La funa de mi hermano había aumentado exponencialmente en las últimas dos semanas, sin embargo, a él no le estaba importando nada, de hecho, hasta se reía de lo mismo y seguía con su vida normal son preocupación alguna.

Pasaba lo mismo con Alex, se reía mucho de los ataques inútiles de Gonzalo a través de redes sociales, dejando sólo un comentario contundente que había hecho que la bloqueara ese pocos huevos de sus redes sociales.

"Una palabra mía y la carrera de tu papá y la tuya se va al carajo"

Todos los cercanos a ellos sabemos a qué se refería, recordando que ese maldito había abusado de ella, aprovechándose de su dolor por una mentira cosechada por mi madre para separarla de mi hermano.

Por otro lado, Lidia y yo estamos mejor que nunca, ella es un sueño hecho realidad, es muy atenta conmigo, siempre me regala una rosa cuando nos vemos, y tiene pequeños detalles que me hacen siempre suspirar, es magnífica.

Incluso mi Marlon la quiere mucho, al igual que Alex, dicen que es una chica que de verdad vale la pena sin importar su nivel socioeconómico o status, digo no es como que me lo tuvieran que decir, sé que ella es con quien quiero un futuro.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando escucho el timbre del departamento de Colonia del Valle, es un sábado por la mañana y yo ya estaba lista para ir al estudio de grabación.

Hoy voy a grabar mi primer sencillo el cual subiremos a varias plataformas de música para poder así hacer mi primer paso en la música ranchera, y Lidia me va a acompañar.

Tomo mi bolso y me dirijo a la pueta.

—¡Ya me voy Xavier! —le grito a mi hermano.

El sale de su habitación, un tanto somnoliento, había llegado tarde ayer ya que fue a una cita con Yesenia.

—Está bien Miriam, te veo en la tarde, éxito con tu grabación —sonríe de lado.

Nuestra relación ya no era la misma, y eso me dolía un poco, me gustaría poder arreglarla en un futuro, sin embargo, sé que él y yo no estamos bien para ello, al menos no ahorita.

—¡Gracias!

Salgo del departamento y pido el elevador mientras le mandó un mensaje a Lidia de que ya iba bajando.

Saber que la voy a ver en unos momentos hace que mi corazón lata muy rápido, siempre ocurre eso cuando estoy cerca de ella.

Y ahí estaba ella, mi chica de bronce con su patineta y un estuche de guitarra en su espalda, esperándome mientras tomaba agua de una botella, tengo la ligera sospecha que se vino patinando desde su casa.

—¡Lidia! —exclamo al verla y me aviento a sus brazos hundiéndome en su dulce aroma a lilas.

Ella me abraza de manera tierna y besa la coronilla de mi cabeza, a pesar de usar a veces tacones sigo un poco más baja de estatura que ella, por lo que se ella mide aproximadamente un metro con setenta y nueve de altura, es muy alta.

—¿Cómo está la fresita más hermosa del mundo? —pregunta mientras alzo mi mirada y me pierdo en su sonriente mirada.

—Un poco nerviosa.

—Lo harás de perlas charrita, lo sabes, siempre te apoyaré en todo.

Me da un tierno beso en los labios haciendo que me sonroje, pero la abrace del cuello bajándola hacía mi para profundizarlo.

Sentir sus labios suaves sobre los míos es uno de los placeres más grandes que tengo en la vida, adoro sentir sus movimientos al besarnos al igual que sus fuertes brazos pegarme más a ella.

Me vuelve loca.

En ese momento escuchamos que un claxon nos toca haciendo que nos separemos.

En un Audi estaba Sofia, Valentina y venía manejando Santiago.

—Un poco más y te coges a Lidia en la calle —dice riendo Santi haciendo que se me chapearan las mejillas.

Lidia soltaba una carcajada al escuchar eso.

—Créeme que no me opondría a ello —y me besaba la mejilla mientras devío la mirada.

—¿Qué hacen aquí chicos? —les pregunto para desviar la atención.

—¡Pues qué más! Venimos a acompañarte hoy —dice Ana Sofia.

Por eso adoraba a mis amigos, ellos siempre estaban ahí para mí siempre, eran los mejores de todos, me siento muy afortunada de tenerlos en mi vida.

Lidia subía su guitarra en la cajuela y después nos metemos al carro para que Santi empiece a manejar.

Lo que si noto es que Valentina venía muy metida en su celular y tenía el ceño fruncido, mientras se muerde el labio.

—¿Estas bien carnalita? —le pregunta Lidia, notando que no era la única que se había dado cuenta de ello.

Valentina nos voltea a ver y deja salir un suspiro.

—¿No lo han visto verdad?

—¿Visto qué amiga? —pregunta Sofia.

—La iniciativa que está impulsando el partido de tu querida madre —dice Valentina.

Todos la volteamos a ver alzando la ceja.

—Pues el candidato Ortiz, porque ya está elegido para postularse a la presidencia del país, quiere prohibir de nuevo las bodas entre personas de la comunidad LGTBQ+ e incluso prohibir las relaciones, poniéndolas como un crimen.

Esto era algo que no esperábamos y creo que nadie.

—Pero eso es ilegal, ¡va en contra de los derechos humanos! —digo muy enojada.

—La iniciativa la propuso...tu mamá —me muestra la noticia de su celular.

—De verdad que ella no se cansa de cagarla, es una hija de puta —mi frustración era muy notable en esos momentos.

Unas cuantas lagrimas caían de mis ojos, a lo cual Lidia me las limpiaba y besaba mi frente.

—No tienes nada de qué preocuparte, ninguna ley ni persona me alejará de ti charrita —me sonríe mostrándome su confianza, —Tendrán que matarme para ello.

La veo a los ojos y noto que no mentía, ella es una chica tan transparente y se que me ama más que nada en este mundo y yo a ella.

—Lo sé, contigo a mi lado sé que puedo contra el mundo —le sonrío.

—Aparte nosotros no dejaremos que nada les pase, eso lo saben —dice Santi mientras seguimos avanzando por las calles de México.

—Lo sabemos, y gracias por ello chicos.

Llegamos después de unos treinta minutos al estudio de grabación, donde ya nos estaban esperando los ingenieros de sonido que nos habían tocado, los cuales nos guiaban hacia la cabina.

Mis amigos me esperaban en la parte de afuera de la cabina de grabación mientras que Lidia y yo entrabamos a la misma.

—Ok señoritas, vamos a ir grabando estrofa por estrofa, para que sea más fácil y con ello al tener ya el sample, podremos descargarlo en la computadora y subirlo para poder adjuntarlo a sus perfiles de redes sociales. —dice el joven.

—Me parece perfecto, entonces ¿Cómo empezamos? —pregunto.

—Si quieren hacemos primero la grabación de la voz y después la de la guitarra.

Volteo a ver a Lidia y ella asentía con una sonrisa.

Entro a la cabina y me pongo los audífonos, para acercarme al micrófono y esperar las indicaciones.

—¿Lista? —pregunta el ingeniero.

Asiento.

Cierro los ojos y empiezo a cantar, sintiendo cómo las notas salían tan al natural de mi garganta, más al tener en mi mente el hermoso rostro de Lidia, recordando su voz, sus caricias y sobre todo sus labios sobre lis míos.

Dulce aroma de luna

Tus coquetos ojos de carbón

Aquellos labios risueños

Y tú hermoso semblante de reina

La primera estrofa sale con mucho sentimiento, siendo que la escribí pensando en la chica que tiene mi corazón, ella se está haciendo la inspiración en todo lo que hago y no quiero jamás fallarle, de verdad jamás pensé poderme enamorar tanto de alguien como de ella.

Continuamos grabando la parte de la voz y puedo ver a través del vidrio de la cabina la sonrisa de mi Lidia, cómo sus ojos brillan, era como ver al más fulgurante firmamento nocturno, aquellas estrellas y esa piel canela me hacía darme cuenta de cuanto se había metido a mi corazón esa chica.

—Quedo muy bien señorita Gaytán —dice uno de los ingenieros.

Esto me pone contenta mientras salgo y me dirijo a donde Lidia para darle un pequeño beso en su mejilla.

—Te tocas cariño.

Ella asiente y tomando su guitarra se mete a la cabina.

Ella me había ayudado hacer la melodía de la canción, nos habíamos pasado dos meses ideándola, y al final me había fascinado

Hacemos un gran equipo ella y yo.

Ella comienza a tocar y me tiene muy atenta, es uno de sus tantos talentos, es excelente con la guitarra y tiene mucho talento.

Sus dedos se mueven de manera magistral mientras plasma la melodía que creamos juntas, las notas sonaban a través de mí, siento como llenan mi pecho, cómo aquello que las dos creamos se manifestaba, hacia que nuestro amor se notara en una canción.

Después de lo que parecía una hora y cuarto, salía de la cabina esta Lidia, habiendo ya grabado completamente la melodía y es cuando los ingenieros empezaban a hacer la mezcla de todo.

Estoy muy emocionada con los posibles resultados.

—Miri, ¿podemos hablar? —pregunta Lidia mientras esperamos.

—Si claro amor.

—A solas.

Asiento y nos disculpamos para salir a la calle, nuestros amigos habían ido por algo de comer.

—¿Qué paso amor? —le pregunto.

—Quiero salir como anónima en lo de los créditos de las grabaciones.

Esto me saca de onda, de hecho, me angustia.

—¿Hice algo para hacerte enojar? —le pregunto viéndola.

Lidia nota mi angustia y que las lágrimas estaban amenazando por salir.

—A no amor no, no es tu culpa ni nada, sólo que yo no quiero que sepan que soy yo, sólo me importa ayudarte y que tu sepas que siempre lo haré, la fama no es algo que me llame.

—Pero amor, mereces el reconocimiento, mereces mostrar que eres una chica muy talentosa y llena de cosas para mostrar al mundo —le digo.

—Es qué eso ya lo sabe todo mundo, mejor dicho, todo mi mundo, el cual eres tú, con que tú lo sepas yo soy feliz —con ello me besa tiernamente y entiendo las cosas.

Yo soy lo único que le importa.

—Somos un equipo charrito, eso jamás lo dudes.