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Capítulo 2 - Final


Ana POV

Llegamos al aeropuerto de madrugada para evitar las miradas de los curiosos Robert nos envió su avión privado, me contó que había discutido con Grey por el transporte. Robert me comento que él fue directo diciéndole a Cristian que había perdido el derecho a tomar decisiones que nos afecten, aunque sean en nuestro beneficio.

Tomo a Raymond entre mis brazos y mi ahora seguridad personal Belinda toma en los suyos a Grace, ambos se durmieron a pocos minutos de haber salido del aeropuerto. En el área privada donde aterrizamos ya nos esperan cuatro camionetas, según me explico Belinda dos son señuelos y en las otras dos iremos nosotros y nuestra escolta. No se me pasa desapercibido, el Audi R8 negro aparcado fuera de la pista, es él. ¿Por qué no se acera a sus hijos? Si no los quiere ¿por qué insiste en apoyarnos con la seguridad? Me detengo mirando hacia el auto, demostrando una clara postura de reconocimiento, trato de caminar hacia el auto, sin embargo, Robert me detiene.

-Ana, no lo hagas. No está preparado para enfrentarte y tú tampoco lo estás. Déjalo que se haga a la idea que les tiene cerca. Carrick y Grace lo han presionado mucho –Miro hacia el auto decepcionada. Nunca me amo realmente.

-Bien –Asiento en silencio con la cabeza, me dejo guiar hasta el auto. Tomo a mis hijos entre mis brazos, ellos son los que brindan fortaleza. Me recuesto con ellos en el asiento, guardo silencio todo el camino. Al llegar me encuentro con una gran mansión, por suerte Ray y Grace siguen dormidos.

- Los levare a sus habitaciones –Me informa Belinda.

-Gracias Belinda, guíame a la habitación, los niños dormirán conmigo. Este lugar no les es conocido se asustarían. Luego ve a descansar –Ella me sonríe.

Belinda, llego hace más de una semana con nosotros y mis hijos inmediatamente la adoptaron, ella es especialista en seguridad de niños. Cuando ella se ha ido, tomo una ducha rápida, me pongo la ropa de dormir, me acomodo entre mis dos amores, dejo de pensar el Grey alcanzando el sueño.

En un momento a otros mi cama empieza a moverse demasiado y trato de acomodarme, pero la humedad en mis mejillas me espabila.

-¡MAMI! ¡MAMI! ¡MAMI! Despierta –Los besos de mis hijos me terminan de levantar.

-Es temprano niños – Les digo cerrando los ojos hay mucha luz aquí.

-No, mami has dormido mucho –Me dice Ray haciendo un puchero.

-Sí, mami. Estamos en un palacio. Belinda ya nos llevó a desayunar – Me dice mi pequeña princesa.

-Tenemos un inmenso patio, el abuelo Bob dice que tenemos juegos para usar –Les sonrío.

-Bien me han ganado. Mamá tomará una ducha luego comeré algo y luego jugaremos todo lo que quieran – Ellos me sonríen.

-Mami, el abuelo nos mostró nuestras habitaciones. ¿Vamos a quedarnos aquí? –Mi Graci me mira con ojitos tristes.

-¿Por qué lo preguntas cariño? –La miro con amor.

-Porque en nuestra casa las cosas que hay en esa habitación no alcanzaran en mi cuarto –Se le salen unas lágrimas.

-No sé ¿cuánto tiempo estaremos aquí, Grace? Arreglaremos eso cuando sea el momento. ¿Sí? –Ellos me abrazan y salen corriendo de la habitación.

Busco entre mi equipaje ropa ligera, es verano por lo que el clima está un poco caliente. Me tomo una ducha a velocidad luz y me arreglo nada formal.

Al salir, veo a Robert caminando como león enjaulado y eso me pone alerta.

-Ana, Buen día –Robert me da un abrazo, yo se lo devuelvo.

-¿Qué está pasando? Recuerda que la condición de volver aquí es que no me ocultaran nada –Me separo de él y le miro a los ojos, unos muy parecidos a los míos.

-Quería hablarlo después de que desayunaras –Lo miro.

-Bueno, estamos hablando. ¿Qué está pasando? –Él suspira.

-Los Grey quieren verlos, incluyéndote. Sabes que Carrick es abogado, está muy emocionado por conocer a sus nietos, Anastasia. Si les negamos ese derecho a los niños y a ellos, no creo que Carrick sea amable como lo ha sido hasta ahora –Eso me suena a amenaza.

-¿Me están amenazando, Robert? –Él me mira con ojos de asombro.

-No, Ana. Solo digo que hasta ahora los tienes de tu parte. Y siendo honestos, Cristian nunca le dijo la razón de su ruptura, ni de la existencia de los niños, así que no los puedes culpar de nada, además los niños tienen el derecho saber y conocer a la familia de su padre e inclusive si Cristian no los quiere cerca, están en su derecho de conocerlo –Mis lágrimas se dejan ver. Me dolería que los desprecie. Mis hijos es el regalo más hermoso que Cristian me pudo dar. Ellos son la razón de mi existencia.

-¿Cuándo quieren venir? –Sollozo.

-No, no llores. Hasta ahora has sido una mujer dura. Sigue siéndolo. Ellos quieren venir hoy –Suspiro, solo tenemos unas horas de haber llegado y ya somos asediados por la familia Grey, no obstante, el que más me importa no está ni emocionado.

-Diles que mañana después del mediodía. Raymond y Grace no saben que tienen más familia, nunca les hable de ellos. No quiero confundirlos, al menos quiero tener el día de hoy y mañana en la mañana para que lo asimilen –Robert sonríe satisfecho.

-Bien, hablaré con Carrick, ahora ve a desayunar –Robert me acompaña a al comedor donde ya está mi desayuno, por la ventana veo a Belinda cuidar de los niños. Mientras ingiero mis alimentos, en mi mente voy haciéndome la idea de cómo les voy a contar a mis hijos que tienen más familia que yo.

Durante todo el día le dedico tiempo a mis hijos, por la noche hablare con Arelys, así me ponga al tanto de todo. Por la tarde me anuncian que alguien pregunta por mí. Dejo a los niños al cuidado de Prescott para así recibir al visitante, mi corazón se acelera imaginando que es Cristian, que ha venido a vernos. Mi corazón cae en picado cuando llego al salón y me doy cuenta de que no es él.

-Lo siento, Ana –Mi amigo se conmueve al ver mi cara de decepción.

-No, te disculpes Sawyer. No debí ilusionarme, sin embargo, es un gusto verte de nuevo, amigo –Le doy un abrazo, Sawyer fue un apoyo durante un tiempo después de que Cristian me echara.

-Bueno creo que la confianza la tendremos que hacer a un lado. Mi visita no es social, sino laboral. El señor Grey me ha enviado como parte de tu seguridad y la de los niños, señorita Steele –Mi ira sube a velocidad crucero y estallo.

-¡ME IMPORTA UNA MIERDA! ¿Qué se cree? Ya tengo suficiente seguridad, estamos como prisioneros en esta casa. Porque una loca nos quiere hacer daño. Porque tu jefe nunca pudo tener su bragueta cerrada. No es tu culpa Luke. Puedes regresar a la torre de marfil de tu jefe –Trato de irme. Luke me tomo del codo para detenerme.

-Fuimos Taylor y yo quienes le sugerimos ser parte de su seguridad, Ana. Él estaba indeciso de hacerlo, se esperaba tu reacción; así que acepto. Ana, no quiero justificar lo que les hizo. Sin embargo, él no es el mismo. Creo que de verdad se siente culpable de todo y no la pasa nada bien –Ese es el Sawyer que conozco, siempre leal.

-No me importa como la esté pasando, Luke. Hoy en la madrugada estuvo ahí, supo que lo vi y no salió a recibirnos. Yo no importo Luke, son nuestros hijos. Ve y dile que aquí estoy segura y que Robert se ha hecho cargo de nuestra seguridad –Le sonrío tratando de no llorar.

Por la noche cenamos todos incluso le pedí a Belinda que lo hiciera con nosotros, a regañadientes lo hizo. Por la noche, me senté con los niños, antes de todo les pedí disculpas por ocultárselo. Les conté de la señora que habían visto en el hotel les dije que era su abuela y las otras sus tías; también les conté que tenían otro abuelo que era el papá de su padre. Ellos nunca me habían preguntado nada de Cristian o de los otros miembros de la familia Grey y les sorprendió saber que tenían un papá. Raymond se molestó porque nunca ha estado con nosotros, les expliqué o al menos traté de hacerlo, les dije que ninguno de los dos estaba preparado para ser papas por lo que su padre tenía miedo y yo decidí tenerlos sola.

