Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: Seducción

Tras tantos años, hoy se sentía lleno. Era la primera vez en mucho tiempo que no sentía un hambre atroz y que no perdía la cordura. No hacía falta atacar a nadie, ni salir a buscar una presa de la que alimentarse, ni tener que controlarse para impedir acabar con su vida. Ese chico era una fuente de alimento inagotable siempre y cuando estuviera al sol. Sasuke jamás pensó que pudiera existir una sirena con un don semejante.

Por un segundo, pensó en lo que eso suponía. Si el resto de las sirenas de cola negra se enterasen... ese chico estaría en peligro. Todos desearían obtener alimento inagotable y, por tanto, supo al instante, que debería mantener el secreto sobre su don. Nadie podía enterarse de algo así y, desde luego, por más que amase a ese chico, no estaba dispuesto a aprovecharse de él.

Sasuke alejó sus labios unos segundos al darse cuenta de ello. No quería ponerle en peligro, pero lo haría si seguían juntos.

- ¿Qué ocurre?

Naruto ni siquiera abrió los ojos. Sentir las suaves manos de Sasuke sobre sus mejillas era suficiente para tenerle en ese estado de embriaguez absoluta. Todo de Sasuke le hipnotizaba y excitaba. Sus besos eran simplemente perfectos e indescriptibles, sus manos suaves y delicadas, sus dedos juguetones y siempre dispuestos a proporcionarle agradables caricias... ¡Sí! Era perfecto. Por eso mismo, se negaba a abrir los ojos y romper el embrujo.

- No podemos estar juntos, yo...

- Quiero estar contigo. He intentado acercarme a ti desde el primer día que te vi en ese muelle, he querido conocerte y ahora que lo hago, no quiero alejarme de ti.

- No sabes nada de mí, Naruto. Soy un peligro para ti.

- No lo eres. Siento el cariño que emana de ti hacia mí. Tus besos son delicados. Sé que no quieres hacerme daño.

- Que no quiera hacerte daño no significa que no pueda hacerlo. Si me descontrolo... si los de mi especie llegan a saber de tu existencia, estarás en grave peligro. Es mejor que mantengas todo esto en secreto, sobre todo tu don.

Naruto sonrió al escuchar sus palabras. Desde niño, le habían dicho lo que debía hacer, cómo comportarse... nunca había podido tomar ni una sola decisión por sí mismo, pero estando en la superficie, se sentía libre por primera vez. No era el príncipe de Náutica, no era un tritón especial, sólo era un humano más, un estudiante universitario que durante un año, tenía la opción de conocerse a sí mismo y descubrir quién era y qué le gustaba. ¡Y le gustaba ese chico!

- ¿Por qué sonríes así?

- Hablas como mi padre – sonrió – siempre diciéndome lo que debo hacer. Me gustas, Sasuke y me da igual todo lo demás.

- Es peligroso.

- Me da igual que lo sea. Quiero estar contigo. Tú me protegerás del peligro – sonrió.

- No puedo protegerte de todo esto.

- Confío en ti.

- No deberías. Puedo perder el control. El hambre que siento podría regresar en cualquier momento.

La incertidumbre se vislumbró en la mirada de Naruto al escuchar esas palabras. Sasuke acababa de alimentarse, entonces... no debería perder el control demasiado pronto, o eso era lo que él suponía.

- ¿Cada cuánto tiempo sientes hambre? – preguntó Naruto por sacarse las dudas de la cabeza. Necesitaba hacerse una idea.

- Suelo tener hambre casi siempre – susurró Sasuke – yo... nunca suelo saciarme y pierdo energía demasiado rápido. Los de mi especie pueden aguantar uno o dos días sin alimentarse, pero yo perdí algo importante hace mucho tiempo, una parte de mí que hace que no pueda restablecer el cien por cien de mi energía, así que la gasto más rápido de lo normal.

- ¿Y no hay alguna forma en que puedas estar más tiempo sin sentir ese hambre?

- Hay una forma, pero es arriesgado – susurró Sasuke –. Hay una leyenda que dice que los de mi especie solían hipnotizar con sus melodías a algunos marineros para...

- ¿Para qué? – se aproximó más Naruto hacia el moreno lleno de curiosidad. Cuanto más tardaba Sasuke en pronunciar las palabras o pensar las adecuadas, más se acercaba Naruto.

- Para mantener relaciones sexuales – dijo finalmente –. Cuentan los rumores que si mantienes relaciones sexuales, acumulas más energía de esa persona y durante días, incluso semanas, consigues saciar el hambre completamente. Yo nunca lo he llegado a comprobar.

Durante los siguientes segundos, Naruto se quedó atónito ante las palabras del tritón. Hasta la fecha, siempre supo que cada especie mantenía sus dones en secreto, o al menos, la gran mayoría. Si le preguntaban por los cola verde, sabía que eran capaces de controlar la vegetación marina a voluntad, pero... no conocía nada sobre los cola azules, si es que ese chico lo era. Hasta la fecha, era lo que suponía por su carácter algo más frío de lo que acostumbraba y porque nunca había estado en Náutica. El ártico tenía su propia ciudad, así que hasta la fecha, encajaba en que pudiera ser un cola azul. Sasuke no lo negó, pero tampoco lo afirmó.

Pese a las dudas iniciales, Naruto elevó su brazo hacia el rostro afligido de su compañero. En su rostro apesadumbrado y sus miradas tristes, veía el dolor y la tristeza por el don que le había tocado. No debía ser nada fácil para él, pero también era consciente de que ese chico no quería hacerle ningún daño.

Colocando su mano bajo la barbilla de Sasuke, elevó su rostro para poder mirar sus oscuros ojos. No eran bonitos a simple vista, tampoco parecían tener nada especial, pero... a él le resultaban tremendamente atrayentes. Naruto sonrió con dulzura antes de acercarse una vez más a Sasuke para poder unir sus labios de nuevo.

No hacían falta las palabras entre ambos para entenderse. Sus gestos hablaban por sí mismos. En esa azotea, tan sólo estaban ellos disfrutando del sol y los besos. Ambos eran conscientes de que pronto finalizaría todo, deberían volver al entrenamiento de Taekwondo y por la tarde, regresarían a sus hogares. Todo regresaría a la rutina de siempre.

Con las yemas de sus dedos, Naruto rozó la mejilla de Sasuke. Una suave y cálida caricia que contrastaba con los besos fríos del tritón moreno. Cada beso suponía un halo gélido que recorría todo su cuerpo. Ni siquiera estando a pleno sol, Naruto conseguía entrar en calor cuando le besaba, sin embargo, tampoco le desagradaba. Pese a sentir su energía marcharse, también captaba cierto calor entrando por los poros de su piel. Entre el calor y el frío, su cuerpo reaccionaba a las mil sensaciones que sentía debido a ello.

Con los párpados cerrados, los dos disfrutaban del contacto de sus labios. Ni siquiera habían profundizado y de hecho, Naruto no tenía en mente hacer algo así. Él, que jamás había besado y que se estaba dejando guiar por la experiencia que sí parecía tener Sasuke, se dedicaba a seguirle el ritmo. Sin embargo, cuando bajó las manos hacia el borde de su camiseta dispuesto a colarlas en el interior y acariciar la piel de su compañero, fue frenado abruptamente por Sasuke.

- No... – fue lo único que pudo susurrar Sasuke al sentir las manos de Naruto en el borde de su camiseta. La voz se entrecortó y, por lo tanto, no pudo terminar la frase que tenía pensada en su mente. Durante un segundo, tras separarse de los labios de Naruto, agachó el rostro y permaneció con los párpados cerrados intentando encontrar las palabras –. No hagas eso, por favor.

- Pero dijiste...

- Sé lo que dije, Naruto, pero no es lo que quiero ni lo que necesito. Ya has hecho suficiente por mí. Gracias, pero no sigamos con esto.

Ahora más que nunca, Naruto estaba desconcertado. Él estaba dispuesto a ofrecerle sexo si con eso satisfacía su hambre durante semanas, entonces... no entendía por qué le había frenado. ¿Es que ocurría algo más que él no sabía?

- ¿Por qué no, Sasuke? No me importa...

- No quiero perder el control. ¿Vale? Es probable que lo pierda en una relación sexual y además, no quiero forzarte a ello.

- No me estás forzando, yo elijo hacerlo.

- Estoy convencido de que nunca has tenido relaciones de esta clase y seguramente no querrías hacerlo así y menos aquí, en una azotea. No es el momento ni el lugar – suspiró Sasuke – y yo estoy bien con tus besos. Es suficiente lo que has hecho por mí. No tengo hambre ahora mismo.

- Pero lo tendrás en breve. Si... si nos acostamos, no sufrirías en semanas. ¿No?

- Sólo es una leyenda, Naruto, ni siquiera he comprobado que sea cierto. Yo no... – suspiró Sasuke buscando las palabras adecuadas –. Yo tampoco he tenido nunca relaciones sexuales. Por favor, Naruto, dejémoslo aquí. No quiero probarlo ahora y tampoco me gustaría perder el control. Volvamos al entrenamiento, seguro que nos están buscando.

¡Tan reservado y enigmático que dolía! La honestidad de Sasuke era una cualidad muy digna, le gustaba esa sinceridad a Naruto, pero a la vez, le confundía la mayoría de las veces. Su huida tan rápida sólo le hacía pensar que quizá el problema era él y no el hecho de perder el control. Aun así, no podía estar seguro al cien por cien de lo que tenía en la cabeza ese chico, porque si bien era sincero, también era reservado. No siempre contaba todo lo que tenía en mente. Era un chico difícil de entender.

- ¿Soy yo? – susurró Naruto al ver que Sasuke se había levantado y tomaba en su mano el pomo de la puerta para dirigirse a la escalera de bajada.

- ¿Qué? – preguntó confuso Sasuke, girándose para mirar los ojos entristecidos de Naruto.

- ¿Que si yo soy el problema?

- Claro que no, idiota, tú no tienes ningún problema.

- ¿Entonces por qué me paras?

- Porque no quiero que hagas nada de lo que puedas arrepentirte. Apenas me conoces, ni siquiera te gusto, no sabes nada de mí, así que no vayas regalando tu virginidad así sin más al primero que te de un poco de lástima.

- Tú no me das lástima. Es cierto que nunca me he enamorado, es posible que confunda los sentimientos y que posiblemente no te quiero, aún, pero me atraes, me atraes mucho y eso debe significar algo. Quiero hacer esto contigo.

- Pues no será en una maldita azotea – sentenció Sasuke.

- Me da igual dónde mientras seas tú.

- No aquí. Si de verdad quieres hacer esto, necesito un sitio controlado, un sitio donde pueda relajarme y centrarme en controlar mis impulsos para no hacerte daño.

- Vale. Que sea así entonces. ¿Prefieres en mi casa?

- Tiene que ser en un lugar soleado – susurró Sasuke pensando en el don de Naruto. El sol impediría que pudiera matarle si se descontrolaba, o eso esperaba Sasuke.

- ¿Tu casa? ¿Tienes algún lugar soleado?

- Tengo playa privada. En la arena podríamos, pero debemos esperar a un día con mucho sol.

- Me parece bien. Tienes mi número y hoy regresamos, así que sólo llámame y allí estaré.

- No sé si esto es buena idea – sentenció Sasuke todavía cargado de dudas.

- Lo será, te lo prometo. Yo estoy decidido. ¿Y tú?

Sasuke no respondió porque no estaba tan decidido como él. Tenía dudas. Para Naruto, era fácil tomar esas decisiones al parecer, pero él pensaba en todo. No quería hacerle daño porque él sí sabía a ciencia cierta lo que sentía por ese chico. Desde la primera vez que vio su cola dorada y sus mechones rubios flotar entre las corrientes marinas, nadando y jugando entre las rocas y los peces, se enamoró de él. ¡Le amaba! Pero su amor no llegaría a nada más que a causar desastres. Eran dos especies muy diferentes, dos especies que no debían juntarse. Un príncipe de Náutica y un desterrado. ¡Eso no podía traer nada bueno!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro