𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏𝟔 "𝑱𝒆𝒇𝒆"
Narra Julián:
No me quiero ir y despegarme de mi mujer, sin embargo tengo que hacerlo, más si quiero asegurar mi futuro.
Sin ganas, voy al trabajo y dejo a Renata en mi casa. Estoy tan enamorado de ella, nunca en mi vida pensé que iba a sentir algo así tan verdadero.
Al fin le dije que estoy enamorado de ella y me siento tan agradecido de que ella sienta lo mismo que yo, nunca pensé que estando en este país mi vida cambiaria tanto y estoy tan feliz.
De verdad no me importa si es una mujer casada, más cuando se que me quiere a mi. Llego a la empresa y veo a mi hermanastro muy molesto, ni siquiera nos saludamos, el va a su oficina y yo a la mía. Reviso unos papeles judiciales de la empresa y el estado de cuenta. En ese momento, golpean la puerta y veo entrando a mi secretaria.
-Le traigo lo que me pidió.
Asiento y aparto mi mirada de ella, deja los papeles en el escritorio y me doy cuenta de que todavía no sale de mi oficina, la mire con seriedad y ella me mira con una sonrisa.
-Puede retirarse.
- ¿No necesita nada? Un café, un té.
-No gracias señorita, estoy bien así. -Me cruzo de brazos. -Si necesito la llamo.
No borra esa sonrisa y entrecierro los ojos al darme cuenta de sus intenciones, se acerca hacia donde estoy y sonríe aún más.
-Lo veo muy serio… si quiere le hago un masaje.
Sus manos van a mis hombros y sujeto sus muñecas, alejándola con cuidado.
-Ya le dije que no quiero nada, señorita. -Levanto la voz. -No se cuales son sus intenciones pero se está equivocando conmigo.
Soy tajante y ella borra la sonrisa.
-Entiendo señor de la Fuente pero ahora sabe que estoy para cualquier cosa que usted desee.
Me guiña el ojo y se va enseguida, cierro la puerta con fuerza y suspiro, ni crea que le hare caso.
Me siento cerca del escritorio y sigo revisando uno por uno mis papeles.
Más tarde, cuando logre desocuparme un poco, agarro mi celular para llamar a la casa. Espero a que me atienda y lo hace al primer tono.
- ¿Cómo va mi muñeca hermosa?
-Un poco aburrida… estuve limpiando un rato porque me muero del aburrimiento y te extraño.
-Me encanta saber que me extrañas. -Contento. -Yo también te extraño y ya quiero verte.
-También me tome la libertad de ver tus fotos.
-Puedes hacer lo que quieras, no me molesta.
- ¿Quieres que te espere con algo para comer?
-Solamente quiero comerte a ti. -Me muero los labios y la escucho jadear, dios Renata destruyo mi cordura completamente. -Deja que voy a comprar algo cuando este regresando, ¿sí? Te quiero.
-Yo también te quiero. -Suspira. -Nos vemos más tarde.
Corto la llamada y me recuesto en la silla giratoria, suspirando una y otra vez por ella.
Narra Liliana:
Desde que se presento a trabajar el hermano de Alejandro, no pude otra cosa más que desear a mi jefe, que guapo es Julián, son tan distintos. Julián es fuerte, alto, buen mozo y sobre todo es amable.
Intenté mantenerme al margen, cumplir solamente con mi trabajo pero se me hizo tan difícil y después de lo que hice parece que fue peor.
Igual no me interesa, no es que lo quiera como marido pero como soy tan caprichosa, no voy a parar hasta tenerlo en mi cama y estoy segura que este hombre es tan bueno en el sexo.
Regreso a mi lugar como secretaria y me encuentro con Esther, la secretaria de Alejandro.
- ¿Cómo va todo? El señor Alejandro está de mal humor. -Arruga el rostro y se queja. -Hoy me va a tocar un día insoportable.
-Yo estoy bien, creo que metí la pata y ni modo.
- ¿Qué hiciste?
-Me atreví a seducir a mi jefe, lastima que me rechazo y me hablo feo.
Ella empieza a reír y me golpea suavemente.
-Nunca cambias pero no te pases, lo único que falta es que te despida.
-Ni me afecta. -Tranquila. -Solo es un poco de diversión, aunque creo que tiene novia, se nota mucho por el rechazo.
-Más a mi favor, tienes que tener cuidado.
Solo muevo los hombres, ¿cuidado de que? Si no me afecta para nada una infidelidad de su parte.
-Aunque no me importa, yo no soy celosa. -Sonrió con picardía.
Esther se tapa el rostro, riéndose de mis salidas y vuelve a su trabajo.
Narra Alejandro:
Decido llamar a la casa, tengo la esperanza de que a mi esposa se le haya ido el enojo.
- ¿Mi amor?
-Soy yo señor. -Escucho la voz de Estela y hago una mueca.
- ¿Está mi esposa por ahí?
-La señora todavía no regreso a la casa.
- ¿Ni siquiera llamo? Intente llamarla varias veces y su celular da apagado.
Aprieto los dientes y respiro hondo, ¿Dónde mierda sé que está mujer? Maldita sea, odio lo que esta pasando.
-No señor, lo siento mucho. Usted sabe que si se algo de la señora lo llamare enseguida.
-Esta bien Estela, cualquier cosa mantenme informado. Gracias.
Corto la llamada y golpeo el escritorio con fuerza, no puedo reprimir la furia que siento. Esto se me fue de las manos y tengo que ser rápido, mi hermano no puede ganarme…
Voy a lograr que mi mujer me haga caso.
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