Capítulo 39
—¿Chicos? —caminé hacia ellos. Mis sentidos se encontraban alerta, en eso un crujido salió debajo de mi bota—. ¿Ehh?
Una, nota, una nota que citaba:
"Aléjate de esto o él hará contigo lo mismo que a mí"
—Nath
—No me vengas con tus disculpas y absurdas explicaciones —expresó Chat al verme leer la nota.
—No, Nath.
.
.
Dos días antes...
Todo lo que le dije a Piper era por su bien, quería estar de su lado, pero cuando llegué al hotel... había cambiado de opinión y cuando insulté su origen shippeador... tenía ganas de lanzarme del puente. ¿Cómo una persona puede herir tan rápido?
Lila me esperaba en un callejón y yo dispuesto a continuar, acepté. Aunque lo que más me sorprendió fue encontrar a Piper detrás de una columna. Columna que no tenía idea que desaparecería. Y unos cuantos intercambios de palabras después... Lila también se esfumó, pude ver la decepción en los ojos de Piper.
—Tú no me odias —dijo ella más como una pregunta. Cuestionándose si lo que veía era real. Se acercaba a nosotros con paso firme.
—Piper... —advertí. Tenía miedo a que le hiciera algún daño. Pero, conociendo a Lila, primero dejaría que se ilusione para luego arrebatarle sus esperanzas.
—Eres más frágil de lo que creía —enfocó su vista en Lila, que no tenía ninguna expresión en su rostro. Una perfecta "Poker face".
—Piper... —repetí, quería salir corriendo de ese lugar, quería llevar a Piper al hotel y eliminar todo recuerdo de lo ocurrido esta tarde. Quería volver a empezar.
—Pero querer no es poder, Nathaniel —me recordó mi conciencia. Mi estúpida conciencia que no me dejaba en paz ni por un minuto.
—Y nunca estuviste aquí —su brazo pasó a través de Lila como si de una ilusión se tratara.
Piper quedó sorprendida tanto como yo, mis manos estaban empapadas de sudor y rápidamente su rostro volvió al de decepción. La había defraudado.
—¡Piper! —grité e intenté correr tras ella— ¡Piper! —volví a repetir, mi cuerpo se sentía pesado como si algo me mantuviera firme en este lugar, como si fuera un prisionero.
Y cómo no sentirme así, si bajando la mirada dos cadenas me sostenían con firmeza al sucio suelo del callejón.
—No lo intentes, mis ilusiones cada vez se vuelven más fuertes, dentro de poco podrán casi igualar el poder de Volpina. Y cuando me ayudes a encontrar el libro... podría hasta superarlo —explicó una voz a mis espaldas.
Aún intentaba liberarme, mis pies trataban de dar un paso, no se movieron ni un centímetro.
—Pensé que habías desaparecido —pronuncié. No quería voltearme, no quería voltearme y verla convertida en Volpina. Ella era una usurpadora, Piper sí era merecedora del miraculous.
—Tu cerebro está funcionando mal —chasqueó la lengua—. Vamos, te llevaré con el maestro.
Cerré los ojos con fuerza, desearía que nada de esto hubiera pasado y me dejé llevar. El viento corría por mi cabello, se escuchaban fuertes pisadas. "Bom, bom, bom" ellas resonaban, la gravedad no hacía efecto, era algo como volar. Me sentía en la cima del mundo con todo el poder de mi lado.
Una puerta se abrió, una voz brotó.
—¿Cómo está mi zorrilla favorita? —su tono era potente, seguro. Nunca lo imaginaría cediendo a alguien, él imponía las reglas.
—Muy bien, maestro. Excelente como siempre —la voz de Lila sonaba acaramelada, como si con cada palabra lo arrastraba a su juego.
—¿Y este niño? ¡Que abra los ojos, no le haré daño! —gritó ordenando, lentamente comencé a abrir mis ojos y una figura se dibujó frente a mí.
—¿Hawk... Hawk Moth? —tartamudeé, aquel villano que había jurado obtener los miraculous... se encontraba frente a mí.
—¿Sorprendido? —rio realizando un gesto de quemeimportismo—. Tranquilo, estás sudando.
El ambiente era pesado, el aire denso, mi respiración... cada vez me era más difícil respirar. Mis manos seguían sudando incontrolablemente, podía llenar una piscina con este.
—Ehh... —mis palabras no se dignaban en salir.
—Le va a ser muy útil —recalcó Lila vendiéndome, me empujó un poco y di un paso hacia delante.
—Iniciativa... me gusta —su mano subió a su mentón, sus ojos se calvaron en mí, me sentía indefenso. Quería gritar.
—¿Para... para qué me necesita? —dije con un hilo de voz.
—Buena pregunta, sólo deseo saber la locación de un libro. Un libro que me pertenecía y un anciano me lo robó.
—¿En... en serio?
—¿Por qué te mentiría? —se aclaró la garganta—. Sólo quiero recuperar algo mío. ¿Qué mal haría?
—Ninguno —musité.
—¿Nath, tú sabes dónde podría estar? —susurró Lila, su rostro denotaba preocupación rogando en silencio por mi ayuda, apretando fuertemente mis brazos.
—No —respondí—, no tengo ni la menor idea. ¿Por qué debería de saberlo?
—Por la simple razón de que conoces a Piper —intervino Hawk Moth jugueteando con su bastón.
—¿Cómo sabe quién es Piper? —lo enfrenté con descaro, él sólo se limitó a reír.
—Ella vino a enfrentarme un día, reclamando absurdamente...
—Nunca me contó nada sobre eso... —interrumpí.
—¿Por qué no me contó sobre eso? ¿Piper, aquí? ¿Cómo lo encontró? —Lila avanzó hacia su maestro reclamándole.
