Capítulo 2: Y me vuelve a salvar
La semana ha sido un poco cansada, ya es viernes y teníamos pensado salir ese fin de semana mis amigos y yo a algún antro o bar, pero no se pudo, todo debido a que nuestra maestra de la materia "La persona en su entorno socioambiental" nos había dejado ir a un sitio que jamás habíamos oído de él, se llama "El Chopo", según lo que investigamos era un tianguis de contra culturas.
¿Qué son las contra culturas?
Fácil todos los chicos inadaptados de la sociedad, punketos, metaleros, skatos y esas cosas raras que escuchan música que parece gritos y cosas así.
Y claro que no estamos emocionados de ir, de hecho, nos da miedo pararnos por allá, siendo que según dice mi mejor amigo, Santi, ese lugar, es peligroso, está en la famosa colonia llamada Guerrero, tenemos pavor de ir.
Mi amigo Santi y mi amiga Valentina nos van a acompañar, de hecho, se van a quedar a dormir en mi casa las dos chicas mientras que Santiago va a pasar por nosotros y de ahí nos iremos en carro, ese era el plan.
Nos va a acompañar también Xavier, aún que no lo pareciese él es muy sobreprotector conmigo, nos queremos mucho mi hermano y yo, a pesar de que peleamos de vez en cuando siempre nos apoyamos.
—¡No sé por qué la profesora se le ocurrió eso! No capta los peligros que corremos —dice Ana Sofia muy molesta en mi cuarto.
Yo asentia mientras estoy viendo la mejor ruta para llegar a aquel sitio, se veía sencillo saliendo de mi casa, vivo en Coyoacán durante la semana y los fines nos íbamos a nuestro rancho en un sitio residencial en Zona Esmeralda, a veces nos quedábamos mi hermano menor y yo solos en la casa principal, más cuando teníamos planeado salir con nuestros amigos o a una fiesta, pero cuando debía practicar para las escaramuzas o alguna presentación me iba allá con mis papás.
Mi cuarto es muy de niña, tengo una colección de barbies de todo tipo, mientras que las paredes están repletas de estrellas fluorescentes y posters de caballos, son mi animal favorito, más mi amado corcel negro, llamado Conde, el cual siempre uso para los eventos, y lo cuido demasiado, tengo muchas fotos con él.
De igual manera mi repisa está llena de premios de los concursos tanto de canto como de eventos de charrería, tenía muchos, siendo esa una de mis más grandes pasiones y a lo que me quería dedicar aparte del ser restauradora de arte.
—Creo que es por el tipo de materia, digo es optativa pero también la idea socio cultural en el arte de las contra culturas es muy importante en México —dice mi amiga Valentina.
Es una chica blanca de cabello castaño y ojos cafés oscuros, es muy bonita, atrae más de una mirada cuando pasa, es alta también.
—O sea sí, pero ¿no es más fácil buscarlo en internet? —rueda los ojos mi amiga Sofi.
—¡Le quitas lo emocionante a la vida! —ríe Valentina —. Aparte ya no es tan peligroso allá como antes, estando la biblioteca Vasconcelos y el metro bus cerca.
En eso estaba de acuerdo, digo ya no puede ser tan peligroso ¿o sí?
—Tienen razón, no creo que pase nada malo, aparte siempre nos cuida mucho Santi, el no dejaría que nada nos pasará —les digo a mis amigas. —Aparte ira también Xavier, estaremos muy bien.
Mis amigas me ven, se notan muy preocupadas a pesar de lo que había dicho Valentina, digo lo entiendo, no nos gustaría que pasara algo que nos arrepintiéramos o que se enteren nuestros padres de ello.
Nos disponemos a dormir, estamos cansadas de toda la semana que estuvimos de arriba abajo y más aparte de las tareas que hicimos y proyectos que iniciamos.
Mis amigas están ya dormidas y yo estaba viendo mi celular, y es cuando me acordaba de aquella muchacha, la skate que me defendió, la chica de bronce.
Spider Carillo.
Me acordaba de su nombre, o mejor dicho su sobrenombre, y entro a Instagram, buscandola.
Me carga un perfil de pocos seguidores, con la foto de una chica con una patineta, es ella, ubico ese hermoso tono de piel que tiene, me gusta mucho, esos ojos hermosos, negros como el firmamento de noche.
Veía que tenía muchas fotos y videos patinando, es muy buena en ello, y su sonrisa, parece que ilumina todo a su alrededor, tiene como cierta aura de tranquilidad, al menos eso se notaba en las imágenes.
Me sonrojo mucho, veía su cuerpo estaba muy tonificado, se notaba mucho sus músculos, no de manera tosca, sino de que se ejercita.
El sueño me estaba ganando, ponía mi cel a lado de mi buró y me iba quedando dormida, con aquellos ojos negros nadando en mi mente.
Mi alarma suena a las ocho de la mañana, abría los ojos sin muchas ganas de levantarme, pero teníamos que ir hacer eso.
Mis amigas dejan salir un suspiro, por lo general los sábados nos intentamos recuperar de la cruda de que salíamos a fiestas, pero este fin no nos dio chance de ello, todo sea por hacer lo de la escuela.
Se metía a bañar primero Ana Sofi en mi baño, mientras que Valentina se había ido al de mis papás, mientras yo estoy cocinando, es algo que me gusta mucho hacer.
Saco la masa de Hot-Cakes y después los huevos, iba hacerles algo que les gusta mucho a mis amigas, bueno en general a todos les gusta cómo cocino, me hace feliz poder hacer eso para ellos.
Aquellos ojos entraron de nuevo en mi mente, no sé por qué me causan ciertos escalofríos, digo no era el tipo de chica con el que llego a salir, me gustan las chicas cómo yo, fresas. Sin embargo, ella tiene algo que me mueve mucho, y lo que más me frustra es no saber qué es.
Pasarón una media hora cuando mis amigas bajaron ya vestidas y listas.
—Miry, ve a ducharte, nosotros ponemos la mesa, Santi apenas viene para acá —diceValentina.
—Ok, ya dejé todo listo, sólo falta hacer la leche de chocolate —les señalo hacia el embace.
—Nosotros nos encargamos —responde Sofi.
Asiento para darme la vuelta y caminar hacia mi baño.
Veo las fotos que hay por toda la casa, son de mí y de mis dos hermanos, junto con varios otros premios, tanto míos, cómo de mi hermano mayor, Marlon, quien se había graduado con honores de su carrera.
Igual Xavier tiene varios en las repisas, de sus concursos de matemáticas, él es muy bueno en ello, me siento orgullosa de tener hermanos tan perfectos.
Saliendo de mi pensamiento me apuraba a meterme a mi cuarto y a bañar, me gusta mucho hacerlo con agua hirviendo, es algo que siempre me ha relajado, me ponía de buenas.
Sentía el agua caer sobre mi cuerpo, es muy placentero, me hace suspirar de gusto, mientras tallo mi cuerpo con el estropajo, me gusta estar limpia y oler siempre bien, detesto que las cosas huelan mal, se puede decir que soy medio mamoncita en ese aspecto.
Después de media hora de salgo del baño para tomar la ropa que voy a usar, unos jeans, con una blusa rosada abotonada, y mis tenis blancos Lacoste, amarrando mi cabello en una cola de caballo.
Me dirijo a la planta de abajo, para llegar a la cocina donde veo que ya estaba mi hermano y Santi con las chicas, todos estamos listos, pero primero desayunaríamos.
Mis amigas se habían encargado en servir la comida y las leches con chocolate ya estaban hechas, se ve todo delicioso, más con la cajeta, lechera, mermelada y demás aditamentos que han puesto.
Empezamos a comer.
—Vamos a estar siempre juntos allá, no hay que separarnos para nada —dice de manera sería Santi.
—Y quédense siempre entre mí y Santiago, así podemos cuidarlas más.
—Entendido, no puede salir nada mal hoy —dice Valentina mientras continuamos comiendo.
—¿En sí que tienen que hacer? —cuestiona Santi.
—Se supone que tenemos que analizar cómo se comportan las personas en ese entorno, y tal vez entrevistar a alguno, sólo hacerle unas cuantas preguntas —le respondí.
—No creo que eso sea algo prudente, muchas de esas personas son un poco agresivas y muy cerradas —dice Valentina.
—Pues sólo serán algunas preguntas, nada de otro mundo —dice Ana.
—Lo entendemos, pero...bueno hay que ser muy precavidos —comenta de manera simple Santi.
Terminábamos de desayunar y nos lavábamos los dientes para salir hacia la camioneta de mi mejor amigo y nos subimos.
Íbamos callados, se nota que estamos super nerviosos por lo que pudiera pasar, a pesar de todo me siento muy segura con todos ellos cerca.
Santi conectaba su celular al estéreo y ponía un poco de música para calmar las aguas, elegía mi agrupación favorita, La banda MS, que era música de banda cómo se le dice de manera coloquial.
El ambiente está más calmado y comenzamos a bromear entre nosotros.
—¿Entonces cuando es el siguiente evento? —me pregunta Valentina.
—Creo será en dos meses o tres, no estoy segura, no me han dicho nada mis papás —le respondí.
—¿De qué será el evento como tal? —pregunta Santi.
—Si no me equivoco es para una donación que quiere hacer los señores Chico, ya sabes esa pareja que ama las escaramuzas pero que no las practican
—La señora Chico me cae bien, es muy buena onda con todos —señala mi hermano.
—Si a comparación del señor, que parece que siempre esta estreñido —dice Valentina haciéndonos a todos reír.
—Vamos, no es tan malo —dice Sofia.
—Claro para ti no lo es porque tiene dinero —le comenta Santi haciéndola sonrojarse.
—O sea sí, es un gran detonante, pero no lo es todo —trataba de defenderse mi amiga.
Sabíamos que ella se la daba mucho de Goldigger, pero no lo decía nunca de verdad, bueno esperaba que no fuera verdad.
Mientras vamos platicando nos damos cuenta qué estábamos ya a unas cuadras del metro Revolución, por suerte encontré un estacionamiento que parecía seguro y es donde nos bajábamos y somos recibidos por una persona que tenía una playera de cuello polo amarilla.
—Buenas tardes jóvenes —le da un ticket a Santi, —Aquí estará seguro su carro, disfruten su paseo.
Todos asentimos.
Salíamos del lugar para ir caminando hacia la esquina donde vemos que la estación del metro bus en la que estamos se llamaba El Chopo, digo por algo era así.
Mientras vamos caminando notamos que había mucha gente de negro o diversos otros colores en su vestimenta, pero predominante el negro, rojo y colores un poco opacos, con playeras de bandas de música rock, algunos los conocía eran punks tenían el cabello parado y así, me dan un poco de miedo.
—¡Vaya! El lugar si es un tanto pintoresco —comenta Xavier.
—Si que lo es —secunda Sofia.
Caminamos pegados, como habíamos quedado, mientras que esta Sofia iba sacando algunas fotos, de lo que veíamos.
Era un carnaval de diferentes estilos, igual puedo ubicar a los que usan rastas que se drogan y a los patinetos que los veía practicando, lo cual me hace acordarme de la chica que me había gustado, sólo sabia su apodo y su apellido, pero no podía recordar su nombre.
En ese momento no nos dimos cuenta cuando Xavier chocaba con un joven alto de cabello parado, un punk, el cual volteaba a verlo con una mueca de enojo.
—¡Fíjate por donde vas cabrón! —dice de manera agresiva.
—¡Discúlpame amigo! no me di cuenta.
En ese momento vemos que dos punks más se acercaban.
—¿Qué paso carnal? —pregunta uno.
—Estos piches mocosos que no se fijan dónde van —nos señalaba haciendo que todos nos pusiéramos pálidos.
—Ya te dijimos que fue un accidente —trataba de calmarlo Valentina.
Nos veían con desdén.
—Pinche juniorsitos, piensan que pueden venir acá y caminar como si el lugar fuera de ellos —dice el otro amigo.
—No es cierto, sólo íbamos pasando y chocamos, ya déjalo ir no seas llorón —dice muy enojado Xavier.
Eso había sido un gran error y nos rodean, yo estoy temblando de miedo, ¡en la que nos hemos metido!
—Ya wey deja de andar de perro mamón —escuchaba una voz que se me hacía familiar a mis espaldas.
Esto hacía que todos volteáramos a ver quién era.
Y ahí está ella, en toda su magnífica gloria, con su patineta en la mano con cuatro personas a su lado, los dos chicos que habíamos visto con ella en el concurso y la chica, pero aparte una niña más joven, cómo de unos dieciséis años con facciones muy similares a Spider.
—¡Ustedes no se metan niños patineta! —dice uno de los tipejos.
—¡Güey al chile bájale a tu pedo! Él morro ni te empujo por querer, lo estábamos viendo —dice el más grande de los hombres, un chico de cabellera larga con muchos tatuajes y expansiones, ojos marrones.
—¿Y si no qué? —le responde uno.
—Pues nos partimos la madre y listo güey ¿Cómo ves? —decía el otro que era muy parecido al primero, pero se veía más joven y con cabello no tan largo cómo el primero.
Los punks analizan las cosas, pero en ese momento se escuchaba pasar una patrulla.
—Ya vámonos, no vale la pena güey —dice uno de los punks al primero.
—Tienes razón, pinche fresas de mierda.
Con ello se daban la vuelta y se iban.
—¿Están bien morros? —pregunta aquella dulce voz que me estaba gustando cada vez más al escucharla.
—¡Sí! Muchas gracias —dice Valentina sonriendo.
—Es peligroso que estén aquí sin compañía —señala la chica que habíamos visto vestida de estudiante de medicina ese día.
—Si nos dimos cuenta —señala Xavier muy sonrojado.
—Bueno, tengan más cuidado, nos vemos —dice aquella chica que me gusta, haciéndome sonrojar.
Con ello se comenzaban a ir caminando hacia lo que parecía unos puestos, y era cuando Sofia hacía algo que no esperábamos.
—Oigan, ¿y si ustedes nos dan un tour?
Se detenían y nos volteaban a ver, para después verse entre ellos.
—Lo haremos —respondía el más grande de los chicos.
—¿Para qué quieren un tour? —cuestionaba Spider.
—Tenemos que hacer una tarea —le respondí sin poder evitar sonrojarme.
—Pues papas, les ayudamos sólo sígannos —cometa la otra chica.
Con ello nuestro grupo se acercaba al de ellos, para adentrarnos en aquel enigmático lugar llamado "El Chopo".
Pero a mí no me importaba nada, sólo podía concentrarme en el hecho que esos tranquilizantes ojos color negro no dejaban de verme cuando ella hablaba.
Sentía mariposas en el estómago.
Caminamos un poco, yo me quedaba a lado de ella, mientras cruzábamos parte del tianguis.
Todos vamos callados, mientras yo veo de reojo a la chica, ella parecía estar concentrada, hasta que rompe el silencio aprovechando que nos quedamos un poco atrás.
—Creo que ya es una costumbre salvarte.
Me volteaba a ver y su sonrisa me hacía entrar en un corto circuito.
Sin duda alguna, me fascina esta chica, estoy muy sonrojada y no sé qué hacer.
¿Será que ella es lo que necesito?
Nota de autor
Segúndo capítulo de Entre Charros y Patinetas.
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