Narra Danny:

- Tranquilo - susurro con calma mientras ayudo a mi pareja a tumbarse de nuevo en la cama - que mira lo que ha pasado porque el niño decía que estaba perfecto para seguir con su vida de siempre.

- Lo siento - responde y yo niego con mi cabeza mientras empiezo a hacerle los típicos ejercicios para ver como es si hay algo extraño fuera de los golpes que no hemos podido notar - no debí hacerte tanto daño, debí elegirte a ti desde el principio.

- ¿Y dejar el deporte de tu vida que quieres que tu familia me mate? - bromeo y él sonríe levemente- aunque visto lo visto, hay más probabilidades de que me termines matando tú, como me sigas dando estos sustos, ¿en que estabas pensando?, ya lo hemos hablado lo de estrellarse contra las protecciones no es divertido y mucho menos a tanta velocidad.

- Lo siento, todavía me cuesta controlar el nuevo coche si no tengo a mi amuleto cerca - asegura y yo ruedo levemente los ojos divertida - ¿de verdad que no estás enfadada?

- ¿Enfadada?, vale que he tenido que gastar medio almacén de tranquilizantes para que a Alex o a tu madre no les diera una infarto, pero eso no provoca que me enfade - informo y el coge mi mano con cuidado - Mick ¿pasa algo más que quieras contarme?

- Nada que no sepas, porque creo que te repito bastante que eres el amor de mi vida - responde y yo asiento con mi cabeza - lo siento por no haberte hecho caso cuando me dijiste un millón y medio de veces que debería hacer reposo.

- ¿Tú pronunciando la palabra prohibida? - bromeo y él rueda los ojos sonriendo - la chica del apartamento vino preguntando por ti y a darme la enhorabuena por tener al que parece ser uno de los pocos hombres fieles que quedan en este mundo.

- Dann puedo explicarlo - intenta hablar y yo niego con mi cabeza - a eso me refería con que estuvieras enfadada, aunque yo pensaba que había sido mi hermana o alguien de mi familia quien te lo hubiera dicho.

- No estoy enfadada porque esa chica me ha recordado que el Mick del que me enamore sigue hay dentro entre tantos nervios y prisas - añado antes de encogerme de hombros - no hiciste nada, solo fuiste el caballero de siempre, solo la acompañabas a casa e intentabas ser amable.

- Dann una vez lo intente - susurra bajando su mirada - estaba enfadado, y pensé que simplemente podía buscarme a otra y ya, pero tú siempre volvías a rondar por mis pensamientos una y otra vez sin poder evitarlo.

- También lo sé - aviso y beso su frente - hablaremos de todo en casa, mientras te obligo a cumplir el estricto reposo que te voy a imponer, y te aseguro que esta vez no te vas a poder librar, así que olvidate de estar entre dos amores porque este de aquí no va a dejarte tranquilo pronto.