Capítulo 18: Medios Hermanos
El año nuevo va a ser en nuestra casa, habíamos quedado que Lidia vendría con los chicos y aparte Yesenia.
Desafortunadamente mi suegra no iba a poder venir, iban a ir con sus familiares cercanos, su hermana y una prima, sin embargo, las chicas no querían ir y fue cuando se me ocurrió que hiciéramos algo en la casa, más que nada también por qué mi papá tampoco estaría, no había regresado de su viaje de negocios, y no estaría acá.
También invitaría a mis amigos de la universidad, así que sería una fiesta muy animada, o espero, digo que ambos lados se llevan muy bien pese a sus diferencias sociales.
La señora que cocinaba se levantó desde temprano para hacer la comida, va a hacer varios platillos, desde bacalao, romeritos, lomo y otros cuantos más, para que todos pudieran comer lo que les gustara.
Más aparte, compramos todo tipo de alcohol para disfrutar de él, desde vodka, tequila, que es mi favorito, ron que lo ama Lidia, cervezas y demás, sería una fiesta recordada para siempre.
Por mi parte estoy feliz ya que mi relación con ella va cada día mejor, nos llevamos muy bien y en serio la amo como jamás he amado a alguien, ella hace que todas mis preocupaciones se esfumen cuando estoy a su lado, me entiende, habla conmigo, me comprende y me apoya en todo, no puedo pedir mejor pareja que Lidia.
Me salgo de bañar aproximadamente a las cuatro de la tarde, sentándome en mi tocador me comienzo a poner mis productos de belleza, quiero verme genial para mi amada novia.
Al terminar el ritual, iba a mi closet y sacaba mi vestido de hoy, uno amarillo largo con unas botas de suelo beige, que me llegaban hasta las rodillas, sabía que esto le iba a gustar mucho a ella.
Ellos según me había dicho esta Lidia llegarían como a las ocho de la noche, ya que pensaban cerrar el local de tatuajes a las cinco y media y en lo que acomodaban y demás serían las seis.
Lo bueno es que estaba cerca la casa de Griselda donde se planeaban bañar y cambiar todos para venir a mi casa.
En muchos aspectos me gusta la relación que tienen ellos, se llevan muy bien y siempre se apoyan, por eso pude convencer a Lidia de entrar a la universidad, algo en que le ayudaré, hará el examen de la UNAM, y estudiamos juntas para que saliera bien en él.
Al estar arreglada salgo de mi cuarto y me dirijo al de mi hermano, para tocar la puerta.
—Adelante.
Entro y veo que ya igual estaba listo.
Su recamara es un templo a las matemáticas y a la física, posters de científicos, de matemáticos y estantes llenos de libros de teorías y demás, más su computadora.
—¿Cómo te sientes hermanito?
A lo largo del tiempo que mamá se fue lo note un poco deprimido, y lo entiendo, no es fácil pasar por un divorcio, y más siendo el pequeño de la familia.
—No lo sé Miri, fue nuestra primera navidad sin nuestros padres y nuestro primer año nuevo igual, tengo sentimientos encontrados —comenta Xavier.
—Te entiendo, digo sé que es difícil —dejo salir un suspiro, sin quitarle la vista de encima a mi hermano, —pero de cierta manera prefiero esto a la farza que vivíamos.
—Es que no lo sé Miri, en cierta manera es culpa de Marlon, el siempre fue el que creo el conflicto en todo aspecto con mi mamá —me dice con cierto enojo.
—Nada que ver tu comentario Xavier, si supieras cuanto sufrió Marlon pensarías mejor lo que dices —estoy enojada, no esperaba eso de mi hermano menor
—Él ya está del otro lado, vive feliz con Alex y todo, pero nos dejó el desmadre de nuestros papás a nosotros.
—¿Qué mierda dices Xavier? ¿Qué nos dejó Marlon? —lo veo aún más enojada.
—Si el no hubiera encarado a mi mamá ese día o golpeado a Gonzalo, esto jamás hubiera pasado —se escucha la frustración y confusión en su voz.
—O sea ¿preferías que ese imbécil fuera mi prometido actualmente? ¿Sacrificarías mi felicidad por tener tu familia perfecta?
No podía creer que este Xavier se estuviera comportando así, el jamás había sido así y siempre fue un niño que nos ayudaba a Marlon y a mí en todo.
—Es que no era sacrificarse, podría haber tenido una gran vida y digo tener de amante a Lidia, sin que Gonzalo se enterará —dice con cierto enojo.
—¿Eres imbécil? Tú sabes que jamás engañaré a nadie, eso no va conmigo, no soy tu mamá —lo digo con cierto asco.
—No, mi mamá aguanto estar con un hombre que jamás amo y salió adelante, a ti te ponen en algo así y comienzas a llorar —me dice con cierto veneno en su voz.
Sin darnos cuenta estábamos ya afuera en el pasillo gritándonos.
—¡Yo no tengo culpa de nada de eso, yo no soy la culpable de que mi mamá haya pasado por eso y aun así mi papá jamás le negó nada ni le fallo! —mi grito resonaba en toda la casa.
—¿Y eso le quita la culpa a mi papá por...? —pregunta Xavier.
—Mi papá no la obligo a nada, ni él tuvo la culpa y tampoco Mariela, fue culpa de nuestros abuelos, ellos necesitaban eso para seguir con el rancho y lo sabes mejor que nadie —le digo
—Tampoco es justificación —señala.
—Nadie está diciendo que lo sea, pero nada de esto es nuestra culpa, ni de nuestros padres ni nuestra —le digo —Mi mamá eligió su carrera de política por encima de nosotros, se metió con el papá de Gonzalo y quien sabe con cuantos para logarlo y ¿Te a través a defenderla? Ella estaba a nada de venderme ¡Maldita sea! Mi madre es una basura.
—¡No vuelvas a decir eso de mi madre! —gritaba Xavier —No es mi culpa que ella jamás los quiso ni a ti ni a Marlon.
Eso si me dolía, yo sé que era cierto, que nunca fuimos deseados por ella, al contrario de Xavier.
Es cuando me cae el veinte, analizando las facciones de Xavier y su cabello que era muy diferente al de Marlon y al mío.
—Tú no eres hijo de mi papá...
Esto tomaba por sorpresa a mi ahora medio hermano.
—¿Qué quieres decir? —el alza la ceja.
—La puta de Mariela se metió con el padre de Gonzalo desde hace años...ella...
Jamás acababa de decir las cosas cuando sentía una cachetada en mi mejilla y se me cristalizan los ojos del dolor.
—¡No le vuelvas a decir así a mi mamá! —me amenaza Xavier.
—Sólo digo la verdad ¡tú eres hijo del senador Ortiz! —lo señalo.
Esto lo hacía enfurecerse más, y alza de nuevo su mano para pegarme de nuevo y cierro los ojos esperando el golpe.
Pero jamás llega.
—¡No le vuelvas a levantar la mano a nuestra hermana en tu vida!
Era la voz de Marlon y abro los ojos.
Tiene la mano de Xavier sostenida sin dejarlo moverse mientras que Alex se ha puesto enfrente de mí.
El ambiente es tenso, sé que Marlon esta enfurecido y Xavier esta igual, pero a la vez con miedo, sabe que hacer enojar a Marlon era uno de los más grandes errores que puede uno cometer.
—¿Nos pueden decir porque estan peleando como imbéciles los dos? —dice de manera severa Alex, —sus gritos se escuchaban hasta el garaje.
Los dos nos quedamos callados, mientras nos veían.
—Por Mariela y todo lo que paso —le comento mientras me limpio las lágrimas.
—¿Qué paso ahora con ella? —pregunta Marlon.
—Nada, sólo que todo lo que está pasando ahora es tu culpa —dice Xavier viendo a su hermano mayor.
—¿Y por qué es mi culpa? —alza la ceja sin entenderlo este Marlon. —Yo jamás le dije a mi Mariela que hiciera estupideces.
—Tu atacaste a Gonzalo e hiciste que todo se fuera a la mierda ese día —señala Xavier aún muy enojado.
—Y lo volvería hacer llorón, por mi hermana destruiría el mismo infierno si alguien le hace algo y no iba a permitir que Mariela la usara como moneda de cambio para su carrera política y menos con el hombre que me traiciono y lastimo a mi prometida.
—La elección de Alex en eso fue sólo de ella no de nadie más —decía de manera ácida Xavier —si ella se metió con Gonzalo fue por qué le gusto y era una fac...
Las palabras de Xavier jamás terminaban de salir de su boca, cuando ya tenía la mano de Marlon en su cuello y lo estaba alzando pegándolo contra la pared.
—Eres mi hermano, pero hoy te has pasado escuincle pendejo, le pegaste a Miriam y le faltaste al respeto a Alex todo por una persona que prefirió su carrera política sobre ti.
Xavier intentaba zafarse del agarre de Marlon, pero era imposible, todos sabíamos que nuestro hermano mayor era muy fuerte.
—Siempre fuiste el principito de la familia y jamás sufriste lo que yo antes, así que nadie te ha enseñado modales, y crep que será buena idea que lo vaya haciendo yo.
Lo bajaba y hacía que se arrodillara enfrente de mí y de cuñada.
—Ahora pídeles perdón —impera Marlon.
—¡No lo haré!
Esto enoja a mi hermano mayor.
Y sabía yo que no era bueno.
—No me hagas lastimarte Xavier.
—¿Y qué más te da? Sólo soy tu medio hermano.
Esto tomaba desprevenido a mi hermano, viéndome.
—Creemos que Xavier es hijo de Macario —le digo.
Eso sin duda era algo que no esperaba Marlon.
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