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𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟑6 "𝑪𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔"

Mañana es el final 😍

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Narra Renata:

Los meses fueron pasando tan rápido que no puedo creer que ya pase los 8 meses de gestación, estos meses han sido tan tranquilos, llenos de paz y felicidad. Ya tenemos todo listo para el nacimiento de las gemelas…
Así es, ya sabemos que son niñas, Ava y Bella, las niñas más hermosas y esperadas por su padre y su madre.
Últimamente casi no puedo salir de la cama, mis pies están tan hinchados que no me puedo mover, menos al tener un vientre tan abultado. Julián está acompañándome y es un hombre tan perfecto, se la paso conmigo estos meses y cada día me enamoro más de él.
Mi cabeza está apoyada en su hombro mientras acaricia mi espalda. Levanto la cabeza para mirarlo y sonreímos.
-Me encanta cuando me miras así. -Sonrió.
-Es que no puedo dejar de mirarte. -Acaricia mi mentón.
Me ruborizo y me apoyo en el, durante este hermoso proceso, Julián me fue sacando fotos todos los meses para registrar el progreso de las niñas y las imágenes son tan bellísimas, las colgamos en la habitación de las niñas junto a los dibujos que hice en la pared.
Ahora estamos acostados en la cama, me duele tanto la espalda que no me puedo dormir, trato de acostarme de lado pero no me puedo mover.
- ¿Pasa algo, mi amor?
-Me duele todo. -Suspiro. -No me puedo mover.
-A ver mi amor, te ayudo.
Me ayuda a sentarme y empieza a hacerme masajes en la espalda, cierro los ojos al sentirme más relajada, sin embargo, arrugo el rostro al sentir un calambre en el vientre.
Mis manos se apoyan en mi vientre al sentir ese dolor y mi cuerpo se paraliza.
- ¿Qué pasa mi amor?
-Me duele… -Siento otra puntada y mis manos se mantienen en mi vientre.
Julián me mira con una expresión preocupada y lleno de pánico.
- ¿Qué sientes? -Apoya las manos en mi vientre.
-Me duele.
Respiro hondo y estoy asustada porque tienen 8 meses.
-Creo que quieren nacer.
-Quédate sentada que voy a agarrar la pañalera, voy a llamar un taxi.
Asiento mientras respiro hondo una y otra vez. Observo a mi pareja y veo que esta muerto de nervios, llama un taxi mientras agarro la pañalera y corta la llamada.
-Ven mi amor.
Me toma suavemente y me ayuda a ponerme de pie, me pongo las pantuflas y Julián me coloca la bata.
Más tarde, el taxi nos deja en el hospital y mi amor me ayuda a bajar, me envuelve con sus brazos y al entrar pide por una silla de ruedas. Las enfermeras nos acercan una enseguida y mi cuerpo está encorvado por las contracciones. Siento como el vientre me pesa y doy gracias a Dios al sentarme en la silla de ruedas.
Enseguida nos llevan a una habitación privada y me tienen en observación, una medica me pide que flexione las piernas y las separa.
-Va a tener que pasar la noche en el hospital, todavía no está dilatado. -Quitandose los guantes. -Le voy a pedir a la enfermera que se le administre suero así las contracciones se calman un poco.
- ¿Cuándo van a nacer? -Pregunta Julián.
-Lo seguro es que sea mañana, dependiendo del ritmo de las contracciones y la dilatación.
Lo escucho suspirar y me mira, se sienta a mi lado y toma mi mano. Las contracciones se calmaron pero el sudor está en mi piel.
-Si hay algún inconveniente avísenle a las enfermeras.
Asentimos al mismo tiempo y rápidamente, aparece una enfermera con una bolsa, me agarra un brazo y pasa un algodón con alcohol, lo pasa en mi piel y me inyecta enseguida.
-Los dejare solos, pasare a cada rato para ver como se encuentra.
-Gracias. -Responde por mi.
La enfermera se va enseguida y Julián me mira.
- ¿Cómo estás?
-No me duele pero fue tan feo… -Respiro hondo. -Lo que me consuela y me pone feliz es que van a nacer. -Sonrió.
-Lo se mi amor. -Besa mis labios. -Gracias a ti seré padre de unas niñas hermosas.
Nos miramos con tanta felicidad y me abraza con fuerza.
Volvieron los dolores y no pude dormir en toda la noche, ni siquiera puedo respirar tranquila debido a los calambres.
Son las 7 de la mañana y la medica aparece para revisarme, está acompañada de dos enfermeras y hacen que Julián se ponga de pie.
-Ya fe vamos a llevar a la sala de partos. -La doctora me explica. – Tu esposo te va a acompañar pero primero los vamos a preparar.
Asiento lentamente, a pesar que me siento tan feliz, el pánico se apodera de mi y veo a Julián con miedo.
Me besa antes de irse y sonríe.
-Te amo.
Se va con una de las enfermeras y la doctora con la enfermera que queda me ayudan a prepararme. El tiempo que paso fue tan lento, me llevan a la sala con una camilla mientras mis manos aprietan mi vientre al sentir ese dolor desgarrador. Grito por el dolor y las lagrimas se desparraman por mis mejillas.
Minutos después, Julián entra corriendo y se acerca rápidamente, toman mi mano y besa mi frente.
- ¿Cómo estás?
-Te juro que no puedo. -Me cuesta respirar. -Tengo miedo.
-Todo va a estar bien, mi amor. -Besa mis labios. -Te lo prometo.
Asiento y mi boca tiembla.
-Renata cuando sientas una contracción tienes que pujar, ¿me entendiste?
Asiento al escuchar a la doctora y aprieto la mano de Julián al sentir una contracción. Le hice caso a la doctora, empecé a pujar lo más que pude y mi respiración es rápida. Trato de buscar fuerzas de donde sea y pujo lo más que puedo.
Lo hice varias veces hasta que escucho un llanto y mis ojos cansados se iluminan. Observo a Julián y lo veo emocionado como yo, le piden que corte el cordón y se la llevan para limpiarla.
-Necesito que sigas pujando.
Trago en seco y Julián me alienta, besa mi mejilla y sigo.
Pujo por ultima vez y otro llanto inunda la habitación. Mis ojos se cierran al sentirme tan cansada y todo se vuelve negro.

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