Capítulo 47
Luego de unos minutos intentando recobrar el aliento, caminé a donde se encontraba el Maestro Fu.
Me recosté en el umbral de la puerta.
—Demo... Demoilustrador volvió a atacar —mi respiración ya se estaba controlando, levanté la cabeza mientras preguntaba—. ¿Qué tal por aquí?
Parecía que el Maestro tenía un fuerte dolor de espalda, sólo lo había visto así en Orígenes. Thomas y Jeremy estaban a su lado intentando mantenerlo de pie.
—Quiso transformarse —explicó Thomas.
—Ya le dijimos que no estaba en edad para esas cosas —recriminó Jeremy—. Cuidado.
—Sólo quería ayudarte —dijo el Maestro y lo sentaron en el tapete.
— ¿Maestro se encuentra bien? —preguntó Wayzz que rondaba alrededor del Gran Guardián.
—Sí, lo mismo de siempre. ¿Me pueden dar té?
—Claro, Piper sírvele un poco, por favor —Thomas señaló con su cabeza a la mesita en donde se encontraba la tetera.
Corrí y le serví lo más rápido posible, le llevé el té a la boca y sorbió el líquido poco a poco.
—Gracias —dijo el Maestro sentándose como normalmente lo haría.
—Creo que ya nos tenemos que ir —Jeremy se levantó—. Hay que terminar unas cosas en el estudio ¿has visto los spoilers?
—No... no he estado revisando Instagram, tengo tantas cosas en la cabeza —respondí y les tendí la mano para despedirme.
—Adiós, Piper. No provoques tantos problemas, tómalo como un consejo de amigo —recomendó el Hawkdaddy.
— ¿Nos volveremos a ver?
—Tal vez, piensa que esto sólo es un "hasta luego" —Jeremy tomó mi mano y la estrechó—. Adiós
—Fue un gusto conocerlos, de nuevo.
Y con una sonrisa en sus rostros, ambos creadores se despidieron y nos dejaron en la habitación, con mis reclamos de por medio.
—No vuelva a hacer eso —advertí mirando al anciano y enarcando una ceja—. Estoy bien, viva. Usted no debe de ponerse en peligro por mi culpa.
—Mi presentimiento era correcto. Debes ir a descansar, mañana iniciamos el entrenamiento, intenta despejar tu mente. Mañana sí estarás ocupada.
—Bien, me voy pero prométame que no lo volverá a hacer —le extendí mi meñique.
—Prometido —enlazó el suyo con el mío.
Me levanté del tapete y me dirigí a la puerta. El pomo temblaba en mi mano. Respiré.
—Nos vemos mañana.
—Adiós, Piper.
Caminaba por las calles parisinas directo al Hotel Le Grand Paris, miraba las casas mientras pasaba. Trixx descansaba dentro de mi abrigo, además Alya me había llevado la mochila donde el Maestro. Nada me hacía falta.
El sol comenzaba a descender, un atardecer bañaba los tejados, un día así me recordaba a las peleas contra los akumatizados, generalmente de tarde a noche con la luna observándonos.
Comencé a tararear una canción, la que Chat le había dedicado a su lady, una pareja tan linda al fin unida. Nunca me hubiera imaginado que así, con una canción, sus almas estuvieran, después de tanto tiempo y ceguera, juntas. Hechas el uno para el otro.
—No importa lo que pase o a quien me encuentre... —canturreé mirando las estrellas.
Encendí el celular.
— ¿Tantas llamadas perdidas? —deslicé el pulgar sobre la pantalla—. Tengo que llegar rápido.
Corrí como si el viento me llevara entre sus corrientes, dejándome guiar por este. Ingresé al hotel tan rápido que casi hago caer al portero.
Subí las escaleras, el ascensor —en este momento— me ponía nerviosa.
De dos en dos, de tres en tres; mis piernas bailaban al ritmo de la desesperación. Aullaban de dolor, la pelea con Demoilustrador me había dejado cansada. Mi cerebro estaba desconectado, me preocupaba mi mamá, mi hermana, mi familia.
—Tienen que estar ahí —gruñí golpeando la puerta.
A mi materia gris no le llegaban ideas, parecía que estaba en off o en algún mecanismo de alerta roja que no le permitía pensar. El sudor perlaba mi frente, mi puño dolía de tanto golpear.
— ¡Trixx abre la puerta por dentro! —ordené tironeando nuevamente la manija—. ¡Trixx!
—Entendido —pasó a través de la madera y la puerta se abrió.
Las luces estaban apagadas.
— ¿Por... qué? —encendí las luces, sin antes estar preparada para lo que vería. Un gran caos adornaba la habitación.
Jarrones rotos, la mesa patas arriba. Fui a los dormitorios. La sábana en el suelo, el closet abierto, zapatos regados a su alrededor.
— ¡¿También ellas?! —caí de rodillas, lágrimas calientes manchaban mis mejillas, entré en desesperación—. ¡Son unos... ! ¡AHG!
Respiré profundo, me levanté y sequé mis lágrimas, aquellos cobardes no eran merecedores de mi sufrimiento. Debía de estar determinada, ahora más que nunca. Algo parecido debió de ocurrir con Nath.
—Hawk Moth no sabes con quien te has metido —apreté la mandíbula y me fui a dormir.
Las recuperaría lo más pronto. A todos.
.
La alarma sonaba retumbando en mis tímpanos, anunciaba un nuevo día, un gran día. Me levanté sonriéndole al techo, fui y abrí las cortinas; nublado y gotas caían.
—Lluvia, que clásico.
—Bien, Piper, el día de hoy vas a intentar sacarle información a Lila, seguro ella sabe algo y...
—No, Trixx —interrumpí mientras caminaba al baño—, la voy a ignorar, a pretender que no me importa. Será lo mejor, además hoy vamos a visitar al Maestro Fu, tengo que estar de buen humor.
Me duché rápidamente, pedí el desayuno, alisté mis cosas, agarré un paraguas y salí del hotel.
Aún era temprano y las pocas personas que rondaban por las veredas se las notaban tristes, ya sea por la lluvia o porque estaban hundidas en sus pensamientos. Igual que yo, ahogada.
No les prestaba atención a los charcos, a los cruces de calles o la dirección en que iba; quizás había adoptado el famoso "piloto automático" o mejor conocido como vivir sin vivir. En eso, un cuerpo chocó contra mí, cayendo los dos, abruptamente, en direcciones opuestas sobre un gran charco de agua. Estaba empapada.
— ¿Pero qué rayos? —musité enojada, ahora tendría frío.
— ¡Qué ocurre contigo! ¡Presta atención por donde caminas, deberías tener...!
Alzó la mirada luego de intentar, por unos segundos, exprimir el agua de su bufanda.
— ¡Wow, pero si eres Volpina! Me llamo Luka, un gusto conocerte... Olvida lo que sucedió —extendió su mano levantándome del suelo, tomé mi paraguas.
—¿Gracias? Sabes qué... estoy un poco ocupada, tengo clases y me tengo que ir —sentencié corriendo y cruzando la calle.
No me interesaba lo que el chico "Luka" me tenía que decir.
De repente, alguien me sostuvo del brazo con fuerza antes de siquiera poner un pie sobre las escaleras.
—Yo también tengo clases —sonrió— y parece que vamos al mismo lugar.
Avanzó conmigo hasta el interior de la institución. Luka era un chico alto para su edad, casi del tamaño de Adrien, sus ojos entre cafés y dorados, y sobre ellos, en lo más alto, su cabello azabache, negro como la obsidiana, dentro de un gorro gris de lana. Unos cuantos cabellos pegados a su frente por la lluvia. Su estilo casi punk-emo resaltaba de entre los estudiantes, aunque no era nada extravagante y se veía muy casual.
—Ahg, lo que sea —expresé y me solté bruscamente de su agarre.
—Pensé que conocer a Volpina sería un recuerdo más agradable —escuché a mis espaldas
Qué se creía ese chico, ¿qué sólo sonriendo podía arreglarlo todo? Yo tenía mis problemas, mis llamados demonios internos.
No era por ser mala, pero llega un momento en que la atención agobia.
Nos hicieron ingresar al curso antes de tiempo por la lluvia —aunque otros días ni siquiera se preocupaban por eso—. Saludé a Nino, Alya y Adrien. La señorita Marinette como siempre llegó unos segundos antes de que las campanadas sonaran.
—Bonjour, chicos. El día de hoy un nuevo alumno se integra a nosotros —saludó la Srta. Bustier, caminó hacia la puerta y la abrió.
La condenada parecía que se burlaba de mí.
—Luka, ven y preséntate a tus compañeros.
¡Ahg! ¡¿Era en serio?! El mundo estaba en mi contra, la vida me odiaba y el karma bueno había desparecido de mi hilo dorado. Otro más. Miren, me dirán: "Piper, pero qué tiene de malo". Bien, les diré, desde el momento en que lo escuché supe que no lo aguantaría. Además el día que llevaba, no era el mejor.
Con frío, cansada, ahogada en mi vaso de agua y a punto de tener un colapso nervioso, el chico de mis pesadillas entró al salón y habló:
—Buenos días, soy Luka Couffaine, vivo aquí en Francia y sería un gusto que todos seamos amigos —se presentó el muy estúpido y guiño el ojo hacia alguna dirección que no era de mi importancia.
—Gracias, Luka. Veamos dónde te vas a sentar —la Srta. Bustier comenzó a inspeccionar el aula, detuvo su mirada turquesa en mí.
—Ay no —musité, haciendo garabatos en la libreta.
—Piper, Luka se sentará contigo.
—Pero, Srta. Bustier, Nathaniel es mi compañero de banca y no sería justo para él —expliqué y susurré bajando la mirada— ni para mí.
—Nathaniel no vino ayer, tampoco hoy. Tómalo como algo momentáneo —manifestó la maestra cruzando los brazos sobre su pecho.
—Bien... —rodé los ojos.
Luka caminó hacia mi puesto y se sentó a lado mío, cada segundo parecía eterno, creo que pagaría mi condena antes de tiempo. El chico giró la cabeza y sonrió.
—Nos volvemos a encontrar, Volpina —extendió su mano.
—Para tu información me llamo Piper —miré su intento de saludo y sin inmutarme lo ignoré para enfocarme en la clase—. Y no soy tu amiga. No me hables, no me mires y no invadas mi espacio personal.
¿A quién engañaba? Se me había hecho difícil pronunciar aquellas restricciones y es que Luka tenía ese no sé qué... El muy condenado, si quería, podía tener a cualquier chica a sus pies; con su envidiable cabello negro como la noche y esos ojos que te raptaban a otra dimensión. Simplemente fascinante, aunque el odio aún no me lo quitaba nadie.
Luego de unos minutos, inesperadamente, una idea se cruzó por mi cabeza.
—Espera, tu apellido se me hace familiar —dije en media clase de literatura.
— ¿Cuáles eran las reglas? —posó su índice en sus labios como si pensara—. Ah, cierto. Que no te hablara.
— ¿Eres familiar de alguien, no? —continué, ignorándolo.
—Luka Couffaine, hermano de Juleka. Un gusto.
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Hola, chicos!!! Bien aquí está el tan esperado capítulo 47, y sí tendrán más de Luka para los próximos capítulos, créanme cuando se los digo. Y bien ¿ya vieron Robostus? ¿Riposte? ¿La Befana? Los capítulos están increíbles, esta vez los animadores se sacaron la madre, Dios. Me encantaron las cosas que revelaron en Robostus y aunque no les entendí casi nada en porque estaba en francés, lo disfruté mucho. Bueno, ahora ¿qué les pareció nuestro Luka? ¿quién creen que secuestró a la familia de Piper? ¿Luka y Piper se llevarán mejor? El trato que le tiene es una especie de amor-odio, aún extraña a Nath, pobrecilla.
No sé si tenga algo que ver pero justo cuando copié y terminé de pasar el capítulo, Thriller estaba sonando... la próxima semana entro a lecciones y haré (como siempre) lo posible en escribir, lo bueno es que ya terminé de escribir el capítulo 51, ah y me olvidaba, el capítulo 50 va a ser especial ya que será narrado todo, absolutamente todo, en omnisciente y pues... gracias a mis amigas será uno se los más largos, y repito créanme cuando les digo largo.
Ahora sí y sin más que decir o anunciar, me despido, espero que hayan disfrutado el capítulo y gracias a todas aquellas personas que se están uniendo a la lectura de esta que es nuestra historia.
Nos vemos en el 48,
Los quiero,
Un abrazo gigante desde Ecuador,
Chao, The Writer ;D
P.D.: el spoiler del anterior capítulo era el nombre de Luka, si lo ponían en forma de verso claramente se notaba, suerte para la próxima ;D
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