Capítulo 10: El dolor de la oscuridad
—Tu hermano era alguien temido y respetado, siempre fue respetado en todas las esferas de las contraculturas —dice mientras le da una mordida a una manzana.
Estamos sentadas, recargadas en un árbol, quería saber la historia de antes de mi hermano, del tiempo en que estaba peleado con mis papás, cuando él no les hacía caso ni cumplía sus órdenes, a la fecha lo sigue haciendo mostrando sólo respeto hacia papá, con mi madre siempre estuvo peleado, él nunca fue lo que ella quiso que fuera.
—¡No entiendo cómo jamás me di cuenta de esto!
—Tu debiste ser muy joven para ello, a lo mucho tuviste que haber tenido nueve años creo, digo te haz de acordar cuando se vestía muy diferente a como lo hace ahorita
Mis recuerdos llegaban, mi hermano vestido de negro, con pulseras de picos, collares con pentagramas y cruces invertidas, escuchando música muy pesada y el se veía enojado, pero a la vez recordaba a una chica, muy similar a mi cuñada, pero de cabello negro cómo la noche, y unos ojos llenos de odio.
—Lo recuerdo vagamente, pero estaba con una chica que se parece a mi cuñada.
—Es tu cuñada, Lady Andras, Alexandra.
—Pero...ellos no estaban juntos en ese entonces...digo ellos tiene creo sino me equivoco seis años juntos, y nos dijo que conoció a Alex en la facultad —le digo.
—Hay muchas cosas que no sabes de tu hermano cariño —dice Lidia mientras ve hacia donde esta Conde.
—Eso es lo que me estoy dando cuenta, pero... ¿Cómo lo ocultó tanto tiempo? —estoy un poco sacada de mi centro.
—No lo sé charrita, pero eso lo puedes preguntar a él —mueve su cabeza hacia enfrente.
Veo a mi hermano caminar hacia nosotros, a lado de él mi cuñada.
Al verlos lo que dice Spider me cuesta trabajo creerlo, el siempre lo conocí cómo alguien tranquilo y a la vez inteligente, pero jamás cómo alguien que se hubiera metido en las subculturas.
—Sabía que te conocía de algún lado niña patineta —dice Alexandra observando a Lidia.
Veo cómo Spider se sonroja al escuchar eso y me les quedo viendo, mientras que ambos se sientan a lado de nosotros a la par de que Marlon saca de su mochila cuatro cervezas, dándonos una a cada quien ya destapadas.
Al tomarla y verlo a los ojos, noto cierto dolor y a la vez odio en su mirar, pero no hacia mí, sino que era cómo si algo que ya tuviera siempre en él, jamás me había percatado de ello.
—¿Cómo estas Miri? —me pregunta con una silenciosa voz.
Lo veo, le regalo una sonrisa, aquella genuina que siempre le regalo, la que lo hace ver que es el mejor hermano de todo el mundo.
—Feliz.
Inconscientemente me recargo en el hombro de esta Lidia, dejo salir un suspiro, me siento tranquila a pesar de todo, estoy rodeado por la gente que quiero, sólo faltando mi hermano pequeño, a quien siempre buscamos proteger este Marlon y yo.
—Creo que te debemos muchas explicaciones y una disculpa —dice Alexandra.
Me les quedo viendo y asiento.
—Cuando tu tenías nueve años casi diez yo me distancie mucho, y sé que tú y Xavier lo notaron, apenas eran niños, pero siempre han sido muy despiertos, por eso los admiro, me aleje de todo —prendía un cigarro Marlon —. Nunca fue su culpa, era para protegerlos de madre, ella digamos que jamás me quiso, fui lo que sello su destino con mi papá.
Escuchaba a mi hermano hablar de manera triste, él sabía desde hace mucho los conflictos que tenían nuestros padres, siendo que mi madre jamás amo a nuestro papá, sin embargo, el siempre busco conquistarla, sabemos que no lo logro, y que Mariela sólo acepto estar con Armando por el dinero.
—No fue tu culpa Marlon, jamás lo fue —lo veía, me destrozaba ver así de enojado a mi hermano, él nunca se mostraba triste, siempre dijo que enseñar esa parte de sí mismo era una manera de invitar a que te traten cómo alguien débil.
—Acorde a Mariela si lo fue, siempre se esforzó en hacérmelo ver, algo que nunca supieron es que a mí me criaron a través de nodrizas, ya que ella me rechazo desde el nacimiento, pidió a mi padre que me diera en adopción.
Esto caía en mi cómo algo inesperado.
Sabía que la relación de este Marlon y mi mamá era mala, pero jamás lo pensé que fuera de este nivel, no me cabe en la cabeza que ella haya rechazado a mi hermano.
—Eso es sólo la parte de arriba del iceberg, pero no estoy aquí para explicarte lo que mamá hizo, no está en nosotros ni en nadie juzgarla, todos entendemos que la relación de mi padre y madre nunca empezo de manera correcta y mucho menos debía de ser.
El veneno que había en sus palabras me hacía temblar, él siempre ha sido una persona que imponía respeto y miedo, pero ahora estoy entendiendo el porqué de ello.
—Pero no te puedes latigar por ello Belial —era la primera vez que Lidia se dirigía cómo tal a mi hermano.
—Beto sabe cómo fueron esas épocas antes, sabe cuánto duro todo ese enojo que creo en mi ella y todo lo que ella hizo para intentar alejarme de Alexandra —la voz de Marlon esta quebrada.
—Ella tuvo que ver en nuestra separación cuando éramos adolescentes, de cómo yo acabe un tiempo con Gonzalo —todos nos quedamos callados al escuchar esto, mi hermano voltea hacia otro lado, alcanzo a percibir un pequeño brillo en sus ojos.
—Marlon siempre fue muy seguido en las contraculturas, era cómo un estandarte para la gente que tenía miedo de entrar en ellas, los protegía y cuidaba, es ahí donde lo conocí —comenta esta Alex, su voz era entre feliz y triste.
—Cuando la vi por primera vez sabía que ella era la indicada, pero teníamos apenas quince ella y yo dieciséis, a pesar de haber estado muy vivido yo, aún era inocente en muchas cosas —señala Marlon.
—Empezamos a llevarnos bien, el estaba muy metido en la idea del black metal, filosofía, ideología y pasión por la música, pero jamás el racismo ni lo nacionalsocialista que tienen algunas bandas del género. Y a mí me empezó a gustar también mucho esa música —comenta Alex.
—Después de unos meses comenzamos a salir, ella me gusta mucho y en ese entonces me tenía vuelto loco, al igual que ahora, pero también yo era muy orgulloso en todo aspecto y mi mamá supo jugar con eso.
Estoy escuchando cada vocablo que dice mi hermano, tiene toda la atención del mundo sobre él, bueno de Lidia y mía.
—Nunca nos dimos cuenta de que usaba a uno de nuestros allegados para jodernos, a este Gonzalo, el según quería entrar en nuestro circulo, pero era sólo para separarnos y darle información a mi suegra y buscar separarnos, ella jamás aprobó nuestra relación y aun así seguimos con ella.
—Mi madre hizo que nos separáramos tres años, todo por una trampa que nos tendió y Gonzalo aprovecho —los puños de mi hermano estan blancos de la furia.
—Ella obligo a Marlon a estar encerrado en su casa una vez con una chica, con una amiga de ella y tomo fotos de ello sacando todo de contexto, siendo que él siempre la alejaba, pero parecía lo contrario y este Gonzalo me las enseño. Quedé devastada, jamás en toda mi vida pensé que el pudiera engañarme y digo jamás lo hizo, pero jugaron con nuestra mente —se nota el dolor en la voz de Alex.
—Gonzalo lo aprovecho para mostrarle las fotos y pues...se acostó con ella...a pesar de él siempre llamarse a sí mismo mi mejor amigo, jugo con ambos —deja salir un suspiro, de alguien cansado y enojado.
—Él tomó fotos de lo que había pasado, y se las mando a Marlon, y pues digamos que nos encaramos y nos dijimos muchas cosas, nos lastimamos. La furia de tu hermano contra mi tristeza fue lo que nos terminó de romper a pesar de todo lo que nos amamos ese fue el fin de nuestro tiempo en ese momento, el final de Lady Andras y Lord Belial —deja salir un suspiro triste mi cuñada.
—¿Por qué les dicen así? —les pregunto.
—Son nombres de demonios, en ese tiempo era común que los que escucharan black metal se pusieran nombres así en sus redes sociales, pero más que nada por gusto, al menos yo —me contesta Alex.
—Tu hermano era temido en todos los círculos, más cuando termino con Alexandra, se metía en peleas diario, en los bares, golpeaba chicos fresas, o personas que no compartieran su ideología, le pusieron cómo uno de los demonios más poderosos que existen por lo mismo —dice Lidia —Al menos eso es lo qué me dijo Beto.
—¿Eso es cierto?
Lo volteaba ver, el me sostiene la mirada.
—Sí.
Ahora entendía por qué muchas veces a mis doce, cuando él estaba peor, más peleas con mis padres y casi no lo veía, siempre tenía cicatrices y estaba enojado.
—Mi suegra nos separó porque yo no era suficiente para él, y me sigo sintiendo así después de haber caído en brazos de Gonzalo, de haber sido débil y haber creído en las mentiras de él, no creo que la vida me alcance para ser digna de tu hermano y sin embargo el me volvió a elegir.
—No podría elegir a nadie más, tu eres todo lo que amor en este mundo Alex —comenta Marlon.
—¿Cómo se reencontraron? —pregunta Lidia.
—Busqué entrar en la misma escuela que ella —sonríe de lado el —pude hacerlo y tuve todas sus clases, ella no me ubicaba al inicio hasta que vio mis collares y mis tatuajes una vez que me quité la bata de laboratorio y se alzó mi playera.
—¿Tienes tatuajes? —abro los ojos con gran sorpresa.
El asiente quitándose su playera de manga larga y es cuando me caía el veinte, mi hermano siempre usaba camisas de manga larga, jamás lo había visto con algo de manga corta.
Es un lienzo de la mitad del brazo para arriba y su pecho igual, imágenes de demonios, símbolos de pentagramas y satánicos adornan su cuerpo, lo tenía todo muy oculto.
—Mi papá lo sabe, mi madre no —dice.
—Lo supongo.
—Regresamos a los tres meses de reencontramos, hablamos y me enamoré de nuevo de él, me hizo muy feliz encontrarlo y esclarecer todo —comenta Alexandra.
—No fue su culpa, ni fue la mía, sólo tenía que pasar, y es por eso que los cuidamos tanto a ti y Xavier, no queremos que mi madre les haga lo mismo y menos a ti que tienes gustos particulares hermanita, y adoro que seas así, estoy orgulloso de ti —sonríe Marlon, yo no puedo evitar más que pararme y aventarme a sus brazos hundiéndome en su pecho y el acaricia mi cuerpo, es cálido y me siento segura en sus brazos.
—Perdóname por dejarte lidiar con todo sólo, jamás me di cuenta de cuánto te lastimaron nuestros padres —sollozaba.
—No es tu culpa, y entiende algo carnalita, si tuviera que hacerlo de nuevo, tanto Alex cómo yo, para que ustedes estén bien, lo haremos.
Sin duda tenía al mejor hermano de todos, a la mejor cuñada y a la mejor chica a mi lado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro