. La manija del baño comenzó a moverse, me quedé petrificada, podía jurar que había olvidado dos de las lecciones más importantes para el ser humano: respirar y hablar. Continuando con los grandes éxitos de Piper Smith, hoy se estaba a la venta el tan esperado sencillo: "No había puesto el seguro y la persona que se encontraba detrás de ese mugriento plástico era el insufrible de Luka", sería un éxito en las ventas. Claro, Piper hoy iba a ser un gran día.
— ¿Crees que puedes fugarte del colegio así como así?
— ¡Qué haces aquí! ¡Ahg! Okay... okay, respiro... Ella, ella se llevó a Nath y estoy segura que era una ilusión.
Nath no era de los tipos que amaran los abrazos. Además ni sabía por qué le decía todo eso a Luka, volteé la cara para buscar socorro en Trixx. Ella se veía preocupada, luego de unos segundos caí en cuenta de que no se había escondido y que flotaba justo en frente de Luka como si lo conociera de toda la vida. Ya podía oír los gritos por el tan esperado estreno de: "Como cuando tu kwami te delata", sólo en cines también en 3D.
—Espera un momento —dijo pestañeando un par de veces y levantando sus manos a la altura de su pecho—. ¿Qué es ese bicho raro?
Intenté calmarme, además el estreno podía esperar un poco. Lo tomé de la mano con fuerza y lo arrastré fuera del maloliente baño, regresando a la prisión de todo adolescente: el colegio.
"Al menos los compañeros de celda son agradables" citó mi conciencia.
—Habla por ti.
— ¿Qué cosa?
—Tonterías.
— ¿Piensas explicarme?
—No.
— ¿Por qué te fuiste?
—Por nada.
— ¿Qué es ese animal?
—Algo.
— ¿Me quieres?
Tardé unos segundos en responder—: No.
—Yo sé que sí —podía sentir su maldita sonrisa quemando en mi espalda.
Pasamos la puerta.
—No, ni siquiera te soporto.
—Me amas.
— ¡No! —volteé fulminándolo con la mirada y aguantando las ganas de darle una cachetada. Luka estaba jugando con fuego.
Solté mi agarre de inmediato.
—Mira —dije colocando los dedos en el puente de mi nariz—, tal vez sólo seas un buen chico y tal vez sólo hagas esto por molestar y... no lo sé ¿Quedar bien? Pero, Luka es por tu bien lo que te voy a decir, deja de meterte en estos asuntos. Saber mucho puede llegar a lastimar, ya sabes a qué me refiero y por favor, aléjate de mí, no quiero hacerte daño. No quiero perder a otro... No quiero hacer más daño del que ya he hecho.
— ¿Quieres ir al baile conmigo? —preguntó de la forma más inocente y tímida. Sus ojos brillaron y una sonrisa torcida se mostró en su rostro.
El valiente y atrevido Luka se había esfumado. Parecía ser un vaso de cristal a punto de reventar, por fin lograba ver su verdadera forma a través del espejo.
—Lo siento. Nath ya me invitó —esbocé una sonrisa lastimera bajando la mirada. No tenía su valentía para mirarlo a la cara—. No.
—Bien —pausó y su impecable sonrisa retomaba su lugar. Nunca la volvería a ver como antes, parecía más una fachada para ocultar el verdadero Luka, algo con lo que él no era realmente feliz—. Vamos al salón, preguntarán por nosotros. Y... ganaste.
— ¿Qué?
—Te libraste de mí.
—No te entiendo.
—El lunes haré que me transfieran a mi curso, diré la verdad, será lo mejor. Piper Smith es el primer y último día que tendrás que soportarme. Fue un gusto, Volps.
¿Era normal que me sintiera mal? Había dicho lo que pensaba y lo había salvado de involucrarse, pero... ¿Por qué me sentía tan mal? Definitivamente era la cucaracha y ahora mismo el ayudante del jardinero se había encargado de llevarse otra de mis flores.
Cuando llegamos al salón, inventamos una excusa cualquiera y nos permitieron entrar, ya una vez sentados ninguno de los dos habló por unas largas horas. Estaba cometiendo el mismo error que con la rosa, eso no volvería a pasar. Entonces me llené de valor para romper el silencio.
— ¿Quién te dijo lo del baile? —me esforcé diciendo esas simples palabras. Disculparme no era lo mío.
—Es lo único que se comenta en el colegio.
—Y... eh. Nada.
La cucaracha desistió, si no pudo luchar por la rosa, de qué le serviría arriesgarse por una flor recién plantada. Ese fue su pensamiento, hasta que el timbre sonó.
Ninguno de los dos nos miramos, no nos despedimos y cada uno tomó sus cosas.
"Esta es la última vez" me repetí.
—Espera.
Caminó hacia la puerta ignorándome, no le importó que el ayudante la cortara.
—Luka, espera.
No le costaba nada intentar a la cucaracha.
— ¿Qué quieres? —preguntó volteándose con el ceño fruncido.
Parecía querer librarse de las manos de su ladrón.
—Disculpa... no quería tratarte así y si te sentiste ofendido... estoy diciendo tonterías —inhalé respirando mis palabras y replanteándome el hecho de que estuviera haciendo esto—. ¿Me disculpas?
—Todo está bien. Nos vemos, Volps.
.
.
Se suponía que el día era prometedor, se suponía que la tarde sería fortalecedora y se suponía que todo quedaría simplemente bien. Nada de eso pasaba por la mente de Piper y Luka.
La castaña salía del colegio y se dirigía con sus amigos directo a visitar al Gran Guardián, cabizbaja no emitía ni una sola palabra.
Por otro lado, Luka y Juleka regresaban a su hogar, al chico le había entusiasmado la idea de practicar algún deporte en la secundaria. "No sería un mal plan" decía.
— ¿Hasta cuándo seguirás aparentando? —le preguntó su hermana menor.
—Cuando sea suficiente, no te preocupes estaré bien.
Así que luego de tomar una ducha y almorzar fue a la institución, hace unos días se había abierto una nueva sección, Savate(1).
Lejos de ese lugar, Adrien, Marinette y Piper tocaron la puerta con ilusión, esperanzados en lo que les enseñaría el Maestro Fu. Él los recibió con entusiasmo y los hizo pasar, repitió el proceso del día anterior y los chicos entraron al Salón de los Ancestros.
Fu sabía que este día sería para aprender, de ambos lados; su experiencia como guardián no había empezado como hubiera querido. No repetiría el mismo error, no otra vez.
.
.
— ¿Son necesarias todas estas posiciones? —pregunté sufriendo.
Todo iba bien hasta que el entrenamiento empezó. Primero la pose del árbol, relajante según el Maestro.
De eso pasamos a un sinnúmero de poses raras con nombres tan inútiles que nunca volvería a recordar. La pinza o era el pez, perro hacia abajo, el niño, la vela, medio saltamontes, mangosta aérea... y unos pocos más que hasta sentía que los anteriores los había inventado.
Durante el transcurso, hasta llegar aquí, no había dicho ni una sola palabra, mi mente se la había pasado divagando en la conversación con Luka.
Sumergiéndome en su obsidiana, llevándome lejos muy lejos de mi sentido común.
—Piper, Piper.
— ¿Ah?
—Te estaba diciendo que es importante para estar relajado y combatir la ansiedad, tienes que sumergirte en tu subconsciente, ¿dónde estabas?
— ¿Dónde estaba? —repetí—. Buena pregunta —bufé—. Luka.
— ¿Luka? —cuestionaron los tres en coro.
—El nuevo estudiante, lo odio —dejé de hacer el saludo al sol y me senté cruzando mis piernas—. Lo odio porque me siento mal, todo por su culpa.
—Concéntrate, Piper —dijo el Maestro Fu—. Respira.
—Nath es mi amigo y yo lo quiero. Luka es insoportable y además... ¡De la nada se puso frío! No quiero decir que era caliente ni nada por el estilo, pero es que es tan... estresante —expliqué rápidamente mezclando las palabras en el proceso y posiblemente confundiendo a todos.
—Piper ordena tus prioridades —aconsejó Trixx—, un día de estos te volverás loca, más de lo que ya estás.
—Ten, descifré unos códigos del libro, practica —expresó el Gran Guardián entregándome el libro de los miraculous—. Adrien y Marinette siéntense. ¿Tienen la mente relajada? Respondan con sinceridad.
—Sí —afirmó casi al instante el rubio.
Marinette tardó unos segundos, y justo cuando al fin pronunció la tan esperada respuesta, no fue lo que esperábamos, no de la azabache—: No.
—Bien, por hoy terminamos. Marinette mañana regresa, libera tu mente, no dejes que nada te agobie y, principalmente, mantente en equilibrio con todos y contigo.
— ¿La está echando? —inquirí.
—No, únicamente aún no es su momento y cuando lo sea... ella lo sabrá.
—Gracias, Maestro. Aprovecharé el tiempo para comprar unas telas, necesito hacer el vestido y la máscara para el baile.
—Te acompaño —propuso Adrien levantándose del tapete que habíamos traído para el yoga "suave". Siempre tan impulsivo.
—Adrien tienes que permanecer aquí, igual que Piper. El autodescubrimiento es distinto para cada persona —explicó el Maestro.
—Pero...
—Tranquilo, chaton, estaré bien —Marinette se acercó al rubio y besó su mejilla despidiéndose.
Esos tórtolos eran adorables.
.
.
Definitivamente, el Savate no era para mí. Juleka tenía razón, algún día tendría que mostrarme como era.
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(1)Savate: es una disciplina francesa también conocida como kick-boxing francés.
*Todas las posiciones de yoga que Piper nombra son reales.
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Hola, chicos! Disculpen por subir a estas horas pero... no sé si sabrán, hubo un sismo acá en Ecuador y hace unos minutos se presentó una réplica, ese fue el contratiempo y por si se lo preguntan: sí, estoy bien. Ahora sí con la historia, en la nota de autor pasada se me olvidó preguntar... si la pudieran ponerle nombre a esta historia ¿cuál le pondrían? Yo lo pensé y la nombraría "Una nueva y loca Volpina en París" jajaja sí es un poco raro pero meh, ahora quiero ver sus opciones. Hoy sí que he investigado para la historia, y creo que el capítulo quedó muy bien ¿qué les pareció la historia de la cucaracha? ¿tendrá spoilers de lo que pasará en un futuro? ¿de qué hablaba Juleka a su hermano con respecto a "aparentar"? ¿shipean el LilaxNath? No olviden que el próximo capítulo será todo omnisciente y espero que también les guste.
Sin más que decir y preparándome para dormir, me despido, que la pasen bien.
Los quiero,
Un abrazo enorme,
Nos vemos el próximo viernes,
Chao, The Writer ;D
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