Cap. 23 LA PROPUESTA
Por otra parte, el científico Thomas se encontraba en su habitación del hospital, acababa de despertar de una larga siesta, ya que había peleado con los médicos el día anterior por negarse a tomar los medicamentos para su supuesta esquizofrenia. Al final tuvieron que dormirlo con una inyección.
Luego de despertarse por completo, comenzó a caminar por la habitación, era bastante cómoda, se notaba que los padres del verdadero Thomas habían invertido mucho dinero para que su hijo no se sintiera como en una prisión.
Se paró frente a un pequeño escritorio y vió todos los cuadernos con notas del otro Thomas, donde relataba sus teorías del viaje interdimensional, junto con todas sus fórmulas para lograr una estabilidad del puente entre ambos mundos.
Él pasó el resto de las horas leyendo todos esos cuadernos, sintiéndose muy feliz por tener las respuestas a varias dudas que tenía.
Eran las dos de la tarde cuando un enfermero entró a la habitación y le dijo.
—Cópola, alguien vino a verte.
Hasta ahí todo parecía normal, el científico intuía que podría tratarse de algún familiar del otro Thomas. Sin embargo ciertas cosas hicieron que se percatára que algo extraño sucedía.
Lo primero fue que normalmente había movimiento de doctores y enfermeros por los corredores, pero ahora todo estaba totalmente desolado, incluso los de seguridad no se veían.
Además si era horario de visitas tendría que haber otros pacientes llendo al mismo lugar que él, pero todos estaban encerados.
Cuando se detuvieron frente a unas puertas, el enfermero pasó su tarjeta por la ranura de seguridad y las puertas se abrieron.
Una vez que las atravesó ya se encontraba en el área de visitas, repleta de mesas individuales con sus sillas, y en el centro del salón se encontraba parado un hombre de espaldas, pero al oír que personas entraron volteó mostrando su rostro, el cual hizo que Thomas se estremeciera al verlo.
El científico se acercó al sujeto a pasos lentos, sin dejar de analizar la situación. Antes de poder decir cualquier cosa escuchó como el enfermero salía de la sala, dejándolos solos.
El hombre de traje elegante y costoso tomó asiento junto a una mesa, luego dijo.
—Siéntese, doctor.
Sin desviar la vista de aquel sujeto, Thomas se sentó frente a él.
—Seguro le parece muy extraña toda esta situación, permítame presentarme, mi nombre es Lion Jouns... Y por su expresión tal parece que usted me conoce.
—No a usted precisamente, sino a su versión de otra dimensión —contestó Thomas seguro de que el joven se burlaría y lo trataría de loco.
—¿Ah sí? Que interesante —mencionó Lion con naturalidad— . ¿Por casualidad es la misma dimensión de la que tú provienes?
Thomas quedó sorprendido por su pregunta y su comportamiento tan tranquilo y serio, por su mirada era claro que no estaba bromeando, la pregunta era verdadera.
—¿Pero cómo? ¿En verdad me crees? —preguntó Thomas algo incrédulo.
—Sí, y te explicaré porqué, dirijo un proyecto en el que se estudia todo hacerca del multiverso, y la manera de viajar a través de él. Me intrigó el joven prodigio Thomas Cópola, y todo el trabajo que estaba haciendo en la universidad antes de su expulsión e internación, así que viajé para conocerlo, pero al llegar a la ciudad me enteré que había escapado del hospital y se encontraba prófugo.
—Interesante historia, pero eso no te da la certeza de que yo provenga de otra dimensión, tal vez soy él y simplemente estoy loco.
—Tal vez, lo curioso es que mis hombres encontraron el cadáver de Thomas Cópola hace dos días, se ahogó luego de caer al río. Y antes de poder entregarle el cuerpo a su familia, tú apareciste, alguien exactamente igual. Además nuestros sistemas registraron la abertura de un portal en el parque donde te habían detenido... Vienes de otra dimensión, de alguna forma lograste lo que nadie aquí a podido.
—Es grato saber que alguien en este lugar me cree, y valora mi trabajo.
—No solo he venido a elogiarlo, quiero hacerle una propuesta. Venga conmigo a nuestras instalaciones, allí le brindaremos todos los recursos que necesite para que continúe con su investigación... En efecto, quiero que construya esa máquina.
—Por si no lo has notado, estoy encerado en un manicomio, para este mundo soy un esquizofrénico peligroso, no me dejaran salir tan fácil.
—Eso no será un problema para mí —contestó Lion poniéndose de pie—. Si dice que sí, hoy mismo lo subiré a un avión que lo llevará a nuestro laboratorio.
Lion se acercó unos pasos más a Thomas y dijo con determinación.
—Logra abrir un portal que nos conecte con otra dimensión, llévanos a una nueva era, y me aseguraré que tengas el reconocimiento mundial que mereces.
Thomas permaneció en silencio un par de segundos, luego levantó la mirada mientras decía con una macabra sonrisa.
—Iré por mis notas.
Por otra parte, ya eran las siete de ese mismo día, y Clara se encontraba frente a la tumba de Dilan. Luego de comer su sandwich tomó el tren como siempre para ir al cementerio.
Estuvo unos minutos en silencio, observando la lápida, pero su mirada ya no era como la misma que las otras veces, ahora su semblante era de alguien que ya no sufría. Ya no sentía que se le desgarraba el corazón al ver la tumba de Dilan como los otros días. Ahora ya no tenía en su pecho todo ese dolor y culpa que cargaba.
—Estaba segura de que no tardaría mucho en reunirme contigo en el más allá —dijo Clara—. Sé que si hubieras visto la vida que llevaba te habrías molestado muchísimo, creía que jamás podría levantarte de nuevo. Pero encontré a alguien, o mas bien él me encontró, no me creerías si te contara en las circunstancias que fueron. Lo que quiero decir, es que él me ayudó a salir del pozo en el que estaba, tiene tu misma fortaleza y determinación, y debo admitir que es algo intenso e impulsivo, pero de verdad me gusta mucho. Lamentablemente ahora estamos separados, él está muy lejos de aquí, en otro mundo. Pero no pienso caer nuevamente en la oscuridad, seguiré adelante, me esforzaré por vivir, porque sé que tú y él se enojarían si no lo hiciera. Y quien sabe, talvez algún día pueda volver a verlo, no perderé las esperanzas.
Clara caminó y tocó la lápida mientras decía en voz baja.
—Gracias por todo lo que hiciste por mí, puedes estar en paz, ya no necesitas preocuparte, estaré bien —dijo ella derramando unas lágrimas—. Ahora puedo dejarte ir.
Clara secó sus lágrimas, se cubrió la cabeza con la capucha y comenzó a caminar hacia la salida.
Avanzaba entre las lápidas a pasos lentos y con la cabeza gacha. En un momento sintió la presencia de otra persona a varios metros delante de ella, intuía que talvez era algún familiar que venía a visitar la tumba de su ser amado, así que con delicadeza levantó la vista hacia adelante, y lo que vió la hizo frenar en seco.
Su corazón se aceleró y su cara reflejaba el gran asombro y sorpresa que sentía, era Lion, parado a varios metros frente a ella. Tenía un largo abrigo obscuro y guantes negros.
De inmediato Clara corrió hacia él emocionada gritando su nombre.
—¡Lion! ¡Eres tú! —exclamó ella abrazando con fuerza el torso de él—. ¿Pero cómo? ¿Cómo lo lograste? No lo puedo creer, estás aquí.
—¿Acaso nos conocemos, señorita? —contestó él.
En ese segundo Clara entendió el error que había cometido, él era el Lion de esa dimensión, no se le ocurrió hasta ese momento.
Con cierta vergüenza lo soltó y se apartó de él unos pasos.
—Em... Yo... Lo siento, me equivoqué, por favor perdóname —dijo ella caminando hacia la salida, intentando escapar de él.
—¿Estás segura? —preguntó Lion caminando detrás de ella.
—Eh, sí, me confundí, creí que eras otra persona, eso es todo —contestó Clara evitando hacer contacto visual.
—Pero dijiste mi nombre.
—Discúlpame, pero debo irme.
—Clara —dijo él haciendo que ella detuviera el paso y volteara confundida.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Tú eres Clara Smith, ¿No es así? Quería hacerte unas preguntas hacerca de tu incidente en el parque ayer.
—Ya le dije todo a la policía.
—Sí lo sé, pero en tu declaración no mencionaste nada hacerca de tu pequeño viaje a otra dimensión.
Clara quedó aún más impactada, no entendía como podía él saber todo eso. La curiosidad la consumía, pero su instinto le decía que se mantuviera alejada de él, y que no debía decirle nada sobre ese viaje.
—Escucha, me gustaría ayudarte, pero no sé de qué estás hablando. —dijo ella.
Clara siguió avanzando, una vez que salió del cementerio vió que en la calle frente a ella se encontraba una camioneta de color negra con los vidrios polarizados, y dos hombres vestidos con trajes obscuros parados junto al vehículo.
Su voz interna solo le decía que saliera de allí con urgencia, pero a penas dió el primer paso unos brazos la rodearon por detrás, y antes de poder reaccionar sintió un fuerte dolor en el cuello, instantáneamente su cuerpo se desvaneció y aquellos brazos la sujetaron para que no callera al suelo.
Su vista empezó a tornarse borrosa, lo último que pudo ver antes de perder el conocimiento fue el rostro de Lion.
Él la cargó en sus brazos, uno de los otros hombres abrió la puerta trasera de la camioneta mientras que el otro recogía la jeringa del suelo que Lion utilizó en Clara.
Lion subió al auto con ella, lo siguieron después sus dos guardaespaldas y de esa forma todos dejaron el lugar.
Minutos después y por un pequeño momento Clara se despertó, aunque se sentía sumamente mareada y luchaba para no dormirse otra vez.
Ella pudo sentir y escuchar al vehículo en movimiento.
Giró un poco la cabeza mientras trataba de abrir los ojos. En dónde estaba recostada se sentía como el regazo de alguien.
Su cuerpo estaba boca arriba, y poco a poco pudo abrir a penas los ojos, sus párpados eran sumamente pesados, sin embargo logró ver por unos segundos, estaba recostada sobre las piernas de Lion, él también la observaba, su mirada era fría y vacía, no trasmitía ni una sola emoción.
Luego de esa momentánea y fugaz escena, Clara no logró mantenerse despierta, y cayó dormida nuevamente.
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