Me transformé frente a ella, mis fuerzas aumentaron, mis sentidos alerta y una patada en su boca de fresa.

—Cuando salgas de aquí... ya no tendrás escapatoria —amenazó limpiándose con su palma la sangre que corría de su labio.

—Tú no me das órdenes —lancé un golpe hacia su abdomen.

Ya lo tenía calculado e interceptó el ataque con su flauta. Mis nudillos dolieron.

—Eres una estúpida. ¿Por qué sigues en este lugar? —se arrastró por el suelo barriéndome en el acto, caí de espaldas. No podía respirar.

Ella se irguió.

—Por... por ustedes —su flauta fue directo a mi garganta.

Irónicamente estaba entre la flauta y el suelo.

—No nos acabarás. ¿Algo que no hizo Ladybug lo harás tú? Ja, que gracia —el frío metal del instrumentos clavaba en mi tráquea. Ella se acercaba cada vez más como un zorro asechando a su presa.

—Yo no trabajo sola. Somos un equipo -musité y recordé una escena fugaz.

Una patada, una silla y una máscara. Ejecuté el plan.

Mi pierna se levantó y estiró en un microsegundo, con tanta fuerza que hasta a mí me sorprendió. Cayó al suelo, este vibró.

Me puse en posición de batalla, ella hizo lo mismo. No estaba de humor para rendirme.

Di el primer paso, mi segundo mayor error. Me tomó del pie ágil cual felino, volví a caer.

— ¿Por qué continuas intentándolo? Ya conoces tu final —rio.

—Mi destino lo forjo yo, tú no decides lo que haré o dejaré de hacer. ¿Quieres probar de lo bueno?, espero que no huyas como la sabandija que eres —no tenía ni la menor idea del porqué de esa amenaza, pero lo que sí podía asegurar era que con la firmeza con la que la había dicho, hasta yo me la creía.

Me levanté firme y la sujeté del cuello.

Luego la duda me invadió, no tenía ningún nuevo poder, ninguna nueva habilidad o extraño artilugio. No conocía algún "hechizo" o estudiado el libro. Además en estos días ni al Maestro Fu había visitado. Estaba en nada enfrentándome contra alguien que, a pesar de no tener un miraculous, estaba más preparada que la portadora.

Me invadió el miedo y mi agarre se redujo.

—Muy valiente —aplaudió soltando mi mano—. Te tiemblan las piernas con sólo pensarlo, sabes que no estás lista. Vamos enfréntame, pruébate a ti misma. Sé merecedora de ser llamada Volpina.

La partida comenzaba.

Mi mano se cerró en su cuello, cortándole la respiración, apenas podía formular una palabra.

— ¿Quieres saber qué tan cruel puedo ser? —susurré lentamente formando una sonrisa maliciosa.

Su rostro empezaba a pintarse de carmesí, luchaba por zafarse.

Mi pie crujió, un fuerte dolor se expandió, la solté sin pensarlo.

— ¡Ahg! —gruñí.

—Este es el verdadero inicio del juego. Yo pongo las reglas.

Balanceó la flauta en su mano, una pelea de esgrima daba el punto de partida. Ataqué con determinación, direccionando la flauta hacia su cuello. Ella contraatacó, la furia pintaba sus ojos. Lanzó una patada al suelo, salté evadiéndola. Toqué una tonada, flechas al aire; un escudo se formó alrededor de ella protegiéndola del ataque, una bomba de humo asedió el salón. No podía ver nada.

— ¡Muy pronto todos conocerán a la patética persona que se esconde detrás de esa máscara!

Su voz bañó las brumas, ataqué con otra ilusión. Luz, una sola luz impenetrable me envolvió, iluminando únicamente hacia donde iba, dando con su ubicación.

La retuve contra la pared, un golpe en su cabeza.

—Eres una zorra.

Con mi codo le quité el aliento. Gimió.

— ¿Te haces llamar Volpina?

Mi rodilla chocó contra su desprotegido vientre, el rojo tenía sus pupilas.

—No...

Parecía nunca terminar, una fuerza descomunal me obligó a interrumpir mis reclamos. Caí entre las bancas. Los huesos me tronaron, los músculos me dejaron de responder por unos segundos. Abrí mis ojos.

Arregló su cabello, se sacudió el traje, me miró fijamente y embistió contra mí, levantándome por los aires, un golpe certero me fue entregado en el rostro.

Encorvé mi espalda en busca de aliento... con la flauta me estrelló contra la baldosa.

—Sólo un botón —canturreó.

—So... sólo una llamada —afirmé, yaciendo en el suelo.

—Sólo un video —caminó a mi alrededor jugueteando con su arma.

—Sólo una iden... identidad.

—Sólo a millones de personas —continuó sonriendo.

—Sólo una... revelación.

Se inclinó a mi altura y susurró:

—Es tu elección, deja de buscar a Nath. El sueño de hoy sólo fue una pequeña gota —tomó mi mentón, sus uñas clavadas en mi quijada—. Elige.

—Envíalo —respondí y cerré los párpados.

Vueltas y más vueltas, un dolor de cabeza, las frías baldosas y una voz que me llamaba.

— ¡Piper! ¡Piper! —se escuchaba a lo lejos.

La puerta se abrió de golpe, alguien ingresó al salón.

— ¡Piper! ¡Piper! —su voz se aclaraba.

Unos brazos me tomaron con torpeza de los hombros, aun así, logró voltearme.

— ¡Piper! ¡¿Qué te pasó?! —sus manos me sacudían constantemente.

— ¿A... Alya?

—Sí, sí, soy yo. No me digas... ella fue ¿no?

—Ma... Maestro... Maestro Fu.

— ¿Qué?

—Trae... a Ma... Marinette. Díselo.

—Pero...

— ¡Ahora! —grité con mis últimas fuerzas.

Caí en el abismo.

Las escenas de la batalla con Lila venían a mi mente. Aquellos rasguños que escocían en mi piel, esos golpes imborrables de mi ser y las palabras, las malditas palabras que esa me había lanzado, aunque no lo crean, dolían. Me dañaban por la simple razón de que eran verdad.

— ¿Piper? —nuevamente una voz, pero esta vez más cansada, más varonil, más adulta.

Ya me sentía un poco mejor —o eso creía— intenté levantarme de donde sea que estaba, la voz me interrumpió.

—No te muevas —ordenó con suavidad.

— ¿Ahh?

—No te muevas, te harás daño.

— ¿Dónde estoy? —pude preguntar.

Lentamente comencé a abrir mis párpados, la luz invadió mis pupilas y cerré los ojos con rapidez.

—Relájate, voy a hacer algo.

— ¿Ahh? —escuché unos toques en una superficie metálica, tal vez un platillo de Kong, inhalé profundamente.

— ¡Wow! —exclamé sentándome de golpe—. Me siento genial.

—Hola, Piper —saludó Alya—, traje a Marinette.

— ¿A Marinette?

—Sí y ya llamó a Adrien.

—Excelente, diles...

Mi vista se volvió a nublar, como si me hubieran dado con un sartén en la cabeza. Caí seca en el tapete. Y alguien dijo:

—Es normal, necesita descansar. En unas horas estará mejor, con los kwamis el efecto es inmediato, pero ella... debe descansar.

Una cama de plumas no estaría mal para acompañar el sueño, ese no era mi caso. Tal vez era culpa del tapete en donde dormía o de los golpes que había recibido; aun así me sentía mucho mejor.

"Es hora de despertar" pensé, pero unos murmullos me hicieron esperar.

— ¿Qué hago con la gente de afuera?

—Diles que no conoces a nadie con ese nombre.

— ¿Y si muestran pruebas?

—Continúa negándolo.

—Alguien difundió su identidad, todo París y si no es todo el mundo ya lo sabe.

—Otro motivo para que su despedida sea más rápida.

— ¿Qué? ¿Acaso le va a quitar el miraculous?

—Eso sólo ella lo decide.

— ¿Entonces?

—Intenta controlar a la multitud, si te es demasiado iré contigo.

— ¿Quién se quedará con ella?

—Adrien y Marinette están en la otra sala.

Con estas palabras una puerta se cerró y los gritos aumentaron.

— ¿Alguien me explica lo que ocurre? —inquirí adormitada, me tallé los ojos y miré mis manos.

No estaba transformada.

— ¿Trixx? ¿Trixx?

—Al fin despiertas, pensé que tendría que enterrarte —mi kwami irrumpió en la habitación con una bolsita de trixx en sus manos.

—Buen almuerzo ¿no?

—Delicioso, gracias por preguntar.

— ¿Sabes a qué se referían con lo de la identidad?

— ¿No recuerdas? Deberías de entrenar más... Lila te venció de lleno y además fuiste tú la que revelaste los videos. Felicidades lo que te dije el primer día que no lo hicieras, ya lo hiciste.

— ¡¿Qué?! —repentinamente todos mis músculos se pusieron a trabajar hora extras.

Me levanté tan rápido como pude, alarmada, asustada... ¡¿Acaso no sabían que nunca debían de dejar una elección a alguien moribundo?! ¿Eso quería decir que había renunciado a Nath?

—Pareciera que hubieras visto un fantasma —respondió ignorándome olímpicamente—. Ah y las personas que están afuera... son la prensa.

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Hola, chicos! Tuve que hacer malabares para traerles este capítulo y me van a disculpar, pues como han de saber yo usualmente dedico el capítulo, según las personas que voten, comenten, añadan la historia a su lista de lectura o hagan algún acto de presencia. Bueno y creo que hasta el miércoles no podré añadir la dedicación, ya que no, no me entregaron el CPU ayer, entonces... ahí tengo la lista de las personas y ahora ando escribiendo esto en una laptop que no es la mía y entenderán. Bueno, bueno, bueno ¿qué les pareció el capítulo? ¿quién creían que iba a ganar en el Volpina vs Volpina? ¿Lila tendrá sus razones? Y hemos llegado a los 300 votos y... como siempre la personita que lo dio se llevó su spoiler, ella es vale8azul

Muchas gracias por todo, los quiero mucho chicos, en serio y espero que estén hasta que dé los agradecimientos.

Nos leemos el próximo viernes,

Los quiero un montón,

Un abrazo, chao,

The Writer ;D

P.D.: en unos capítulos Piper se volverá a encontrar con dos personitas muy especiales para el fandom. Estos capítulos ya los tenía escritos hace un mes más o menos, actualmente voy por el 47 que casi lo  termino, nos vemos ;D