Con Milo.
Mientras esperaba sentado al lado de la cruz suspiró, tomó una larga varita qué encontró en el suelo, misma con la que comenzó a hacer dibujos en la arena del suelo.
Milo: ¿Que habrá significado todas esas imágenes? - preguntó mientras dibujaba algunas cruces, aunque de manera inconsciente llevo su mano izquierda al espacio qué había entre su cuello y su hombro, donde estaba la marca de la mordida qué Camus le había hecho - se que tiene que ver conmigo, pero no se en que parte de mi vida, no recuerdo haber vivido algo así - susurró para después suspirar.
Kanon: vaya... hasta que te encuentro corazón - dijo mientras salía de entre los arbustos, Milo al verlo preocupado soltó la varita y se levantó de dónde estaba.
Milo: ¿Que estas haciendo tú aquí? ¿Cómo me encontraste? - preguntó serio.
Kanon: de hecho, el lugar donde vivo con mi padre, mi tío y mis hermanos esta bastante cerca de aquí - respondió mientras lo veía sonriendo de forma burlona para después comenzar a acercarse.
Milo: no te me acerques - le dijo serio.
Kanon: oh vamos... enserió ¿aun estas molesto conmigo? Si todo lo que a pasado a sido culpa tuya, yo ya te pedí que vinieras conmigo por las buenas pero no hiciste caso, así que será por las malas.
Milo al ver que seguía acercándose, dirigió su mano a su la parte de atrás de su cintura, donde tomó un arma que tenía escondida, misma que saco al ver que ya estaba a pocos centímetros de él, aunque para su desgracia él hombre frente a él fue más rápido, antes de que pudiera disparar le, tomó sus manos apuntando hacia arriba haciendo que la bala de plata se perdiera.
Sin darle tiempo a hacer algo para reaccionar lo tiro al suelo aun sosteniendo su manos, mientras veía con una sonrisa que el menor de manera desesperada intentaba soltarse.
Kanon: mírenlo nada más... tan indefenso que se ve ahora, hubiera sido su yo del pasado ya me hubiera echo soltarlo jaja - se burlo, mientras hacía una leve presión en el cuello del contrario, el cual únicamente intentaba de forma desesperada hacer que lo soltara - No eres tan valiente ahora ¿verdad? - preguntó.
Milo: suéltame, m-me estas lastimando - le pidió.
Kanon: no primero pienso divertirme un poco contigo y después te llevare a donde será tu nueva casa - le dijo, Milo por su parte al escuchar eso asustado comenzó a llamar mentalmente a Camus.
Aunque sabia que era estúpido, no lo iba a escuchar, además de que se acababa de ir, por lo cual debía arreglarselas solo.
Camus: hm... así que en efecto no me equivocaba, eras tú el que se la pasaba siguiendo a Milo desde la escuela entre las sombras ¿no es así? - preguntó a sus espaldas.
Kanon a penas y tuvo tiempo para alejarse, antes de que Camus logrará tomarlo por el cuello que era su intención. Milo por su parte al sentir que su cuello ya no estaba siendo apretado se sentó sobre el suelo y comenzó a toser sosteniendo el mismo, en un intento por regular su respiración y calmar su miedo.
Camus: ¡ya me harte de verte a ti rondando cerca de él Kanon, ¿que no entiendes? No te quiere cerca suyo, así que lárgate ya! - grito molesto.
Kanon: así que realmente eras tú maldito chupa sangre, tenía mis dudas pero veo que al igual que hace años, sigues siendo el mismo descarado de aquella vez, esto es el colmo ya estas casado y tienes hijos déjalo en paz, además... no deberías de meterse en nuestros asuntos - le dijo molestó.
Camus: lo siento, pero los asuntos que tengas que tratar con mí consorte deberás tratarlos primero conmigo - aseguró mientras lo veía de forma seria.
Kanon: ¿Tú consorte? ¿Acaso la falta de su sangre ya te provocó falta de oxígeno en el cerebro? - preguntó burlonamente.
Continuará...
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