Capitulo 5 - Entre dos mundos
No rechaces a quien venga y no persigas a quien se vaya.
No retes a quien te supera y no abuses de quien superas.
No temas a lo que venga y no te confíes de lo improbable.
Las cosas tienen un por qué y las que no, entonces dales uno.
El poder no se mide con números ni con estatus, se mide con hazañas que fueron superadas con la victoria; Reconocimiento.
La muerte tiene solución solo en la imaginación y la imaginación desaparece cuando se presenta la muerte.
La felicidad no es eterna, al igual que el sufrimiento, claro, eso si hablamos en vida, porque después de la muerte, eso deja de ser válido. Seas creyente o seas escéptico, funciona en ambos casos.
Si mueres y en dado caso de que existe un cielo, serás feliz por la eternidad, pero, también si existe un infierno, el sufrimiento eterno es otra opción.
Si mueres y en dado caso solo dejas de existir, tu felicidad nunca será evaluada y lo mismo será para el sufrimiento.
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La noche era hermosa, de eso no hay duda alguna, las personas que transitaban la ciudad parecían gozar de la vida, un escenario que no provocaría ningún disgusto, las luces encendidas en todos lados y con la unión de la luz natural de la luna, formaba lo maravilloso de Kyoto.
Si habría una idea de cómo disfrutar este espacio, seria con un momento familiar, con los amigos o mejor aún, con una cita.
Pero no para todo mundo esa oportunidad era posible, exactamente para dos personas, pues el misterio de este lugar, la soledad en este mundo, los empujaba a la sensación de la decepción, por supuesto... Ahora la alegría, el enfado, la hospitalidad e incluso la paz no cabían en este momento, solo la sorpresa.
- Artemisia... Bell... Ashcroft... –
- Shidou... Itsuka... –
Fue lo que dijeron en su mente dos jóvenes que se miraban mutuamente sin apartar la mirada.
Dos chicos que se conocían y desconocían. Dos chicos que nunca tuvieron la oportunidad de interactuar. Dos jóvenes que trabajaban al lado del enemigo del otro.
- ¡¿Qué significa esto?! ¡Oye! ¡¿Estoy en Tengu, mi hogar?! –
Pregunto Shidou casi gritando a la rubia como exigiendo una respuesta, pero no de la manera hostil, sino de la manera esperanzada y a la vez, desesperada.
Si existía aunque sea la mínima esperanza y oportunidad de estar en casa, en algún ataque de felicidad y lágrimas, abrazaría a Artemisia por tal noticia.
Pero no recibió respuesta alguna, esa chica solo lo miraba con grata sorpresa, pero debe ser normal, pues quizá ella aun no salía de su sorpresa de que encontró a...
-... –
- ... ¿Eh? –
Ella comenzó a liberar lágrimas.
- ... O-oye... –
Shidou quedo confundido y preocupado por ello.
Ella, la hermosa chica que era tan letal como la misma Ellen, comenzó a llorar, ¿A qué se debe esto? Shidou no solo quedo preocupado por esto, sino que, sin explicación, sintió pena por ella...
Pero el necesitaba saber si en verdad...
- ¿Eres... eres tú? –
Ella pregunto de forma triste y... ¿Feliz?
- Soy yo... Shidou Itsuka...Me debes conocer, ¿no es así? –
Contesto y pregunto el peli-azul aun con desconcierto.
Esta chica se estaba comportando de forma extraña.
No solía tener aquella personalidad fría ni ese rostro carente de emociones. Era diferente a la Artemisia que conocía.
Ella comenzó a acercarse de forma lenta como si quisiese, ¿reconocerlo?
- ¿En realidad eres real? –
-... ¿Qué? –
- En realidad eres tú. Siempre te he estado esperando. –
Contesto con una bella y triste sonrisa.
- ¿Qué sucede, oye...? –
Era un hecho, esto era realmente extraño, ¿Siempre ha estado esperándolo? ¿Qué significaba eso?
- Siempre... Te he soñado... En mis sueños... Siempre apareciste... Diciéndome que, me salvarías... Desde niña he tenido la imagen de ese chico, tu imagen... Veo que, que... Realmente existías. –
¡¿Pero qué demonios estaba pasando?! ¡¿Acaso no había llegado a su hogar?! O quizá, solo quizá, ¿Artemisia quería engañarlo con eso para atacarlo? No, no era eso, Shidou lo sentía... Entonces, ¿Artemisia siempre estuvo, interesada en él?
- ... Ashcroft-san... –
- ... ¡¡Shi-Shidou!! –
Y de pronto, Artemisia se lanzó al pecho de Shidou y lo abrazo tan fuerte que este pudo escuchar un pequeño trueno que provino de su espalda, sus huesos fueron víctimas de ese abrazo.
Artemisia se veía feliz mientras lloraba en el pecho del chico.
Shidou estaba tan confundido, no, estaba anonadado.
¿Por qué?
El peli-azul inconscientemente correspondió el gesto y la acaricio.
Pudo olfatear ese aroma tan dulce y delicioso que emanaba esa rubia que apenas conocía.
Era un aroma tan increíble...
-
No paso ni 2 minutos cuando rompieron el abrazo y sucedió algo que Shidou no se esperó.
- ¡¿Artemisia-san, como esta Tengu, como están ellas?! –
La bella rubia con rostro alegre y confundido respondió.
- ¿Tengu? Yo nunca he estado en ese lugar, siempre he vivido aquí, más bien, casi toda mi vida he vivido aquí... ¿Ellas? –
- ... ¿Qué? –
Esto fue la gota que derramo el vaso.
Artemisia no sabía nada, no, más bien, nunca supo lo que sucedió en la ciudad donde se supone que residía. ¿Qué sucede entonces?
Tal vez en este mundo, había otra Artemisia que no tenía nada que ver con su mundo.
Lo curioso, es que ella si provenía de Inglaterra tal y como debería, pero según ella, nunca estuvo en Tengu, nunca conoció Industrias DEM y por supuesto, nunca conoció a los Espíritus.
Aun así, ella se veía tan feliz de verlo, entonces el peli-azul aun con la cabeza echa un relajo, pregunto...
- ¿Cómo está eso de que, siempre me has soñado? ¿Cómo es que me conoces? –
Ella contesto.
- Desde niña, he tenido a un visitante en mis sueños. Siempre pidiendo perdón, pero, al final me decía que me salvaría de mi soledad... Hace más de 10 años, apareciste, el chico de cabello azul. Pero la apariencia siempre fue la misma, el mismo adolescente que tengo aquí de frente. –
Decía mientras tomaba las manos del peli-azul.
- Siempre he querido, deseado, encontrarte. ¡Tengo tantas cosas que preguntarte! –
Shidou nunca imagino que esa chica, podía ser tan... Tierna.
Pero aun así, si él podía tener respuestas de este mundo, aunque no las que realmente quería, entonces deseaba estar un rato con ella.
Claro, el no menciono nada sobre los Espíritus, solo le había mencionado los nombres, pero no lo que eran. Tampoco le menciono sobre AST y Wizards de su mundo, solo sobre DEM como una empresa de electrónicos.
Con la mente un poco ya calmada...
- ¿Te gustaría caminar un rato? –
Pregunto sonriendo.
- ... ¿Eh? –
- ¿Qué sucede? –
Pregunto Shidou al ver la pequeña reacción de sorpresa que hizo la rubia.
- Nada... Me encantaría, solo que me sorprendió que me invitaras. –
Dijo feliz con las mejillas algo rojizas.
Eso provoco un leve rubor en Shidou, esa escena le pareció tan tierna.
Al final, ambos decidieron caminar y como si las malas lenguas no fueran suficientes, la palabra "cita" encajaría en este momento para cualquiera.
- ¿Entonces dices que vives sola aquí desde hace 6 años? –
Pregunto el chico.
- Si, justo cuando murieron mis padres, cuando yo tenía 7 años, fue cuando empecé a soñar contigo y... En uno de ellos, me pediste que viniera a este lugar cuando estuviera preparada. –
Contesto ella mientras ponía su mano sobre la de Shidou.
Esto no le molesto en lo absoluto.
- Al ser una niña con el respaldo de lo construido por mis padres, no me fue difícil viajar. Además, he recibido algo de mi madre que me hizo tener seguridad ante las cosas. –
Dijo Artemisia mientras dirigía su otra mano a su pecho y le sonreía al chico.
- ¿Recibir algo? –
- Sí. –
Las cosas eran tan confusas, así que en verdad, este no era el mundo que era su hogar, ni tampoco esa chica, era la que él conocía.
Mientras pensaba en eso....
Ella tomo las manos del chico mientras lo miraba con emoción.
Al parecer, no se podía creer que había encontrado al chico de sus sueños.
- Pero cuéntame de ti por favor. ¿Por qué apareciste en mis sueños? ¿Quién eres? ¿Qué... que significaban esos misteriosos mensajes que me dabas en ellos? Cuéntame de ti. –
Pidió, no, más bien, suplico ella.
- ... ¿Mensajes? –
Shidou aun nervioso por el acercamiento de la hermosa rubia, pregunto.
Pero dejo eso por el momento y comenzó a contarle sobre su infancia, claro, teniendo en mente, solo contarle hasta el 9 de abril de ese año, un día justo antes de conocer a Tohka.
Shidou ya había dicho que a ella la conoció en un sueño donde trabajaba en esa empresa, Industrias DEM.
Pero...
- Así no voy a llegar a nada. –
Y era cierto, mientras le siguiera mintiendo a Artemisia, estaría más lejos de saber lo que pasaba... Si en realidad ella y la Artemisia de su mundo, no eran las mismas, entonces no debería de haber problema en...
Contarle toda la verdad, y quizá, por fin encontraría a una aliada para poder regresar a casa.
Una decisión arriesgada, pero, no era la peor decisión de la historia como para ponerse en ese plan. El riesgo también podía ser de que no le creyera, pero si apareció en sueños ajenos, no importaba lo que dijera, ¿o sí?
Era momento de reunir lo que se podía...
Todo por el todo.
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En la misma ciudad, más específicamente, en un restaurante.
- Issei-kun... Me sorprende que me hayas invitado a... salir. –
- Bueno, eso se debe a que de todos los que estamos en la ciudad, eres la única en que puedo confiar esto. –
En una mesa, justo pegada a una ventana, se encontraba un castaño acompañado de una peli-plata...
Aunque parezca una cita, el hecho es que no era por diversión o algún romance esta reunión.
Issei, portador del Sacred Gear más conocido, estaba frente a Rossweisse, la valkiria de Asgard y antigua escolta de Odín.
Una mezcla algo inusual.
- ¿Qué sucede? –
Pregunto algo confundida Rossweisse.
- Sé que, bueno, Odín-sama menciono que estabas estudiando el sello de aquella famosa bestia, ¿es cierto? –
Pregunto serio Issei.
Esto tomo desprevenida a Rossweisse ya que esa pregunta no se la esperaba y menos de este castaño.
Pero, era cierto, aunque ella no era una experta total en eso, tenía que admitir que ese tema siempre fue de su interés, pero que se lo pregunte alguien inesperado y más tratándose de algo tan grande como aquella bestia, sin duda era desconcertante.
- Si, es verdad, pero no estoy del todo familiarizada con eso... ¿Por qué me lo preguntas? –
La respuesta de Rossweisse dejo algo sorprendido al castaño.
Aunque ya se esperaba esa respuesta, no dejaba de ser algo nuevo para él, pues aun no conocía lo que era aquella abominación que era temida incluso por los mismos Maous, líderes y dragones. Al tener la respuesta que quería...
Solo faltaba algo...
- Parece que ya llegaron. –
Dijo Issei mientras se levantaba de su asiento.
La peli-plata solo volteo hacia donde miraba el castaño sorprendiéndose en el acto.
En la puerta de ese lugar, aparecieron tres personas que no esperaba ver ahí.
- Para una reunión con un tema delicado, escogiste un lugar muy abierto, Hyuodou. –
- Bueno, no es como si aceptaras entrar a mi casa con toda la familia ahí dentro. –
- Hmp... Tienes razón. –
Los invitados eran tres jóvenes que tenían algo en común, pues cada uno de ellos, poseía una Sacred Gear.
Vali Lucifer, Sairaorg Bael y Saji Genshirou.
Los tres jóvenes se sentaron a lado de Issei y Rossweisse mientras le saludaban con una reverencia y en el caso de Vali, solo mirarla y sentarse.
- ¿Qué significa esto? –
Una pregunta obvia por parte de la valkiria que no entendía nada.
Los 4 jóvenes solo la miraron y Sairaorg contesto.
- Bueno, tenemos un plan o más bien, una petición. –
- ... ¿Petición? –
- Así es, no una petición para que se cumpla ahora, pero en el momento adecuado, quisiéramos contar con el apoyo de Rossweisse-san. –
Fue la respuesta que Saji le dio a la chica.
- Escucha... Los líderes de cada facción tendrán un plan tarde o temprano para lidiar con el misterio que rodea al famoso Trihexa, pero nosotros tendremos, no, tenemos otro plan en mente, así que... –
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Antes de que Vali terminara de hablar, el teléfono de Issei comenzó a sonar obligando a este último, sacarlo.
El castaño miro la pantalla dándose cuenta que era...
- ¿Buchou...? –
- Contesta, tal vez sea una emergencia. –
Sugirió Sairaorg.
- Entiendo... ¿...Si Buchou? –
Y en un acto de pánico, Issei se levantó bruscamente de su asiento mientras gritaba.
- ¡¡¿...QUE?!! –
Esto sorprendió a todos, llamando la atención de la clientela del lugar.
El castaño al darse cuenta de su acción, se sentó aun teniendo la cara aturdida.
- Entiendo, voy para allá. –
Dijo para después colgar y mirar a sus acompañantes.
- ¿Qué sucede Issei? –
- ¡Habla! –
Preguntaron y exigieron los varones mientras Rossweisse miraba a Issei con desconcierto.
- ... Algo está pasando en el Inframundo. –
Contesto el pervertido sudando.
- ... ¿Qué sucedió...? –
Esto puso algo tensos a la chica y chicos de la mesa.
- Los 4 Maous desaparecieron sin dejar rastro. –
Contesto Issei temblando.
- ¿... Qué? –
Fue la respuesta que pudieron dar los conocidos de Issei.
Esa fue una respuesta que estaba fuera de sus expectativas.
- ¡¿Cómo que desaparecieron?! –
Pregunto aun con el volumen bajo el portador de aquel León.
- No se los detalles, pero tengo que irme, Rías me necesita. –
- Yo te acompaño, Sona también debe estar mal. Demonios, ¿Qué significa esto? –
Issei y Saji estaban por retirarse pero Sairaorg quiso ir también. Esto debería tener alguna explicación, en el peor de los casos, los Maous fueron en busca de aquella existencia llamada Trihexa, pero sería prácticamente un suicidio. Tal vez solo fueron a investigar, pero, habían muchas maneras de rastrear a los Demonios, y más a los que tienen un poder tan grande como los Reyes Demonio.
Rossweisse iba a seguirlos pero fue detenida por Vali.
- Con Hyoudou, Bael y ese rubio es suficiente, no es que me de igual lo que está pasando, pero necesito aclarar nuestro tema cuanto antes. –
Dijo el peli-plata con un rostro determinante.
- ... Pero –
- Esto también es necesario... –
Issei miro a la chica y dijo...
- Prometo que averiguaremos lo que está pasando, por favor Rossweisse-san... –
Rossweisse se le quedo mirando y no le quedo de otra que confiar en él.
- Entiendo, pero háganme saber lo que está pasando cuando llegue a la mansión Gremory. –
El castaño solo asintió y se retiró con Sairaorg y Saji.
- Bien, a lo que vamos... -
Dijo Vali para proceder a contarle a la albina lo que los portadores del Sacred Gear (sin contar Asia) habían planeado.
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Después de terminar lo que Shidou tenía que decirle a Artemisia, ella se quedó impresionada.
Shidou le había contado todo lo que sabía y sobre el mundo donde él, donde ellos, deberían pertenecer.
- ¿Dices que no eres de este mundo y que habían seres llamados, Espíritus? –
- Si, esa es la verdad. –
- Oh... –
Ella solo soltó una voz de impresión por lo que ese chico le había contado.
- ¿Y yo también estaba ahí y era tu enemiga? –
- Po-podría decirse... –
A pesar de contar algo extraordinario, parecía que Artemisia lo estaba tomando con calma y análisis.
Esto calmo un poco a Shidou.
- ...¿Eh..? -
De repente, Artemisia abrazo al chico con mucha fuerza dejando a este con sorpresa reflejada en su cara.
- Te creo, pero en este mundo, yo no soy tu enemiga, seré tu aliada... Así que, no dudes de mí. –
Dijo para mirarlo y sonreírle tiernamente.
Por supuesto que esto dejo más que rojo al peli-azul, y también, con una sensación cálida en su alma.
Esta chica podía ser tan sorprendente por dentro y jamás se puso a pensar en ello cuando estaba en su mundo.
- Entonces... –
- ... ¿...Eh? –
Pregunto Shidou por lo que dijo la rubia.
- ¿Dices que besaste a muchas chicas para salvarlas? –
Pregunto algo descontenta Artemisia.
- Ah-ah... Así es... Pe-pero era necesario para salvarlas. –
Contesto nervioso sin saber por qué.
- No te preocupes... Con tal de salvar a alguien, el método que se use siempre será el justo. –
Dijo ella mientras se separaba de él.
El peli-azul solo se le quedo viendo queriendo saber qué es lo que pensaba ella.
- Algo se acerca... –
-... ¿Eh, donde? –
En ese preciso momento, una clase de luz se dirigió a ellos ocasionando una explosión en el lugar.
La explosión del ataque fue con toda la intención de matar al objetivo, así que fue un estruendo enorme causando humo en todo el lugar.
- ... ¿Huh? –
Shidou con sus brazos cubriéndose, miro hacia el frente notando a la hermosa rubia en frente de él como si lo hubiera protegido.
Pero ella ya no solo llevaba esa blusa blanca que tenía hace unos momentos, sino unos artefactos en la cabeza con forma de orejas de gato. Era parte de su realizador.
Claro que Shidou sabía lo que Artemisia era, y también sabía que ella no tenía su realizador completo en estos momentos, entonces, ella lo protegió con su territorio incompleto.
Entonces en este mundo, ella seguía siendo un mago de la unión Europea.
Ahora la pregunta era, ¿Quién los ataco? Artemisia era una chica tan letal en combate que cualquiera que haya sido causante de esto, no saldría bien parado de aquí.
Ella lo volteó a mirar y dijo...
- Quédate aquí por favor Shidou, yo me encargo de esto. –
- ... –
El solo la miro con inquietud pero Artemisia al darse cuenta de ello, le dio una pequeña sonrisa de confianza.
- Artemisia-san... –
Fue lo único que dijo Shidou al ver esa bella expresión de la chica.
En ese momento, ella volteo a mirar hacia el cielo notando 10 siluetas con alas de cuervo. Aunque 9 de ellas tenían capuchas como si fueran monjes.
- Parece que la chica no es una simple humana. –
Una de las figuras dijo mientras descendía un poco y miraba con recelo a la rubia.
Era un tipo algo fornido de cabellera rubia hasta los hombros y con una armadura medieval.
- Mi nombre es, Nagumo Kanzaki. –
- No me importa. –
Fue lo que contesto fríamente la maga ante la presentación de aquel hombre causando algo de descontento en este.
Y sin esperar alguna clase de señal para el combate, Artemisia tomo un arma desde su pierna derecha, justo desde una banda negra que rodeaba ese muslo y disparo una luz hacia ese tipo.
Esto hizo que el conocido como Nagumo se hiciera a un lado invocando una lanza de luz para lanzarla, pero...
- ... ¿Eh? –
Fue lo que dijo con sorpresa el caído al notar que esa chica ya no se encontraba dónde estaba hace unos segundos.
Después de voltear como loco a todos lados, dio un vistazo detrás de él encontrándose con la misma chica pero ahora, diferente.
Ella en lugar de llevar ese vestido blanco, tenía una vestimenta más reveladora, algo como, una armadura ligera de color azul cromado.
Una armadura que al igual que la de él, parecía ser medieval pero con aspecto más, mucho más moderno.
Shidou al verla, no pudo hacer otra cosa más que admirarla, sin duda era igual a como esas veces en que la vio luchar contra Tohka y las demás. La unidad CR, el armamento que es capaz de competir contra los Espíritus.
Nagumo estaba impresionado por lo que una humana era capaz de provocar.
- ¿Sera de la facción de los héroes? No... Es diferente... –
Y dejando ese pensamiento de lado, Nagumo decidió enfrentarse a ella.
Ambos chocaron sus respectivas armas entre sí ocasionando una luz cegadora para Shidou y los acompañantes de ese tipo.
Nagumo invoco varias lanzas de luz y las dirigió a la Mago pero fueron esquivadas con maestría.
- Se acabo. -
Artemisia con un arma que parecía de fuego, lanzo un láser hacia el cielo haciendo que su rival mirara hacia arriba pero...
- ... ¡¡¡Urg...!!! –
Al momento de mirar hacia donde ella había lanzado esa luz, él sintió como algo entraba a su estómago como si lo hubieran perforado.
Al mirar de nuevo a la chica, vio como ella lo miraba con frialdad mientras encajaba una espada de luz al cuerpo del caído.
No había sido nada del otro mundo, simplemente fue una sencilla pero eficaz distracción.
- ¿Qué...? –
- Caíste en una distracción tan estúpida. –
Ella no había lanzado ese láser como un ataque o técnica, simplemente dedujo que su contrincante miraría hacia donde ella iba a disparar y con eso, aprovecho para encajar su espada al abdomen del pobre ingenuo.
Los compañeros del Ángel Caído se dirigieron hacia la chica mientras invocaban muchas clases de sellos y liberaban de ellos, ataques con los 5 tributos elementales.
Fuego, Agua, Rayo, Viento y Tierra...
Mientras eso sucedía, Nagumo invoco otro sello desde su mano derecha mientras apuntaba a Artemisia y decía...
- Muere... –
Todos los ataques formaron uno en conjunto, y con una velocidad avasallante, fue dirigido hacia la joven y al chocar, hubo una explosión enorme creando una onda de luz arcoíris en el lugar.
El humo y viento no dejaba ver nada pero al disiparse poco a poco, los enemigos alcanzaron a notar un color azul neón donde estaba aquella joven.
Al terminar de despejarse todo, vieron que era una pequeña loma de hielo que pareció servir como protección para su enemiga.
Artemisia estaba dentro de esa barrera hecha de hielo y no pudo esconder su sorpresa por ello, pero pudo ver a un chico frente a ella que le daba la espalda.
Ese chico tenía ambos brazos extendidos dando una postura de protegerla.
- ¿Shidou...? –
Dijo con clara sorpresa ella al presenciar algo que no esperaba.
- Tu también tienes a un aliado... ¿No es así? Así como yo tengo a una... –
Contesto con cansancio el chico mientras miraba con rabia a los enemigos.
Zadkiel, el Ángel de Yoshino fue lo que Shidou había usado para proteger a Artemisia de ese ataque, aunque ella hubiera podido protegerse con su Territorio, sería injusto dejarla pelear sola.
Los contrincantes ahora estaban más sorprendidos que antes, ahora resulta que ese otro humano tenía otros trucos pero... Había una reacción que fue diferente al resto.
- ... Imposible... –
- ... ¿... Eh? –
Shidou había soltado una pregunta de confusión al escuchar lo que ese tal Nagumo había dicho.
Pero lo que dejo aún más confundido a Shidou y a su acompañante, fue la mirada que ese Angel Caído le dedicaba al peli-azul.
Una mirada de terror, miedo, pavor...
- ¡¿Nagumo... Que pasa?! –
Pregunto uno de sus compañeros que parecía ser la voz de una mujer mientras se quitaba la capucha, dejando ver, a una chica joven pelinegra de ojos purpura.
Era una mujer madura pero atractiva.
Ella miraba con confusión a Shidou y Artemisia pero también miraba con desconcierto a su compañero.
Esa mirada nunca la había visto en él y eso la ponía nerviosa.
La mujer miró a Shidou con intriga ya que era el causante de esa mirada.
Aunque Shidou haya mostrado un poder inhumano, no era como para dejar con terror a ese hombre, tal vez, había algo más.
Pero aun así, ese hombre no dejaba de verlo con tanto miedo que incluso el temblor llegó al cuerpo del caído.
Sin esperar nada más, esa mujer y sus demás acompañantes atacaron al par de jóvenes reanudando el combate.
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En las calles de la ciudad se encontraba Rossweisse y Vali caminando mientras la chica analizaba el plan de los chicos.
- Sé que es una locura, pero solo nosotros podemos hacerlo, no por nada nacimos con esta "bendición" de Dios. –
Dijo con ironía Vali.
Aunque ellos dos nunca tuvieron una relación de amistad o algo por el estilo, el hecho de necesitar de la ayuda de esta mujer, lo hacía sentirse familiarizado con ella sin problema.
Rossweisse solo caminaba sin contestar, sin embargo...
- ¿Eh? –
- ¿Qué pasa...Oh? –
En media caminata, ambos peli-platas sintieron una anomalía cerca del lugar.
- Parece que algo está pasando cerca de aquí. –
Sin tiempo para dudar, tanto Rossweisse como Vali se dirigieron lejos de la multitud de gente hacia un lugar más apartado, claro, no sin antes invocar sus respectivas armaduras y dirigirse hacia ese lugar.
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Justo en una enorme mansión, ubicada lejos de la sociedad humana, se encontraban muchas personas en la enorme sala del lugar.
El Inframundo y más específicamente, la mansión Gremory era en estos momentos un lugar de tensión, sin embargo era de esperarse, pues la desaparición de 4 de los seres más imponentes de la actualidad, era una razón más que justificable.
Los 4 Maous del Inframundo, los 4 Super Demonios que lideraban los grandes pilares del mundo demoníaco estaban ausentes.
Sirzechs Lucifer, Serafall Leviatán, Ajuka Beelzebub y el temible Asmodeous eran la razón de esta reunión tan urgente.
- ¿Entonces solo desaparecieron o hay algo más? –
Preguntó con sospecha Azazel a la familia Gremory y Sitri respectivamente.
No es como si los culpara por lo ocurrido, sino para saber exactamente lo que pasó para poder armar el rompecabezas de este hecho.
Las familias deben ser las más afectadas y no fue como si los Maous decidieron escapar para hacer algo, pues al ser Maous, reyes, no tenían por qué esconderse, pues ellos hacían y deshacían lo que quisieran cuando quisieran y la hora que se les diera la gana... Tenían el poder y la autoridad, así que esta situación era tan extraña y hasta terrorífica.
- No sabemos nada, solo que iban a tener una reunión ellos 4 pero... Al entrar los subordinados para servirlos, ya no se encontraban, ni siquiera rastros de su poder existen en este momento. –
Dijo Lord Gremory con cara difícil.
Azazel, Michael, Gabriel, Odín, Zeus y Lord Vladi, representantes de cada facción y mitología trataban de encontrar alguna respuesta pero con la poca información que había, no podían hacer mucho.
Issei se encontraba al lado de su rey Rías y Saji de su rey Sona que se encontraban muy preocupadas por sus hermanos mayores, pero sabían que no deberían estar en mucho peligro, pues era casi imposible, no existían muchos rivales que fueran capaces de pelear al tú por tú contra los 4 grandes Maous del Inframundo.
Issei había preguntado a Ddraigg sobre si tenía alguna idea de ello, pero no, el gran Dragón emperador rojo estaba en la misma situación que los demás.
Por un momento pensaron en Ophis, pero descartaron la idea gracias a que Issei les dijo que ella no tenía por qué hacer algo así, pues ahora estaba en paz o por el momento era así.
Pero ese pensamiento de sospecha era normal, pues solo Ophis era capaz de someter a los 4 satanes si se lo propusiera, fuera de ella, nadie más.
La reunión iba a seguir de no ser porque Grayfia, esposa de Sirzechs, había entrado para informar que el Hakuryuukou se había metido en un problema junto con la valkiria Rossweisse.
Esto creó una oportunidad para buscar pistas en las afueras, y todos, bueno, la mayoría, decidió ir...
Cuando todos iban saliendo, Sairaorg miro por unos segundos a Grayfia notándola un poco decaída, pero al ser una mujer denominada de clase alta con un poder comparable al de un Maou, más específicamente al de Gabriel, no quería demostrar debilidad... Pero al ser su esposo uno de los desaparecidos, era obvia esa preocupación, solo le quedo sentir empatía por ella.
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Rossweisse llegó al lugar donde había sentido una extraña anomalía encontrándose con un desastre que no pudo haber sido causado por simples humanos, esto la dejo algo confundida.
- ... Ah -
En cuestión de segundos, sintió algo acercarse a gran velocidad y lo esquivo sin problemas, era un hombre con alas negras, al parecer un ángel caído y estaba noqueado en el suelo con grandes heridas en el cuerpo.
Ella dirigió su vista hacia donde salio disparado ese sujeto encontrándose con una escena espectacular.
- ... ¿Qué es esto...? –
Dijo Rossweisse encontrándose con una chica rubia que fácilmente era menor que ella, peleando contra 5 tipos sin problema.
Noto la extraña armadura que llevaba esa muchacha, una llamativa armadura con armamento desconocido, por lo menos para ella.
Sin razón para quedarse observando, la peli-plata se lanzó contra la chica y los 5 tipos. No importaba quien era el malo aquí, lo único que importaba era parar esto noqueando a los causantes de este desastre.
Y en un ataque rápido, Artemisia acabó con 3 de los tipos dejando a Rossweisse terminar con los dos que sobraban.
Sin pena y sin miedo, la valkiria se abalanzó contra la Mago chocando sus espadas para después tomar distancia entre ellas.
- No sé quién seas pero más vale que te rindas bajando esa arma. –
Dijo con seriedad la peli-plata.
Artemisia solo la miro con indiferencia mientras cerraba sus ojos.
- Siendo la metida y la primera en atacarme, para después pedirme que me rinda... No hay duda de que eres una buscona arrogante. –
Termino de decir para abrir sus ojos mostrando frialdad en ellos.
Rossweisse permaneció quieta e invocó varios sellos en el aire.
- Entonces, que así sea. –
Después de decir eso, desde esos sellos, salieron destellos y relámpagos amenazando con atacar a la joven rubia.
- ¿Qué estás esperando? –
Y como si ese hubiera sido la señal de ataque, Rossweisse liberó esos ataques hacia la rubia provocando otra explosión.
La valkiria se quedó observando donde estaba la chica y noto una cúpula azul rodeando a la misma.
Eso sorprendió a la chica de los 100 yenes ya que no se esperó eso.
La cúpula desapareció dejando ver mejor a Artemisia, y esta, con la misma seriedad dijo...
- ¿Es todo lo que tienes? –
Esto fue una provocación, de eso no hay duda.
Rossweisse se sintió un poco ofendida y con molestia, se lanzó a Artemisia mientras sacaba una lanza/espada de magia y comenzaba una pelea cuerpo a cuerpo con su contrincante.
- <Artightight> -
Artemisia dejó de lado esa pequeña espada de luz y la cambio por su espada principal.
Con ello, comenzó una lucha contra Rossweisse donde se veían bastantes parejas pero Artemisia mostraba menos esfuerzo para después de minutos, tener una ventaja abismal contra la valkiria.
Aunque Artemisia era una combatiente implacable, desde el primer momento se había percatado de que esa peli-plata, no era buena peleando a corta distancia, eso lo comprobó por el primer ataque que le había lanzado a través de esos extraños sellos salidos de la nada.
La lucha iba a seguir de no ser porque una extraña sombra apareció al lado de la valkiria mostrando que era un joven albino.
Vali se le quedó mirando a la contrincante de Rossweisse sorprendiéndome al notar que solo era una joven, no superándolo con mucho en la edad.
No, no solo le sorprendió eso, sino también su increíble belleza. Pero justo en ese momento...
Varias personas aparecieron de la nada, no eran nada conocidas por Artemisia pero si por Vali y Rossweisse.
- Con que aquí estabas. –
- ¿Pero qué tenemos aquí? –
Justo en los aires, aparecieron Azazel, Michael, Gabriel, Odín, Issei, Sairaorg, Ravel Phenix, Rias y Sona con sus respectivos séquitos.
Todos llegaron poniendose de lado a lado con los peli-platas mientras miraban a Artemisia con confusión...
Pero sucedió algo que no se esperaba nadie, pues Kiba al igual que la mayoría se sonrojo al ver a la hermosa rubia, pero sobretodo Kiba que no dejaba de mirarla.
- ¿Quién eres? –
Pregunto autoritariamente Azazel.
- ... –
Artemisia no le contesto, solo lo miro con seriedad.
Justo cuando Michael iba a hablar, se escuchó un estruendo cerca de ahí haciendo que todos voltean y en el caso de Artemisia, ir hacia ese lugar con gran velocidad.
En ese momento Azazel, Rossweisse, Issei, Rias, Sona, Akeno, Kiba, Koneko, Xenovia, Tsubaki y Gasper vieron algo que los dejo helados.
Pues en justo en donde se oyó el ruido, se encontraba Shidou tirado con 4 siluetas inconscientes cerca de él.
Artemisia llegó con Shidou en pánico levantandolo y al comprobar que estaba bien, esta lo abrazo con ternura.
Esto dejo impactados a todos.
Michael, Gabriel y Odín miraban esto con absoluto silencio e interés.
- ¡¡Shidou/kun!! -
Todos los que llegaron a conocer a Shidou, se dirigieron hacia donde estaba él comprobando que Artemisia no era hostil, pues estaba protegiendo a un civil y estudiante.
Primero la rubia no les quería dar el paso, pero cuando le mencionaron que eran conocidos de él, no tuvo problema en dejarlos acercarse, pero seguía en guardia.
Algo que noto Odín fue que, a pesar de que ese chico tuviera la ropa rasgada y rastros de sangre en ella, no tenía ninguna herida, era como si solo se hubiera dañado la ropa, algo raro estaba pasando aquí.
Justo cuando Shidou había despertado, una de los bultos que estaban tirados, se paró con buena velocidad y se dirigió a ellos con la intención de lastimarlos.
Aquel tipo comenzó a brillar tan fuerte que cegó a la mayoría y gritó...
- ¡Por favor, vengan conmigo al más allá! –
Todos, conservando la calma, iban a detener a ese loco pero...
Shidou se levantó de golpe mostrando esos ojos de color dorado mientras inhalaba aire...
- ¡Shidou, ¿Qué haces?! –
- ¡¿Shidou-kun?! –
- ¡Shidou! –
Todos se preguntaron qué iba a hacer pero Artemisia solo lo miro mientras le daba una pequeña sonrisa de confianza.
Michael y Gabriel inconscientemente tuvieron confianza en él y un interés enorme.
Rossweisse lo miraba sorprendida y lo tomó de su sudadera para no dejar de sentirlo.
El tipo corrió hacia ellos y lanzó un ataque pero el peli-azul se puso al frente.
Issei, Kiba, Vali, Sairaorg y Azazel iban a agarrarlo pero se detuvieron al escuchar lo siguiente...
Shidou, con claro enfado en un grito recito...
- Zadkiel!! Raphael! Gabriel! Haniel!! Metatron!! –
Y con eso, todo lo que fue e iba crear aquel caído, desapareció para convertirse en una pequeña pista de nieve en un cráter.
-... ¿Q-que...? –
-... -
Silencio...
Era todo lo que había en ese lugar...
Nadie creía lo que había visto, era la primera vez que miraban algo así...
Un humano había usado habilidades sin igual recitando los nombres de los Ángeles del cielo.
Entre ellos, estaba el de Gabriel.
Shidou, después de eso, se desmayó pero fue atrapado por Artemisia, Rossweisse e increíblemente, Gabriel.
Rias estaba impactada al ver que ese chico al que había conocido hace tan solo unos días, poseía un poder, o poderes únicos.
Akeno y sus compañeros como Kiba miraban a Shidou con sorpresa...
Xenovia, Asia, Sona y Tsubaki miraban de igual manera a Shidou, no podían creer que existía alguien con poderes así.
Issei, Vali, Sairaorg, Odin, Michael y Azazel eran los más interesados en esto, entonces este chico no era humano y posiblemente una nueva raza había aparecido y mirando también a esa hermosa rubia, quizá ellos eran pertenecientes a una nueva facción.
Aunque Issei no procesaba bien esto, pues nunca se esperó que ese chico al que había considerado un amigo apenas en un día, poseyera algo dentro.
Pero Rossweisse y Gabriel, eran otro asunto, entonces ese chico que cayó de un árbol, ¿no era normal después de todo?
Entonces, ¿Quién es este chico, padre?
Artemisia ya se esperaba esta acción de Shidou, así que no hizo nada más que confiar en él, pues, eran aliados después de todo, ¿no es así?
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Con una discusión, Artemisia dijo que llevaría a Shidou a descansar ya que era muy seguro que lo iban a interrogar y eso no era nada placentero para nadie.
Dichas palabras, no pudieron ser refutadas por nadie.
Solo iba a esperar hasta que despertara para preguntarle más de él y prepararle algo de desayunar.
Aunque hayan pasado muchas cosas en un solo día, o más bien, en una sola noche, ella aún seguía feliz de que sus sueños se cumplieran.
Primer sueño.
- Oye... Artemisia-san... ¿Puedes escucharme?... Soy Shidou Itsuka... Perdóname, perdóname... Pronto lo enmendaré todo... Yo te voy a salvar... Ven... A Kyoto... Cuando te sientas lista... El peor enemigo de la historia... Algo terrible sucederá... La fusión de dos Apocalipsis... Espe... –
Y con ello, tanto Shidou como Artemisia despertaron en pánico al soñar, posiblemente lo mismo.
Parece que Artemisia había tenido de vuelta ese primer sueño haciendo que llorara de nostalgia y miedo. Y Shidou parece que había visto lo que ella vio hace más de 10 años.
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Date a Live.
La zona temblaba como si de un terremoto de 10.9 se tratara.
No importaba en qué parte de lo que quedaba de la ciudad estuvieses, podrías sentir el temblor a tal magnitud que te haría vomitar del mareo... Pero justo en medio como si fuera el núcleo del desastre, se encontraban 8 figuras, 7 de ellas exageradamente enormes y la última, tan pequeña como si fuese un punto blanco brillante.
7 bestias de diferentes razas miraban con absoluta hostilidad a una hermosa mujer de cabello plateado, y esta no los miraba diferente, pues lo que parecía una batalla de proporciones bíblicas, estaba a punto de comenzar.
- ... Ven, sucia bestia. –
Y con esas palabras, la bestia que estaba al frente, rugió haciendo que los otros, hicieran lo mismo.
El Dragón escupió fuego de su hocico hacia la chica creando una enorme llamarada de docenas de metros de magnitud...
Tal ataque fue tan intenso que incineró todo lo que quedaba como ramas y escombros de edificios que ya no tenían ni forma.
Toda la tierra parecía carbón con brillo al rojo vivo pero aun así, la mujer seguía ahí mismo sin algún rasguño mientras que en la parte donde estaba parada, había desaparecido y flotaba en el aire.
- Ya veo, con que de eso se trata... <Henet> -
Y con dichas palabras, en la palma de Mío, apareció una yema en forma de flor soltándola para caer provocando que esta crezca hasta perforar el cielo mismo, y en ese instante, una gran flor salió desde el suelo mientras abría sus enormes pétalos, mostrando a un Ángel femenino salir de ahí.
Las bestias no se quedaron quietas y en algún tipo de convulsión, tipo vómito, desde sus 7 hocicos, soltaron... Un huevo, un huevo cada uno.
De cada uno de ellos, salió un Dragón que siendo más pequeños que el original, seguían siendo enormes para cualquiera.
Estos eran de color negro y si quisieras darte una idea de cómo eran, parecían 7 sekiryuutei, la copia del original, falsos sekiryuuteis.
Estos al salir, miraron al Espíritu de Origen y justo cuando iban hacer otro movimiento, la existencia conocida como Deus dijo...
- Yo también tengo hijos... –
Y al terminar esa línea, aparecieron 11 figuras alrededor de Mío mostrando por fin a 11 bellas chicas, estas ya habían enfrentado anteriormente a la bestia, ahora bestias.
Si, las Espíritus creadas por Mío habían aparecido después de haber desaparecido no hace unos pocos minutos.
Tohka, Kurumi, Mukuro, Origami, Kotori, Nia, Miku, Natsumi, Yoshino, Kagura y Yuzuru llegaron pero sin ser acompañadas por Mana y Ellen, en este caso, todas la Espíritus se habían reunido para luchar juntas, por primera vez, al lado de la progenitora.
- Aunque tengamos diferencias, esta pelea es de todas. –
Dijo Tohka mientras sacaba de nuevo su espada, Sandalphon.
Todas hicieron lo mismo invocando a sus Ángeles demostrando que venían a combatir.
Todas aún seguían con la ropa rasgada pero parecía que habían recuperado sus energías.
- No importa, un enemigo en común, nos une. –
Y acompañando su respuesta, Mío libero energía brillante haciendo que el vestido astral de todas brillase de igual manera, poco después, todas sintieron un gran calor recorrer su cuerpo.
-... Esto es... –
- ... ¿En... En serio...? –
Todas se sorprendieron por lo que sentían, pero sabían, no, tal como era, sintieron que su poder y energía había aumentado de golpe, si, las que no tenían su poder completo, al fin habían recuperado sus vestidos astrales completos.
Pero no solo eso, sino que sentían tener más poder del que tenían antes de conocer a Shidou Itsuka.
Poder, energía e incluso motivación habían llegado en cada una de las chicas.
Por fin tenían su poder completo y más allá.
- Solo por esta vez... –
- Que comience... –
- Nuestra cita. –
- Es hora... –
Y en un parpadeo, Tohka, Origami, Kurumi, Kotori, Mukuro y las hermanas Yamai se lanzaron contra aquellos Dragones de menor tamaño.
El choque fue tan grande y épico que dio un brillo a ese gran árbol mostrando el poder de la unión de todas.
Esa gran flor que Mío había invocado soltó partículas de luz contra ese León y Dragón pero estos liberaron un aura, o mejor dicho, una atmósfera tan intensa que los protegió de ese ataque pero provocando que esa aura desapareciera al hacer contacto con esas partículas.
Yoshino montando a Yoshinon, el gran Conejo, se dirigió contra aquel Leopardo.
Cada una había creado su propia estrategia mientras que Kurumi y Miku atacaban ahora con mejor potencia al gran Oso.
Aunque todas seguían siendo inferiores a las 7 cabezas principales, tenían a Mío para oponerse a ellas.
Nia había creado a un avatar en forma de niña albina, una versión parecida a <Nibelcol>, pero en versión Rasiel para que la apoyara contra las criaturas sobrantes mientras que Natsumi la cubría.
Tohka lanzaba sus ráfagas a uno de esos dragones pero este las absorbía o más bien, hacía que el ataque de Tohka disminuyera de potencia como si estuviera dividiendo la potencia del ataque a cada segundo.
Mukuro abría portales por donde fuera para que cada una de sus aliadas hiciera sus fintas entrando a ellos y salir desde puntos diferentes para atacar a diferente monstruo, un intercambio de rival a cada momento.
Mío lanzaba ataques de energía hacia las cabezas principales haciendo que estas retrocedieran, pues incluso para ellos, Mío era una existencia implacable.
No por nada era considerada una Diosa.
La pelea seguía pero ninguno retrocedía, era como si la pelea fuera a llegar a ser eterna.
- En este caso... –
La peli-plata aumentó su poder haciendo que las chicas e incluso los dragones junto con las cabezas principales la miraran.
- Ain Soph; Anaf. –
Esas palabras hicieron que todas abrieran los ojos más de lo normal por la sorpresa, pues sabían perfectamente lo que seguía.
Una torre gigante apareció de la nada con flores alrededor mientras ramas volvían a perforar el cielo. Y no solo eso, sino que el paisaje cambió de apariencia mientras que el suelo era decorado por cuadros, como si un tablero de ajedrez estuviera debajo de todos ellos.
Si, el segundo Ángel que Mío poseía... Aquel que le daba el poder de cambiar las leyes de la realidad a su antojo.
Sí, aunque el territorio para usar esos efectos divinos era limitado, aún seguía tomando un terreno muy extenso como para encerrar a todos.
Pero Mío aún podía poner más poder para extender aún más el límite y es por eso que había aumentado su poder anteriormente.
No importa cuán tan fuerte sea el enemigo o cuantos fuesen, mientras estén dentro de Ain Soph, no tenían oportunidad alguna contra esa as del Espíritu más perfecto.
Y como si la cosa no pudiera quedar solo ahí, unas ramas salieron del suelo en forma de tablero en forma de cuchillas
Estas cuchillas a gran velocidad se dirigieron a cada uno de los monstruos perforándolos por todos lados.
El gran Dragón soltó otra llamarada hacia Mío pero el soplido no llegó a superar los dos metros de su boca ya que ese mismo fuego, lo quemó desde su gran lomo hacia donde tenía una gran cicatriz.
No hay manera de estar confundido, era más que obvio que Mío controlaba todo desde ese espacio haciéndola invencible en ese lugar.
- Camael; <Meggido> -
- <Halvanhelev> -
- <Artelif> -
Todas y cada una de las jóvenes invoco lo mejor de su arsenal para terminar con la pelea pero...
- ¿...Que? –
Justo cuando iban a lanzar el ataque final, las 7 bestias junto con los dragones empezaron a brillar y no solo eso, el cuerpo de cada monstruo comenzó a parpadear para después...
Desaparecer...
Esto dejo muy desconcertada a las Espíritus que voltearon a ver a Mío, pero ella tenía la misma expresión de sorpresa que ellas.
No, no había usado el tercer Ángel; Ain, aquel Ángel invisible e invencible que podía borrar de la existencia cualquier ser, objeto o energía... Simplemente desaparecieron.
Mukuro y Nia habían aterrizado al lado de Mío y no entendían lo que había pasado.
- ¿Qué sucedió...? –
Preguntó el avatar creado por Nia, María.
La inteligencia artificial de Ratatoskr, Fraxinus.
Que en algún punto de desaparición, habían unido mente y esencia con Rasiel.
- ... Reine... –
Dijo inconscientemente Kotori a Mío.
La peli-plata tenía expresión de no comprender exactamente lo que pasó pero algo le dio un leve escalofrío.
- Al parecer, hay un poder fuera de este mundo que está controlando a su antojo la existencia misma... –
- ... ¿Eh... Un poder? –
Preguntaron las Espíritus con sorpresa a la respuesta del Espíritu de Origen.
Mío solo se limitó a cerrar los ojos mientras desvanecía esa gran torre junto con el peculiar suelo, y aquella flor, se cerraba de nuevo y hundía en el suelo.
Nadie sabía qué hacer en estos momentos, ¿En verdad se había terminado esto? ¿La bestia de 7 cabezas ya no seguiría haciendo el caos? No se lo podían creer así como así.
Aunque haya ido a otra parte del planeta, ya se hubieran dado cuenta pero no era el caso, en verdad esa bestia había dejado este mundo.
- Me retiro por hoy... Cuídense, hijas. –
Dijo Mío para desaparecer en un destello blanco.
Las chicas de Shidou no sabían que responder pero aun así, no pudieron contestarle ya que esa mujer, la mujer que una vez quiso matarlas para después salvarlas, había desaparecido.
Será una idea errónea, o "gracias" al "peor escenario", pero tal vez habían creado un gran lazo con ella.
La vida de millones, miles de millones habían perecido por esa abominable ser, pero eso fue lo que las unió a Mío...
Pero aun así, la vida de todas esas personas, no tenía precio... No había nada que valiera más que una vida...
Si Kurumi usara a Zaphkiel para regresar justo antes de la aparición de ese Dragón de 7 cabezas y le pidiera ayuda a Mio, aun así existía la probabilidad de que esas personas perecieran incluso con la ayuda de todas...
La razón de que no retrocediera más atrás, es que por alguna extraña razón, Kurumi no podía... Algo sucedía porque, Zaphkiel no podía... Ir al momento que Shidou había desaparecido.
Era como si el Ángel tuviera "prohibido" o le era imposible de ir más allá de 3 días atrás.
Las chicas se miraron entre sí y se dirigieron para socorrer a cualquier persona que quedará en el mundo.
Es lo mínimo que podían hacer, no era su culpa, claro que no, pero ellas aun así se culpaban de todo.
Pero primero lo primero, ir a ver si Mana y Ellen seguían bien ya que ellas dos eran las únicas que no habían recuperado sus energías.
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https://youtu.be/0sFzzPbGZg0
Lugar de Calamidad.
En un cielo rojo, mientras relámpagos salían...
Justo en lo que parecía el suelo, se hallaban 4 cuerpos tirados con exceso de sangre en el cuerpo.
3 varones y una chica estaban en un estado tan lamentable que los moretones y heridas, daban una sensación de tristeza y terror.
Ellos eran desconocidos para el mundo natural pero los mayores conocidos del mundo sobrenatural... 4 de los seres más respetados y temidos por su increíble poder y autoridad.
Aun así...
Los 4 reyes Demonio, los Maus del Inframundo, estaban hechos añicos mientras trataban de levantarse para mirar hacia arriba.
En ese cielo, había una figura, la figura de un joven de no más de 17 o 18 años que los miraba con una expresión muerta, fría, neutra.
Serafall ya había conocido el rostro de ese chico y cuando lo vio, no pudo evitar sorprenderse de tal inesperado encuentro.
Aun así, no se evitó un combate con todo el poder de los 4 pilares del mundo demoníaco, pero aun así, terminaron tal y como están, y ese chico seguía como si nada, ni una gota de sudor mostraba.
Ya ni siquiera recordaban cómo estuvo esa masacre para ellos, no recordaban ninguna pelea.
Este ser solo los miraba sin mostrar expresión alguna.
- Si son demonios, ¿Conocen el "Naraka" o "Kasyrgan"? –
- ¿...Qu-que...? –
En eso, el escenario comenzó a temblar de forma apocalíptica mientras que fuego y alquitrán negro se batía en un gran caldero que salió del subterráneo.
Lo peor, es que los 4 Maous estaban en el centro de ese caldero mientras se empezaban a quemar por la sustancia hirviente que los lamia.
Serafall creó lo que parecía hielo en un diámetro que podía congelar una ciudad, pero este rápido se convirtió en vapor que daba un calor infernal.
Sirzechs, Beelzebub y Asmodeus liberaron todo el poder que tenían pero aun así, esa gran aura fue incinerada por el vapor de aquel caldero...
Estaban hirviendo, tanto que comenzaron a gritar del dolor y sufrimiento mientras que ese chico solo los miraba.
Serafall comenzó a llorar del dolor ya que sentía como su piel ardía y tomaba un color rojizo, hasta que...
Los ojos de ese chico, brillaron con intensidad mientras que los Maous...
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- ¡¡¡Ahhhhhhh!!! –
Despertaron en... una mesa, no cualquier mesa, sino la misma donde habían querido discutir sus asuntos.
Asmodeous al igual que los demás se miraron los brazos y cuerpo para ver que estaban bien, nada ardiendo ni sangre goteando.
Serafall estaba muy aterrada por lo que había sentido y vivido, aunque solo hayan desaparecido por horas, ellos habían estado en ese lugar... 500 años.
No era el típico comentario de eternidad por el sarcasmo o la exageración de no estar ahí, en verdad, habían durado siglos en ese terrorífico infierno.
Todo por meter sus narices en asuntos ajenos.
Ellos iban a salir por la puerta para ver a sus respectivas familias y subordinados pero al cruzar la puerta...
- ¿... A dónde íbamos? –
Sintieron una molestia en su cabeza y... habían olvidado lo que habían vivido y experimentado en ese lugar.
- Pues, nos vemos después, hoy necesito descansar. –
Dijeron casi lo mismo todos y se retiraron del lugar.
Ahora si les dejo el capítulo 5... Me tarde pero es que cambie de horario en el trabajo y necesito acostumbrar mi cuerpo al cambio.
Gracias por su atención y hasta la próxima.
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