— ¿Qué te pasó en la cara? — preguntó un Chat agotado y con preocupación inyectada en sus palabras.

— Que no pasó, querrás decir — aún seguía afectada por la corriente que me había dado —. Descuida, te perdono y estaría más tranquila si tú lo haces también.

— Eh... claro pero...

— Espera — interrumpí — ¿Qué haces con un cataclismo sin usar en tu mano? Emm... olvídalo, sólo úsalo cuando sea necesario. Y mejor dejemos las disculpas para luego, todavía nos falta recuperar a una amiga.

— Está bien , entonces ¿Me podrías explicar qué ocurre? — preguntó mientras corríamos en busca de la "villana".

— Ladybug fue akumatizada y bueno... tú también — continuamos caminando rápidamente. Tiempo era lo que menos teníamos.

— ¡Qué! — exclamó sorprendido — ¿Y por qué me duele el brazo? Casi no lo puedo mover.

— Cortesía mía, fuiste un mal gatito.

— Ja, ja, ja — rio Chat con desdén para luego ir parando con lentitud su paso.

Miré hacia el lugar que provocaba su asombro. Una columna de humo y fuego ascendía sobre París.

— ¿Por qué no podemos tener akumatizados normales? — susurré.

— No lo sé dímelo tú. Aunque la pregunta aquí es ¿Cómo Hawk Moth tiene tanto poder?

"Poder" pensé. Esa palabra desbloqueó un recuerdo. Estaba difuso pero aún se podía apreciar. Era Hawk Moth en su guarida, implantando un akuma en sí. Luego el recuerdo desapareció.

— Creo que puedo responder tu duda más tarde. Ahora ¡vamos! Tenemos que salvar a tu lady.

Nos dirigimos al lugar de donde provenía ese humo. La calle de la Mansión Agreste.

— ¡Adrien Agreste! — gritó Lady Blanc.

— ¿Por qué me busca?

— ¿No recuerdas?

— Aún no, todo está hecho... — dijo moviendo sus manos en señal de explosión — un boom.

— Ya verás...

— ¿Qué tenemos aquí? Un traidor y una farsante. Ja, vengan a mí, a ver si pueden vencerme.

Nos acercamos llenos de valentía y esperanza hacia ella. Lista para darle un flautazo en su cara. En eso un pitido se escuchó.

— Volpina más nos vale apresurarnos — señaló mi collar. Batería media.

— Entendido Cha...

Y no pude terminar la oración porque un yo-yo enredó mi pierna arrastrándome por toda la calle, Chat corrió hacia mí para alcanzarme, entonces lanzó su vara al brazo de su lady. Ella desconcertada soltó el arma y me apresuré a liberarme.

Sentía como mis piernas flaqueaban, sucumbiendo al dolor. La corriente y pequeños cosquilleos rondaban todavía por mi organismo. ¿Qué hubiera sucedido si Chat propiciaba toda su fuerza en ese ataque? Estoy casi segura de que no narraría esta historia.

Me levanté con dificultas sobre mis pies, miré a Chat noir y asentimos simultáneamente. A encontrar el akuma se ha dicho.

Ambos arremetimos contra ella, cada uno usando su vara o flauta como defensa. "Trixx aguanta" pensé. No estaba segura de cuánto tiempo me quedaba para volver a ser Piper. Aun así luche con todas mis fuerzas.

— ¡Abajo! — gritó el minino dando una pata directo al estómago de su amada. Lady Blanc intentó esquivarla con gracia, cosa que no ayudó demasiado al ver su cara contra el asfalto gracias a una barrida de mi parte.

— ¡Bon Appetit! Disfruta tu comida — y nuevamente nuestra duda se repetía. ¡¿Y el maldito akuma?!

Hawk Moth había hecho demasiado daño, al menos tenía que dejar al bicho a nuestro alcance. Entienden bicho igual Ladybug ¡bah! Para que me digno en explicar.

Continuando con la pelea, Lady Blanc volvió a ponerse alerta e invocó una nueva artillería de armas. Muchos... pero muchos ¡Shurikens!

— ¡Cuidado! — advertí pensando que dispararía hacia Chat. Me equivoqué por completo.

Lentamente el arma se clavó en mi brazo, aturdiéndome y golpeando mi cabeza contra el edificio más cercano.

— ¡Volpina!

— ¡Sálvala! — ordené con lágrimas escociendo mis ojos. Por más que estuviera decepcionada de Adrien no podía dejar que París sufriera las consecuencias.

Otro pitido... un cuarto de batería.

— ¿Piensas salvar a la patética de tu amiga? Miserable, creí que los gatos eran más listos — parecía que su corazón se había sumido en odio puro, sin sentimientos, sin... amor.

— ¡En guardia! — respondió Chat ignorando las burlas de Lady Blanc.

Chat se acercaba con determinación bloqueando y atando, lanzando golpes a diestra y siniestra, obvio mientras esquivaba los shurikens voladores propiciados por la "villana", con un poco de dificultad gracias a su brazo lesionado.

— Piper respira... uno... dos... tres — me repetí de nuevo que ironía tan grande del destino — ¡Ahh!

Mi mente se nublaba, la visión borrosa y mis piernas no respondían. Necesitaba vacaciones y más allá en la batalla, lejos de mis delirios, justo en el guante de Lady Blanc se podía observar un papel cuidadosamente doblado, manchado ahora con sangre. Mi sangre.

— ¡Creo saber dónde está el akuma!

— ¡Dilo rápido! — habló necesitado mientras dividía su vara en dos, sosteniéndola con su única mano libre, deslizándose por el suelo y empujando a su oponente por inercia.

Un ruido sordo se escuchó.

— ¡Su... ah... manga! — volvía a intentar retirar el shuriken de mi brazo, un imán hubiera sido mucho más fácil de desbloquear.

No podía ver mi cara pero asumía que debería estar en las últimas, llena de arañazos, raspones y moretones. Otro grito me sacó de mis pensamientos, un shuriken había sido lanzado hacia Chat, por suerte lo pudo bloquear con una parte de su vara dejando un leve rasguño. Y aprovechando el desconcierto de la otra, Chat tomó uno de sus brazos y le quitó el guante que lo cubría.

— ¡Aquí no hay nada! — vociferó con una mezcla rara de agotamiento y frustración.

— ¡E... ese no! ¡El... otro! — mis fuerzas se estaban acabando, cada vez podía apreciar menos la batalla.

Sólo sombras adornaban el paisaje, autos volcados, la calle con sangre y una Volpina clavada a un edificio.

— ¡No preguntes sólo hazlo! — escuché en la lejanía. Mi cerebro se estaba desconectando poco a poco.

— ¡Yo te libero del mal! Miraculous Ladybug.

Un pitido más... el combustible se acababa. Y entonces fui despegada de mi edificio-siamés (ya me estaba encariñando) y una ráfaga de aliento junto a una ración extra de energía se albergó dentro de mí.

— ¡Ganamos! — dijimos juntos celebrando con diferentes... expresiones. Ladybug se notaba triste, Chat arrepentido y yo raramente muy feliz.

— ¡Wojuu! Y ahora ¿Palomitas, cheese cake o prefieren helado? — señalé quedándome con media pregunta en el aire y siendo abandonada por los héroes de París. En medio de la calle —. Vamos a casa.

Me apresuré para llegar al hotel, muchas emociones se habían liberado el día de hoy. Cierto estábamos ¿lunes, abril o 2019? Me encontraba mareada e inexplicablemente con la mente ¿despejada? Un gran peso dejó mis hombros.

— Ya llegué — anuncié a mi familia.

— ¡Piper! ¿Es cierto todo lo que salió en las noticias? — preguntó la única integrante presente, Hanna.

— ¿Y mamá?

— Salió a pagar el alojamiento.

— Entonces... sí, todo fue real. No quiero preguntas al respecto. Estoy exhausta.

— Será que Trixx está exhausta.

— ¡Trixx! ¡¿Dónde está el trixx?! ¡¿Dónde lo puse?! ¡Hanna!

— En el cajón — dijo para volver a concentrarse en la televisión.

— Claro, ¿cómo pude olvidarme? — me abalancé hacia el cajón que se encontraba a un lado de la cama, en la mesita de noche. ¡Oh glorioso trixx!

— ¡Piper...! — exclamó Trixx. ¿Por qué soy tan mala portadora? Esa pregunta rondaba por mis neuronas a veces.

— Ten, come y descansa. No olvides lo que dijo el Maestro.

— Sí, sí. Tú niña testaruda, cuídate — comentó arrastrando las palabras. Lo mejor sería dejarla concentrar en su comida.

— ¿El Maestro? — intervino Hanna.

— Ajá, ya duerme mañana tienes clases.

— ¡Tú también! — replicó sacando su lengua.

¿Quién imaginaría un encuentro así luego de aquella masacre? Y no, no me miren a mí. Luego de una relajante ducha y un gran servicio a la habitación, mis ojos comenzaron a cerrarse. Cayendo en un sueño profundo, énfasis en la palabra sueño.

Casi nunca soñaba y cuando lo hacía no eran más que tonterías extrañas. Sin, embargo, esto entraba en una nueva categoría.

La noche gobernaba sobre la ciudad de las luces, una Ladybug en un tejado, un Chat noir en otro muy alejado de ella y yo en medio. La luna en lo más alto se fundía con la oscuridad provocando un sonido, que hasta el más valiente hubiera caído en el miedo, mientras más anochecía. Sobre esta, la cara de Hawk Moth internándose en las sombras. Más allá se podía ver al Maestro acosadorsito. Me acerqué a él sin causar alboroto, y bueno ni se podía causar mucho.

— ¡Esto no es lo que parece, Volpina! — dijo el Gran Guardián junto a mi madre bailando la canción del marcianito.

Y entonces desperté con sobresalto.

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Y bueno aquí termina el maratón no maratón :D? jajaja discúlpenme por no haber traído el capítulo más temprano, con los deberes, las lecciones y la novela, no tengo que digamos mucho tiempo, ¿por qué creen que subo sólo los viernes? espero que les haya gustado y sigan sacando sus conclusiones locas(? sobre la chica misteriosa, díganme ¿Quién creen que sea? ¿Cómo Adrien volverá a ganarse la confianza de Marinette? ¿Me he olvidado de Lila? estas y muchas preguntas más se resolverán a lo largo de la historia, sin más que decir me despido que ya me mandan a dormir jejeje.

Los quiero un montón,

Nos leemos el viernes sin falta con el capítulo 30!

Un abrazo, chao

The Writer :D