Capítulo 19: El regreso de las Leyendas.
Siempre los inicios de año son pesados, y nunca son como todos esperan, mucho menos cuando atacan a alguien que quieres mucho.
Estamos en la casa de Marlon en la sala y a lado de él Alex con una sonrisa en sus labios y el otro muerto de risa.
En la pantalla teníamos proyectado el video donde Gonzalo está quemando por redes sociales a mi carnal, digo era algo que esperamos mucho tiempo, pero se tardó en llegar.
—Entonces ese maricón lo dejo sólo su papi —dice Marlon, tiene prendido un cigarro.
—Pues la verdad es que si se tardó —señala esta Ana.
Ella estaba con nosotros, ya que mi hermano invitó también a Alberto y Daniel, que los conocía de más tiempo.
Beto y Ana se habían hecho oficiales hace tres semanas un poquito antes de la salida de invierno de la escuela y la verdad era algo que yo sabía que pasaría, a mi mejor amiga le fascino el chico tatuador.
Lidia igual está ahí con nosotros, yo estoy recargada en su hombro con nuestras manos entrelazadas mientras nos recargamos en el sillón.
Los más chicos, Yesenia y mi hermano Xavier no estaban, habían ido al cine, sólo quedaba Griselda que estaba con Dani, ella venía de la escuela y sigue con su atuendo blanco de la carrera.
—Es qué siento que su papá lo ignoró de cierta manera —dice Alex tomando el cigarro de Marlon y fuma del mismo.
—El senador no le convenía sacar a la luz todo lo que había pasado ese día, iba a manchar la imagen de mi madre y la de su hijo —les digo.
—Pues en si el que agarró a vergazos al juniorsito ese fue Belial, él se iba a ver peor si lo exponía el senador —analiza esta Griselda.
—No del todo, por ser hijo de don Gaytán y esta Marcela, por que aparte mi madre empezó su carrera política —dice Marlon.
Le pone play al video y escuchamos cómo Gonzalo habla.
—Gente seguidora de mis reds sociales, vengo a exponer una barbaridad pasada hace unas semanas en un evento de charrería —su voz se nota molesta, —muchos conocen al hijo del famoso criador de caballos, Don Armando Gaytán, y quiero señalar que esto no es contra él, sino contra el mal nacido de su hijo.
En ese momento dejaba salir una carcajada Marlon, mientras Gonzalo mostraba una foto de mi hermano.
—Este maldito bruto, lo hemos visto antes en otros lugares amigos, ¿se acuerdan hace años cómo hubo una ola de violencia en bares de la CDMX, por parte de los inadaptados sociales llamados metaleros? —cuestionaba el joven.
Esto hacía fruncir el ceño a Beto, Alex y mi hermano, los más chicos nos veíamos los unos a los otros.
—Eso no fueron los metaleros, se sabe que fue cuando los Skinheads NS se habían desatado —dice Alberto.
Volteo a ver a mi novia y ella levanta los hombros sin saber bien que pasaba.
—¿Tú no sabes amor? —le susurro al oído.
—Estaba muy chica aún charrita.
—Pues este sujeto es uno de los que incitaron eso —señala Gonzalo, —el fué uno de esos monstruos que estuvo golpeando a chicos y chicas de clases sociales diferentes a él, sólo que el mismo era parte de nuestro mundo por más que quisiera negarlo.
—Si que está desesperado, todas las personas de las contraculturas saben que Belial fue quien nos juntó y lidereo la protección de dichos lugares contra esos mal nacidos, fue cuando nos hicimos más cercanos —señala Beto, mientras que mi hermano asiente.
—Eso hasta yo lo sé, ya que después de todo eso, el desapareció sin dejar rastro —dice Alex un poco triste —pensé que jamás lo volvería a ver.
—Eso es cierto, todo mundo sabe esa leyenda, es quien unió a muchas tribus urbanas contra un sólo enemigo —dice Lidia.
—Ustedes mismos nos contaron eso cuando los conocimos —comenta Griselda viendo a sus amigos.
—Yo no sabía nada de eso —les digo.
—¡Ese es nuestro punto! —exclama Beto.
Todos nos quedamos viendo sin en si entenderlo.
—¿Qué no lo ven? —señala Dani.
Era cuando notaba que tanto Marlon cómo mi cuñada, se daban cuenta de algo y entendían lo que estaba comentando los hermanos.
—¡Ese cabrón! No es tan pendejo cómo creíamos —dice Marlon.
—No entiendo ¿Qué pasa? —les pregunto.
—Quiere echarle encima a toda la ciudad a Marlon —puntualiza Yesenia.
—Eso es exagerado —dice Alex, —pero si quiere hacerlo alguien odiado.
—¿Y qué haremos al respecto? —dice Lidia.
—¿Nosotros? —cuestiona Marlon alzando la ceja.
—¡Si Marlon, nosotros! No dejaremos que manejes esto sólo —le señalo.
—Es que no recuerdo haberles pedido ayuda u opinión —sonríe con aquella mueca de burla que lo caracteriza.
—Es que tampoco puedo acordarme cuando he hecho lo que tú dices —me levanto y camino hacia el encarándolo.
Era cuando notaba algo raro en ello, sus brazos ya estaban por completo tatuados, con demonios, pentagramas y demás incluyendo su cuello también, se notaban recientes.
—¿Cuándo te terminaste de tatuar? —le pregunto.
—Hace una semana, ya me vale lo que diga mi mamá, ella ya no es dueña de nadie de nosotros.
—Bueno, ese no es el punto, ya te dije que yo siempre estaré ahí para ti, tal como tú siempre lo has hecho conmigo —le digo —No volveré a dejarte cargar con todo sólo, ya tengo edad para defenderme.
El me ve con aquellos ojos negros, muy diferentes a los de Lidia, los de mi hermano era cómo si observaras un abismo sin fondo, creo que jamás me había dado cuenta en realidad cuan imponente es el, y va de la mano con que jamás me sentí amenazada, pero su porte era agresivo, sus muecas pareciese que se burlaban de ti, cómo si te retaran a hacerle algo, y es bastante alto, creo que pasa del metro con noventa.
De solo verlo sé que era alguien que en verdad agradezco que me ame tanto, no me gustaría ser su enemiga.
—Miri, ni siquiera sabes que haré y mucho menos te diré así que siéntate y cállate —mueve a Ale de sus piernas y se levanta, —perdí a un hermano hace poco y no pienso perder a mi hermanita.
—No has perdido a Xavier y lo sabes —le digo —él siempre nos va a querer.
—Lo sé, pero no podemos confiar hoy en día en él —señala, —él podría estarle pasando información a madre de todo, incluso de padre y es algo en lo que no me pienso arriesgar.
—Yesenia me dijo que esta triste —dice Lidia haciéndonos a todos voltear —me contó el otro día que Xavier tiene mucho dolor de lo que paso y lo que le hizo a Lidia.
Desde ese percance, Xavier no me veía a la cara o a los ojos, siempre que me preguntaba algo su mirada era hacia el suelo o hacia otro lado y cuando mencionaba a Marlon, se ponía muy nervioso, le daba pánico volver a pelear con él.
—¿El pequeño mocoso entendió a la mala entonces? —pregunta mi hermano mayor.
—Él siempre ha sabido las cosas, pero lo entiendo de cierta manera, cómo les conté ese día, pero lo que le sucedió fue un golpe muy fuerte para él y su confianza. Aparte ha cortado todo laso con su mamá también, el no quiere saber nada de ella.
Esto nos tomaba por sorpresa a Marlon y a mí, pesamos a veces que el seguía en contacto con nuestra madre y que a la primera pensaba traicionarnos, pero mi novia nos estaba diciendo cosas muy diferentes.
—Eso es cierto —dice Ale, captando la atención de nosotros ahora —he hablado con él por whats pero me ha pedido que no dijera nada, pero me comenta lo mismo que nos dice Lidia, el ya no tiene nada que ver con tu mamá Belial. Deben hacer las paces.
Los ojos de mi hermano se posaban sobre los míos y era cómo si tuviéramos una plática silenciosa, sabíamos que hacer, y lo entendimos muy bien.
Ahora más que nunca nuestro pequeño hermano necesitaba de nosotros, comprendía que se sentía confundido, perdido y que todo lo que llegó a conocer como familia había sido una mentira creada por la que se hacía llamar nuestra madre, todo maquinado para destruir sólo a mi padre.
—Hablaremos con él, creo que tienen razón —dice Marlon.
—Es que no creo que lo hayamos puesto como una opción Lidia o yo ¿O sí Lidia? —voltea mi cuñada a ver a mi novia que se pone un poco nerviosa.
—No...no era una opción —tartamudea mi novia.
Todo mundo se soltaba a reír al ver cómo se ponía intranquila mi amada.
—¡Lidia no le debes de temer a Belial! —ríe Ana Sofia.
—Nada de que le temo a mi cuñado me puedo agarrar a golpes y puedo sobrevivir, pero si enojo a mi charrita no podré ni meter las manos por esos ojazos tan hermosos que tiene.
Esto me hace sonrojar mientras me manda un beso.
—Mi chica es muy inteligente, sabe a quién temerle —señalo mientras la jalo hacia mí para darle un beso en la mejilla.
—Entonces, regresando al punto principal, ¿Qué haremos con Gonzalo? —pregunta Griselda.
—Reírnos de él y su estúpido intento, y contrarrestar con un video de mi parte, me burlaré de él y señalaré todo, se más de uno de sus secretos para quemarlo —dice mi hermano —no me da miedo a usarlo contra él, si ya le partí su madre, sólo queda partirle su poca dignidad que le queda. Y todo mundo se enterará que, Lord Belial y Lady Andras estan de regreso.
Todos asentimos ante lo dicho por Marlon, sabíamos que esto iba a ponerse agresivo.
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