12:00 AM.

Él castillo incendiado, los vampiros intentando huir, algunos otros peleaban con sus enemigos y cientos más de personas que ya habían caído, en medio del salón de forma sería Camus veía a Milo, el cual tambien le mantenía la mirada, mientras veía cómo él mayor hacia lo posible por no dejar que lastimaran a su prometida, la cual únicamente se encargaba de asegurarse de que la mayor parte de su clan pudiera ponerse a salvo.

Camus: ¿por qué? ¿Por qué lo hiciste? - se preguntaba mentalmente mientras lo veía, intentando descifrar lo que sea que intentarán decirle con esa mirada.

Mill: perdóname, realmente no supe que más hacer - fue lo que pensó.

Quería desaparecer, tenía ganas de llorar, la mirada que aquel hombre le daba, esa mirada llena de odio que sentía sobre él. Le daba a entender que no importaba cómo le hiciera, no lo iban a dejar explicar. Tan concentrado estaba que se asusto al momento de sentir una mano sobre su brazo, para después ver a Sage el cual únicamente dio una orden.

Sage: ¡maten a esos dos ahora! ¡Sin sucesores presentes Zaphiri no podrá recomponerse! - gritó mientras los cazadores comenzaron a correr hasta Camus.

Él cual ya hartó de todo únicamente mostró una vez más su fuerza, alejando a todos de ellos, utilizando una fuerte ventisca que el mismo provoco, vio por unos segundos a Milo, el cual al ver aquella mirada tan roja cómo la sangre verlo, se dio cuenta de que ya no había nada que explicar, se había convertido en su enemigo jurado, vio cómo él tomó a su prometida del brazo para después irse con ella rápidamente de ahí, abandonando el castillo el cual estaba prácticamente incendiado por completo.

Los gritos felices de "por fin les ganamos" de los demás cazadores no se hicieron esperar, él únicamente se dio la vuelta y se dejó caer de rodillas frente al mayor.

Milo: perdón... - se disculpó.

Sage: de que hablas Milo, tomaste la mejor decisión y ayudaste a tú clan a librarse de estas bestias - aseguró mientras lo tomaba de los brazos y lo levantaba.

Milo: pero usted me pidió acabar con él actual príncipe y no lo logre, han escapado - aseguró mientras vio al mayor hacer un ademán.

Sage: no te preocupes, les costara mucho reponerse ahora están muy débiles, así que será fácil exterminarlos - aseguró mientras Milo únicamente suspiró - es momento que regreses con tú familia, Hakurei debe estar los liberando ahora - aseguró.

Mientras tanto.

Con Mystoria.

El rostro de desagrado en Odysseus era evidente al momento de que le abrió la reja de la pequeña prisión, para después ver cómo se giro a hacia sus hijas, abriendo también su reja, para después escuchar al hombre mayor hablar.

Hakurei: me complace informar que todo esta hecho, ya pueden ir a casa - aseguró sonriendo.

Krest: ¿ya masacraron a los vampiros? - pregunto.

Hakurei: a si es... - aseguró..

Mystoria: ¿Dónde esta mi hijo? - preguntó serio.

Hakurei: Sage lo tiene, esta seguro tranquilo - respondió mientras Mystoria únicamente suspiró.

Mystoria: espero que estén contentos - respondió.

Hakurei: así es tranquilo - respondió mientras Mystoria se giro hacia sus hijas, a las cuales tomó de la mano y se fue rápidamente de ahí.

Mientras que Krest únicamente suspiró, para después seguir a Mystoria.

Mientras el hombre mayor únicamente vio a Odysseus el cual no se veía para nada contento.

Hakurei: ¿Que tienes Odysseus? El peligro para ellos ya se acabó, deberías estar contento - aseguró confundido.

Odysseus: Si, si lo se - aseguró serio - ese maldito bastardo, confiaba que elegiría a la familia de su padre, maldición, parece que tendre que encargarme de ellos con mis propias manos - fue lo que pensó seriamente.

Mientras tanto.

Con los vampiros.

Los que sobrevivieron a la masacre, quienes eran unos 40 de los 1000 que habían, se refugiaron en una cueva, donde después de asegurarse de que no tuvieran heridas graves, Zaphiri hablo.

Zaphiri: sabía que era un error confiar en él - aseguró mientras que Aiacos, quien lo escucho rápidamente se apresuró a intervenir.

Aiacos: le aseguro abuelo que mi hermano no quería esto, se que hay una explicación razonable, él no... - Zaphiri interrumpió.

Zaphiri: Aiacos no quieras tapar el sol con un dedo, tú hermano nos traicionó cómo te lo dije, es un maldito cazador, las enseñanzas de Krest valen más que nuestras vidas... lo viste ahí, no le importo ni un poco que tú estuvieras ahí, que hoy fuera el cumpleaños de ambos, busco el momento y le dimos el lugar correcto para exterminarnos sin que nos diéramos cuenta - aseguró molestó.

Aiacos: ¡Eso no es verdad! - gritó.

Camus: Aiacos hazle caso a tú abuelo, es la verdad, tú hermano nos traiciono y trajo aún montón de cazadores para exterminarnos importandole muy poco tú vida - aseguró.

Aiacos: ¡¿Cómo diablos puedes decir eso? No se supone que estabas interesado en él y no puedes pensar en la mínima posibilidad de que lo hayan obligado! - grito molestó.

Zaphiri; ¡Basta los dos, Cierren la boca! - gritó, obligando a los otros dos a callar, mientras él únicamente se maldecía por dentro por haber confiado una vez más en ese hombre.

Tiempo después.

Con Milo.

Al llegar a su casa y ver a su madre sentado en el sofá, no pudo evitar llorar, para después acercarse hasta él, se arrodillo delante de él y después de colocar su frente contra el suelo hablo.

Milo: Lo siento, lo siento mucho, pero tuve que hacerlo no había opción - fue lo que dijo mientras el peliceleste suspiró.

Mystoria: Milo... - llamo suavemente, pero al ver que su hijo no se levantó de donde estaba suspiró - se que hiciste lo que creíste correcto hijo, sin embargo tengo que preguntar ¿viste a tú hermano ahí?

Milo: si, sin embargó no puedo asegurar si logro escapar o si murió en el ataque - respondió.

Mystoria: ahora si es seguro que lo perdí para siempre, si esta viví y Zaphiri también, jamás lo dejara volver aquí - hablo triste mientras que Milo únicamente se puso a llorar, sintiendo el ser más horrible que podria existir sobre la tierra.

Continuará...