—Lo estaba guardando para una ocasión especial.
—¿Ocasión especial? —repetí.
—Sí, un elegido para recuperar lo que perdí.
—¡Ya le dije que no tengo idea de dónde puede estar ese libro!
—Nath, colabora, es por tu bien —farfulló Lila.
—¿Qué quieres que diga si no lo sé?
Hawk Moth expulsó el aire contenido en sus pulmones y caminó hacia mío, golpeando su bastón contra su mano.
—Si es así. Tomaré medidas drásticas.
Movió su mano, pensé que me atacaría, que quizás me lanzaría el bastón dejándome inconsciente.
Nada de eso pasó, una masa negra impactó contra mí arrastrándome por el suelo. Mis piernas quemaron con el roce de la superficie lisa, mis manos buscaban con necesidad algún lugar para sostenerme y mi cabeza golpeó fuertemente la pared.
Comencé a escuchar entrecortado y mi vista estaba igual. Podría jurar que unas diminutas patas se paseaban por mis brazos. Intenté hablar, otra masa se plasmó en mi boca.
—¡Me prometiste que no le harías daño! —una voz femenina reclamó.
—¡Sólo si colaboraba! ¡Te dije que escogieras bien! —un golpe sordo y un peso impactó el frío suelo.
—¡Por favor! —unos lloriqueos resonaron.
—Silencio aún nos está oyendo —bufó—. Bien, Nath, si tú no pones de tu parte...
—¡No lo hagas! ¡Te lo ruego!
—¡Ya me tienes cansado! —unos forcejeos inundaron la habitación—. Pero para hacerlo más interesante... le daré hasta mañana, si no habla, yo lo haré a la fuerza.
Todo se volvió negro.
Mi cabeza daba vueltas, mi boca estaba reseca, había tenido un mal sueño, una pesadilla. Me encontraba —según el sueño— en una habitación, un hombre había aparecido hablando sobre... ¿un libro? Lila se encontraba conmigo.
Poco a poco abrí los ojos. Parpadeé un par de veces y me di cuenta que nunca fue una pesadilla, la pesadilla era en carne propia.
Un único rayo de luz iluminaba la habitación y yo... yo continuaba pegado a la pared.
Revisando con la vista por unos minutos, me fijé en un bulto que se encontraba frente a mí.
—¿Lila? —pregunté. Mi voz sonaba ronca posiblemente por dormir.
—Nath... —respondió alzando su mirada. Parecía haberse quedado toda la noche frente a mí. Su semblante denotaba cansancio.
—¿Por qué sigo aquí?
—Por favor... dile lo que sabes —pidió ignorando mi pregunta.
—¿Y qué se supone que debo de saber? —se la notaba indefensa, me miró a los ojos y dijo:
—¿Has notado a Piper extraña?
—¿Extraña? Ella siempre es así.
—¿Algo... fuera de lo común?
—Antes desaparecía por unas horas... nunca le pregunté el por qué.
—¿No sabes a dónde iba?
—Claro, siempre decía que... a un consultorio ¿shaman? ¿O era chino?
—Qué raro ¿no?
—Sí... además que en ese lugar vivía un anciano.
—Un anciano —repitió.
—Ajá, quizás él les pueda ayudar —comenté removiéndome en lo que sea que me mantenía atrapado.
—Oh, claro que nos ayudará —expresó levantándose de golpe—. Bien, maestro, ahí tiene su información.
—Muchas gracias, querida —una figura salió de la oscuridad—. Y tú, Nath... —se acercó a mí y tomó mi mandíbula con fuerza— es un placer contar contigo.
Pronunció cada palabra con suma delicadeza y al terminar la frase... sentí una punzada en el corazón.
—¡Ah! —grité con dolor.
—Bah, es difícil al inicio, luego te acostumbrarás.
—¡¿Qué me hizo?! —reclamé.
—Calladito te vez más bonito.
Una ola de calor invadió mi organismo, quemando cada parte de mi cuerpo. Era horrible. Las lágrimas amenazaban con salir.
—¡A... a.... ayuda!
—¡Te lo mereces! ¿Pensaste que era tu amiga? Eres muy crédulo, todo fue parte del libreto —Lila escupió sus palabras durante mi tortura, me era imposible responder...
El dolor aumentaba.
—¡Ah! ¡AH!
—Ten esta es la dirección —pequeños extractos de diálogo se volvían audibles.
—Volveré con el libro.
—Bienvenido al equipo, Demoilustrador.
_______________________________________________________________________
He vuelto con todo, babies!!! Ayer, para los que no vieron el mensaje, me sentía a morir y por eso no pude subir capítulo pero... hoy aquí está con un flashback que aclara un poco las cosas sucedidas, el siguiente capítulo también lo es, al menos hasta la mitad, así entienden mejor lo ocurrido. También ayer fue el aniversario de dos años de Miraculous, estoy muy feliz de que la serie haya llegado tan lejos! El Hawkdaddy debe de estar muy orgulloso por tener un fandom como lo somos nosotros, ah y ya vieron los spoilers? algunos me gustaron y otros... no sé tendría que verlos en la serie para que me agraden. Ahora vienen las preguntas, preguntitas, preguntotas *se aclara la garganta* ¿Nath desconfiará de Piper? ¿Cómo quedará el cuadro amoroso después del trajín? ¿Nath es muy crédulo o Lila es muy buena actriz?
Espero que les haya gustado este capítulo y también espero mejorarme de la gripe (es horrible eso de la fiebre) Ah y me olvidaba... estamos participando en los Flight Awards, claro que en la categoría de fanfic. Sin más que decir, su merced se despide.
Los quiero,
Nos vemos en el capítulo 40! (¿tan rápido?)
Un abrazo enorme,
Chao, The Writer ;D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro