𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟏 "𝑴𝒖𝒔𝒆𝒐"
Narra Renata:
La mañana es la misma que hace 15 años de matrimonio con mi esposo, levantarse temprano y ver como el se prepara para luego irse al trabajo.
Ahora estoy desayunando con Alejandro, ambos permanecemos en silencio mientras su mirada se mantiene en la televisión, mirando las noticias de la mañana y se levanta rápidamente cuando termina su café.
- ¿Vas a hacer algo hoy a la noche?
-Pamela me llamo para encontrarnos hoy a la noche, ¿no te molesta?
-Claro que no, mi amor.
Alejandro se inclina para besar mis labios y le correspondo enseguida, nos separamos y sus ojos azules me miran con alegría.
-Entonces dejamos la cena para mañana, ¿te parece?
Asiento enseguida y me da otro beso antes de despedirse, agarra su portafolios y me quedo con Estela lavando las tazas y los platos durante un largo rato.
Hoy tengo toda la mañana libre para mi asique me quedare pintando en mi estudio. Termine todo con Estela y me limpie las manos.
-No hace falta que me ayude señora, yo me encargo de todo.
- ¿En serio? Sabes que no me molesta para nada.
-Lo se Renata pero no es necesario, aparte ya hicimos todo. Usted vaya a su estudio.
-Cualquier cosa llámame.
Estela asiente y me seco las manos. Salgo de la cocina y camino hasta mi cuarto privado, ahí trabajo cuando tengo inspiración y ahora mi cabeza va más allá.
Me encerré en el estudio toda la mañana, ni pude salir por toda la inspiración que hay en mi cabeza. Empecé con un boceto en un papel de carpeta y lo pase al óleo, lo deje a medio terminar y almorcé con Estela.
Trabajo como artista plástica y no me puedo quejar porque me va muy bien, tuve la suerte de tener el suficiente carácter para hacer lo que quiero pero aún así recibí el apoyo de mis padres y de mi esposo.
Mi matrimonio con Alejandro es sólido, a pesar de los años y de no haber tenido hijos aún así nos mantuvimos unidos. Sobrevivimos al trabajo y a la distancia que nos conlleva nuestras ambiciones.
Estoy comiendo en el almuerzo cuando mi celular empieza a sonar y veo que es un mensaje de Pamela, lo abro rápidamente y es una foto donde me muestra la seña de nuestra mesa.
Mensaje: Genial, nos vemos a la noche.
Aprieto enviar y dejo el celular en la mesa, sigo comiendo y al terminar tomo un poco más de mi jugo.
Estela me mira y se levanta de la mesa para levantar todo.
- ¿Cómo va con su trabajo?
-Bien. -Tranquila. -Solo me falta uno para la exposición del mes que viene.
-Me parece muy bien señora. -Sonríe.
Sonrió y la ayudo con los platos, a pesar de que me vuelve a repetir que no es necesario, quiero ayudarla y así lo hago.
Narra Julián:
Llegue al país sin avisar, decidido a tomar posesión de lo que me pertenece por herencia. Hace muchos años que viví en Argentina, separado de mi familia porque nunca pude llevarme bien con mi medio hermano y mi madrastra, quienes hacían todo para que mi padre les deje todo a ellos y a mi me apartaban de todo.
Me apartaron hasta ahora, porque como primogénito tengo derecho a trabajar en la empresa de la familia, tengo el mismo derecho de mi medio hermano, aunque sé que el dará el grito en el cielo.
Aunque quiera hacer todo para que no llegue, la ley me ampara y no me interesa su opinión.
Cuando mi madre se separo de mi padre, nos fuimos de México para vivir en la Argentina, allí estudie los últimos años de la escuela y mis estudios en abogacía, me forme para que nadie pueda pisarme la cabeza y estoy más decidido que nunca.
Voy por todo y no me importa quitar a quien se atraviese en mi camino.
Salgo del aeropuerto y un taxista me deja hasta el hotel donde me voy a quedar por unos días hasta que encuentre una casa, donde me voy a quedar por tiempo indeterminado. Pasaron tantos años y encuentro el país tan distinto, me va a llevar un tiempo acostumbrarme pero no me importa, todo sea por asegurar mi patrimonio.
Me tome el tiempo para darme una ducha y cambiarme de ropa, salgo para comprar un poco de alimentos en el supermercado y me cocino algo rápido y sencillo.
Miro la hora que es y pienso en ir a la empresa de mi padre mañana muy temprano, esté día lo voy a utilizar para calmar mi mente.
El día paso volando y decidí pasear en el Distrito Federal para poder orientarme y vivir un día como turista, me tome un largo tiempo para caminar esas calles y visite los museos.
Miro la hora que es y son las 8 de la noche, cuando estoy por salir, veo a una mujer caminando por la entrada del museo y está mira con atención los cuadros. Me quedo perdido mientras la observo, mis ojos oscuros la miran de arriba abajo, mirando ese cuerpo que me dejo transpirando y avanzo lentamente para mirarla de cerca.
Una vez que me acerco, ella avanza hacia donde estoy y casi nos chocamos, sus ojos verdes me miran con un poco de susto y se disculpa.
-No se preocupe. -Sonrió.
Sonríe en modo de respuesta y no se como lo hice pero tome su mano y la beso, su mirada se tranquilizo y me presento.
-Me llamo Julián.
-Renata...
Su mirada es inquieta, como si me está analizando.
-Tu acento es un poco raro, ¿de dónde eres?
-Soy mexicano pero pase toda mi vida en Buenos Aires.
- ¿Y hace mucho que está aquí?
-No, hoy es mi primer día. -Sonrió.
Ahora que la veo desde cerca es una mujer tan hermosa, rubia, esos ojos preciosos mirándome con atención, una sonrisa que me está volando la cabeza y la boca se me abre mientras la miro embobado.
- ¿Está ocupada? Quisiera invitarla a tomar algo.
-Lo siento pero dentro de un rato tengo una reunión con mi amiga.
-Oh. -Apenado. -Que lastima.
En ese momento, suena un tono y es el celular de Renata, lo saca enseguida de su bolso y veo como desbloquea la pantalla, su mirada está atenta al celular y suspira suavemente.
- ¿Sabe qué? Acepto.
Una sonrisa encantadora aparece en mi rostro y sus ojos se mantienen estáticos en mi rostro.
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