Siguiendo con Milo y Camus.

Camus: en efecto así es... y por lo que acaba de pasar, es evidente de que tú jamás haz tenido una experiencia amorosa ¿no? Así que... ¿te gustaría que te enseñe? Será un secreto únicamente entre tú y yo, después de todo no creo que ese idiota nos haya escuchado - dijo señalando a Aioria, mientras Milo quedó atónito ante la pregunta.

Milo: ¿e-estas hablando enserio? - preguntó sin poderselo creer.

Camus: muy enserió, perdón si te incomoda, pero lo raro también lo saque de mi papá - le respondió para después suspirar - te seré sincero, lo que quiero conseguir con esto es conseguir descifrar que es esto que únicamente tú haz logrado provocar en mí - le respondió mientras Milo lo veía.

Milo: ¿te provoco algo? - preguntó inocentemente.

Camus: no lo se, ni yo mismo entiendo que es ésto, pero bueno, me aparecí para proponerte esto, ya lo hice así que te daré tiempo para pensarlo, de todos modos ya sabes donde encontrarme - dijo mientras se ponía de pie y comenzó a irse.

Milo confundido por esto únicamente lo vio irse, hasta que desapareció, suspiró bastante confundido, ¿así de complicada era la vida inmortal? Se veía que desde pequeño a ese vampiro se le ordenó lo que debía hacer, así que únicamente seguía ordenes aunque esto no fuera lo que realmente quería. Podría ser por eso que no puede descifrar que es lo que realmente quería ¿no? Y ahí sin más se quedo pensando, esperando que su compañero despertará.

Mientras tanto.

Con Camus.

No sabía si seguir los consejos de su padre iba a servirle, sin embargo si no intentaba a irse a lo lanzado, no iba a llegar a nada, después de todo no sabía como era que debía cortejar aún humano, menos a un cazador y si su madre se enteraba de esto pues...

Camus: muy seguramente me mataría - susurró mientras paro de caminar - aunque, ¿no abre sido muy directo con él? Tampoco es que quiera asustarlo antes de tiempo - dijo preocupado.

Para después confundido comenzar a cuestionarse, ¿el preocupado por alguien? ¿Por qué? ¿Por que ese niño provocaba esas cosas en el? Tantas preguntas y nada que pudiera resolverselas, era extraño todo y no sabía que más hacer, así que rápidamente se dirigió a la casa.

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Una semana después.

Iba caminando por las calles, confundido, sin saber que hacer, desde aquella noche todas esas dudas invadían su cabeza, ¿que debía hacer? Sin siquiera haberse dado cuenta, llegó a su casa donde su madre estaba leyendo un libro en la entrada, por lo cual se había percatado que tenía algo.

Mystoria: ¿Que ocurre Milo? - preguntó, Milo sin más que hacer, resignado se tiro de rodillas al suelo, haciendo que Mystoria preocupado tirara su libro por otro lado y se le acercara - ¿que ocurre? ¿Alguien te hizo algo? - pregunto mientras el menor rápidamente negó.

Milo: no es eso mamá, únicamente estoy confundido con todo - respondió mientras su madre lo veía confundido.

Mystoria: ¿de que hablas? - pregunto.

Milo: digamos que estas en las posibilidades de que puedes ayudar a alguien, pero no sabes exactamente en qué y eso me preocupa - dijo mientras Mystoria después de un rato río por eso, creyó que era algo serio, levantó a su hijo del suelo y después habló.

Mystoria: ¿Quieres ayudarlo? - preguntó.

Milo; claro que si pero...

Mystoria: ¿Pero?...

Milo: no se en que voy a ayudarlo exactamente a penas y me mantengo a mi mismo con vida - dijo haciendo a Mystoria reír.

Mystoria: si esa persona pidió tú ayuda es porque realmente creen en tí y tu potencial ¿no crees? - preguntó.

Milo: bueno, digamos que soy el único que aun no lo a matado - pensó - si pero...

Mystoria: si quieres ayudarlo hazlo, si no quieres, no lo hagas, nadie está obligado a hacerle favores a nadie amor aseguró mientras Milo lo veía.

Mientras tanto.

Camus se encontraba escribiendo algunas cartas, así como también se aseguraba de que Hilda comiera porque no quería hacerlo.

Camus: por favor deja de actuar como un bebé y come - le ordenó.

Hilda: no estoy actuando como un bebé, como podrás ver no tengo hambre - aseguró mientras el mayor suspiró.

Camus: ¿Quieres que te lo de en la boca? - preguntó mientras la otra molesta dijo.

Hilda: No, no es necesario. Ya dije que no tengo hambre volvió a repetir.

Camus: mira, si por mi fuera te dejara hacer lo que quisieras, pero el viejo me amenazó con quitarme todo derecho a salir si algo te pasaba y no quiero perder mi libertad tan rápido, así que come - le ordenó.

Hilda: solo tira esto y figimos que comí algo Camus - dijo sería mientras el otro suspiró.

Camus: ¿realmente me odias? - le pregunto, haciendo que la peli plateada lo viera, para después negar.

Hilda: no claro que no, a pesar de todo, si te considero mi compañero, sin embargo... no tengo hambre, de verdad aseguró mientras el otro se le quedó viendo directamente a los ojos, algo ocultaba esa mujer y no quería decírselo.

Camus: como dije, haz lo que quieras - le respondió mientras la otra suspiró y se tiro de espaldas a la cama.

Hilda: Oye... ¿Cómo vas?

Camus: ¿de que hablas? - preguntó.

Hilda; ¿ya encontraste a alguien que de verdad te guste? preguntó sonriendo.

Camus: no lo se, tal vez si o tal vez no, como sea no debería importarte, el compromiso no se va a romper so encuentro a alguien más, siempre está la opción que esa persona se convierta en mi segundo consorte - respondió mientras la otra sonrió y dijo.

Hilda: no creo que ese alguien vaya a tener la autoestima tan baja como para aceptar ser un segundo consorte Cam, deberías pensar mejor tú movimiento o por querer complacer al clan podrías perder al verdadero amor de tu vida - le indico mientras Camus suspiró.

Camus: tienes razón... sin embargo veremos que hacer cuando sea el momento, te recuerdo que si eso llega a pasar, tú serás la más perjudicada, ya que si me pierdes, eso significaría para muchos que no eres lo suficientemente atractiva para alguien - le dijo mientras la otra suspiró.

Continuará...