Cuando Clara entró a los dormitorios, cuatro chicas la esperaban.

—Clara, ¿Dónde estabas? Viki te está buscando —dijo una de ellas.

—Lo siento, es que me había perdido. Será mejor que vaya por ella —contestó Clara caminando hacia la puerta.

—No espera, una de nosotras irá a avisarle, mientras tanto, ven, te trajimos ropa y otras cosas del almacén.

—¿De verdad? Muchas gracias —dijo Clara acercándose a ellas.

Minutos después, Lion entró al dormitorio de imprevisto. Se veía sumamente acelerado. Todas las presentes incluida Clara lo miraron confundidas.

—Tengo que entregarle algo importante a la señorita Clara, así que déjenos solos —ordenó él a las chicas presentes.

Luego de que todas salieran y cerraran la puerta, Lion comenzó a acercarse hacia Clara.

—¿Qué sucede? ¿Entregarme qué cosas? —preguntó ella.

—Esto —Lion tomó el rostro de Clara entre sus manos y la besó sin más, apasionadamente.

Clara estaba atónita por su hazaña, pero no quería separar sus labios de los de él.
Ambos se envolvieron en una atmósfera de amor inconmensurable, no podían separarse. En ese momento Viki había llegado al lugar, las jóvenes que esperaban afuera le informaron que Lion estaba dentro con Clara. Viki, preocupada decidió entrar, apenas abrió la puerta y asomó la cabeza pudo ver a ambos besándose. Una pícara sonrisa se dibujó en su rostro, y sin hacer ruido cerró la puerta para darles privacidad.

Afuera, en el corredor, las chicas estaban ansiosas por saber lo que pasaba ahí dentro.

—¿Qué viste? —preguntó una de ellas.

—Todas sabemos lo incontrolable que es cuando está molesto —dijo otra chica—. Tal vez la lastime.

—¡Ya vasta, chicas! —ordenó Viki—. Solo están... Hablando. Tienen temas importantes de que hablar, así que andando, vayan todas a hacer algo en otra parte, no quiero a nadie en la puerta que los moleste.

Viki se encargó de alejar a todas, incluso ella decidió irse, pero por dentro estaba muy feliz por ambos.
Por su parte, Clara y Lion se encontraban perdidos en su propia mundo. Al separarse, Clara preguntó.

—¿Y eso porqué fue?

—No pude resistirme más, necesitaba hacerlo —contestó él, acariciando el rostro de ella—. Te necesitaba, me volví loco al no tenerte cerca.

—No puedo creer que esto esté pasando. Jamás pensé que podría volver a ser feliz... Me sacaste de la oscuridad en la que estaba.

—Nos salvamos mutuamente, curando las heridas del otro.

Clara lo abrazó fuertemente con amor.

—Así quiero que estés siempre, aferrada a mi. —le susurró él—. Yo voy a cuidarte, no debes preocuparte por nada más.

En ese momento escucharon una alarma, la cual resonaba fuertemente por todos los sectores del distrito.

—¿Qué sucede? —preguntó Clara con preocupación.

—Es la sirena de emergencia, la activan cuando hay una infracción del perímetro —contestó Lion—. Ven, acompáñame.

De esa forma Lion llevó a Clara con él hasta el centro de mando. Al llegar vieron a Dani y todo un grupo de hombres preparándose para algo, con armas por doquier y trajes para protegerse.

—Dani ¿Qué ocurrió? —preguntó Lion.

—Infracción en el perímetro. La cerca en la base tres falló, y los deambulantes entraron. Te necesito allí, hay que deshacernos de los que ingresaron rápidamente antes que se esparsan por el área.

—Entendido, hermano. Iré por mi equipo.

—Dirígete directo a la base, yo recorreré las cercanías en esa área.

—De acuerdo.

Lion tomó a Clara y la llevó a un lugar seguro. Al entrar Clara vió que se trataba de un dormitorio.

—¿Y este lugar? —preguntó ella.

—Es mi cuarto. Tiene una puerta reforzada, así que quiero que me esperes aquí. No te muevas de este lugar hasta que regrese. ¿Entendido?

—Está bien.

—No sé cómo estarán las cosas afuera, o si tendremos que enfrentar deambulantes muy cerca del distrito, así que por el momento este es el lugar más seguro para ti.

Lion notó el miedo y la inquietud en el rostro de Clara, así que se acercó a ella y acarició su rostro mientras le decía.

—Escúchame, no tengas miedo, prometí que te protegería ¿Verdad? Así que no hay nada que temer.

—No estoy preocupada por mi, ¿Y si algo pasa? ¿Y si resultas herido y necesitas ayuda? No me quedaré aquí, será mejor que vayamos juntos, yo te acompaño para cuidarte.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Lion al oír esas palabras de preocupación hacia él.
Conmovido la abrazó con fuerza intentando contener las lágrimas.

—Mi pequeña desobediente, no te imaginas lo que significas para mi... Quiero que cierres los ojos, voy a darte un regalo.

—¿Qué regalo?

—Es algo muy valioso para mi. Pero debes cerrar los ojos primero, y no quiero que los abras hasta que te diga. ¿Comprendes?

—Está bien —contestó Clara cerrando los ojos.

En ese momento Lion se acercó a ella, y con dulzura la besó mientras tomaba sus manos y le entregaba un objeto.
Cuando él se alejó, ella esperó unos segundos y al no oír la señal de Lion para abrir los ojos decidió abrirlos de todas formas para ver el regalo en sus manos.
Era un pequeño estuche de color negro. Antes de abrirlo y ver su interior, Clara levantó la mirada y vió a Lion fuera de la habitación sosteniendo la puerta, en ese segundo supo sus intenciones.
Ella avanzó hacia él pero Lion cerró la puerta, dejándola dentro del cuarto sin forma de salir.

—¡No! ¡Lion! ¡Espera! ¡No lo hagas! ¡Por favor abre la puerta!

A pesar de lo gruesa que fuera aquella puerta, él aún podía escuchar sus gritos, los cuales le desgarraban el alma. Haciendo puños con sus manos y conteniendo el dolor, Lion se alejó del lugar.