Dejé escapar una leve risa mientras me escondía de Ryder quien intentaba encontrarme. Me apresuré a salir de detrás de los arbustos en donde estaba cuando él se acercó allí y pensó que me había encontrado.

-Okey, lo admito, eres buena en esto -comentó-. Hagamos de esto más interesante... si no te encuentro, tú ganas y te dejaré tener el control la próxima vez.

Mi cuerpo se eriza al imaginarme en la situación planteada. Me apresuré a cambiar de lugar de nuevo y él volvió a buscar en otros arbustos apresurado pero sin suerte.

-Pero, si yo gano... no podrás negarte a hacerlo como yo quiera cuando quiera, ni una vez por una semana.

No lo veía como un castigo en realidad, amaba cuando tomaba el control total del momento pero también quería probar tenerlo yo.

-Creo que hay una gran diferencia, Ryder -hablé antes de mudarme de lugar y él me buscó allí sin encontrarme-. Me dejarás tener el control también por una semana si yo gano.

-Tres días.

Volví a cambiarme y él a fallar.

-Una semana.

Soltó un suspiro profundo antes de reír y aceptarlo.

-Bien. Una semana.

-Perfecto.

Cambié de lugar pero esta vez me alejé más de donde estábamos. Ryder me buscaba pero yo me alejaba hasta que llegué al estanque y sonreí más, atenta a cualquier indicio de que estaba por encontrarme.

-¿Huh? -me hacia atrás cuando los arbustos se empezaron a mover.

-Esto me trae recuerdos... -abrí los ojos de par en par y saqué la daga de inmediato-. ¿Esa maldita daga otra vez? No te bastó por cortarme un ala, princesa.

-¿Qué haces aquí, Asher? -pregunté alerta y guardando distancia.

-Solo quiero hablar... Tengo tantas cosas interesantes que decirte, deberías escucharme.

Su sonrisa no me tranquilizaba para nada, se acercó unos pasos y yo retrocedí el doble. Miré a mis lados pensando en huir, pero me di cuenta de los esbirros que nos rodearon.

-Solo tienes que escucharme...

-¡Evett! -miramos al cielo en cuanto Ryder me encontró.

Genial... Asher me hizo perder mi oportunidad de tener el control. Una razón más para odiarlo.

-Ese maldito cuervo, nunca me deja acabar lo que inicio.

-¡Hm! -me sobresalté cuando Asher me sujetó el brazo y antes de que le clavara la daga agarró mi muñeca.

-Necesitamos un lugar más privado...

Asher nos cubre con un espeso humo negro, miré a Ryder que se acercaba para intentar atraparme pero antes de poder hacerlo el humo nos cubrió y al desaparecer este, Asher y yo estábamos en la mansión. Me soltó y de inmediato me aparté de él y me posicioné con la daga en alto.

-No sé que tramas esta vez pero ten cuidado Asher, quizás y te corte la otra ala.

-No estoy tramando nada, princesa -él se acerca a su trono y se sienta allí-. Solo me parece injusto que te sigan ocultando la verdad.

-¿Cuál verdad? -cuestioné.

-La verdad tras la muerte de tus padres, por supuesto -hice una mueca- ¿Aún no te lo han dicho? Los cuervos saben quién ha sido.

-¿Y debo creer en ti? -bufé con desagrado-. Ni aunque mi vida dependiera de ello.

-Yo solo estoy tratando de ayudarte -responde fingiendo estar ofendido-. Me duele que desconfíes así de mí.

Se ríe aún así. Escuchamos de golpe el disturbio que comenzó a sonar fuera de aquí.

-¡Asher! -Ryder grita con furia desde afuera.

De repente el nombrado estaba frente a mí, sujetando mis mejillas con una mano y volteando mi rostro para mirarlo a los ojos.

-Yo sé quién ha sido, y puedo matarlo si eso es lo que quieres.

Los golpes en la puerta se hicieron más fuertes a cada vez y entonces esta se partió enseguida dejando ver a Ryder muy enfadado. Tras él estaban su padre, hermanos y miembros de su clan.

-Vamos, princesa... ¿No quieres saber? -no respondí y Asher me hace mirar a Ryder-. ¿Por qué no se lo dices tú, cuervo? Dile a tu linda novia quién ha matado a sus preciados padres.

-Asher, deja esta mierda. Te daré mis alas, pero suéltala y déjala en paz.

-Hm... no. Primero quiero ver esto. Anda, dile la verdad. Tú lo sabes, lo supiste todo este tiempo y es por eso que me buscaste.

Ryder me mira mientras yo mantenía la fija en todos ellos. Ryder sabía quién mató a mis padres y no me lo dijo... era duro de saber pero, ¿cómo culparlo?

-¿Y bien? -Asher me sacude la cabeza- ¿Qué me dices tú, Barclay? ¿No piensas decir nada?

El padre de Ryder también se mantiene en silencio, como todos aquí. Nadie se movía, nadie hablaba, pareciera que todo se había detenido por el momento.

-Todos son unos cobardes. Lo único que saben hacer es mentir y utilizar -se burla Asher-. Pobre de tu pequeña humana, Ryder... seguro es tan difícil para ella saber que su propio suegro ¡fue quien mató a sus padres!

Jira y James miran a su padre con asombro mientras Ryder solo aprieta la espada en su mano y tensa la mandíbula. Asher se ríe y me hace mirar fijamente a Barclay, tomándome de las mejillas y el cuello.

-¡Míralo bien! Lo tienes allí. El asesino de tus padres, los que los mató a sangre fría y derramó su sangre por toda la habitación ¡Lo tienes aquí mismo, Evett! ¡¿Qué harás ahora?! ¡¿Matarlo?! Deberías hacerlo, o quizás déjamelo a mí para que experimente el infierno por el que pasaron tus padres. Puedes vengarlos, si me dejas...

-Cállate -clavé la daga en su mano para que me soltara. No imaginaba que mi voz saldría tan seria y frívola.

Arranqué la daga de su mano y le di una patada en la parte trasera de sus rodillas para hacerlo caer de rodillas y al final clavar la daga en su nuca, atravesando su cuello. Soltó sangre por la boca y me miró aún confundido y temblando del dolor.

-¿Por qué?

-¿Crees que no lo sé? -resoplé molesta-. Hace meses que he sabido eso, no sabes dar noticias nuevas, Asher.