Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15

Capítulo 15| Un herido y un apuro

Tantas eran las veces que había cruzado ese bosque desde mi llegada al campamento que lo empezaba a conocer bastante bien. Por ejemplo, había un árbol viejo y podrido a un lado del río Riokka que cruzaba por el bosque, y éste me ayudaba a orientarme y a saber en donde estaba cada vez que me cruzaba con él. Si alguna vez me perdiera, la mejor opción sería buscar ese árbol. Aunque, estando ahora a oscuras, no creí que sirviese de mucho.

También había aprendido por qué zona se encontraba la letrina. Lo hubiera aprendido cuando Megan me la enseñó, pero creo que estaba demasiado distraída preocupada por los osos que ella había mencionado como para concentrarme en eso. Hablando de éstos, Nate más tarde me contó que los animales peligrosos solo habitaban al otro lado del bosque, que estaba considerablemente lejos de la letrina, lo que supuso un alivio para mí.

Nada más pisar las fronteras del bosque, dejamos de caminar y Carter nos hizo una señal para que nos acercáramos todos.

—El bosque es muy grande. Tenemos que separarnos si queremos rastrear el bosque antes del recogimiento obligatorio. Iremos a pares.

—Te olvidas de que somos siete. —le recordó Iván.

—Entonces uno será de tres.

Nate le miró a Cody con una media sonrisa, yo ya sabía que ellos irían juntos. Megan tiró de mi brazo, como diciéndome que iría conmigo. Yo le devolví una sonrisa cómplice.

—Esperen, ¿ellas dos van solas? —preguntó Iván, atónito— Ni de broma, se perderían en el bosque. Connor, vete con ellas.

Connor no se quejó, ni siquiera se inmutó.

—¿Qué? —inquirí yo, indignada— ¿Solo porque somos mujeres crees que nos vamos a perder?

—No. Solo porque sois un par de inútiles creo que os vais a perder.

—¿Perdona?

—Así me gusta, fresita. Perdonada.

Di un paso hacia él, ya no me importaba si esto provocaría una guerra o no. Pero Megan me agarró del brazo y suavemente me tiró hacia ella.

—Está bien, Audrey. No conozco el bosque tan bien como Connor, seguro que nos servirá de ayuda. —me dijo la pelirroja, acariciando mi brazo e intentando calmarme.

Dudé por unos instantes al principio, pero si ella decía la verdad entonces eso es lo que deberíamos hacer. Por mucho que no quisiera darle una victoria más a ese imbécil.

—Bien... —bufé, desganda.

Iván sonrió victorioso. Le dediqué una mirada llena de odio.

Sin más remedio Iván se quedó con Carter.

—Oigan, antes de que os vayáis, tengo que daros algo. —dijo Cody, llevándose las manos a los bolsillos— Los snacks. Llevaros al menos una barrita de cereal cada uno. —nos entregó una barrita a todos. A mí me dio una con sabor a coco.

Ew.

La cogí y la guardé en uno de los bolsillos de mis shorts, sabiendo que no la comería, odio el coco.

—Recuerden: investigaremos un rato y todos volvemos a este punto de encuentro a las once justitas, como muy tarde. —Carter miró su reloj de pulso rápidamente, comprobando que eran las diez y cuarenta—. Tan solo son quedan veinte minutos, vamos, vamos, vamos.

Por suerte, esa noche era noche de luna llena, la luz de la luna se reflejaba en el bosque y eso me facilitaba la vista. Megan me agarró del brazo y entrelazó el suyo con el mío. Cada grupo tomó una dirección: Carter e Iván hacia la izquierda, Nathan y Cody hacia al frente. Megan, Connor y yo fuimos hacia la derecha.

Ya estábamos en esto hace doce minutos, y no había rastro ni de Dylan ni del agresor de Hunter, y además, esta zona del bosque era tan densa y oscura que apenas se veían tus pies. Pero, ¿qué hacíamos allí? ¿Cómo pudimos estar tan seguros de que él estaría aquí, escondido? Fuimos tan estúpidos.

—Oigan, creo que deberíamos volver...

Connor tapó mi boca con su mano, impidiéndome de hablar. Iba a empezar a rechistar cuando noté que algo no iba bien.

De repente dejó de caminar, también, algo más que había escuchado hizo frenar su voz. Señaló unos arbustos cercanos y nos hizo señales para que nos escondiéramos allí. Iba a negarme, pero él mismo me agarró por los hombros y me llevó consigo. Caí de lleno en uno de los arbustos.

Los arbustos tienen espinas.

Maldigo entre dientes, incómoda por la posición en la que estoy. Megan y Connor se habían refugiado en otro arbusto, y expectantes aguardaban a la supuesta persona que Connor había escuchado. Fue entonces que me percaté de algo, mirando hacia ellos: los arbustos tenían unas flores un tanto peculiares, se me hacían familiares. No me puedo acordar de su nombre... ah sí. Azaleas. Sí, yo las vi por primera vez en...

Aguanta.

...

Maldita sea, azaleas. Soy estúpidamente alérgica a esas flores.

Entrando en pánico, me giro hacia mi arbusto, con esperanza a que el mío no tuviera esas flores también, pero ahí estaban, delante de mis narices. Mierda. Esto no puede estar pasando. No podré contener un estornudo.

No estornudes, no estornudes, no estornudes.

Y de pronto, como si el mismísimo diablo hubiera escuchado mis súplicas, estornudo. Estornudo tan fuerte que creo que incluso se escuchó ahí por Canadá. Megan y Connor me miran alarmados, ambos me hacen gestos para que me contenga.

Oigo pasos, son los pies de alguien pisando la hierba del bosque. Distingo una figura entre los árboles. Rayos, Connor tenía razón. Tapo mi boca y nariz con mis manos y trato de respirar lo menos posible.

—¿Ross? ¿Eres tú?

Silencio.

—Ross, me siento desolado. —dijo una voz llorosa.

Silencio de nuevo.

—¿Ross? ¿Estás ahí?

El cuerpo se tira de rodillas al suelo, desde esa posición un rayo de luz de la luna cubre su rostro. El rostro de Hunter.

—Ross, no lo soporto más. Tienes que terminar con esto. No sé por cuanto tiempo más podré.

Lágrimas brotan de sus ojos. Miro a mis dos amigos, no sabemos qué hacer.

—Ross...por favor...no sé si consigo... Ross... —gime Hunter.

Solloza durante unos largos minutos, hasta que el chico cae al suelo, inconsciente. Salgo inmediatamente de mi escondite.

—¿Qué le ocurre? ¿Respira? —chilla Megan, aterrorizada, saliendo de su arbusto a toda velocidad al igual que yo.

Me agacho sobre el cuerpo del chico, Connor se agacha a mi lado. Hace cosa de poco tiempo había inscrito en un curso gratuito online de enfermería y primeros socorros, pero mi conocimiento en enfermería no sería suficiente para curar una herida grande. ¿Estaría herido? Lo primero tenía que revisar si respiraba. Enfoqué mis ojos en su abdomen y logré comprobar que subía y bajaba, por muy débil que fuera su respiración.

—Solo está inconsciente. Respira. —declaré.

Escucho a Megan suspirar de alivio. Procedo entonces a examinar su cuerpo, localizo una herida profunda en su pierna derecha, sangre brota salvajemente de la ella.

—Mierda. Está herido en la pierna.

Connor acerca su cara a la del chico y la examina unos segundos.

—Alcohol.

—¿Qué? —dijimos a coro Megan y yo.

—Ha estado bebiendo recientemente. Huele intensamente a alcohol, estaba muy borracho.

Medito unos segundos sus palabras, pero luego me foco en lo realmente importante: teníamos a un adolescente incosciente y herido y tirado en el medio del bosque y eran casi las once en punto.

Entendí que tenía que estancar la sangre o provocaría una hemorragia. Llevé las manos a mis bolsillos procurando algo, cualquier cosa que sirviera. Tan solo encontré la barrita de coco que me había regalado Cody. Saqué la barrita de dentro y la tiré, cogí el papel del envoltorio y lo presioné fuertemente contra la herida del chico. El plástico detenía la sangre, pero sabía en pocos minutos dejaría de ser suficiente.

—¿Qué haremos con él?

—Tenemos que llamar a los monitores, está perdiendo sangre. —propongo en desespero.

—No. —se niega Connor. Su ronca voz resuena en el bosque—. Ni de broma. No podemos meter a los monitores en esto. «Verán, es una historia hilariante: decidimos dar un paseo sobre las once de la noche por el bosque, solos, para tomar el aire ya saben, y de repente nos lo encontramos a él tirado en el suelo. ¡Ah! Y se está desangrando. ¿No es fantástico?» ¿Qué esperas de su reacción?

Aunque me costase admitirlo, tenía razón: no podíamos simplesmente ir allí y entregarles a un adolescente en ese estado. Tenía que haber otra salida. Megan chasqueó con la lengua. Eso venido de ella solo significaba una cosa: salvación.

—Esperen, tengo una idea.

—Suelta —pido.

—Conozco a una cierta persona... Ella nos servirá de ayuda. Vamos, ayúdenme a levantar el cuerpo.

Megan levanta al chico por su costado, Connor coloca uno de sus brazos alrededor de su hombro, yo hago con el otro. Megan se tiene que separar de nosotros porque irá a alertar al resto del grupo.

—Buscad a una chica de pelo rubio y trenzado y decidle que os mandé yo.

—¿Pero hacia qué dirección? —pregunto, confusa.

—Hacia la cabaña tres, Audrey. Hacia la cabaña de los Jota.

• ───────── ❃ ───────── •

Nota de la autora:

Hooola nenass
y neness 💕

Weeno un capítulo un tanto random jsjs. Espero que nadie se haya perdido ya XD

Quería agradecer a todos esos que siguen leyendo la novela, sois increíbles, os tengo a todos guardaditos en mi kokoro<3

Sin más que decir...

Gracias por leerme,
nos leeremos próximamente,
mucho ánimo!❤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro