Capítulo 15: La venganza se come fría
—Miriam Gaytán —dice el senador.
Mi nombre retumbaba en mis oídos, sabía que eso pasaría por que desde un inicio se notaba que era algo arreglado y eso me molesta por que hay un trasfondo detrás de todo esto y más al ver a mi mamá tan feliz por algo que yo hacía, ella siempre estuvo en contra de mi gusto por las escaramuzas, pero mi padre fue muy estricto en eso y ella lo tuvo que respetar, no le quedaba de otra en ese aspecto.
Tomo saliva y dejo salir un suspiro mientras camino hacía el podio, una sonrisa falsa plasmada en mi rostro mientras veo aquella grotesca sonrisa del senador y a lado de él estaba su hijo, Gonzalo sosteniendo el premio en sus manos.
Me paro enfrente de ellos, lista para recibir el premio, sin embargo, el senador Ortiz toma de nuevo el micrófono y con una burlesca sonrisa se dirige a las personas presentes.
—Amado pueblo, cómo saben estoy pronto a correr para presidente de nuestro amado país —dice Macario, ese es su nombre tan asqueroso.
Todo mundo estaba callado, siendo que este era lo que parecía más un meetin de su partido político, que tonta fui al aceptar participar en ello, caí en la trampa de mi madre.
—Estos eventos recreativos nos pueden ayudar a fortalecernos cómo una comunidad que busca lo mejor para nuestro país, ya que estamos hartos de tanto político corrupto que sólo se buscan hacer más ricos a expensas de nuestro trabajo duro y nuestro dinero —incita el senador.
Hay muchos aplausos por parte de las personas, veo que la familia de Lidia y mis hermanos y padre no hacen nada en son de apoyo, los entiendo, ellos saben cómo es esa sabandija.
—La ganadora de hoy no es sólo una chica más del mundo, es la hija de dos grandes empresarios de nuestra república, la familia Gaytán Lozada, grandes ganaderos y criadores de caballos de nuestras tierras —señala hacia la posición de mis padres donde mi madre saluda muy feliz pero mi padre se mantiene estoico —. Gracias a ellos nuestra industria de ganadería ha aumentado mucho, pero aparte en los eventos mundiales de caballos siempre hay uno o dos de sus animales representándonos, tomando los primeros premios, son un orgullo.
Mucha gente vuelve a aplaudir, mi madre se nota muy contenta, ama la atención, pero por lo contrario mis hermanos y padre se ven molestos.
—Debemos entender que también para mantener nuestro país en un orden necesario se tiene que empezar a formar alianzas y amistades profundas, la cuales pueden florecer en mil y un cosas que es algo que puede suceder en estos momentos.
Esa frase me pone un poco nerviosa y comienzo a tronarme los dedos, la intranquilidad se está apoderando de mí y eso no es para nada bueno, podría tener un ataque de ansiedad.
Noto cómo Lidia esta igual, se mueve mucho en su asiento y comprendo que ella también entiende a lo que está intentando decir el senador.
El señor le daba el micrófono a Gonzalo.
—Buenas tardes amado público y seguidores, espero hayan disfrutado de este día lleno de caballos y charros, nuestras tradiciones siempre tienen que mantenerse vivas —sonríe al micrófono —, y como bien dijo mi padre hoy tenemos con nosotros una de las mujeres más hermosas y que domina las escaramuzas cómo toda una experta, la señorita Miriam Gaytán.
Al presentarme tuve que sonreír, necesitaba que se mantuviera en orden todo, no quería hacer sospechar a ninguno de los dos y menos a mi madre.
—Este premio es el primero de muchos que tendremos a lo largo de estos ruedos, Tenemos intenciones de fomentar todas nuestras tradiciones a lo largo del mandato de mi padre, y yo estaré ahí apoyando en todo lo necesario, así que este primer premio va para nuestra participante Miriam, quien ha demostrado una gran destreza en el ruedo, dejándonos embobados con su gran talento, ¡por favor un gran aplauso para la reina del ruedo! —exclama Gonzalo
La gente comienza a aplaudir y algunos incluso echaban la típica porra de mi país, no podía evitarme sentir bien, a pesar de saber que todo fue algo que estaba planeado, yo sabía mis habilidades.
Una vez callada la multitud, Gonzalo procede a darme el premio que tenía desde hace rato en su mano.
Al aceptarlo, otra ronda de aplausos se manifestaba.
No me había percatado cuando mi madre había llegado a la parte de las escaleras del escenario, con mi papá y hermanos, los últimos estaban de malas.
Alexandra se había acercado a la familia de Lidia quienes estaban observando todo, mi amada chica de bronce se notaba un poco angustiada, le sonreía y ella lograba verme, dibujándosele una sonrisa en su rostro.
"Te quiero" dije para para que pudiera leer mis labios.
"Yo a ti" leo en los suyos.
No dejaré que nos separen, la amo demasiado y nada en este mundo me alejará de ella.
El micrófono lo tenía nuevamente el señor Macario y todo mundo se callaba.
—Cómo les dije, la familia Gaytán y la familia Ortiz estarán trabajando muy de cerca para mejorar este país y poder salir adelante de lo que nos han hecho nuestros gobiernos pasados, por ello me complace hacerles el anuncio que la nueva candidata para senadora de nuestra gran cámara será ¡la señora Mariela Lozada Contreras! —exclamaba el político.
Nuevamente más aplausos y yo ya me estaba poniendo de malas, más aún al ver a mi madre subir al escenario con aquella pomposa e hipócrita sonrisa, mientras toma el micrófono.
—Muchas gracias Senador y futuro candidato Macario Ortiz —se voltea hacia las masas y saluda —es un placer estar enfrente de ustedes grandes y distinguidas personas que nos acompañan en este evento. Y sobre todo para nuestro futuro presidente de México, quien ha hecho posible esto.
La ola de aplausos por parte de los acarreados no se hace esperar, me siento asqueada, nunca imagine a mi madre caer tan bajo en el mundo, sin embargo aquí estaba.
—Juntos podremos hacer un México mejor para todo el munod, no hay que dejarnos separar por los grupos de choque de la opocisión y ¡debemos mostrar lo unidos que somos como familia y país! —exlcamaba ella.
Ese último discurso me molestaba, más sabiendo como ella nos esta tratando tanto a mi padre cómo a mis hermanos en estos momentos, quería quitarle el micrófono y decir que todo era una vil mentira.
Pero no era una buena idea, no con Lidia cerca.
Su discurso y banales palabras continuaron por un rato más hasta que se despedían y señalaban que la fiesta iba a continuar.
Con ayuda de mis hermanos nos dirigiamos a la salida donde ya nos estaban esperando Lidia y su familia, mi padre se quedaba esperando a su esposa, al igual que ver que lleven a mi caballo conde a la casa.
Al verme se acerca mi chica de bronce y tomo su rostro en mis manos pegando nuestras frentes y sonreímos al estar tan cerca.
—¡Eres magnifica Charrita! —exclama Lidia sonriendo.
—Gracias Lidia —me sonrojo mientras los demás nos ven, pareciese que a su mamá no le molestaba en lo absoluto, para ser sinceros ella se ve cómo una perosna muy cool.
—La manera en que manejaste a Conde, cómo hiciste los círculos, la carrera aggg fue perfecto —me seguía diciendo Lidia, jamás la había visto tan emocionada en los meses que llevamos de conocernos.
—Me alegra que te haya gustado cariño, y me esforce más al tenerte a ti viéndome —le digo mientras recargaba mi frente en su pecho y jugaba con uno de sus collares, ella acariciaba mi cabello.
En ese momento, sin percatarnos estaba detrás de nosotros Gonzalo, quien se limpiaba la garganta para captar nuestra atención.
Veo que mi hermano mayor se tensa al igual que Alex, sé que ellos lo aborrecen y Marlon se estaba controlando mucho para no hacerle nada.
De igual manera mis amigos nos alcanzan a donde estamos, Sofi, Santiago y Valentina se veían intranquilos, sabían que iba haber conflicto.
—Miriam, ¿Podemos hablar? —pregunta Gonzalo.
—¿Qué quieres? —digo de manera despótica.
—Cómo sabes, me gustas mucho y nuestras familias se unirán eventualmente, así que no veo más motivo para estar separados y me preguntaba que si ¿Quieres salir conmigo?
Todos nos quedamos callados, Spider se tensa, siento como su puño se cierra, están viéndonos, y esperando a que yo responda.
Lo que jamás esperé fue el golpe que mi hermano le dio en la quijada a Gonzalo.
La furia en los ojos de Marlon jamás la había visto en toda mi vida.
—Te dije que me las pagarías cuando menos lo esperaras —dice Marlon, estaba listo para pelear.
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