Siguiendo con Milo y Camus.

Milo únicamente lo veía a los ojos, prácticamente hipnotizado, esa mirada, ya sentía haberla sentido antes sobre él ¿no?

Milo: ¿que pasa? ¿Por que mi cuerpo no reacciona? - se preguntó mentalmente.

Perdido en su mirada, no noto cómo poco a poco el mayor acercó su rostro al suyo, sintieron sus respiraciones chocar y sus labios rozar por unos instantes.

Camus: no sabes cuánto te necesito Milo - le susurró sobre sus labios, para después romper el poco espacio qué los separaba con un beso, tierno en sus labios.

Con esto lo desarmó por completo, Milo confundido no sabia ¿que hacer? ¿Cómo actuar? ¿Cómo debía reaccionar ante tal acto? Siendo sinceros, algo muy dentro de sí ya esperaba esa reacción, sin embargó no esperaba que fuera tan pronto, sin poder hacer algo por detenerse y sin entender bien la razón, su cuerpo reaccionaba de forma inmediata ante el contacto con el cuerpo ajeno, sus brazos se envolvieron al rededor de su cuello atrayendolo más a él, mientras que Camus tomo con firmeza su cintura, recostando lo suavemente sobre el escritorio de madera que tenían atrás.

De un momento a otro sintió como un par de manos frías comenzaron a colarse por debajo de su camisa, deslizandose suavemente desde su cintura por todo el costado de su torso. Milo confundido por cómo debía actuar sintió cómo dejó de besarlo, permitiendole recuperar un poco el aliento de aquel tan fogoso beso, para después verlo acercarse a su cuello, el cual comenzó a besar de forma suave y lenta, mientras descendia.

Milo: si, definitivamente esto podría terminar mal si no detengo esto ahora - fue lo que mentalmente se dijo, para después muy a su pesar y usando un poco de la fuerza qué le quedaba, sabiendo que su cuerpo cederia aún encuentro más íntimo ahora, cosa que no le convenía, lo alejó de él - por favor para, vas muy rápido - le pidió mientras lo alejaba.

Camus al verlo únicamente sonrió, mientras lo veía con ternura, aquel rostro sonrojado y su mirada nerviosa le indicaban de que él no sabía que pasaba, pero sin embargó le había gustado pero no quería admitirlo.

Camus: Bien perdón creo que me fui muy deprisa contigo, perdón - se disculpó, mientras se le quitaba de encima. Vio cómo él peli azul se sentó sobre la mesa, mientras veía al suelo, pensando en lo que había pasado.

Ese sonrojo tan agresivo que golpeaba sus mejillas, únicamente le daba una apariencia más adorable ante sus ojos, cosa contraria a lo que su pequeño cazador seguro quería mostrar por lo cual rio, sacando de sus pensamientos al menor que molesto lo vio.

Milo: ¿De que te ríes? - le pregunto molesto.

Camus: jaja, en que estos momentos me pareces la cosita más adorable de mundo Milo, a pesar de que me quieres hacer ver lo contrario - le respondió viendo cómo los colores terminaron de subirsele a la cara, por lo cual se cubrió con sus dos manos.

Él mayor rio de forma jocosa, para después negar, se acercó al menor arrodilladonse delante de él, suspiró llamando la atención del peli azúl que únicamente separó un poco los dedos qué cubrían sus ojos, pero al verlo arrodillado confundido se descubrió por completo.

Milo: ¿Camus? - preguntó.

Camus: Milo, por favor permite me compartir el resto de mi vida contigo, por favor permíteme ser tú novio, para así poder convertirme en el dueño de tú corazón - suplico mientras Milo sonrojado e impresionado lo veía de forma incrédula.

Milo: ¿Que? - fue lo único que logro preguntar.

Mientras tanto.

Con los jóvenes.

Una vez más los adolescentes lograron salir del instituto, esta vez para cómo ya era costumbre espiar a los padres reencarnados de Koga.

Ryuho: Enserió pienso que no deberíamos estar haciendo esto, tú abuelo se enterara y nos asesinara Koga - aseguró él peli azul.

Koga: eso no va a pasar, el abuelo me adora - aseguró.

Yuna: no pierdas tú tiempo, ya lo intente y es difícil de convencer - aseguró la rubia.

Koga: ahí van - señaló mientras sus compañeros una vez más vieron a la pareja pasar caminando, aunque esa vez no iban solos, otra pareja igual a ellos los acompañaba en la camina esta vez.

Mientras tanto.

Con Zaphiri.

Mientras veía a sus nietos de forma seria sentando en su trono, los dos chicos no se veían nada contentos con las noticias que traían.

Zaphiri: esto debe ser un chiste malo ¿no? - preguntó molesto el mayor.

Aiacos: nos gustaría decir que mentimos, pero no es el caso, los vampiros oscuros nos están quitando mucho territorio - respondió serio.

Sylphid: los demás vampiros, miembros de las otras ramas de la familia han caído nuestra familia es la única que está poniendo resistencia - respondió serio.

Zaphiri: y por el bien de todos será mejor que continuemos así, los vampiros oscuros son un clan bastante peligroso para todos, si nosotros caemos nuestro mundo esta acabado - respondió serio.

Aiacos: tienes razón, además su fuerte dominio en los convertidos no ayuda, se están convirtiendo en un potencial peligro - respondió serio.

Zaphiri: lo se, por eso tenemos que resistir cuanto tiempo nos sea posible - respondió serio mientras los veía.

Continuará...