Narra Renata:

Quiero seguir durmiendo, no obstante, el olor a café se impregna en mis fosas nasales y el asco se hizo evidente. No tuve otra opción que levantarme porque la bilis atravesó todo mi esófago. Me arrodillo frente al inodoro y empiezo a vomitar, siento las manos de Julian agarrando mi cabello para que no se manchara y con su mano libre golpea suavemente mi espalda. Estuve así por unos largos segundos y me siento sobre la cerámica helada.
- ¿Cómo te sientes nena?
-Horrible. -Respiro hondo. -No puedo soportar el olor a café.
-Preparo té si quieres.
Me ayuda a ponerme de pie y me da un cepillo de dientes.
- ¿Puedes sola mi amor?
Asiento en silencio y besa mi frente.
-Preparo los tes y regreso.
Vuelvo a asentir y sale del baño, me sostengo el lavado y me cepillo los dientes, luego me lavo el rostro y regreso a la cama. Me acuesto y apoyo la espalda en la pared.
Julián regresa enseguida y me da la taza de té, por suerte las nauseas desaparecieron y pude desayunar tranquila. Desayunamos en la cama y siento su mirada despreocupada.
-Hice lugar para guardar tus cosas y así no hacías esfuerzo.
Sonrió mientras toma mi mano y la besa.
-Gracias por dejar que me quede aquí, mi amor. -Animada.
-Es nuestra casa muñeca. -Sonríe y besa mis labios. -Esta casa es tuya como mía.
Nos miramos con una sonrisa y acaricia mi mejilla.
- ¿Te dije que te amo?
-Mmm… -Me hago la pensativa. -Nunca.
- ¿Ah no? -Rie. -Le dije muchas veces pero no me importa volvérselo a repetir, la amo señora Contreras.
- ¿Así fea como estoy?
-Estás hermosa mi amor. -Acaricia mi cabello. -Te pondré un poco de hielo en ese hermoso rostro así se te irán quitando. -Suspira. -No tienes idea de las ganas de matarlo que tengo.
-No harás nada. -Le respondo seriamente. -Ni se te ocurra hacerlo, lo que menos quiero es que lo enfrentes.
-Pero tiene que pagar, sobre todo tienes que denunciarlo.
Mis ojos se abren en estado de pánico… eso si que no, seria muy peligroso hacerlo y más en el estado en el que está.
-No, no. -Asustada. -No hare eso… no sabes cómo estaba, nunca lo vi tan loco como ayer. -Temblando. -No puedo hacerlo Julián, estoy aterrada, tengo miedo de que te haga daño a ti.
-Ya mi amor. -Me toma del rostro. -El doctor dijo que tienes que estar tranquila. -Besa mis labios rápidamente. -No me va a pasar nada, estoy aquí contigo y los 3 estaremos bien.
Asiento y sus labios vuelven a besarme, nuestras lenguas se chocan, enredándose en ellas y profundizamos el beso. Nos separamos y mi cuerpo está pegado con el suyo, sintiendo esa calidez que amo tanto.
-Te amo tanto Julián… gracias por cambiarme la vida.
-Y la mía, mi amor. -Feliz y no deja de sonreír, mirándome con esos ojitos llenos de amor. -Te amo más allá de todo, nena.
Respiro tranquila y cierro los ojos, apoyo la cabeza en su hombro y nos quedamos así por un largo rato.
Su amor es lo único que quiero y lo tengo, lo veo en sus ojos cuando me mira, su preocupación por mi, como da todo para que sea feliz.
Como lo amo por todos los cielos, mi corazón no para de crecer gracias a el.

Narra Alejandro:

No puedo creer que esa maldita se me haya escapado, estoy seguro que ahora debe estar con ese desgraciado y no puedo más de la rabia. Cada segundo que pasa más ganas tengo de hacerles pagar por todo. Hacerles ver que conmigo no se juega.
Ahora estoy en la empresa y todavía Julián no se presentó, no se sabe nada de ellos pero se donde están y no me iré de ahí sin mi esposa.
Renata me pertenece y si no es mía, no será de nadie.
Mis ojos se llenan de odio mientras pienso en ellos.

Narra Renata:

Julián me ayudo a darme un baño y me cambie de ropa, estoy descansando con él en el sillón y lo observo con seriedad.
- ¿Iras a la empresa? -Preocupada.
-No, seria empeorar las cosas.
- ¿Crees que se calme?
-No lo se… -Suspira. -Pero eso no me importa, puedo buscar otro trabajo.
Cierro los ojos y me quejo.
-Es mi culpa… al fin tienes lo que te pertenece y ahora puedes perderlo.
-No me importa la empresa, no me importa la herencia mi vida. -Acaricia mi vientre. -Solo me importan ustedes… mi familia.
No puedo evitar enternecerme y mis ojos se llenan de felicidad mientras lo miro.
-Me encanta escucharte así.
-Es la verdad. -Acaricia mi cuello. -Ustedes son mi vida entera.
Mi corazón se llena de amor y el sonido del timbre interrumpe todo. Ambos nos miramos y me sobresalta el golpe de la puerta.
-Se que estás ahí Renata. -Escucho como Alejandro levanto la voz y tiemblo como una hoja. -Abran la puerta.
Julián se pone de pie y lo tomo en brazos.
-No abras. -Asustada.
Vuelvo a saltar cuando le pega una patada a la puerta y Julián me protege con sus brazos.
-Abran o tiro la puerta abajo.
Observo a Julián y está lleno de furia, me suelta y me tapo la boca cuando le abre la puerta.

Narra Julián:

Ahora si lo voy a matar, mi limite es Renata y no quiero verla sufriendo con él. Voy a la puerta y pongo el cuerpo cuando la abro. Me encuentro con los ojos rojos de Alejandro y aprieta los dientes.
- ¿Qué mierda quieres?
-Vine a buscar a MI esposa y no me iré sin ella.