Con Milo y Mystoria.

Mystoria se encontraba vendado el brazo a su hijo, ya lo había lavado y desinfectado bien.

Mystoria: y listo, con esto no se infectara - aseguró mientras lo veía sonriendo.

Milo por su parte unicamente después de suspirar asintió, Mystoria por su parte se sentó a su lado, para después acariciar su cabello, estaba preocupado por lo que había pasado, pensaba que su pequeño se había asustado demasiado.

Mystoria: ¿Que ocurre mi amor? ¿Aún estas asustado? Sabes que mamá no dejará que nadie te haga daño ¿no es así? - pregunto.

Milo: lo se mami, lo que pasa es que me quede pensando en lo que ocurrió hoy - respondió.

Mystoria: ¿por qué? ¿Te asunto mucho? - preguntó.

Milo: al principio si, sin embargo se me hizo curioso ese hecho de que ese vampiro, me cargará y no me hubiera hecho daño, el tiempo en que estuve en sus brazos fue suficiente como para que me mordiera y me dejara tan flakito como una pasita - aseguró mientras Mystoria pensó de que se trataba por la sangre, después de todo, del clan del que Écarlate era, era conocido por ser uno bastante unido, por lo cual todos se cuidaban entre todos, así que suponía que el vampiro al sentir el peligro rondando y la sangre de uno de los de su clan había actuado sin pensar.

Mystoria: los hombres lobos y vampiros siempre se an llevado mal, así que supongo que al verlo tan entretenido contigo supuso que era el mejor momento para atacar y acabar con uno de ellos - aseguró mientras Milo lo pensó, para después darse cuenta de que efectivamente, podría ser verdad.

Mientras tanto.

Con Camus y los demás.

Curioso veía el juguete, mientras lo hacía rodar un par de veces en sus manos, mientras sus hermanos lo veían de vez en cuando, bastantes curiosos por como jugaba con el objeto.

Isaac: se me hace curioso que te estés divirtiendo con eso aseguró.

Camus: se me hace bastante curioso ¿sabes? - preguntó.

Hyoga: ¿por qué? No es nada nuevo - aseguró mientras Camus suspiró.

Camus: para mi lo es, nunca había visto algo así - aseguró.

Isaac: comprendo... - susurró al mismo tiempo que entro al castillo, donde después de quitarse las capas comenzaron a caminar buscando a Zaphiri para avisarle de su descubrimiento.

Aunque curioso descubrió una fragancia, similar en el castillo por lo cual rápidamente se aproximó mientras Hyoga e Isaac se vieron entre sí confundidos y comenzaron a seguirlo. Hasta que llegaron a la habitación de Zaphiri, donde él y Aiacos estaban, ambos al verlo lo vieron confundidos.

Zaphiri: ¿Ocurrió algo Camus? - preguntó.

Camus: perdón por interrumpirlo, pero confundi un olor con alguien que acabo de conocer - aseguró.

Zaphiri: ¿Que? - preguntó.

Camus: así es... acabo de rescatar a un niño que olía similar a él - dijo mientras veía a Aiacos, quien confundido lo vio.

Zaphiri: ¿encontraste aun niño que se parecía a él? preguntó mientras veía a Aiacos, el cual después de ver a su abuelo dirigió su vista al balón, así que curioso se acerco hasta a Camus de forma suave, donde después de ver a Camus lo toco, para después sentir una vibra algo rara, sin embargo también algo que se le hacía conocido, ¿podría ser?

Zaphiri: Camus, lo mejor será que le devuelvas el juguete a su dueño una vez caiga la noche - le pidió.

Aiacos: No... ¿puedo quedármelo? - preguntó.

Zaphiri: No Aiacos, no puedes hacerlo, no sabemos de donde salio y si trae algo malo - le dijo mientras el menor únicamente agacho la cabeza triste.

Camus: no creo que tenga nada malo, yo puedo tomarlo sin problemas - aseguró.

Zaphiri: ¡ya dije que no! - le gritó a Camus que también bajo la mirada.

Siguiendo con Milo.

Después de asegurarse de que sus hermanas estuvieran bien y explicarles más de mil veces que no iba a morir, fue a buscar a su tío Lémur para pedirle algo un poco alocado seguramente.

Milo: Tío... - llamo una vez entró a la habitación, dónde el peli negro estaba metido, creando más estacas de madera.

Lémur: que ocurre Milo ¿por que traes ese vendaje? preguntó al verlo vendado de sus brazos.

Milo: que raro que mamá no te haya dicho aún, pero no importa es por eso que e venido a pedirte un favor - le dijo mientras el mayor únicamente lo vio.

Lémur: ¿en que puedo ayudarte? - preguntó.

Milo: no tengo la confianza para decirselo a nadie más y tampoco puedo pedírselo a mamá porque probablemente diría que es muy peligroso, pero gracias a esto me di cuenta que necesito ser fuerte para sobrevivir - aseguró.

Lémur: ¿a que te refieres? - preguntó.

Milo: a que e decidido en convertirme en cazador, así como tú y mamá para poder ayudar a todos a mantener a salvo a todo el pueblo ¿Crees que me podrías enseñar? - preguntó mientras el hombre lo vio sorprendido.

Lémur: eh... Milo, eso no es tan fácil ¿sabes? Él abuelo Krest me debe dar la autorización para poder entrenarte, sin contar que probablemente tú mamá me mataría, es muy peligroso - le dijo nervioso.

Milo: pero yo quiero hacerlo, por poco y me convierto en la cena de una de esas cosas, por favor, prometo que daré mi mayor esfuerzo - aseguró mientras el otro lo veía sin saber que responder, pero al ver como el menor lo veía de forma suplicante no se pudo resistir por lo cual de suspirar después dijo.

Lémur: bien hablaré con Krest para que me deje convertirme en tu maestro - aseguró mientras el niño salto tú mamá va a hacer un guisado conmigo cuando se entere ¿sabes? - preguntó preocupado.

Milo: claro que no, le prometo que haré lo posible por evitar que eso pase - aseguró mientras el otro sonrió, para después negar.

Era una locura, aun no estaba 100% seguros de que todos sus métodos de protección contra los vampiros eran inmunes ante el, sin embargo Milo había demostrado ser único en su especie y sus ojos eran una prueba viviente de eso, aunque no estaba tan seguro del cono reaccionaria el abuelo del niño al enterarse de la decisión que había tomado, tampoco estaba seguro de que Mystoria fuera a aceptar.

Continuará...