Capítulo 4
-¡¿Estás loco?! ¡Te pudieron haber visto allí! -regañé a Ryder al encontrarnos en el estanque luego de la escuela.
-Estaba aburrido y quería saber qué hacías -respondió sin interés y con una sonrisa divertida mientras se recostaba en la roca.
-Fue peligroso. No lo hagas -lo fulminé con la mirada- ¿Cómo me encontraste? -pregunté suspirando más calmada.
-Te seguí.
-¿No te importa que te hayan visto?
-Nadie me vio, fui cuidadoso -respondió volviendo a sentarse.
-Pues no lo parecía -me crucé de brazos mientras él reía pero entonces negué con la cabeza y saqué el dibujo que hice de él-. Ten... es para ti.
Mira el papel en mis manos y en un segundo me lo arrebata con curiosidad. Lo desdobla emocionado y mira el dibujo en este, sus ojos estaban abiertos de par en par y luego se mira a su cuerpo y luego a sus alas para finalmente volver a mirar el dibujo y sonreír.
-¡Soy yo! ¡Es genial! Tienes talento -comenta-. No era mentira eso que me dijiste la primera vez que nos vimos, sobre que te gusta dibujar.
Sonreí apenada sintiendo mi rostro sonrojado y ardiendo. Él seguía admirando el dibujo y halagándome por mi talento.
-Gracias, me alegra de que te guste -dije un poco tímida.
Él vuelve a doblar el papel y se lo guarda en el bolsillo de su pantalón. Dejamos los regaños de lado y volvimos a hablar sobre otros temas triviales sobre su clan y mi escuela. Las horas pasaban tan rápido cuando estábamos juntos, se sentían como segundos solamente y como si me faltara tiempo para seguir hablando con él. Estaba tan cansada, la escuela me dejó agotada y luego tener que venir aquí... bostecé cubriendo mi boca y Ryder me mira comprensivo.
-Ven, te llevo esta vez -dice levantándose y tendiendo su mano hacia mí.
Lo agarré y me ayudó a levantarme, luego me dio la espalda y me dejó subir en ella. Me acomodé pegando mi mejilla a esta y sintiendo ganas de caer dormida de inmediato. Era tan cómodo y cálido...
-Gracias cuervo -murmuré adormilada.
Él ríe levemente haciendo que su cuerpo vibrará por ello y consiguiendo que se me saliera una pequeña sonrisa. Extendió sus alas y voló suavemente para no sacudirme demasiado. Pronto me había quedado dormida pero lo suficientemente consciente como para seguir escuchando y sintiendo todo, solo que no podía ni abrir bien los ojos. Lo sentí pararse en mi ventana para abrir esta y entrara, me dejó sobre mi cama y me cubrió con las mantas a las que me enredé de inmediato. Apenas pude abrir los ojos con mucho esfuerzo.
-Nos vemos mañana... -murmuré apenas audible.
-Cuando quieras, humana.
Él se despidió de mí con un beso en la frente, como suele hacer, y se fue volando por la ventana de nuevo. Mis ojos no aguantaron más tiempo abiertos y se cerraron. Para mí, fue como si pasaran dos segundos, pero al despertar de nuevo ya era de día y debía volver a la escuela.
Lo diferente fue que al llegar, Karla me recibió con un gran abrazo que no me lo esperaba, fue tan extraño pero claro... no iba a apartarla. Me sentiría mal haciendo eso.
Ella y yo volvimos a sentarnos juntas y ella no paraba de hablar, no es que me molestara demasiado, soy de las que prefieren escuchar más de vez en cuando. Así puedo conocer mejor a la otra persona.
-Y entonces mi papá me dijo que no fuera con el perro porque estaba sucio, que luego lo mandaría a bañar. Pero ya sabes, no puedo decirle que no a esa carita peluda.
-¿Fuiste con él, verdad?
-¡No solo eso! Sin querer dejé la puerta abierta y él entró. ¡Ensució todo! Los sofás blancos, las alfombras, ¡incluso se subió a la mesa!
Cubrí mi boca para evitar soltar una gran carcajada pero fracasé. Karla se une a mí a las risas para luego explicarme de que ahora estaba castigada obviamente. De igual forma fue gracioso, no era tan malo estar con ella como había creído. Y mientras más pasábamos juntas, más lo confirmaba.
Ahora tenía una rutina que me gustaba. Iba a la escuela y veía a Karla, de vez en cuando Ryder aparecía para molestar y ponerme de los nervios pero luego de varias veces haciendo eso y que no lo pillaran ya me había acostumbrado. Y luego, cada vez que regresaba de la escuela, iba al monte para encontrarme con él en el estanque, como ahora.
-¡Hola! -lo abracé por la espalda al haber llegado a su lado.
-Evett, llegaste -sonríe dándose la vuelta para verme.
-Claro... ¿Eh? -me acerqué y apoyé mi mano en su mejilla, notando una herida en esta.
Luego vi sus brazos y me preocupé al ver más de estas heridas que eran raspones, golpes y unas cuantas cortadas. ¿Qué le había ocurrido?
-Estás herido... ¿por qué? -murmuré preocupada.
-No es nada, en serio. Te dije una vez que mi clan se especializa en la caza y supervivencia. El entrenamiento suele ser duro de vez en cuando. ¡Pero puedo soportarlo! ¡Soy fuerte! -habla orgulloso de sí.
-Pero... te lastiman... -hice una mueca estando en desacuerdo con esto.
-Así son los entrenamientos, pero no te preocupes. Aguantaré y así seré capaz de defenderte en el caso que suceda algo -me sonríe ampliamente.
Me hizo sentir especial y alegre escuchar eso, igual sonreí un poco apenada pero luego me crucé de brazos y aparté la mirada.
-¡Pero yo no quiero que me defiendan! -respondí-. Mis padres siempre me dicen de que tengo que aprender a valerme y defenderme por mi cuenta.
-¿Sabes pelear? -pregunta enarcando una ceja.
-Pues... no...
-Ahá, entonces te tendré que defender yo mismo.
-No si me enseñas -lo miré con una clara indirecta muy directa en mis ojos.
-Podría ser... no siempre puedo estar para defenderte... -se lo piensa por pocos segundos antes de levantarse animado- ¡Bien! Lo haré. Pero claro, yo no te lastimaré.
-¡¿En serio?! -me levanté también.
-Claro. Si no estoy allí para defenderte, quiero que puedas hacerlo tú. Eres mi mejor amiga y quiero que estés bien.
-¡Bien! -respondí emocionada- ¿Qué tengo que hacer?
-Mira, lo primero que debes saber es que...
Ryder comenzó a indicarme posiciones, y maniobras de pelea. Pero no hicimos mucho de eso por ser la primera vez que lo hacía y él no quería que me sobreesforzara y lastimarme en el intento. Me hizo hacer ejercicios para mejorar mi estado físico y dijo que lo repetiríamos todos los días.
-Eso cansa -me quejé.
-Sí pero si quieres saber como defenderte pues está bien hacerlo.
Solté otro quejido mientras me volvía a levantar del suelo ya que me estaba obligando. Pero en realidad lo haría, me gusta hacer esto... solo que también me gusta quejarme en el proceso.
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