𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑𝟐 "𝑩𝒖𝒓𝒍𝒂"
Narra Alejandro:
Se quien me puede dar una respuesta de donde se fue Renata con ese desgraciado. Golpeo la puerta con fuerza y Candela tarda en abrir la puerta, vuelvo a golpearla y ella me mira con temor.
- ¿Qué haces aquí? No está mi hermana.
- ¿Entonces me vas a dejar pasar?
-Vete Alejandro, ya no quiero que lastimes a mi hermana.
La empujo con fuerza y entro a la casa, avanzo hacia la sala y la llamo.
-Renata… sal de donde quiera que estés. -Levanto la voz.
-No está aquí Alejandro, ya vete.
- ¿Dónde está? -Avanzo hacia Candela y la tomo del brazo.
-No se donde está y si lo supiera nunca te lo diría.
-Me estás mintiendo… vamos Candela, no hagas que me enoje más porque tu hermana va a ser la que termine sufriendo.
-Nunca la encontraras, ¿me oíste? Nunca más la vas a encontrar. -Sale de mi agarre. -Sera mejor que te vayas y no vuelvas nunca más.
-La voy a encontrar… eso te lo juro. -Le advierto. -Dile a tu hermana que se cuide.
Me voy de allí y avanzo a mi auto, me encierro en el y golpeo con fuerza el volante, pegándole puñetazos una y otra vez.
Voy a encontrarlos, tengo todos los medios para hacerlo y tarde o temprano me sabre donde están.
Narra Renata:
Abro los ojos y me doy cuenta que estoy sola en la cama, hicimos el amor tan intensamente que las piernas me siguen temblando y me muero de hambre. Me pongo de pie y cubro mi cuerpo con una sábana. Busco en nuestras cosas y encuentro una camisa de Julián, me la pongo y me saco las sabanas. Salgo de la habitación y mis pies descalzos sienten las baldosas frías. Entro a la sala y no encuentro a Julián.
¿Dónde estará?
-Amor. -Levanto la voz.
No contesta, pocos minutos después, entra a la casa y me mira como si quisiera regañarme.
-Tendrías que hacer reposo.
-Ya me siento. -Me defiendo. -Te estaba buscando.
-Compre comida y unos dulces.
-Ay gracias, me muero de hambre. -Me siento en el sofá. -Dame un dulce.
Me da un dulce empaquetado por un papel metálico y lo abro, encontrándome con un dulce bañado en chocolate.
- ¿Qué es?
-Es un alfajor. -Sonríe. -Pruébalo.
Le doy un mordisco y me encuentro mastico unas cuantas veces, siendo abrazada por un gusto delicioso.
- ¿Es dulce de cajeta? -Pregunto.
-No. -Rie y se sienta a mi lado. -Es dulce de leche, son un poco parecidos pero el dulce de leche se hace con leche de vaca y otros ingredientes que las diferencian.
-Está riquísimo. -Le doy otro mordisco.
-Me alegra porque compre unos cuantos, lo mismo que chocolates y comida para hacer el almuerzo y la cena.
Me da un beso y me abraza con suavidad.
- ¿Cómo te sientes?
-Bien, no me duele nada y los moretones se van yendo.
-Lo sé. -Corre mi cabello hacia atrás. -Se que nos dijo la doctora que el bebé está bien pero quisiera llevarte al hospital de nuevo, ayer estuvimos bajo una tensión horrible y me da un poco de miedo.
Sonrió suavemente y me siento encima de sus piernas.
-Se que estás preocupado mi amor pero nosotros estamos bien. -Acaricio su pecho. -En serio lo digo.
-No quiero ahogarte con mis miedos pero después de la paliza que te dio ese hijo de puta.
-Ya no pienses en el. -Tomo su mano. -Ahora estamos iniciando una nueva vida y quiero ser feliz con mi familia.
-Y eso es lo que hare toda mi vida. -Me besa. -Hacerlos felices. -Me da otro beso.
Me llena de besos en todo el rostro y pasamos un momento tierno.
Narra Alejandro:
Inicio sueño de Alejandro:
Mi mano sostiene mi arma con fuerza mientras que camino por el pasillo de un hotel, a medida que me quiero acercar a una habitación, el pasillo se hace más largo y me muevo a zancadas hasta que llego a la puerta y mi mano se apoya en el picaporte, lo giro enseguida.
Al abrir la puerta me encuentro con la peor imagen, veo a mi mujer teniendo relaciones con ese maldito. Mis ojos están impregnados con odio al ver como ella disfruta y lo cabalga, ambos no se dan cuenta de mi presencia y siguen en lo suyo.
Los apunto con el arma y sin pensarlo aprieto el gatillo, matando al acto a Julián.
Mi hermanastro desaparece en el aire, dejándome solo con Renata, quien me mira completamente desnuda sobre la cama. Sus ojos me miran con malicia y se rie.
-Ay Alejandro… fue tan fácil engañarte con tu hermano. -Descarada. -Y como lo disfrute. -Sonríe. -Julián me hacia sentir todo lo que tu nunca me hiciste sentir.
-Cállate zorra. -Le apunto con el arma. -Tengo tantas ganas de matarte.
-Hazlo cobarde, deja de amenazar y aprieta el gatillo. -Se burla. -Eres tan cobarde.
- ¡CIERRA LA BOCA!
Rie a carcajadas y eso hace que me ponga peor, apunto a su cabeza y ella me lanza una sonrisa maquiavélica.
Fin sueño.
Me despierto sobresaltado y no puedo parar de respirar erráticamente, trato de respirar normalmente, lo logro después de unos minutos y me agarro la cabeza. Siento que en cualquier momento me va a explotar por culpa de lo que me está haciendo sufrir esa mujer.
Me siento sobre la cama y voy al baño para mojarme el rostro. Lo hago y me miro en el rostro, encontrándome con una imagen lamentable de mi persona, mis ojeras son tan profundas gracias a estos días que no dormí y estoy más flaco que nunca.
Ya no soy una persona, solo soy algo que solo busca venganza y me las voy a cobrar.
Estaba a punto de dispararle a la cabeza cuando me desperté de ese sueño pero del mundo real no se me va a escapar. Ya contraté un investigador privado y los voy a encontrar.
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