𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟐𝟑 "𝑺𝒐𝒍𝒍𝒐𝒛𝒐"
Narra Julián:
Después de eso hicimos el amor tan intensamente, expresando nuestro amor sin privarnos de nada. La pasión fue protagonista del momento, moviéndome con fuerza, besando su piel y succionando sus senos.
Llegamos al orgasmo y nos quedamos abrazados sobre la cama, ella apoya la cabeza en mi hombro y acaricio su espalda desnuda.
El timbre empieza a sonar y ella me mira extrañada.
- ¿Esperas a alguien?
-No… -Extrañado. -Quédate aquí.
Beso sus labios y salgo de la cama, me visto rápidamente y salgo de la habitación, otra vez suena el timbre y bajo las escaleras, camino unos metros hasta la entrada.
Abro la puerta y arrugo el entrecejo al verla.
- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?
-Vi que salías antes de tiempo... -Sonríe. -Y quise a ver donde te dirigías. -Me resulto curioso que esperes a tu cuñada y la recibas con tanto afecto.
- ¿Qué es lo que quieres?
- ¿Acaso no es muy obvio?
Está por ponerme las manos encima cuando aparece Renata a alejarla.
-Ni se te ocurra tocarlo.
Tomo a mi mujer de las caderas para que se tranquilice, Liliana le da una mirada furiosa y quiere empujarla.
-Ni se te ocurra. -Me pongo en medio de ellas. -Ahora quiero que te vayas de mi casa.
-Asique te gusta está zorra… -Se rie.
-No le faltes el respeto. -Le grito. -La que está de ofrecida eres tú, asique márchate.
-Pero esto no se va a quedar así… -Mira a Renata. -Sera mejor que te cuides porque tu marido sabrá lo puta que eres.
Liliana se va y cierro la puerta rápidamente, mis brazos refugian a una Renata llena de miedo y busco tranquilizarla.
-Dios… termine empeorando todo.
-No lo hiciste mi amor, igual ella ya nos vio. -Acaricio su espalda. -Tranquila, no pasa nada.
-Si se llega a enterar…
-No te hará nada. -La tomo del rostro. -Te prometo que no te va a tocar.
-Tengo que irme…
Se que está desesperada pero no voy a dejar que se vaya en un momento como este, se aleja de mi y me apresuro para alcanzarla.
-Espera. -La tomo del brazo. -Quédate aquí, es peligroso.
-Sera más peligroso si no hablo con el… -Cierra los ojos y apoya la cabeza en mi pecho. -Tengo que enfrentarlo.
-Lo haremos juntos, muñeca… no quiero que estés sola.
-Si te ve ahí sí que será un desastre.
Se suelta de mis brazos y se lleva el cabello hacia atrás, lo veo en sus ojos, está nerviosa y muerta de miedo.
-Por favor Renata. -Tomo sus manos. -No puedo dejar que vayas sola.
-No te preocupes. -Suspira. -Te voy a llamar más tarde… ahora es horario de trabajo, está en la empresa.
-Pero si Liliana le dice lo de nosotros… no quiero exponerte a ese tipo. Por favor muñeca, quédate conmigo.
-Quiero ganar tiempo para agarrar mis cosas, solo iré a buscarlas y vendré enseguida.
Asiento y suelto un suspiro, se acerca para besar mis labios y siento un extraño presentimiento, tengo miedo.
-Estaré bien, ¿sí?
-Te amo Renata… por favor, cuídate mucho.
-Yo también te amo. -Sonríe.
La suelto y mis ojos la miran irse de la casa, un nudo se forma en mi garganta, teniendo terror por su seguridad.
-Por favor… que todo este bien.
Narra Renata:
Veo a un taxi a distancia y le hago señas para que pare, estaciona rápidamente y me subo, le indico la dirección y a medida que me voy acercando a la casa el miedo me corroe. Respiro hondo cuando llego a la casa, bajo del auto cuando le di el dinero y me apuro para abrir la reja. Entro a la casa y no escucho a Estela.
Aprovecho eso y subo las escaleras, lo primero que hago cuando llego a la habitación es agarrar una maleta y guardar todo lo que encuentro, ropa, dinero y uno que otro producto.
Decido no perder más tiempo y cierro la maleta, la agarro en el suelo y la sujeto al bajar las escaleras.
El tiempo va pasando demasiado rápido pero en el momento que Alejandro entra a la casa. Todo se detiene al momento que observo sus ojos mirándome con una furia contenida.
- ¿Qué haces con eso Renata? ¿A dónde te vas?
Avanza lentamente y doy unos pasos hacia atrás. Conozco esa mirada y ya se lo que está por pasar. Un escalofrió recorrido todo mi cuerpo y mis ojos lo miran con horror.
-Alejandro…
- ¿En serio crees que voy a dejar que te vayas con ese hijo de puta? De está casa no te vas, Renata… Julián no te va a tener porque me perteneces.
Me quedo boquiabierta y muerta de miedo, sigo retrocediendo y de pronto me suelta una cachetada, mi mejilla izquierda me arde y queda colorada por el golpe.
Sin dejar que reaccione por el golpe, me tira del cabello y chillo de dolor.
-Eres una maldita… -Loco. - ¿Lo sabes? ¿Cómo puedes engañarme con ese desgraciado?
-Suéltame Alejandro. -Empiezo a llorar y mi respiración se agita. -Me duele mucho, me estás lastimando…
- ¿Te duele? ¿Y a mi qué? ¿Nunca pensaste en mí?
-Ya Alejandro, suéltame.
-Me vas a escuchar pedazo de puta. -Me lastima mucho más al tironearme del cabello. -No volverás con ese maldito, ahora si que perdiste todos tus derechos, nunca vas a salir de está casa.
-No puedes hacer eso Alejandro, entiende que ya no te amo. -Alterada.
- ¿Y lo amas a el? -Enloquecido y sus manos agarran mis brazos. -El solo me quiere quitar todo, ahora va detrás de ti y caíste en sus redes. -Sus ojos están inyectados de rojo. - ¿Lo amas? Respóndeme.
-LO AMO-Le grito mientras Alejandro me sacude.
Lloro con más fuerza y siento otro golpe en el rostro, me pego un puñetazo que cayo de lleno en mi nariz, provocando que sangrara. No puedo controlar mis sollozos y mi cuerpo se paraliza por el terror que le tengo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro