Si eres menor no leer por favor.

Anteriormente, en el pasado, los seres humanos, vivían atemorizados por las diferentes criaturas que habitaban en la oscuridad de la noche. Una de estas y una de las más destacables, eran los famosos vampiros.

Un vampiro, es una criatura que se suele alimentar del líquido vital de otros seres vivos para lograr mantenerse activos y así poder seguir existiendo.

Se les temía por los sanguinarios que eran, unas completas máquinas de matar, que una vez encontraban una víctima, no la dejaban escapar, hasta que obtuvieran lo que quisieran.
¿Aunque era esto real?
Aun lo dudaba.

Había escuchado un montón de veces lo peligrosos que eran estos seres de leyenda, sin olvidar, que se suponía que si él no tenía padres era por culpa de los mismos sus constantes ataques a su pueblo y a su gente, sin embargó, ¿por qué él parecía ser diferente? Cada vez que lo veía, aquella mirada verde no relejaba maldad alguna cuando lo veía, si no que lo hacía con bastante curiosidad.

Écarlate: ¿puedo saber en que tanto piensas Mys? preguntó sacándolo de sus pensamientos.

Mystoria: en nada... únicamente veía que la luna está preciosa esta noche - respondió él joven de cabellos celestes.

Écarlate: oh... así que por eso no me estas prestando atención, si sigues así me pondré celoso de ella - dijo mientras suavemente bajo a dejar un suave beso sobre sus labios.

Suavemente descendió de sus labios a su cuello, el cual con bastante deleite y suavidad beso, Mystoria aún desconocía como era que había terminado así. Enredándose con aquella majestuosa criatura, peligrosa para algunos, premio para otros y para él, se había convertido en su más grande fruto prohibido. No sabia como era que había caído en aquella locura llamada amor por ese ser, se supone que lo habían entrenado para matarlo...

Pero...

¿Y ahora?...

¿Qué debía hacer ahora que su corazón, su mente y su cuerpo reaccionaban a él? Sin duda alguna si su maestro se enteraba, lo encerraba para que pensara muy bien en la locura que en ese bosque estaba pasando.

Écarlate: ¿Por qué eres tan lindo? - fue lo que le susurró al oído, al mismo tiempo que sin previo aviso, entró en él.

Mystoria: ¡Ay! ¡¿por qué no avisas que harás eso estúpido?!
- le gritó molestó mientras el mayor río por lo bajo.

Écarlate: vaya, que boquita tienes, si fueras alguien de mi clan, muy probablemente te haría pagar muy caro el insulto a tú rey - se burlo.

Mystoria: no... me, compares con una de tus prostitutas alegó, el pelirrojo únicamente descendió hasta acercarse a su oído y susurro.

Écarlate: tranquilo, el dolor pasar rápido - aseguró, para después dejar un beso suave sobre su frente.
Pasaron alrededor de cinco minutos en los cuales después de regular un poco su respiración y el dolor paso, se sintió listo.

Mystoria: y-ya te puedes mover - aviso, el pelirrojo únicamente sonrió, para después responder.

Écarlate: muy bien - respondió para después comenzar a moverse despacio.
Únicamente escuchando débilmente los gemidos que el joven cazador intentaba callar.

Mystoria: ah~ah... Écarlate, ¿estas seguro que no tienes ningún problema con estos encuentros? - preguntó preocupado.

Écarlate: yo no... yo soy el que mando donde vivo, así que no tengo porque dar explicaciones de a donde voy, pero dime tú, ¿tendrás problemas con tú maestro si hago esto? preguntó al mismo tiempo que mordió levemente el cuello de Mystoria.

Mystoria: ¡ah! N-no hagas eso - pidió.
Écarlate: no tienes porque temer, si alguien intenta hacerte algo primero deberá matarme a mi - le respondió al mismo tiempo que aumento el ritmo de sus embestidas.

Mystoria: ah~ah~ah... ya, ya no aguanto - aviso, el mayor únicamente sonrió y sin decir más únicamente siguió con su trabajo.

También ya estaba a su limite, fueron cinco embestidas más las que bastaron para que ambos se corrieran, cansados y jadeantes únicamente se dejaron caer sobre el suelo, cuando Écarlate recupero un poco de su fuerza, se levantó un poco para después sacar su miembro del interior de Mystoria, el cual usando la poca fuerza que tenía lo abrazó.

Mystoria: te amo - le dijo, el pelirrojo únicamente sonrió, para después alejarlo un poco de el, se vieron a los ojos, para después besarlo en los labios y responder.

Écarlate: y yo a ti amor mío - le respondió mientras pegaba su frente con él del contrario, después de eso le ayudó a vestirse y de nuevo lo llevó a su casa.

Continuará...

Por un error de producción aquí en la cuenta esta historia fue borrada, así que la vuelvo a subir jaja, me tomará mil años pero bueno :v