Dos horas después.

6:00 PM.

Ansioso esperaba sentado desde el sofá, esperando a que a Mystoria se antojara aparecer.

Krest: ¿Que no puede estarse tranquilo por un rato? No más ve que se puede mover y escapa como caballo - dijo molestó, para después escuchar que abrieron la puerta de entrada de la casa.

Vio a Mystoria del otro lado de la puerta, sacudió su ropa antes de entrar a la casa, entrando con el un gran saco.

Mystoria: ¿maestro? ¿Que hace aquí? - preguntó sorprendido.

Krest: niño estúpido, ¿no vez lo peligrosos que esta el asunto allá afuera? - preguntó de brazos cruzados.

Mystoria: jeje, ¿hay necesidad de ser tan agresivos? preguntó nervioso.

Krest: ay en fin, ¿que fuiste hacer afuera? - le pregunto.

Mystoria: fui a traer unas cosas, que había dejado donde me hospede - aseguró.

Krest: ese no es el punto, Zaphiri quiere llevarse a tus hijos asegurando de que son sus nietos, ¿hay algo más que debas decirme acerca del padre de esos niños Mystoria? preguntó de brazos cruzados.

Mystoria: perdón, se que lo decepcione pero realmente me enamore de él, no se como fue que hizo para entrar hasta lo más profundo de mi corazón, pero lo hizo y no puedo sacarlo, aun sabiendo que nunca lo volveré a ver lo sigo amando y por eso no voy a dejar que ese viejo vampiro toque a mis hijos, los odia, posiblemente si logra llevárselos los mataran - aseguró.

Krest: no estaría tan seguro de eso Mystoria, Zaphiri sabe perfectamente que esos niños son lo único que le queda de su hijo, uno al que quiso desde el día que nació, así que te puedo asegurar de que les haría de todo menos algún daño - aseguró.

Mystoria: ya anochecio, así que tengo que buscar la forma de alejar a mi suegro de mis bebés.

Krest: primero debemos asegurarnos de que ninguno de ellos sufra por algunos de los amuletos de protección - dijo mientras Mystoria asintió, pero preocupado vio de reojo a sus bebés, estaba preocupado, esperaba que no salieran lastimados con esas cosas.

Una hora después...

Estaban escondidos entre los bosques, observando el momento adecuado para poder atacar.

Julian: ¿Que tan necesario es esto? - preguntó.

Kardia: muy necesario, no estoy dispuesto a quedarme con él puesto del príncipe, bastante tengo con hacerme cargo de las necesidades de mi familia - aseguró.

Julian: ya que... - respondió aburrido.

Kardia: muy bien Cam, tú me vas a ayudar, vamos a entrar a esa casa y vamos a tomar a tus primos segundos ¿esta bien? - preguntó mientras el niño asintió.

Camus: ¿mis primos segundos? - preguntó.

Kardia: son los hijos de tú tío Écarlate, el abuelo Zaphiri los necesita para poder seguir viviendo con humor y no me mate - le dijo sonriendo.

Camus: comprendo - aseguró.

Kardia: bien, es hora de actuar, traten de no llamar la atención - pidió mientras todos entraban al pueblo

Mientras tanto.

Con Mystoria.

Suavemente colocó un rosario al lado de la cabecita de su hijo menor, para después suspirar.

Mystoria: tranquilo mis amores, mamá no va a dejar que su abuelo se los lleve, papá no le dijo de sus existencias por alguna razón, así que no voy a dejar que se los lleven - les susurró mientras los veía dormir, dejo un suave beso sobre las frentes de ambos bebés que seguían durmiendo ¿Saben? Papá dejo escritos los nombres que escogió para ustedes sobre la cama que compartíamos, escritos con tierra y algunas manzanas, aun me sorprende la rapidez con la que hizo todo pero bueno ¿quieren escucharlos? preguntó mientras vio al menor de sus hijos sonreír - bien se los diré, Papá pidió que él mayor de ustedes, se llamara Aiacos, según investige este nombre pertenecía aun rey de las isla Egina, no sabía que su papá tenía conocimiento de esto y hasta cierto punto me sorprendió. Pero bueno, para el segundo no se tomo tantas molestias, así que tú mi pequeño risueño, te llamaras Milo, jeje, si lo se como dije no se esforzó - aseguró mientras sonreía, para después ver a sus dos bendiciones, dándose cuenta de la grata sorpresa, el mayor de sus hijos por fin había abierto sus ojos, unos hermosos ojos color morado.

Un color bastante llamativo, ambos tenían bastante encanto solo con la mirada, pensaba que eso se debía a que eran descendientes de un vampiro puro y sin olvidar uno bastante importante, el sonido de una explosión lo saco de su ensoñación, para después ver como la casa de su vecino comenzó a incendiarse, preocupado tomó sus armas y se apresuró a ir a la puerta principal de su casa para asegurarse de que estaban cerradas.

Dejando a ambos bebés en sus cunas, ambos se movían sin mucho más que hacer, preguntándose porque había tanto ruido, sin previo aviso las luces de la casa se apagaron, ambos bebés quedaron a oscuras, la ventana suavemente se abrió, para después ver a Kardia ingresar por ahí, rápidamente se acerco a la cuna y vio a ambos niños, que únicamente lo veían a él también, suavemente metió sus manos a la cuna, pero lo que no se espero fue sentir como algo lo quemo, por lo cual saco sus manos rápidamente, únicamente para ver un rosario al lado de los bebés.

Kardia: mierda... ¿y ahora que? - preguntó, para después buscar por los alrededores, encontrabdo un pequeño palito con él cual rápidamente quito el rosario con el palito, tomo a los bebés, rápido y sonrió orgulloso de su logro, para después ver una flecha pasar al lado de su mejilla.

Para después ver a Mystoria apuntarle desde la puerta con un arco y flecha, sonrió al ver esto.

Mystoria: Deja a mis hijos en su lugar y lárgate, no quiero problemas y tampoco estoy de humor para lidiar con los de tú especie - le aseguro.

Kardia: vaya que carácter, te pareces mucho a mi querido cubito, ahora entiendo porque Écarlate llego hasta este punto - le dijo sonriendo.

Mystoria: deja a mis hijos ahora - le ordenó mientras el otro lo veía sonriendo.

Continuará...