Connie fue internada en un centro de salud mental dentro de los primeros días que llegó a Suecia. De este se marchó no sólo con un alta médica, sino que también con una receta de medicamentos, citas reservadas con un psiquiatra y con sus ilusiones de mejoría altas. Sin embargo, tuvo una recaída a las semanas y debió volver al centro, casi obligada por su padre. 

Aquello se repitió tres veces en el mismo año.

Cada vez que le dieron el alta, intentó comunicarse con Dylan desde un teléfono público, pero él cambió su número celular y nunca estuvo en casa para cuando ella llamó.

Los padres de Dylan, quienes fueron los encargados de atender esos llamados, le contaron que él estaba de viaje con la banda, lo que era cierto. Lo extraño para ella fue que ninguno de ellos quiso darle el nuevo número del chico.

Un año exacto luego de la despedida en el aeropuerto, ella le escribió la siguiente carta:

8 de abril del 2009

Querido Dylan;

Siempre supe que irme a otro país y estar lejos de ti sería una de las cosas más difíciles que tendría que hacer por mí misma, pero nunca imaginé que lo sería tanto.

Durante el último año no he llegado al punto de querer acabar con mi vida de nuevo, y eso es algo que me tiene orgullosa. Por el contrario, lo que sí hice fue abusar de ciertos fármacos. No entraré en detalle sobre aquello porque eso ya lo debes de saber, ya que mi padre me contó que lo llamaste varias veces y él aprovechó de ponerte al tanto sobre mí.

Lamento mucho no haber podido estar ahí para atender esos llamados. Me habría hecho muy bien escuchar tu voz.

Decidí escribirte esta carta por varias razones. Una de ellas es explicarte que la primera vez que entré al centro psiquiatra me quitaron el celular y, según ellos, se perdió para siempre. No sabes cuánto me enojé cuando me dijeron eso. Por suerte tenía tu teléfono y el de tus padres anotados en un papel, los que terminé aprendiéndome de memoria, pero tampoco me ha ido bien en mis intentos por ubicarte. Entiendo que has estado muy ocupado con la banda y eso me alegra muchísimo.

Quería decirte también que hace una semana llamé a tu casa, y al parecer tu familia cambió el número. Eso me sorprendió bastante. No quiero dejar por escrito mis suposiciones, y tampoco quiero darle muchas vueltas a todo este asunto de los teléfonos porque termino muy frustrada.

Es por eso que la razón principal de esta carta es decirte que no me he olvidado de ti. No hay día en el que no piense en ti y eso es algo que me sorprende porque, aunque estemos lejos, sigues ayudándome a mejorar, ya que el imaginar nuestro reencuentro me ha dado muchas fuerzas para seguir adelante.

Llevo dos meses en un tratamiento estable, sin ninguna recaída y sintiéndome bastante bien. Mi padre me dijo que, cuando cumpla los seis meses, podría viajar a USA a visitarte, ¿no es eso genial? Eso me tiene muy motivada a seguir con la terapia.

De verdad quiero continuar con mi vida y ojalá pueda hacerlo a tu lado.

Espero que lo anterior no te cause ningún tipo de presión porque entenderé si no quieres volver a saber de mí. De verdad que sí. Como siempre te lo he dicho: sin remordimientos.

Espero que, cualquiera sea tu respuesta, me la hagas saber.

No quiero volver a despedirme de ti, siquiera por papel, así que terminaré esta carta de forma breve.

Te ama mucho (mucho, muuuuucho);

Connie Bennet.

Ella envió la carta con dirección a la casa de la familia Myers. Para asegurarse de que llegue a Dylan, también envió una copia a la casa de Jake, pidiéndole que se la haga llegar a él.

Un mes después, Connie encontró una carta dirigida hacia ella dentro de la correspondencia. Su alegría fue inmensa al darse cuenta de que provenía de Dylan.

Paralelamente, la banda pasó la mayor parte de ese año realizando shows para darse a conocer, lo que fue muy agotador para ellos, teniendo muchas veces que pasar la noche en la Van.

Esa nueva rutina de andar en ruta, alejados de su ciudad natal, provocó que sus relaciones amorosas llegasen a su fin; sólo Matt y Rachel lograron mantener su relación, la que sin duda se fortaleció.

No tardaron mucho en conseguir ofertas por parte de algunas disqueras, las que terminaron por rechazar. Ninguna de esas ofertas les garantizó a los chicos libertad a su creatividad. Sintieron que firmar cualquiera de esas ofertas sería como venderse al mercado, el que cada vez se interesaba más por la apariencia de los integrantes más que de la música en sí.

Aquello no los desmotivó, al contrario, continuaron trabajando en nuevo material y tocando en una gran cantidad de lugares, algunos más populares que otros, por varios Estados del país.

Finalmente, llegó lo inevitable. Un importante sello discográfico se fijó en ellos y les ofreció firmar un contrato que incluía la grabación de un disco musical y un tour promocional por el país. Lo mejor de aquel contrato era que ellos, junto al productor musical (al que también podrían escoger), tendrían la palabra final ante cualquier decisión que se tomase en cuanto al proceso creativo.

Otra cosa que en la banda se sintió como un gran logro, y que fue motivo de una gran celebración, fue que Dylan y Matt retomaron por fin su amistad.

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¡Perdón la tardanza! Me costó mucho decidir si este borrador vería la luz o no. El final de la historia me gustó mucho y sentía que agregarle más solo lo empeoraría.

En fin...

¡Esta historia continuará! Nos vemos en el Libro 2 ♫

Muchas gracias por su apoyo ♥