Cap. 20 ALIANZA
Por otra parte, bajo tierra, Li se encontraba con otros chicos subterráneos reuniendo sus armas y equipos.
Tanto las mujeres como los niños y ancianos fueron llevados a otra sección por medio de los túneles. En el área destruida por Dilan solo quedaban Li y alguno de sus amigos.
Li se encontraba guardando unas cosas en su mochila mientras otros muchachos le mostraban unos planos.
En ese momento otro joven habló.
-Señor...
Li volteó hacia la puerta y vió entrar a uno de sus hombres lentamente y con las manos arriba, sumamente nervioso.
Y detrás de él se encontraba Lion, apuntándole con un arma directo en la cabeza. Instantáneamente el resto de los presentes desenfundó sus armas para apuntarle a Lion.
-Esperen, bajen sus armas, déjenlo -ordenó Li a sus hombres-. No lo puedo creer, el famoso Lion Jouns nos honra con su presencia.
-Tu eres el tal Li, dime ¿Qué fue lo que sucedió aquí? -preguntó Lion.
-Los del Norte nos atacaron... Llegas tarde, se la llevaron.
-Entonces ya no tengo nada que hacer aquí -concluyó Lion bajando su arma y caminado hacia la salida.
-Tienes razón -contestó Li siguiéndolo-. Muchachos carguen las motos con todo, partimos ahora.
-¿Porqué me sigues? ¿Qué haces? -preguntó Lion confundido.
-Ah, pues voy contigo.
-¿Qué?
-Escucha grandote, seguro tu plan es ir y atacar con todo lo que tienes al distrito Norte, matar al malo, rescatar a Clara obviamente, y verte muy cool en el proceso, pero si vas tú solo no llegarás a ella. Nosotros conocemos otra entrada, así que iremos contigo.
-¿Hablas de ayudarme?
-Sí.
-¿Porqué?
-Bueno, pues... Porqué, somos gente de bien.
-Sí no me digas. Te gustó ella ¿No es cierto?
-Así es... Pero antes de que intentes golpearme, déjame decirte que no pretendo nada. Sé que está contigo, soy consiente que no tengo oportunidad, pero aún así no permitiré que el psicópata de Dilan le haga algo. Así que quieras o no voy a ayudarte a sacarla.
-Está bien. Pero si te pasas de listo te daré la golpiza de tu vida.
-Entiendo, grandote.
Una vez en la superficie, Lion notó los parlantes en las motocicletas.
-¿Y eso para qué es? -preguntó él.
-Descubrimos hace poco que los sonidos reproducidos en ciertas frecuencias atraen a los deambulantes aún más que los humanos. Al parecer los afecta, haciendo que enloquezcan y hagan lo imposible por detenerlo. Utilizando está técnica es como nos abrimos paso hasta en las peores zonas. Mientras esté emitiendo el sonido ellos ignoran a las personas como si ni siquiera estubieran ahí.
-Interesante, eso servirá.
Mientras tanto, Clara seguía cautiva en esa habitación, ahora se encontraba mucho más en calma, pero preocupada por lo que podría suceder cuando vinieran por ella. Tomó ropa limpia y se cambió.
Caminó por el cuarto intentando idear una forma de escapar, dió un brinco del susto cuando escuchó que la puerta se abría.
Al voltear vió entrar a dos guardias.
-Venga con nosotros -ordenó uno de ellos.
-¿Para qué? ¿Qué sucede? -preguntó Clara intranquila.
-El jefe quiere verla.
Ambos sujetaron sus brazos y se la llevaron del lugar.
Cuando se dió cuenta ya se encontraba en un comedor privado, solo para los líderes, donde esperaba Dilan sentado en un extremo de la mesa.
Los guardias soltaron los brazos de Clara luego de sentarla en una silla frente a Dilan. Segundos después salieron del lugar dejándolos solos.
Había varios platillos delante de ella, su estómago rugía, sin embargo mirar a Dilan la ponía muy nerviosa.
-Por favor, elije el plato que más te guste... Sé que estás molesta, pero puedes comer y odiarme al mismo tiempo.
Clara observó los platos, había algunos que tenían vegetales que ella odiaba, así que eligió el platillo que no tenía ninguno de ellos, el cual era simple pero apetitoso.
Dilan observaba cada movimiento que ella hacia, como si la estuviera estudiando.
-Odias lo mismo que ella -dijo él dibujando una pequeña sonrisa de melancolía.
Clara sentía mucho temor hacia él, y también odio por las atrocidades que había cometido. Pero en lo más profundo de los ojos de Dilan ella podía ver la gran tristeza que cargaba por su perdida, un dolor inconmensurable por la realidad que se negaba a aceptar.
-En verdad la querías ¿No es así? -dijo Clara.
-Era más que eso. Ni siquiera podía respirar si no la tenía cerca -añadió Dilan con la voz rota, conteniendo el llanto-. Era mi mundo, nada más importaba en mi vida. Los tiempos eran duros, acabé con todos hasta llegar a la cima, me volví líder de este distrito para poseer el poder para protegerla. Todo lo que vivimos forjó nuestro carácter.
-Tener una vida difícil no justifica que puedas dañar a otros.
-Ves... Esa es la diferencia.
-¿A qué te refieres?
-Sus rostros son iguales, hablas como ella, incluso hueles como ella, pero no te pareces en nada. Eres buena e inocente, y tienes piedad por todos como si perdonar fuera la ley que rigiera tu vida.
-Si algo aprendí es que no se puede vivir con todo ese odio dentro. Unos debe sanar, y continuar, buscar ser una mejor persona.
-¿Entonces eso hiciste? Luego de que yo muriera en tu dimensión. ¿Me dejaste en el pasado y continuáste como si nada?
-¡Claro que no! ¡Yo sufrí por mucho tiempo! Seguir adelante no significa que lo olvide... Siempre amaré a Dilan, fue mi primer amor, mi todo, pero tú no puedes reemplazarlo, no importa lo mucho que te le parezcas, no eres él. Yo decidí seguir adelante, y tú deberías hacer lo mismo. No digo que será fácil, pero yo puedo ayudarte, ya que pasé por eso y podemos...
Antes de que pudiera terminar de hablar, Dilan furioso extendió el brazo y arrojó al suelo todos los platos que estaban frente a él.
Esos estruendos de vajilla reventando contra el suelo asustaron a Clara, haciendo que guardara silencio.
-¿Dices que la olvide? -preguntó Dilan mirando hacia abajo y presionando los puños-. Ahora lo entiendo, me equivoqué, traje a la Clara equivocada.
Dilan se puso de pie y caminó hacia ella. Clara entró en pánico pero antes de poder levantarse de la silla él la sujetó de la cabeza con ambas manos.
-Eso es lo que debo hacer ¿No es así? Debo seguir buscando hasta por fin encontrala -le dijo con una mirada macabra presionando su rostro-. Tú... Solo eres una impostora, no perderé el tiempo contigo, falsa Clara.
-Estás demente -dijo ella sujetando sus brazos, intentando soltarse.
-Talvez, y tú no eres compatible conmigo, ella si lo era... No mereces llevar su rostro, debería arrancartelo, pero antes los dos iremos a buscar a la verdadera Clara, ven.
Dilan la tomó del brazo y se la llevó a los jalones del lugar. Clara estaba aterrada al oír todas esas incoherencias.
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