5. ¡Mucha mierda!
—Enserio gracias por venir —Thomas pasó su brazo por mis hombros.
—Deja de agradecer, Tomi. Me muero por verte en acción —le di palmadas en su pecho.
Entramos al lugar, el cual mantenía un ambiente tenue, exceptuando el escenario que se encontraba en el fondo de la cafetería. En este momento había un chico recitando un monologo. Parecía nervioso y en ocasiones entrecerraba los ojos por la luz que deslumbraba su rostro.
Thomas saludó a uno de los chicos que trabajan en la barra. Ordenamos café, simplemente para aguantar la mañana. Él me prometió que comeríamos después de ver su actuación.
Nos sentamos en una de las pequeñas mesas, literalmente pequeñas, apenas si cabían las tazas de café.
—Estoy nervioso — mi amigo agitó sus manos.
—Lo harán fabuloso. Serás un vagabundo increíble.
Thomas me pidió que viniera a verlo actuar por primera vez, aunque desde un inicio me dijo que era una interpretación de menos de tres minutos, estaba emocionada por verlo allí en el escenario.
—¿Por qué nos les dijiste a los demás que vinieran? —pregunte.
Él hizo una mueca —Porque tú eres la única que no se reirá de mi después de esto.
—¿Qué?
Me parecía extraño que Thomas pensara eso de sus amigos de toda la vida. Desde que los conozco se han apoyado en todo, absolutamente en todo.
—No me malinterpretes. Los amo ¿sí? —mezcló la azúcar agregada a su café —. Es solo que no estoy listo para sus bromas. Ya sabes como son.
En eso tiene razón. Suelen hacer bromas sobre todo lo que hagan. Una vez Mia se cayó de un bote cuando se fue de vacaciones con ellos y llegó a mi casa llorando por las burlas que ese accidente había generado. Pero después la escuche hacer bromas sobre el cabello de Erika y el terrible trabajo que hizo la estilista.
Son amigos, y esa es su manera de divertirse. Pero entiendo que Thomas no quiera hablarles de esto a ellos. Esto realmente le importa y si sus amigos se burlan de esto, aunque se trate de bromas amistosas, destruirá su confianza e incluso su amor al teatro.
—Si hablaras con ellos de lo importante que es esto para ti, te aseguro que estarían aquí emocionados por cada palabra que digas encima de ese escenario.
—Todo a su tiempo, JJ —soltó un suspiro y sonrió.
—Primera llamada —habló una chica a través del micrófono y Thomas bebió rápidamente todo el contenido de la taza.
—Deséame suerte —se levantó de la silla y besó mi cabeza.
—¡Mucha mierda! —alce la voz para asegurarme que Thomas me escuchara, ya iba a medio camino rumbo al escenario.
Las personas a mi alrededor gritaron las mismas palabras que yo hacía Thomas. Reí junto con ellos.
Thomas tuvo que hacer una parada repentina, un chico que acaba de entrar al lugar llamó su atención. Se dieron un abrazo fugaz, mi amigo señaló a la mesa donde me encontraba y siguió su camino.
Mire confundida la escena y más porque no lograba ver al chico por una de las columnas del lugar que tapaban mi vista. Cuando mis ojos lograron identificar al chico, juro que podía escuchar las palpitaciones de mi corazón.
Era Carter y sonrió al verme.
Los nervios se hicieron presentes en mi cuerpo, mi pierna derecha se movía sin parar y mis manos sudaban.
—Jane.
Pronunció mi nombre con voz suave, melodiosa para mis oídos. Sentí un cosquilleo en el pecho cuando él tomó asiento a mi lado. Su calor y aroma impactaron en mi cuerpo, haciéndome sentir como si estuviese borracha. Hacia una semana que lo había visto por primera y última vez, y con esa sola vez basto para que pensara en él la mayor parte del día, esperando volvérmelo a encontrar y ahora él estaba aquí, frente a mí con una linda sonrisa y sus ojos azules mirándome con una expresión que no lograba descifrar.
— Carter —aquellas letras salieron de mis labios seguidas de un suspiro.
«¿Qué estás haciendo, Jane? Contrólate.»
—No pensé encontrarte aquí. ¿Vienes a ver a Thomas?
Intenté hablar lo más calmada posible —Si, no sabía que también eras amigo de Tomi... Thomas—corregí.
Obvio ya lo sabía. Mia lo había mencionado.
—Hum... si supongo que sí. ¿Cómo has estado?
«No he estado pensando en ti, eso te lo aseguro.»
—Bueno, he sentido mucha envidia de aquellos que se van de vacaciones —sonreí.
—¡oh, dios si! es una tortura estar aquí donde nada bueno pasa.
—¿Verdad? —pregunte entre risas.
—Hace mucho tiempo que no me voy de vacaciones —paró de reír y su mirada cambio, como si estuviera divagando en sus memorias.
—Yo nunca he conocido el mar.
—¿Enserio? —el brillo a sus ojos regresó.
—Lo juro. Nunca he salido de esta ciudad.
—Me sorprende que Mia no te invitara a su casa en la playa, ¿no son mejores amigas?
—¡¿Mia tiene una casa en la playa?!
—Ups... —apretó sus labios.
Diez años de amistad con Mia y nunca mencionó que tenía una casa en la playa.
—Segunda llamada —volvió a comunicar la chica.
—Me siento traicionada —dramatice.
Carter pareció no entender mi juego, ya que se puso nervioso —Oye... probablemente piensa llevarte en un día especial. No termines su amistad por esto que acabo de decirte. No era mi... —lo interrumpí.
—Tranquilo, Carter —se me escapo una risa —. Estaba jugando. Yo tengo una casa en Nueva York y no planeaba llevarla.
Mi comentario pareció no tener claro el sarcasmo que pretendía. Carter se mostró aún más confundido.
Esta vez sí solté una carcajada —Mira. Si vamos a seguir cruzándonos, creo que es un buen momento para advertirte acerca de mis comentarios.
—¿Sarcásticos? —pareció algo preocupado por eso.
—Si, a veces ni yo misma entiendo. Pero con el tiempo te acostumbraras.
—Estoy emocionado por eso —su sonrisa regresó.
Sentí un cosquillas en absolutamente todo el cuerpo.
Carter estaba alborotado demasiado a mis emociones. Probablemente la atracción hacia él era muy fuerte. Jamás me había interesado por una persona tan rápidamente, pero con Carter era diferente. Seguramente sus ojos y sonrisa tenían algo que ver en todo este alboroto de hormonas. Él era literalmente mi chico ideal físicamente.
No quiero una relación, definitivamente no. Cristian aún vaga por mi mente. No puedo estar con alguien nuevo si no sano primero mi corazón.
—¿Y cuándo será nuestra próxima escapada? —preguntó.
Mi memoria me llevó a aquella noche de gomitas, baile, la sudadera azul y el lugar favorito de Carter. Realmente quiero repetir eso. Pero conozco a mi corazón, sé lo que pasara si acepto otra salida.
—Hum... no lo sé, tengo tantas cosas que hacer. Trabajare hasta que entre a la universidad.
La chica anuncio la tercera llamada. Salvándome de la pregunta de Carter.
Bajaron el brillo de las luces. Concentre mi vista en el escenario. Sentía como Carter me miraba de reojo, ¿abra notado las excusas?, espero que no. Lo que menos quiero es ser grosera con él.
Los actores aparecieron en el escenario. Debo admitir que nunca en mi vida había presenciado una obra de teatro. Esta presentación representaba una de las historias urbanas de la ciudad, una mujer que hizo un pacto por el diablo y ahora sufría algún tipo de locura. Esperaba impaciente a la aparición del vagabundo. Cuando al fin apareció mi amigo, solté un grito y di un aplauso, las personas a mi alrededor me miraron serias, sin entender que me pasaba, menos Carter que se rio y aplaudió al ver a Tomi.
El vagabundo intentaba ayudar a la mujer, pero esta se alteró y las voces en su cabeza ocasionaron la muerte del vagabundo. Tomi actuó maravillosamente, casi me creo que murió en realidad.
La obra finalizo con la mujer siendo arrollada por un auto y al fin siendo libre de su locura, pero se fue directo al infierno.
Todos aplaudimos. Solté un grito en el momento en que Tomi se inclinó como agradecimiento.
—Espero que Thomas continúe con esto —habló Carter a mi lado.
—Si, se veía tan cómodo en el escenario.
Ambos esperamos a Tomi. No tardó demasiado en llegar hacia nosotros, aun se limpiaba el rostro con una toallita el rastro de pintura negra.
—Amigos míos, he vuelto.
—¿Pero a quien veo? ¡El famoso Thomas Caballero! —hable.
—¿Te gustaría un autógrafo, preciosa? —pellizco levemente mi mentón.
—No —dije sonriendo.
Carter soltó una carcajada y negó con la cabeza.
—Me estoy muriendo de hambre. ¿Ya nos vamos? — hice un puchero hacia Tomi.
—Vámonos.
Di la vuelta para caminar hacia la salida de la cafetería. Regrese la vista hacia atrás para encontrarme con Tomi con el brazo encima de los hombros de Carter. Tiene el mal hábito de recargar su delgado y altísimo cuerpo sobre los demás.
Al salir del lugar, sentí el aire fresco que mi cuerpo suplicaba desde hace rato. No caminamos demasiado para llegar a la cafetería. Está a comparación de la otra es que si tenía la luz suficiente.
Pedimos la comida y esperamos mientras platicamos a cerca de la obra. A Tomi le brillaban los ojos cada vez que hablaba o nos escuchaba decir lo mucho que nos gustó.
—¿Entonces ya no estudiaras medicina? —pregunte.
El plan de Thomas siempre ha sido estudiar medicina como su madre. Aprobó el examen universitario con una nota alta, ya está dentro de la carrera de medicina. Pero presiento que la dejara para seguir con su sueño en el escenario.
—No —lo mire confundida —. Seguiré. Se que puedo hacer las dos sin problemas.
—¿Estás seguro, Thomas? —preguntó Carter —. Medicina ocupara la mayor parte de tu tiempo.
—Cambiemos de tema ¿sí? —nos sonrió para despistar que era un asunto que aún no solucionaba.
Nos trajeron la comida. Comimos en silencio, no del incomodo. Disfrute los sándwiches dorados y la malteada de fresa.
—¿Entonces aún estás loco por Mia? —pregunto Carter una vez que terminamos de comer.
«¿Qué?»
Abrí los ojos por la sorpresa y mi mandíbula cayó por la impresión.
«¡¿Qué Tomi qué?!»
—¡Carter! —exclamó Thomas.
—¿Qué? —habló confundido.
—¡¿Te gusta Mia?! —una sonrisa se dibujó en mi rostro.
—Ups... —dijo Carter por segunda vez en el día.
—Me gustaba —corrigió en un tono de irritación.
Me encanta Carter, gracias a él descubrí que mi mejor amiga tiene una casa en la playa secreta y que Thomas tenía un flechazo por Mia.
—Me enterado de mucho el día de hoy —después de eso solté una risas continuas al ver el rostro serio de Tomi. Mirando a Carter como si planeara estrangularlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro