Una semana después.

Con Milo.

¿Cómo se había envuelto en eso?

No lo sabía.

¿Era una locura?

Posiblemente sí.

Sin embargó, Camus no parecía creer en lo que la profesora de gimnasia aseguraba él hubiera hecho, lo cuál sinceramente le llenaba de alivio, pero temía que ese exceso de confianza que le tenia le diera problemas.

Milo: señor Shion, le aseguro que así no fueron las cosas - aseguraba mientras veía al hombre suspirar.

Shaina: que poco hombre eres Milo, ¿enserió ahora vas a negar que me estabas espiando mientras me cambiaba? - preguntó molesta.

Milo: claro que si lo niego porque no estaba haciendo eso, entre por unas cosas que debía recoger de una alumna en los vestidores, jamás fui con intenciones de verte a ti, por favor - aseguró serio.

Shaina: ¡Ja! ¿Enserió piensas de que alguien va a creerte ese cuento? ¿Por que un profesor iría por las cosas de una alumna? ¡Esa prueba es falsa! - grito.

Milo: cree lo que quieras, pero esa es la verdad ¿por que querría espiarte? Además... las cosas de la alumna que fui a traer fue porque ella fue la chica que esta en enfermería y aquí tenía su medicamento - respondió.

Shion: sea por Athena, esto quería evitar al tener que contratar aun hombre normal por eso opte por un doncel para que no tuvieran este tipo de problemas - susurró.

Shaina: ¿enserió le va a creer a este idiota pervertido? - preguntó molesta.

Milo: ¿perdona? ¿Cómo que idiota pervertido? Como dije, no tengo ningún tipo de necesidad de espiarte, si quisiera hacer algo así me iría por algo más... grande - dijo mientras veía de reojo a Camus, por lo cual la chica comenzó a rabiar más.

Shion al verlos únicamente suspiró mientras negaba, por su parte Camus se encontraba un poco nervioso por alguna razón, no sabía porque, pero tenía el ligero presentimiento de que ese día pasaría algo, además... también se encontraba nervioso porque por fin se había decidido a contarle a Milo cual era la situación actual con su esposa para que no hubieran malos entendidos como en él pasado.

Camus: espero poder contarle todo sin dejar paso a malos entendidos - susurró preocupado.

Milo: ya no voy a seguir discutiendo con usted por esta estupidez, vamonos Camus - ordenó mientras le tomaba de la mano y se lo llevaba de ahí, ante la mirada incrédula de Shion y Shaina que únicamente se vieron entre sí después de verlos salir.

Mientras tanto.

Con Lémur.

Mientras caminaba por lo que quedaba de aquel bosque que alguna vez fue su hogar, suspiró.

Lémur: ¿Cómo fue que me vi envuelto en esto? - preguntó en un susurró mientras dirigía su mirada a aquel árbol, que marcaba el inicio de lo que alguna vez fue su pueblo.

Juraba que aún podía ver su hogar envuelto en llamas, mientras escuchaba la risa burlona de esas personas, que después de explicar lo que había sucedido ahí le ofrecieron aquel trato, con el que querían asegurarse de conseguir a Écarlate después de que naciera en su segunda vida. Con lo que nunca contaron fue con que los iba a traicionar.

Continuará...