𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟖 "𝑻𝒐𝒓𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐"
Lo recibo con un gemido que sale desde lo profundo de mi garganta, su pene es tan grande que lo siento tan profundamente en mi vagina. Lo abrazo con fuerza y mi cabeza descansa en su hombro.
Me aplasta más a la pared de la piscina y sus manos van a mi trasero, apretando mi carne y me da una palmada, disfruto de esa sensación y mi cuerpo se va calentando.
Sus manos vigorosas se desparraman por todo mi cuerpo y empieza a moverse, lo acompaño pero con movimientos circulares, me muerdo los labios mientras la tensión de nuestros sexos se va aumentando, al igual que nuestros gemidos. El contacto del agua hace que la sensación sea tan arrolladora y cierro los ojos al sentir como el placer me demuele la cabeza.
Echo la cabeza hacia atrás y nos seguimos moviendo, Julián entra y sale, una y otra vez, lo hace cada vez más profundo, más rápido y con fuerza. Mi cuerpo se va rompiendo, tratando de no gemir en voz alta para que nadie nos escuche y tira de mi cabello mojado.
-Vamos nena…-Gruñe. -Grita para mí, quiero oírte.
Lo hace con fuerza y mis piernas tiemblan, sintiendo las descargas eléctricas de mi cuerpo. Mis uñas se clavan en su espalda cuando no puedo reprimir mis gemidos.
-Ahhhh ay, ay.
Los gemidos se escapan de mi boca e intento taparla con mi mano, no obstante, me toma de las manos y las lleva detrás de mi espalda, teniéndome prisionera.
Me taladra y la lujuria es tan intensa que siento como estoy cerca del orgasmo. Apoya la cabeza en mi hombro y escucho sus gemidos varoniles.
-Te sientes tan bien, nena… tan estrecha… Ay Renata, ahhhh…
-Ahhh, así, sí. -Gimo con más fuerza. -Ahiiii, si, ay dios mío.
Deliro cuando el orgasmo atraviesa mi cuerpo, moviéndome frenéticamente y el sigue adelante, alargando mi orgasmo y mi cuerpo queda deshecho.
El tiempo va pasando y provoco que tenga otro orgasmo más antes de que el se viniera por completo, me siento muy agitada y cansada, me apoyo en el para que me sostenga y suspiro.
- ¿Cansada? -Sonríe.
-Mucho…
Apoyo la cabeza en su hombro y respiro lentamente, de verdad que estoy muerta. Cada vez que hacemos el amor es tan pasional e intenso que me deja exhausta, sin embargo, no me quejo, me encanta que sea así.
Minutos después recupero mi respiración y me quedo envuelta en sus brazos, disfrutando de estar pegada a él.
Más tarde, estamos cenando en la sala mientras vemos una película, acostada en sus piernas y disfrutando de este tiempo que estamos juntos.
No quiero que llegue el lunes, no quiero separarme de Julián…
Lamentablemente llego el lunes y me visto antes de irme.
- ¿No quieres desayunar antes de irte?
-No… -Suspiro con tristeza. -Tengo cosas que hacer y quiero llegar lo antes posible.
-Y yo que me acostumbre tenerte aquí.
-Yo también.
Lo abrazo con fuerza y me muerdo el labio.
-No quiero que te vayas. -Acaricia mi espalda.
-Y yo no quiero irme.
-No te vayas. -Me ruega.
-Me encantaría pero no puedo… tengo que enfrentar mi vida. Ya vamos a tener tiempo para vernos.
Me acaricia las mejillas y su mirada está llena de tristeza.
-Te amo…
Sonrió al escucharlo y mi corazón late con fuerza.
-Yo también te amo Julián…
Conduzco hasta la casa y al llegar, solamente está Estela en la casa.
-Buenos días señora.
-Buenos días Estela… ¿hace mucho que se fue?
-Hace una hora, ¿va a desayunar?
-Prepárame un café, solo eso.
-Está bien señora, ya se lo alcanzo.
-Ahora me voy a mi oficina, la espero ahí.
Estela asiente y salgo de la sala.
Enseguida, Estela me deja en café en la mesa y lo tomo mientras estoy terminando el ultimo cuadro.
Va pasando el tiempo y mi mente divaga por unos minutos, dejo que la pintura se vaya secando. Me saco el delantal y algo se mete en mi cabeza. Salgo de la oficina y le digo a Estela que voy a salir.
Conduzco hasta la empresa de Alejandro y bajo del auto, saludo a algunos conocidos y la secretaria de mi marido me lleva hasta su oficina.
-Señor… su esposa quiere hablar con usted.
Me topo con sus ojos azules y se pone de pie, entro a su oficina y su secretaria nos deja solos. Lo observo con atención y se ve más sereno.
- ¿Cómo estás?
-Bien. -Tranquila.
-Tenemos que hablar.
-Lo se pero no vine a eso, ¿tu hermano está aquí?
-Si.
- ¿Me lo presentas? Creo que es mejor que empecemos por ahí, ¿no te parece?
-Ni lo siento como hermano.
-Al menos tengo derecho en saber quien es, no me interesa su rivalidad.
-Está bien. -Responde a regañadientes. -Acompáñame.
Lo sigo y caminamos unos pasos hasta que llegamos a una oficina, abre la puerta sin siquiera golpear la puerta y lo que veo hace que mi corazón deje de latir.
Sus ojos negros me miran con sorpresa al igual que los míos… no puede ser.
Julián se levanta de su asiento y Alejandro empieza a hablar.
-Ella es mi esposa, se llama Renata.
Trago saliva y un escalofrió me corroe por toda mi columna, me resisto a temblar pero la situación me rebalsa.
-Mucho gusto. -Dice Julián.
Besa mi mejilla y mi mirada sigue fija en el… no puedo creer que el sea su hermano.
-Asique tu eres la esposa de mi hermano.
Asiento en silencio, no se que hacer… solo quiero salir corriendo de aquí.
-Mucho gusto Renata.
-Bueno ya cumplí en mostrarte quien es mi querido hermano. -Ironiza Alejandro. -Espero que con esto cumplas tu rol de esposa.
Mi marido se larga de ahí y no puedo aguantarlo, siento como mi cuerpo me falla.
- ¿Estás bien?
Julián me toma con cuidado y cierra la puerta antes de sentarme con cuidado.
-No puede ser… -Susurro. -Esto tiene que ser una broma…
-Lamentablemente no lo es. -Suspira. -Pero no te preocupes nena…
-Es que… -Cierro los ojos y me llevo las manos a mi rostro. -Mi esposo me oculto tantas cosas… -Respiro con dificultad. -Nunca me dijo que tenia un hermano y encima eres tú.
-El mundo es tan chico… -Acaricia mi mejilla.
- ¿Acaso no te importa que sea tu hermano?
-No, ¿lo quieres?
-No.
Sonríe aun más y juega con mi nariz.
-Entonces no me importa nada, la única que me importa eres tu.
Cierro los ojos y siento como me abraza con fuerza.
-No te preocupes, muñeca. -Acaricia mi espalda. -Todo estará bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro