Ella me ve con la boca entreabierta y revolea los ojos.
-Estás en medio de un hermoso lio… ¿Qué vas a hacer?
-No lo sé… estoy muerta de nervios. -Suspiro. -Solo le voy a decir a Alejandro que no hare lo que el quiere… solo deseo que las veces que me acosté con ambos no traiga consecuencias.
- ¿Te cuidaste?
-Desde que Alejandro me dijo que no quiere hijos tomo anticonceptivos… solo que me aterra que las pastillas no funcionen.
-Eso espero, tienes que tener cuidado Renata. -Apoya la mano en mi hombro.
Hay un silencio sepulcral y echo la cabeza hacia atrás.
- ¿Vas a seguir estando con Julián?
Me atrevo a mirarla y no me mira con asco, sus ojos me miran con tranquilidad, dándome ánimos mientras palmea mi espalda.
-No tienes idea de lo bien que me sentí con el está semana… fue tan mágica, Cande… me enamore de Julián y a el no le importa que esté casada con Alejandro.
-No se como puede reaccionar tu marido pero me da miedo. -Le advierte. -Por favor Renata, tienes que tener cuidado.
Asiento en silencio y respiro hondo, mi hermana tiene razón a lo que dice.
Más tarde, regreso a la casa y me encuentro con Alejandro caminando hacia donde estoy.
-Antes de que me preguntes, estaba con mi hermana.
-Lo supuse. -Tranquilo. -Tenemos que hablar.
Asiento, nos vamos a la habitación y cierro la puerta.
-Quiero pedirte disculpas por lo que paso… se que hice muy mal haberte mentido y que no haya pensado en ti, solo que perdí la cabeza y no lo pensé con la cabeza fría.
-Ya paso Alejandro, ni quiero pensar en eso. -Resoplo. -Solo quiero decirte que no te voy a seguir en la idea de tener un hijo por un capricho. -Seria.
-Pero…
Quiere abrazarme y lo aparto.
-Te perdono pero estoy muy decepcionada…
-Podemos empezar de nuevo, mi amor. -Sonríe. -Quiero tener hijos contigo, de verdad Renata.
-No con estás condiciones.
- ¿Es que no te das cuenta que puedo quedarme sin trabajo?
-Ay Alejandro no me quieras manipular, tienes poder, dinero, ¿Cómo te vas a quedar sin trabajo?
- ¿Entonces qué? ¿Acaso no voy a poder tocarte?
- ¿Nunca te fijaste en lo que me gusta? -Me cruzo de brazos. -Solo piensas en ti, en tu satisfacción, no me tocas, no me besas como es debido.
Su cara está desencajada, parpadea varias veces y mi rostro está rojo por la bronca.
-Y lo que menos quiero ahora es que me toques… todo esto me dejo muy confundida.
- ¿Qué paso en todo este tiempo? -Me toma del brazo. - ¿Estuviste con alguien?
Trago saliva y tiro de mi brazo para soltarme.
-No estuve con nadie, solo me tome un tiempo para pensar y me di cuenta que este matrimonio está mal, hay muchas cosas que están mal entre nosotros.
- ¿Qué quieres decir?
-No se Alejandro, no se pero así las cosas no van.
-Piensa en lo que me vas a decir Renata.
Me toma del brazo con fuerza y a pesar que tiro de mi brazo, el es más fuerte que yo.
-Suéltame, me estás lastimando.
-Yo te amo todavía… si quieres puedo cambiar, puedo ser el hombre que quieras que sea pero no me vas a dejar.
Sus ojos están desorbitados y me suelta enseguida, doy por terminada la conversación y me voy de allí.

Fueron pasando las semanas y todo es igual, Alejandro quiere demostrar que está cambiando pero mi forma de mirarlo es distinta, dándome cuenta de lo engañada que estuve este tiempo, entendiendo que mis sentimientos hacia Julián son verdaderos.
Lo que es el destino, justo me vengo a enamorar de su ferviente enemigo, su hermano.
Hoy es el día de la exposición en el museo y estoy tan nerviosa, siempre me agarran los nervios de principiante y quiero que todo este perfecto.
Me pongo un vestido elegante que abraza mi cuerpo, me pongo unos aretes y me miro en el espejo. La presencia de Alejandro me asusta y me doy media vuelta.
-Estás preciosa.
-Gracias.
Quiere acercarse y lo evito, solo agarro mi bolso y salgo de la habitación.
Nos apuramos en salir y somos los primeros en llegar al museo, minutos después se suman mi hermana y mi amiga. Los invitados se van sumando y estoy ansiosa de saber que es lo que piensan, si les gusta, si no, ay está ansiedad me mata. La gente me saluda y me halaga por la exposición.
Me tranquiliza saber eso y respiro profundamente, me alejo de mi esposo para sumarme a Candela quien está con Pamela.
- ¿Todo bien con tu marido? -Pregunta mi amiga.
Hago una mueca de hartazgo y niego.
-Mejor no preguntes. -Le respondo.
-Ay no se como lo aguantas.
-Ni yo. -Se mete mi hermana.
Mi mirada se dirige a los invitados y mi mirada se encandila al ver a Julián acercándose hacia mi, me mira con una sonrisa hermosa y sostiene una flor.
-Para la más hermosa de está noche.
Tomo la rosa y el agarra mi mano libre, la lleva a sus labios y la besa. Sus labios se sienten tan bien en mi piel y siento un hormigueo.
-Estás esplendida, Renata. -Impresionado. -De verdad que me quede corto con decirte que estás esplendida.
-Gracias Julián. -Ruborizada.
Observo a Candela y a Pamela, ellas lo observan con impresión y trago saliva.
-Te presento a mi hermana Candela y Pamela, mi mejor amiga.
-Buenas noches.
Ellas le responden al unisonó y Julián me mira embobado.
En ese momento el tiempo se detuvo, el alrededor dejo de existir mientras nos miramos en silencio.
-Eres tan talentosa, vi lo que hiciste y la verdad me dejaste impresionado.
Mi sonrisa se amplia y mis mejillas se sienten calientes, me encanta lo que me dice.
Sin embargo, la magia del momento termino apagándose cuando mi marido aparece en escena, poniéndose frente a Julián.
- ¿Qué haces aquí? -Molesto.