-Mami, ¿papi nos quiere? –A mi princesa le brillaban los ojos.

-¿Por qué no ha venido, mami? –Ray pregunta enojado.

-Si los ama mucho y no ha venido porque trabaja mucho y vive un poco lejos de aquí. Mañana vendrán sus abuelos y tíos –Ellos se miran entre sí, asienten y se acuestan en la cama.

Suspiro, no puedo excusar a Cristian toda la vida. Deambulo por la casa, miro por la ventana hacia la verja de entrada. El Audi negro está ahí. Salgo decidida a enfrentarlo, camino por el jardín descalza, las piedrecillas lastiman mis pies, ignoro el dolor.

-Señorita Ana. ¿Qué hace? –El celador se preocupa.

-Albert, ¿Ese es tu nombre verdad? –El hombre asiente.

-Abre la puerta –El al verme enojada la abre.

Camino en dirección a la ventana trasera, golpeo el vidrio, aunque es incensario porque sé que sabe que soy yo.

-¡ABRE, MALDITO SEAS GREY! DEJA DE ESCONDERTE –Sigo golpeando el vidrio. Retrocedo cuando escucho que la puerta se abre. Y si ahí sale imponente como siempre y tan guapo como la primera vez que lo vi. No me mira, mira al suelo.

-Di algo -Sigo mirando su rostro.

-Lo siento. Lo siento mucho –Su disculpa me sabe a nada. Giro para regresar a casa.

-Yo también lo siento. Nunca debí creer en ti –Me marcho, sin embargo, Cristian me abraza por mí espalda, me suelto de su agarre y camino hacia la casa.

En la habitación voy de camino a la ducha a lávame los pies, en el suelo me deslizo por la pared y suelto todo el dolor que llevo acumulado. No sé cuánto tiempo llevo sentada en el suelo, me levanto lavo mi cara y me acuesto con mis hijos a cada lado como siempre lo hago cuando las fuerzas me fallan.

Hoy es un día de locos, mis hijos amanecen muy enérgicos y contentos hoy mis hijos conocerán al resto de su familia y yo no me siento en condiciones de enfrentarlos, no quiero que me vean con lástima.

-Ana debes enfrentarlos. No te escondas –Robert me mira reprobatoriamente.

-No quiero que me vean con lástima, no quiero que hagan preguntas las cuales no puedo responder. Ayer lo vi, lo enfrenté, Robert –

-Lo supe, Albert me lo informo. ¿Hablaron? –Respiro hondo, estoy como Magdalena.

-No, solo dijo que lo sentía –Él niega con la cabeza.

-Te dejo, Anastasia debo atender unos pendientes en la empresa. Disfruta de estar con tus amigas- Él me besa en la cabeza y se marcha.

Dejo a mis hijos al cuidado de la nana y su seguridad en manos de Belinda. Paso hablando con Arelys, las ventas han subido, ahora socia me informa de las reuniones que ha tenido con algunos nuevos y posibles clientes. Coordino con ella que en quince días tendré diseñada la próxima colección. También me cuenta que una extraña mujer estuvo visitando las tiendas y haciendo preguntas de mí y de los niños.

-Envíame por favor los videos de seguridad. Me hago una idea de quién es. Tengan cuidado s una persona peligrosa. Llamen a la policía si sienten que están en peligro, por favor – Maldita mujer. Cuelgo la llamada quedando con Arelys el envío de los videos.

-Señorita Ana. La familia Grey ha llegado –La voz del ama de llaves me saca de los pensamientos y en automático miro mi reloj. Son las doce, han venido antes de lo esperado.

-Hazlos pasar e invítalos a almorzar yo iré por los niños –La mujer sale del estudio a hacer lo que le pedí.

Camino en dirección al patio trasero, no obstante, mis intenciones se ven frustradas cuando paso por el salón y veo a mis hijos en los brazos de sus abuelos. Me detengo apreciando la escena. Grace tiene a Raymond y Carrick a Grace. Mia y Kate son abrazadas por Elliot quienes están reteniendo sus lágrimas.

-¡ANA! –Grita Kate, quien sale corriendo hacia mí al verme. Ella me abraza y yo me quedo rígida, por la muestra de cariño. Mia y Elliot se suman a ellas.

-Lo sentimos, Ana. Mi hermano es un tonto –Elliot me separa de los brazos de Kate y su hermana. Yo he perdido la voz, siento que, si digo algo, el muro que levante hoy se vendrá abajo.

-¡Mami! ¡Mami! Mira estos son los abuelos Grey –Mis hijos me jalan de las manos en dirección a Grace y a Carrick.

-Hija, es bueno verte –Ambos me abrazan y los muros se vienen al suelo y comienzo a llorar.

-No me voy a disculpar por mi hijo, Ana. Pero sé que él los ama. A ti y a los niños. Solo que mi hijo a veces es un niño asustado que le tiene miedo a lo que no puede controlar –Carrick habla mientras me abraza.

Cristian POV

Ver a Anastasia bajar del avión con mis hijos, fue un duro golpe. Tenía que reconocer pese que venían dormidos los reconocí, Ana y yo creamos hijos hermosos y saludables. Ana por su lado estaba más hermosa que nunca, vestía ropa sencilla, eso no me impidió notar que su masa corporal había aumentado, gracias a mis hijos; más caderas, sus pechos había incrementado su volumen y un culo de infarto. Me imagino a Ana cabalgándome, sus pechos subiendo y bajando. ¡Mierda! Ya estoy duro. Ella nota la presencia de mi auto, va a caminar en nuestra dirección, sin embargo, es detenida. En su mirada puedo ver dolor.

Siempre la hago sufrir por mis inseguridades, quedo palpable el día de ayer cuando me enfrentó, me dolió que me dijera que se arrepentía el haber creído en mí, me tomo otro trago de whiskey. Espero que mi familia los amen como se lo merecen, yo los amo, no obstante, mi vergüenza y mi culpa me embargan. Hay momentos que estoy a punto de marcarle a su número, me detengo. ¿Qué le voy a decir? Si me tiene molesto el que no aceptara a Sawyer como su seguridad, Taylor y Welch han investigado a Belinda Prescott, me confirman que es una excelente profesional en su ramo, sobre todo tiene una especialidad en sicología infantil y que es por ello por lo que Robert la contrato.

Hablé con mi padre para que convenza a Anastasia de aceptar a Sawyer, él la conoce bien hasta sé que se tratan como amigos, no siento celos de él, Sawyer me confesó que la ve como una hermana. Mi madre me insistió que fuera y que tratara de arreglar las cosas con Ana. Mi madre no se imagina cuanto deseo corregir mis errores. Pero no quiero acercarme a Ana hasta no saber qué es lo que está tramando Elena, sé por Welch que salió del país y ha estado saltando de un país a otro y lo peor es que le ha perdido la pista.

-Señor Grey, el señor lamber ha llegado. ¿Lo hago pasar? -Miro a Andrea, me pregunta nerviosa. En estos últimos días ha visto lo peor de mí.

-Si, por favor hazlo pasar -Me giro para tomar asiento. Miro la foto que de Ana y los niños que mande a sacar con un drone, se ven tan felices.

-No quiero imaginar como obtuviste esa fotografía -El hijo de puta se ríe en mi cara.

-¿Qué es tan gracioso? Hay una loca obsesionada conmigo que desea hacerle daño a tu hija y nietos y tú te burlas de mi -No lo miro, lo que hago es ver la foto de los seres que más he amado.

-Me causa gracia el que pensaras que Ana te la pondría fácil. Mi hija te ama, Grey. Pero no es una mujer fácil, primero te hará sufrir, aunque en el camino ella también está sufriendo. Ahora dime ¿A qué he venido, Grey? -Él me mira desconfiado.

-Debemos de hablar de la seguridad de Anastasia y los niños. Teníamos a Elena vigilada, salió del país y estuvo saltando de país en país, le hemos perdido la pista. Debes de poner sobre aviso a tu personal, investígalos a cada uno. La familia de Elena tiene mucho dinero, así que tiene recursos para comprar lealtad – Él me mira pensativo.

-Creí que tu personal es más eficiente, me equivoqué -Se levanta de la silla para marcharse.

-Por favor, convéncela de que acepte a Sawyer. Él es muy capaz y se conocen. Sé que no tengo derecho a pedir y mucho menos exigir nada. Pero no puedo dejar de preocuparme. Elena está acostumbrada a obtener lo que quiere y cuando no logra obtenerlo, hace mucho daño. Ella no logro tenerme, para hacerme pagar ese hecho la emprenderá con ellos -Él sopesa lo que le digo.

-Hablaré con ella, sin embargo, toma en cuenta que no puedo tomar decisiones por Anastasia. Y considero que seas tu quien hable con ella. Arregla este asunto Grey, soy consciente que se aman. Afróntalo, eres padre, te has perdido seis años de estar con tus hijos. Anastasia es una mujer joven con un futuro y muy hermosa; cualquier hombre puede cortejarla y ganarse su amor -Se levanta dejándome en una profunda miseria.

Ya me ha rechazado, eso es mi culpa. No puedo permitir que Lambert crie a mis hijos o cualquier otro. ¿Qué tan dispuesto estoy en que otro hombre le haga el amor a Ana? Recuerdo cuando la hacía mía, es tan apasionada al entregarse a mí, que solo de imaginarla en los brazos de otro me revuelve le estómago.

-Señor tenemos noticias de Elena Lincoln – Welch entra sin avisar.

-¿Dónde está? -Pregunto preocupado.

-Ha estado visitando las tiendas de la señorita Steele y preguntando por ella -Welch me muestra su Tablet con los videos de vigilancia, diferentes días diferentes horas. Falta poco para que alguien suelte la lengua y le confirmen que está de vuelta -Eso me pone alerta.

-Redobla la seguridad en la casa de Lambert, que sean discretos. Dile, Andrea que llame a Ross y que me comunique a Lambert -Le escribo a Elliot, me confirma que aún están en la mansión Lambert. Segundos después aparece Ross.

-¿Qué es tan urgente Grey? -Viene molesta.

-¿Recuerdas que te pedí comprar las acciones de las empresas Lincoln? –

-Si el cincuenta y cinco por ciento de acciones. Liquídalas, a un valor inferior -Ella me mira con asombro, estoy seguro de que los padres de Elena la están apoyando por lo que tengo que quitarles toda fuente de generación de ingresos -

-Bien lo haré, Antes te informo que esto lo hago bajo protesta, no me agrada la idea de destruir esta empresa que lleva tres generaciones – Me recuerda Ross.

-Con tiempo te explico lo que está pasando –Le digo a Ross.

-No, no, Grey. Si voy a mandar a alguien a la quiebra debo saber las razones –Ross se para frente a la puerta impidiéndome la salida.

-Sabes que despedimos a Elena –La miro.

-Si se te había hecho tarde –Me mira esperando más información. Suspiro.

-Bueno, resulta que soy padre de mellizos. Ana es su madre. No sé cómo putas Elena se enteró, ella ha ido tras Ana y mis hijos. Ha estado en las cuatro tiendas de Ana y ha hecho preguntas extrañas. Tenemos los videos. Linch y su mujer tienen una fortuna bastante grande que viene de sus empresas y sus presas quiebran ya no tendrán dinero para hacerle daño a nadie –Miro a Ross.

-¿Ellos están amenazando a Ana y a los niños? Ahora entiendes que es la única manera de detenerlos. Los padres de Elena siempre la complacen. Ellos tenían fe de que me casara con su hija y así incrementar su patrimonio –Ella analiza mis palabras.

-Sabes, esa arpía nunca me agradó y sus padres tampoco. Anastasia es un amor y muy talentosa mujer. Así que sí, lo haré y por cierto todavía le queda otras empresas –Yo sonrío.

-Robert Lambert, se ha hecho con más del cincuenta por ciento de esas acciones y otros socios un porcentaje menor, sé que las venderán cuando se liquiden las otras –Ella me ve con desconcierto.

-¿Qué tiene que ver el viejo Lambert en esto? –Espera mi respuesta.

-Nadie lo sabe solo yo lo sé, ni la misma Ana lo sabe. Robert es el padre biológico de Ana –Ella mucho los ojos.

-siempre creí que el viejo Lambert, jugaba en el otro equipo. Mira que me ha sorprendido. Ahora que viendo el color de sus ojos son idénticos. Ana debe parecerse a su madre –Si así es.

-Lo es, es idéntica a su difunta madre. Si lo hubieses visto la primera vez que la vio, casi se desmalla –Sonrío con arrogancia, me dio gusto verlo así.

-Eres malo Grey. Bueno iré a hacer mi trabajo –Ella se marcha, le marco a mi padre para saber ¿cómo va todo?

Después de hablar con mi padre me queda un sabor agridulce en la boca; Anastasia y los niños compartieron con mi familia, eso me emociona, sin embargo, me molesta que siga sin aceptar mi protección. Esta mujer va a hacer que me dé un infarto por su desobediencia. Creo que de verdad voy a tener que visitarla y arreglar esta situación. Paso el resto del día infundiéndome valor, me tomo varios tragos, Gail me prepara la comida, sin embargo, como muy poco, me voy a la cama, debo ir descansado, con fuerzas y toda la tranquilidad del mundo. Sé de antemano que mi mujer no me la pondrá fácil, me tomará de los huevos y hará con ellos papilla; por último, la haré mía le demostraré que sigo siendo un idiota, su idiota y ella mía, mi Ana.

-Señor, todo está listo en el auto –Por primera vez me sudan y me tiemblan las manos.

-Bien, vamos –Los insto a caminar, ellos desde que les informé que iríamos a ver a Ana y a los niños tienen una sonrisa y es una de satisfacción, hoy les daré la satisfacción a Taylor y a Sawyer ver cómo me patean el culo.

Taylor quien conduce nos anuncia en la entrada principal. Luke se voltea a verme y sonríe.

-Debería tomarle una foto, si pudiera verse. Está más pálido y suda. ¿Puedo tomarle una foto cuando la señorita Steele le dé su lección? Es para enmarcarla, le pondría una leyenda "El gran empresario Cristian Grey doblegado por una hermosa mujer" –Ambos ríen a mi costa, no me agrada, pero todo lo que ha dicho Sawyer, aunque sea en broma es cierto. Me merezco todo lo que Anastasia me lance.

Llegamos a la puerta y la ama de llaves ya nos espera.

-La señorita Ana y los niños le esperan en el salón –Le sonrío a la mujer.

-Gracias –Luego le agradezco.

Soy Guido hasta el salón donde escucho risas infantiles y la dulce voz de mi Ana, mi cuerpo se pone rígido y mi corazón se acelera. Estoy muy nervioso. Ya estás aquí Grey, fuiste hombre para embarazarla, ahora se hombre para enfrentarla a ella y a los niños. Llegamos al salón y ahí están las personas que más amo. La ama de llaves desaparece, así como Prescott. Camino lentamente, mis hijos notan mi presencia.

-¡PAPI! –Ray y Grace corren hacia mí. Caigo de rodillas y los enjaulo entre mis brazos, mis ojos se llenan de lágrimas al tenerlos así, ¿cómo pude alejarlos de mí? No los merezco. Los lleno de besos a ambos. Siento una mano en mi hombro, levanto la vista y es Ana quien está a mi lado con sus ojos anegados de lágrimas.

-Lo siento. Lo siento mucho –Le digo a ella.

Ana POV

Los Grey no querían marcharse, Carrick me pidió unos minutos en privado, sabía de antemano que el tema de la conversación iría en relación con Cristian. Me pidió que aceptara a Sawyer como mi seguridad, me negué en rotundo. No quería discutir con Carrick por lo que le dije que si Cristian me quería obligar a aceptar su protección él tendría que venir a pedírmelo, luego de explicárselo entendió mi punto. Por mi parte no quería empañar este momento tan especial para mis hijos.

Kate y Mia me volvieron loca con sus preguntas, mientras Elliot se divertía oyendo mis respuestas. Cuando al fin los Grey se fuero, me dejaron muy claro que no se separarían de mis hijos y que pronto querrán consentirlos. Robert regreso preocupado más no quiso compartir lo que le preocupaba, eso me mantenía alerta. Los niños se están aburriendo en la casa, pronto me pedirán regresar al kínder y conocer la ciudad, me aterra encontrarme a Elena de nuevo y les haga daño.

Por la mañana, el ama de llaves nos informa que tenemos visitas, mi corazón se acelera, el ama de llaves me indica que es el señor Grey ha venido, llevo a los niños al salón a esperarlo.

-¿Cómo es nuestro papi, mami? –Grace pregunta sonrojada, ambos están nerviosos.

-Muy guapo, mi amor. Tanto como tu hermano –Mi hija se sonroja y mi hijo frunce el ceño como su padre.

-Ray, es feo –Ella le saca la lengua a su hermano.

-No, Grace. Tu hermano es una copia de su padre, así que si es muy guapo –Los tres sonreímos. De repente ver a Cristian en un rincón ambirándonos me toma por sorpresa, mis hijos se percatan y corren hacia su padre. Ver a Cristian de rodillas abrazando a nuestros hijos me conmovió mucho, eso no quiere decir que lo haya perdonado por haberme apartado de él cuando debió estar conmigo y protegerme de esa nefata mujer. Yo también tenía miedo, ya había perdido a mi primer bebe y mi novio, debía tener el apoyo de él. Tuve que afrontar todos mis temores sola. Pongo mi mano en su hombro para que se calme o asustará a los niños. Le sonrío y me aparto de ellos para darles privacidad.

-No te vayas, por favor –La voz ronca de Cristian me hace detener mis pasos.

-¿Por qué lloras papi? –La voz quebrada de nuestra hija le da fuerzas a Cristian para detenerse.

-Lloro porque estoy feliz de verlos. Ana, niños quiero pedirles perdón por no estar con ustedes todo este tiempo –Los niños asienten, yo solo guardo silencio.

-Niños, les he traído algo –Toma su móvil y llama a Taylor. Tanto Taylor como Sawyer aparecen con paquetes grandes en cada mano. Yo niego en desaprobación, Grey me brinda una sonrisa que me derrite.

-Grace, Raymond, esto es de ustedes –Le entrega a cada uno un regalo.

-¿Para mami no hay regalo? –Raymond pregunta a su padre mientras abre su regalo.

-Sí, si tengo un regalo para tu madre –Niego con la cabeza a Cristian no quiero nada que venga de él. Todavía estoy molesta con él por ser un idiota.

Los regalos de Cristian me dejan sorprendida, a Ray le dio una drone con su control remoto y una pista de carreras. A Grace le ha dado una casa de muñecas y un set de belleza para niñas. Miro hacia el jardín trasero de la casa, hasta que siento sus brazos alrededor de mi cintura.

-Sé, que no hay palabras que justifiquen lo que hice, no me alcanzará la vida para pedirles perdón. Ana, sé que lo más probable es que me odies y me lo merezco –Cristian besa mi cuello, eso me ablanda un poco. Conozco su estrategia.

-Al menos permite que me encargue de la seguridad de ustedes. El odio de Elena hacia ustedes es por mi culpa –Me besa nuevamente en el cuello.

-Está bien lo acepto -No sé en qué momento acepte su propuesta. Cristian recorre mi vientre con sus dedos luego ahueca esa área y solloza en mi hombro. Eso hace que mi corazón se encoja.

-Debí estar contigo en esos momentos. Dime ¿qué debo hacer para que me perdones? – Me estrecha más fuerte.

-Nada, solo te pido que seas el padre que nuestros hijos necesitan y merecen -Me suelto de su agarre, me alejo de él.

-¿Me perdonas? – El me mira con los ojos del gato con botas.

-Cristian, me echaste de tu vida antes de que te diera la noticia de que seríamos padres. Supongo que lo descubriste por tus medios, me abandonaste dejándome a merced de una loca que está obsesionada contigo, me estuvo acosando y cuando se enteró que estaba embarazada de ti, me amenazó con matarnos sino me alejaba, por lo que me tuve que ir del país, solo con mis ahorros. No la tuve fácil, nadie quería emplear a una mujer embarazada, hasta que se me presentó la oportunidad, luego me enteré de que tendría mellizos. No te odio, porque solo Dios sabe cuánto te ame. Debí aprender a dejar mis sentimientos a un lado para luchar por los niños y por mí. Por favor, no me pidas que haga como que nada ha sucedido -Me limpio las lágrimas para que mis hijos no me vean llorar.

-Te juro, Ana. Que voy a luchar por tu perdón. Soy consciente que tienes razón y no pretendo que borres de un plumazo todo por lo que has pasado -Cristian me toma de las manos. Se hinca frente a mí.

-Aunque no lo creas te amo. Se que no lo merezco, no obstante, estoy dispuesto a luchar por este amor -Taylor le pasa una caja, en ella hay un hermoso brazalete. Voy a replicarle, no obstante, me tapa la boca.

-Dejémoselo al tiempo -Me besa en los labios. Me deja para seguir jugando con nuestros hijos.

*****

Ha pasado un mes desde que los niños conocieron a su padre. Cristian se ha esmerado en recuperar todo el tiempo perdido. Los viene a ver entre semana, cada vez que puede y los fines de semana se los lleva para compartir tiempo con ellos y el resto de la familia.

Kate y Mia han venido a visitarme y a pasar tiempo de chicas mientras mis hijos están con su papá, me insisten que salga, sin embargo, tengo miedo de encontrarme a la loca.

A diario me comunico con Arelys, ella me pone al tanto de lo sucedido en las tiendas, como mi amiga que es me ha repetido que nos extraña, yo también lo hago.

Robert me ha dicho que le deje la empresa a ella, que aquí puedo volver a trabajar en su empresa o simplemente dedicarme a los niños, he valorado porque creo que no volveré, incluso nuestra pequeña casa he considerado dejársela a ella. Amo a mis hijos, pero no nací para ser un florero, mis estudios me costaron mucho, para ahora simplemente quedarme en casa, no. Por la parte de Cristian se ha esforzado en recuperarme, sin asfixiarme, Luke ahora es su mensajero oficial, aunque hay momentos en que lo hace sufrir. En relación con Elena, Robert me ha confirmado que, si fue ella la que estuvo en mis tiendas preguntando por nosotros, ahora le han perdido el rastro.

Días a tras vi las noticias y me sorprendió saber que las empresas de la familia Lincoln está quebrada, según Cristian es una razón para ser cuidadosos, están en la ruina y enojados, tienen muchas conexiones a las cuales les pueden cobrar favores; es por ello por lo que estoy renuente a salir con las chicas, estoy valorando aceptar la propuesta de Robert, en la modalidad de teletrabajo. Necesito ganar dinero para poder obtener nuestra propia casa, no siempre viviremos en este ostentoso lugar que no es nuestro.

Por otro lado, la actitud de Robert que ha tenido los últimos días me preocupa, hay algo que me está ocultando y no sé qué es, tendré que ser yo quien tome el toro por los cuernos o irme y continuar mi vida en otro lugar

Es domingo, la casa esté en silencio debido a que los niños están con Cristian desde el viernes por la noche están con él y los Grey. Me dirijo al comedor a tomar el desayuno, me extraña no encontrarme a Luke rondando a mi alrededor, me siento y tomo el periódico que está en la mesa, al ver la primera página mi respiración de detiene, mi corazón se acelera. En primera página una fotografía de Cristian con los niños, el titular.

"CRISTIAN GEY ES PADRE

"Al parecer el conocido empresario, Cristian Grey es padre y bien guardado se lo tenía. El día de ayer un paparazzi lo captó abordando su yate en compañía de un par de pequeños y el resto de su familia, lo extraño es que al parecer la madre de los pequeños no los acompañaban ya que las mujeres abordo eran su cuñada, hermana y su madre..."

Para esto no estoy preparada, dejo mi comida y procedo a ir en busca de mi bolso y pertenencias. De camino al salón me encuentro con Sawyer.

-Llévame a casa de los Grey –No lo saludo estoy muy molesta, no había tomado en cuenta el tema de la vida tan expuesta que tiene Cristian.

-Lo siento Ana, el señor Grey me pidió que no te dejara salir –Me detengo en seco y lo miro de mala manera.

-¿Y quién es Cristian para impedirme que vaya por mis hijos? –Trato de zafarme de su agarre.

-Él está preocupado por tu seguridad, Ana. Por eso me pidió que no permitiera que salieras. El señor Lambert está tratando de encargarse de parte del problema –Me suelto de su agarre y camino hacia la puerta, sin embargo, Luke me detiene.

-Ana, Cristian no quiere que salgas por esto – El me hace caminar por el jardín a un costado de la casa, miro atreves de la reja y hay una marea de periodistas aparcados frente a la reja.

-En el momento que ese portón se abra no podremos entrar ni salir –Regresamos por el camino hacia la cocina, encontrándonos a dos hombres que comienzan a tomar fotografías y hacerme preguntas, yo me queco en shock. ¿Cómo han logrado ingresar a la propiedad?

-¡AL SUELO! –Sawyer desenfunda un arma que tenía no sé dónde.

-Sólo queremos una entrevista con la madre de los hijos del señor Grey –Dice el hombre con el micrófono mientras el otro sigue con su cámara.

-¡AL SUELO! No voy a volver a repetirlo, han invadido propiedad privada, están atentando con la seguridad de la señorita, así que les puedo disparar sin ningún problema –Los hombres se miran entre sí.

-Seguridad, tengo a dos intrusos, llamen al señor Lambert y al señor Grey –Lo miro asombrada, ¿No llamará a la policía?

-Hay que llamar a la policía, Luke –Le pido.

-No, antes de eso me tendrán que explicar ¿cómo entraron a la propiedad y, sobre todo, ¿Quién les informó que tú estabas aquí? –Los demás chicos nos encuentran, amordazan a los tipos y estos protestan.

-Esto es un secuestro –Indica en camarógrafo.

-No, no lo es. Ustedes ingresaron ilegalmente a esta propiedad con el objetivo de agredir a uno de los habitantes. Estamos en nuestro derecho, las cámaras de seguridad están activadas ahí está la evidencia –Los chicos levantan a los dos hombres y Luke destruye la cámara bajo la mirada de asombro de los dos hombres.

-Vamos, mientras el señor Lambert y el señor Grey vienen –El me ayuda a caminar hacia la casa de regreso.

-Sawyer, quiero estar presente cuando los interroguen –Le informo a Sawyer.

-No creo que sea prudente –Me replica.

-Subo a mi habitación molesta, sé que cuando ellos vengan no me dejarán estar presente –El sonido estridente de un helicóptero interrumpe mi sueño. Me quedé dormida muy rápido. Salgo de mi habitación hacia el patio trasero, miro bajar a Cristian, a Robert y Belinda con los niños. Al verme los niños corren hacia mí. No se me pasa desapercibido las caras de enojo de Robert y Cristian, ellos se dirigen a un área de bodegas que hay en la mansión quiero ir con ellos, sin embargo, soy asediada por mis hijos quienes corren a contarme las aventuras con su papi.

-Mami, mami. Viajamos en barco –Cuenta mi princesa.

-Sí, papi nos dejó guiar el timón a Grace y a mí –Comenta Ray.

La efusividad de mis hijos me regresa al interior de la casa, con Prescott detrás de nosotros.

-¿Tu estas de parte de ellos? En ocultarme lo que está pasando –La miro a la cara, como siempre tan impasible, mira a otro lado sin responder.

-¿Ahora nos llevamos así, Melinda? –Ella me vuelve a ver.

-Los señores me indicaron que hablarían con usted en algún momento. Lo siento, señorita Steele. Me dijeron que mi papel es la seguridad de Grace y Raymond –Lo entiendo, es Robert quien le paga su salario y eso me hace plantearme buscar mi propia casa.

Me distraigo escuchando las aventuras de mis hijos con su padre, en algunos momentos me distraigo con ellos y en otros estoy pendiente de que salgan de ese lugar, Sawyer debe de estar con ellos porque no lo he visto en horas. Cuando escucho las sirenas de la policía le pido a Prescott que lleve a los niños al cuarto de juegos, cuando han desaparecido me dirijo a la puerta de la cocina en dirección al patio y Sawyer me detiene.

-No vayas. Yo me encargaré de declarar ante la policía –Mis hombros bajan, me cansa su sobre protección.

Sawyer, se marcha con los policías y los intrusos, uno de los chicos de seguridad le entrega algo a un policía, para luego marcharse. Me quedo esperando a Cristian y a Robert, minutos después los veo salir de la bodega. La cara de Cristian es de furia y la de Robert es de enojo.

-Los dejo para que hablen –Robert pasa por mi lado.

-Ana, nena. ¿No te lastimaron? –Cristian me mira de pies a cabeza.

-No, solo me sorprendí al verlos, Cristian quier... -Grey me toma de la mano y soy arrastrada hasta el estudio de Robert. Cristian cierra la puerta con seguro, me gira revisándome de pies a cabeza.

-Cristian quiero saber que ...- No me deja terminar de hablar ya que se apodera de mi boca, me da un beso que me calienta el cuerpo, sus manos me recorren, haciendo que mis hormonas se aceleren, seis años de abstinencia sexual me están cobrando la factura.

-Me preocupé al saber que dos extraños entraron. Desconocía sus intenciones, tuve miedo de que Elena enviara a alguien a hacerte daño –Me sube la blusa por la cabeza y me suelta el sujetador que va a caer al suelo. Se apodera de uno de mis pezones, enviando descargas eléctricas a mi sexo. ¡Dios! Había olvidado lo bien que se siente.

-Cristian, debemos. ¡Ah! Eres cruel, Grey –El me mira desde donde esta y me sonríe.

-Déjame amarte, nena – Me dice antes de tomar mi otro pezón., mientras sus manos, se deshacen de mis pantaloncillos cortos. Su mano se cuela entre mis piernas, su dedo corazón juega con mi clítoris y en este punto ya no razono, solo siento, Cristian invade mi sexo con dos de sus dedos y me pone al borde del abismo.

-Dime, nena. ¿Quieres que continue? -Me quejo, porque por más hasta yo misma me sorprendo, quiero que continue.

-Por...por favor no...no te detengas -Mi lengua se mueve sin que pueda controlarla.

Cristian mantiene un movimiento lento y constantes de sus dedos mientras me besa, con su otra mano desabrocha sus pantalones, para luego dejarlos caer, los saca de sus pies sin dejar de mover sus dedos. Dirijo mi vista a su miembro ya erecto, bajo una de mis manos y comienzo a masajearlo.

Cristian aparta mi mano, levanta una de mis piernas para subirla a su cadera, para luego hacerme enredar mis piernas en su cintura. Me penetra de una embestida, nuestros cuerpos comienzan a danzar hasta que alcanzamos nuestra liberación. Unimos nuestras frentes con nuestras respiraciones aceleradas.

-No creas que me has distraído, Grey. Quiero saber ¿qué está pasando? Robert regresa a altas horas de la noche y se va temprano, no quiere que vaya a la empresa y ahora esto. ¿Cómo se han enterado esos periodistas de los niños y de mí? -Le pregunto mientras me visto.

-Ana, por favor deja que nos encarguemos... -Lo detengo.

-Dijiste que querías ganarme nuevamente. Que me oculten lo que está pasando, nos está estancando. Quieres protegernos, haciéndome a un lado considero no es la mejor manera. Eventualmente tendré que defenderme, ¿Cómo quieres que lo haga si no sé contra quien o quienes nos estamos enfrentando? Esos hombre entraron sí que la seguridad lo enterara. ¿Qué hubiese pasado si fuesen delincuentes pagado por Elena? -Mi respiración se acelera, Cristian se viste de nuevo para luego tomarme y llevarme al sillón que esta un costado del escritorio.

-Lo siento, solo queremos protegerlos, Ana. Tu ya has sufrido mucho en tu vida -Cristian recorre mis brazos, alentándolos.

-Esa no es la manera correcta de hacerlo, Cristian. Si he pasado por mucho y sigo aquí –

-Hay hechos que debes saber, no obstante, considero que sea Robert quien te lo diga. Con respecto a los medios, alguien informo a los medios de la existencia de los niños y luego de tu ubicación, también sabían que tu hoy contarías con poca seguridad. Los periodistas se colaron por la parte trasera de la finca. Dice que recibieron una nota con un pequeño mapa donde indicaba por donde podían ingresar a la propiedad y encontrarte. Solo querían una entrevista. Luke reviso todas su pertenencias y a ellos, no portaban ningún arma. Robert demandará al medio y a los periodistas por allanamiento y acoso. Kate está preparando un comunicado de prensa de parte de la familia Grey y Robert está haciendo lo propio. Lo peor de todo es que creemos que los Lincoln y alguien más están detrás de todo. Hay hechos de tu vida, Ana, que han sido fraguados en la oscuridad por alguien. Robert hablara contigo de eso, solo no lo juzgues y dale tiempo solo está tomando valor para contártelo -Con estas últimas palabras, Cristian me deja más confundida.

-¿De qué estás hablando, Grey? ¿Por qué debo de esperar? Dímelo tu -El me besa apasionadamente y eso me molesta, trata de distraerme con sexo nuevamente

-No me corresponde a mi hacerlo, nena. Te beso porque me nace, quisiera pasar más tiempo así contigo. Sin embargo, soy consciente de que todavía dudas de mí. Ana te amo, tu y nuestros hijos son todo para mi – Me dejo abrazar por Cristian. Yo también te amo, más no estoy preparada para decirlo en voz alta.

Los siguientes días pasan tensos, los niños me han pedido regresar al kínder, ya quieren tener nuevos amigos, aquí en Seattle están de vacaciones por lo que tendrán que esperar al nuevo ciclo lectivo. Cristian ha contratado a una institutriz para que los prepare así puedan entrar a la escuela, obvio a una de su elección, la cual tendrá que cumplir con los requisitos mínimos de seguridad. Por otro lado, Robert sigue evitando el tema de los hechos de mi vida que tanto Cristian como él han averiguado. Cristian sigue cerrándose en contarme, inclusive tuve que utilizar sus tácticas para tratar de convencerlo y terminamos teniendo sexo toda la noche, aun así, no pude obtener la información que deseo.

-¡Qué bueno verte a esta hora! -Le digo a Robert cuando nos acabamos de sentar a la mesa a cenar.

-Abuelo, Bob. Te extrañamos -Le dicen los niños emocionados.

-¿Cenarás con nosotros, abuelo? -Le pregunta mi niña, esperando una respuesta positiva.

-Si mis niños, cenare con ustedes, el abuelo ha estado muy ocupado -Robert no me mira ni un solo momento.

-¿Seguirás evitándome? -Hasta ese momento me mira.

-No, Ana. Aunque este alargando el tiempo es momento de que sepas la verdad. Solo espero tengas una mente abierta cuando conozcas eventos que te han rodeado y tu ni enterada estabas -Lo veo apesadumbrado, temeroso, ese no es el Robert Lambert que conocí en la oficina de Cristian.

Robert POV

Tenerte a ti, Anastasia y a los niños en esta casa tan grande me ha dado mucha alegría. No obstante, la vida continúa golpeándonos, Ana. Los desalmados que nos han hecho daño en el pasado han regresado y con más fuerza. El que Carla desapareciera con nuestra hija en su vientre y no me lo dijera fue un hecho orquestado por Amanda Lincoln, que en aquellos tiempos se llamaba Amanda Robinson, la madre de Elena. Ella fue una de mis muchas conquistas en mis tiempos de estudiante, la cual se ilusionó, se creía mi esposa, era controladora y siempre aparecía donde yo me encontraba, aun así, lo soporté por mi ego de macho.

Cuando Carla llego a mi vida toda mi vida de don Juan paso a la historia, fue la única mujer que me amo por el ser humano que soy y no por mi dinero. Todas las mujeres dejaron de existir para mí, incluyendo Amanda, quien no se tomó a bien mi decisión, juró vengarse.

Recién graduado, le pedí a Carla que se mudara conmigo y así lo hizo. Un día debí viajar por negocios, me había prometido que al regreso le pediría a ella que nos cazáramos. Mi familia sabía que vivía con alguien, pero, no la había presentado con mi madre hasta que no nos comprometiéramos. Al Regresar Carla se había marchado, sin dejar una nota, se había llevado solo lo que le pertenecía, la ropa que le había comprado y todo lo demás lo dejo.

Había quedado destrozado, seguía saliendo con mujeres, no obstante, ninguna era mi amada Carla, claro que la había buscado, parecía que la tierra se la había tragado. Me volví un ser amargado y frío. Claro que Amanda continuo su acoso, hasta que apareció Linch Lincoln y se olvidó de mí, al menos eso creía.

Un día leía el periódico y mi mundo se destrozó por completo, mirando uno de los diarios en primera plana aparecía un accidente donde al parecer toda una familia había muerto, al principio no le di importancia a la noticia, al llegar a la página de sucesos, mi corazón se rompió en mil pedazos, las fotos de carla, la de su esposo Raymond Steele y la de su hija Anastasia aparecían como víctimas mortales del accidente; ese día lloré como nunca lo había hecho, toda esperanza de encontrar a mi amada se había ido porque estaba muerta. Según la noticia un auto los sacó del camino, haciéndolos estrellar contra un muro, para luego darse a la fuga.

Viaje a Montesano, donde ocurrió el accidente, quise reclamar lo cuerpos y darles una digna sepultura, no obstante, se me negó ese deseo, no había ningún vínculo o relación entre nosotros, por lo que se me negó. Pagué a un investigador privado para que encontrara al causante del accidente y entregarlo a las autoridades. Al investigador le costó encontrar al chofer del camión, sin embargo, lamentablemente lo encontró muerto y el caso se dio por cerrado.

Nunca me casé, el día que le dije adiós a tu madre le entregué mi corazón, ya no era capaz de amar a nadie, quería vengarme del hombre que había causado la muerte de la mujer que había amado y de su familia, en ese periódico vi tu foto. Mi dolor se acrecentó al pensar en la posibilidad de que fueras mi hija, por la edad que decía en el periódico y por mi investigación, Raymond no podría ser tu padre, tu tenías doce años y según mis investigaciones Carla y Raymond tenían diez años de casados; la fecha de tu nacimiento coincidía con la desaparición de Carla. Te daba por muerta, así que nunca te busque.

Cuando te conocí en la oficina de Grey creí ver el fantasma de tu madre, casi me desmayo. Regresé a mi empresa y lo primero que hice fue, investigarte, aunque tu nombre lo decía todo. Lo que más me indignó fue el que me dijeran que también habías muerto, te aseguro que hubiese luchado por tu derecho de estar conmigo, tu verdadero padre, aunque le agradecía a Raymond el haberte criado.

En la investigación me enteré de ese accidente, donde perdiste a tu pareja y a tu bebe. No sabes el dolor que nuevamente me causo saberlo, si hubiese insistido en ver sus cadáveres aquella vez habría descubierto que estabas viva y tal vez te hubiese protegido, ¿sabes por qué? Porque Ana, porque todo ha sido provocado.

La muerte de tus padres, la de Jack y tu bebe fue orquestada por Amanda Lincoln y ahora se ha sumado su esposo e hija. Por eso Cristian y yo destrozamos sus empresas para dejarlos sin recursos y en mi caso por vengarme de todo el daño que nos han ocasionado Ana. El problema es que no sabemos ¿cómo lo están haciendo o de dónde provienen sus recursos? Los Lincoln están organizando darnos un golpe y mi temor es que es contra ustedes tres.

Ana, no quería decirte todo esto porque tengo miedo de que salgas corriendo con los niños y se expongan más de lo debido a ellos. Tú y tu madre se les da mucho correr cuando tienen miedo. Cristian y yo haremos lo que esté en nuestras manos para mantener su seguridad – Miro a Anastasia y está catatónica, no sé si ha escuchado todo lo que le he dicho o solo está tratando de asimilar todo lo que le he contado.

-Anastasia, por favor di algo -La miro y de pronto comienza a llorar sin control. Corro para sentarme a su lado, la abrazo, está fría y tiembla sin control.

-Lo siento, todo esto es mi culpa, por no mantener mi hombría dentro de mi pantalón. Esa mujer y su familia están locos. Los minutos pasan y logro calmar a mi hija, llamo a Grey para que venga, tal vez él me pueda ayudar.

-¿Qué ha pasado? -Pregunta Grey al entrar.

-Le conté todo. Creo que está en shock por lo que le he dicho. Debí ir de a poco -Me desespero al no poder calmarla.

-Tranquilo, Robert. Yo me encargo, voy a quedarme con ella. Le he llamado a mi madre para que me recomiende a alguien si no logramos sacarla de Shock -Cristian la toma en sus brazos, ella se agarra de él.

Quisiera ser yo quien la abrace y la consuele como su padre que soy, entiendo que sea Cristian quien lo haga, él es el padre de sus hijos y el hombre que ama. Lo que puedo hacer es resolver esta situación, hay personas en el gobierno que me deben favores.

Llamo a mis contactos y a mi abogado. Mis contactos buscarán todo lo relacionado con los Lincoln y de donde están sacando el dinero para esconderse, Welch el genio de Grey está vigilando las cámaras de seguridad de todos los aeropuertos y rastreando sus movimientos bancarios. He decidido hacer mi testamento; Anastasia como mi hija y los niños serán mis herederos. Eventualmente Amanda querrá vengarse de mi por haberla despreciado. Elena es otro problema, Cristian la desprecio a ella por Anastasia, también querrá su parte de venganza y Linch querrá su fortuna de regreso. Sin embargo, eso ya no está en mis manos, el FBI descubrió que él estaba legitimando capitales a través de sus empresas y eso nos deja a fuera a Cristian y a mí. Dejando toto en orden me voy a tratar de dormir, debo estar para mi hija y mis nietos.

Cristian POV

Cuando Robert me llamo, creí que algo le había pasado a Ana y a mis hijos, me tranquilicé cuando me dijo que no era nada de eso. Al llegar encontrar a Ana en ese estado me dolió, sabía de cierta manera que esto le afectaría, sin embargo, no me imaginé que fuera tanto. La tomé entre mis brazos de los cuales ella se aferro como su tabla salva vidas.

La llevé a cama y me acosté con ella, nos cubrí con una manta ya que estaba tan fría. Lloraba sin cesar, le hable bajo, la llené de besos, sobre todo le confirmé que no permitiría que les pasara algo y que les haría pagar todo lo que habían hecho que Robert y yo estábamos haciendo muestro mejor esfuerzo para atrapar a esos asesinos.

Cuando al fin se quedó dormida, fue cuando pude dormirme, en ningún momento la solté, incluso cuando me di cuenta de que me observaba, se había despertado sollozando, la estreché más fuerte entre mis brazos, sus ojos estaban enrojecidos por el llanto, la besé en la frente.

-Sabes que te amo ¿verdad? -La volví a besar en la boca. Ana asintió con la cabeza.

-Nena, di algo. Por favor -Me apoderé de su boca. Tenía miedo de que la situación le haya afectado el habla.

-Ámame, Cristian. Solo hazme olvidar por un momento lo que estoy sintiendo -Me alegré de que por fin hablara.

La desnudé de a poco tomándome mi tiempo y a la vez acariciando su cuerpo de diosa que tanto amo ver. Luego me desnudé bajo su mirada, me acomodé entre sus piernas, para introducirme lentamente en ella, con cada movimiento le demostré cuanto la amaba, fui delicado quiero grabar en su memoria cada vez que la hago mía, Desde que regresó hemos hecho el amor pocas vece y cada vez me he asegurado de hacerlo sin protección, quiero ser padre nuevamente y vivir ese proceso, esta vez me aseguraré de estar a su lado y cuando nazca nuestro bebe estar ahí para recibirlo.

Al alcanzar la liberación juntos volví a llenarla de besos y esta vez fui yo quien lloró, lloro por la oportunidad de permitirme estar a su lado, tuvo la oportunidad de rehacer su vida al lado de alguien más y sin embargo decidió quedarse sola con los niños. Esto me dio una oportunidad y no la desaprovecharía de ninguna manera.

-Gracias, amor. Nunca dejaré que ellos les hagan daño -La beso en los labios.

-Ellos, siempre han sido ellos, Cristian. Temo por nuestros hijos. Ellos son inocentes, igual fue mi pequeña Rose y ellos me la quitaron. Me quitaron a mi familia -Solloza de nuevo y yo con ella.

-Lo sé, nena. Y te juro que pagarán, de una u otra forma lo harán -La besé, no me canso de hacerlo, escuché las voces de Ray y Grace, esa era la señal de que debíamos levantarnos.

Nos bañamos juntos e hicimos el amor nuevamente y mientras Ana se vestía yo buscaba entre el bolso que Taylor me había traído con ropa, no era mucha, pero si lo suficiente para pasar unos días con mi familia, al hurgar entre la maleta me encontré el sobre con los documentos que deseaba que Ana firmara, los documentos de registro para que nuestros hijos llevaran mi apellido, como debió haber sido desde el principio.

-Ana amor toma, no hemos hablado de esto. Léelos con calma y fírmalos cuando creas que es el momento -Ana comenzó a leer los documentos.

-Los firmaré. Son tus hijos. Son Grey -Le entregué el lapicero, firmó el documento sin decir una palabra más.

-Ana, antes de salir por esa puerta, quiero saber algo – Señalé la entrada.

-Dime -La mire a los ojos.

-¿Estás molesta con Robert? Ha estado muy preocupado por tu reacción y a noche confirmaste su temor. Él es una víctima como tú -La abrazo.

-Cristian, en este momento no sé lo que siento por él. Soy consciente de que me creía muerta y que buscó a mi madre. Todo esto es un shock mental; deja que lo asimile -Me abraza, se que no culpa a Robert y si es un shock darse cuenta de que lo que ella creía eran accidentes, en realidad no lo fueron. Caminamos tomados de la mano y al vernos juntos nuestros hijos se pusieron felices. Vi a Robert con el rostro neutro, aunque sé que su corazón estaba inquieto por la reacción de Anastasia.

Luego de besar a la saciedad a nuestros hijos Ana se dirigió a Robert, este al verla dirigirse a él se puso de pie muy tenso, lo que vino después nos sorprendió a ambos, Anastasia le dio un abrazo y lloró en su hombro, al soltarlo lo tranquilizó.

-No te preocupes, no te culpo de nada, eres tan victima como lo hemos sido nosotros. Solo me molesta que apenas lo descubriste no me lo dijeras – Ella camina hacia mi para tomar asiento para desayunar.

Mientras comíamos, tanto el móvil de Robert como el mío sonaron anunciando mensajes. Ambos miramos los miramos, en mi caso era Welch enviándome la última actualización de los Lincoln.

-Mi gente ha encontrado un rastro de los Lincoln -Anuncia Robert y Ana se pone rígida. Yo miro el mío, en efecto Welch me informa que Elena se dejo ver en su antigua casa.

-Le he dicho a mi jefe de seguridad que envíe a mis hombres a esa casa y que los lleven ante la justicia -Asiento en acuerdo.

Una hora después estamos en el estudio de Robert, los tres. Los niños están con su maestra.

-No está, han buscado en toda la casa y no la han encontrado -Robert caminaba alrededor del su escritorio. Conocía esa casa, muchas veces asistí a sus fiestas, de repente recordé algo.

-Se debe haber escapado en algún bote, su casa da al lago. Por eso estaba ahí, alguien la debe haber estado esperando -Robert hizo una llamada.

-¿Tienes el acceso a las cámaras de seguridad de la casa Lincoln? -Espera unos segundos y vuelve a hablar.

-Somos unos idiotas, siempre tienen un paso adelante. Trata de obtener una matrícula de la lancha por favor -Vuelve a callar y toma nota.

-El barco debe de ser rentado. Ellos no tienen ninguno, a Linch nunca le ha gustado la navegación -Ana nos miraba en silencio.

-Si, tienes razón es rentado. Mi jefe de seguridad informará al FBI -Asentí. Algo en mi interior me decía que estaban tramando algo. Le comenté a Robert de mi presentimiento a lo que él me informo que pensaba lo mismo. Aumentamos la seguridad en la empresa y más aquí en la casa. Después del almuerzo Ana tomo una siesta con lo niños en su cama, me preocupo de que me dijera que no se sentía bien.

Por la tarde noche, no había novedades, el FBI nos informó que enviarían un par de agentes a hacernos unas preguntas, querían saber de la boca de Ana lo que recordaba de los accidentes y de lo que Elena de había dicho cuando huyó de mí.

Ana miraba una película infantil con los niños cuando Luke nos aviso que los agentes habían llegado, Belinda se fue con Ana y los niños, mientras Sawyer y Taylor recibían a los del FBI.

No lo vimos venir, entraron al estudio muy rápido, Robert recibió un disparo en el hombro y yo un golpe en la cabeza.

-Maldita seas Elena -Le dijo Robert mirando a la rubia.

-Calla o morirás primero que tu hija y sus bastardos. No te mato en este momento porque mi madre quiere verte sufrir como lo hiciste cuando te enteraste de la muerte de Carla y mi padre quiere hacerte pagar por robarle el amor de mi madre -Ella me vuelve a ver a mí.

-Por último, quiero ver tu mirada cuando sepas que lo has perdido todo, Grey. Me despreciaste como lo hizo Robert con mi madre. Ambos nos quitaron lo que anhelábamos. Mi madre quería la fortuna y la posición que le ofrecía ser miembro de esta familia, Carla nunca la quiso, curioso, en fin, ella está muerta. En cambio, yo si te amaba, bueno, al principio. Luego mi madre me convenció de que lo único que puedes tener de los hombres es lo que poseen y tu tienes demasiado y de pronto aparece, la hija de la mujer que le quitó a mi madre lo que ella anhelaba y me quita al único hombre que he amado. Cuando desapareció, creí que te recuperaría y fue todo lo contrario -Miro a Elena y puedo asegurar que está igual de loca que su madre. Por ahora solo puedo esperar a saber sus movimientos.

-Tomen asiento. No vamos a tardar mucho. Chicos vallan por ellos, ya saben que hacer -Tres de los cuatro hombre que entraron con Elena se van en busca de mi mujer e hijos.

-Sabes, Cristian. Yo puedo darte hijos. Serían muy lindos. Ser madre nunca ha estado entre mis planes, sin embargo, haría el sacrificio por ti -Iba a decir algo cuando escuchamos disparos.

-Solo espero que haya sido Prescott, porque de ellos me encargaré yo misma -Escucho los gritos de Ana.

-¡CRISTIAN! ¡PAPÁ! -Robert hace a levantarse y es golpeado por el hombre que nos estaba apuntando con un arma.

-De verdad no quiero matarlos. Solo nos queremos divertir con ellos, les aseguro que se los devolveremos. Lo que si no les aseguro es que se muevan -Elena sale riéndose del estudio, la sigo, el hombre que le disparo a Robert me dispara en advertencia, lo ignoro. Ana no ha dejado de gritar llamándome.

-Elena, no les hagas daño, llévame a mí. ¡Déjalos! -Le ruego.

-Ellos son un estorbo, Cristian. Como lo fue Carla con mi madre y Robert. Ellos deben desaparecer para que tu y yo podamos ser felices -Maldita sea.

-Déjala ir, como lo hiciste hace años, ella se alejó -Le recuerdo.

-Volverá, lo ha hecho varias veces, ellos deben de desaparecer de una puta vez -Se sube al auto, uno de sus hombres se cruza en mi camino.

-Si les haces daño, te odiaré, Elena. Nunca me tendrás -Ana no deja de gritar, a mis niños no los oigo y eso me tiene tenso los deben haber metido en esa camioneta, de pronto dejo de escuchar los gritos de Ana. ¿Qué le han hecho?

-¿Qué les han hecho? -Le pregunto.

-No te preocupes todavía no han muerto, primero quiero jugar con ellos -Cierra la puerta del auto y eso es lo último que veo.

Ana POV

Me desperté por el fuerte golpe en la puerta, me aterroricé al ver a tres extraños entrar por la puerta y dispararle a Belinda, ella calló al suelo y de ahí no se levantó, dos de los hombres me quitaron a mis hijos de mis brazos uno les apunto en la cabeza.

-No haga ninguna estupidez o ellos morirán. Note que uno de los hombres asentía con la cabeza. No entendía lo que pasaba hasta que bajamos al salón, el personal estaba amordazado, no veía a Cristian ni a mi padre, tenía que reconocerlo, porque lo era estaba molesta con mamá por ocultármelo, sin embargo, la entendí. Amanda y Elena Lincoln están locas.

Grité con desesperación llamándolos, me dolía la garganta, no pararía. Al ver a mis hijos aterrorizados decidí callar para tranquilizarlos.

-Trate de calmarse, para que no altere a los niños -Me dijo el hombre de antes. No sabía porque lo hacía. Escuché la voz de Cristian y comencé a gritar de nuevo, dos hombres apuntaron a la cabeza de Rey y Grace, tuve que callarme.

Pasamos un largo tiempo en carretera, los niños se durmieron en mis brazos, a ratos gritaban en sueños, lo único que podía hacer era calmarlos.

Cuando llegamos era muy entrada la noche, en el lugar conocí a Amanda y Linch, son tal para cual de despreciables.

-Eres idéntica a tu madre, solo heredaste los ojos de Robert -Me dio una bofetada, por dicha no miro a mis niños quienes estaban en manos de los dos hombres de antes.

-Ya saben dónde llevarlos – No era una casa abandonada, pero demostraba descuido.

No llevaron a una habitación con una cama vieja, acostaron a mis hijos ahí, el hombre que me mantenía aprisionada me miró de pies a cabeza.

-Es una lástima, nos podríamos divertir mucho -Dijo el hombre.

-Déjalos que no nos pagaron para eso, el hombre que me hacía comentarios extraños, se llevo al hombre que me insinuaba porquerías.

Los Lincoln no se aparecieron por algunos días, el hombre que había sido amable, pese a que trabajaba con esos locos, nos traía comida.

-Trate de mantenerse calmada y a los niños. Sé que es difícil, los demás no han venido porque ustedes están en silencio. Ellos no están, le han informado al jefe que vendrán en dos días, es cuando todo terminará, solo espero que su rescate llegue pronto. Esas mujeres están locas, Lincoln lo único que quiere es recuperar su dinero, si él viene antes que ellas, trate de seguirle el juego. La desea, lo he visto mirar sus fotos, así que trate de ser amable con él, hágalo por los niños -Luego de eso se marchó

Al día siguiente en efecto Linch apareció solo, con comida y ropa para mí, me pidió que me aseara.

-No lo haré. No puedo hacerlo cuando mis hijos han pasado sin bañarse todos estos días -El lo miraba con desprecio, aunque trataba de sonreírles.

-Bien, mandaré por ropa para ellos. Mientras eso sucede tu y yo podremos socializar – Se lamía los labios, según él sexualmente. Si supiera que ese acto me causaba repugnancia.

Me tomé el tiempo para bañarme. Cuando salí del baño había ropa y comida para los tres.

-Niños vamos a bañarse y luego a comer -Los tomé de la mano. Ray no quitaba sus ojos de mis labios. Sabía perfectamente que estaba mirando, había probado mi propia sangre.

-¿Te duela mami? -Preguntó por fin mi hijo.

-No, ya no -Le mentí para no preocuparlo.

-Mami, ¿Por qué papi y el abuelo no vienen por nosotros? -Preguntó mi hija mientras les ayudaba a bañarse.

-Ya vendrán, deben estarnos buscando -Realmente quería creerlo, no había visto a mi padre, a Cristian lo había escuchado hablar con Elena. Grey me prometía mantenernos seguros y me he apegado a esa promesa.

-Debo salir por unos minutos. Estén quietos, no griten. Yo regresaré en unos minutos –Tenía que prepararme mentalmente para hacer cualquier cosa para mantener a mis hijos vivos, aunque eso implique fallarle a Cristian. Me entregaría a ese hombre por mantenerlos con vida.

Uno de los hombre me guio hasta otra habitación, y ahí estaba él, me esperaba, mi estomago se revolvió, al ser consciente de cómo me miraba.

-Anastasia, no soy un hombre paciente y me gusta recibir atención -Quería gritarle, sin embargo, me mantuve en silencio. El hombre no es feo, se mantiene pese a su edad, pero no es Cristian.

-Sabes me gusta hablar. Quiero concerté, saber más de lo que he indagado de ti. Tienes toda la libertad de hablar -Sopese cada palabra que dría tratando de hacer tiempo.

-Por favor déjanos ir. Mis hijos y yo somos inocentes de cualquier agravio que tu esposa crea que ha recibido. Ya mato a mis padres -Lo miro con lágrimas en los ojos.

-También me quitaron a mi primer esposo y a mi hija -Él trata de acercarse a mí, me aparto de su toque.

-Mi mujer y Elena están locas. Nunca ame a Amanda. Me case con ella porque si no lo hacía no me daban mi herencia. Elena no es mi hija es solo de Amanda, eso no me molestó porque fue un medio para un fin. Sin embargo, nunca la he amado, cuando se entero fue un incordio, es igual a su madre, cuando tuvo conciencia me chantajeó para obtener todo lo que quería -Lo interrumpí.

-Pudo haberla dejado cuando tuvo su herencia -Comenté tratando de hacer tiempo.

-Mi padre a la hora entregarme el poder de sucesión puso una cláusula. Si me divorciaba algún día lo perdería todo -Sonrió amargamente.

-Tu me gustas. Si eres igual a tu madre como dicen, entiendo a Lambert cuando dejó a Amanda. Quiero que vengas conmigo, como mi mujer, que te olvides de todo Lamber, Grey y tus hijos. Todavía funciono en ese sentido. Puedo embarazarte. Podrás tener más hijos -Él se me acerca.

-Hagamos un trato. Yo me entrego a ti, me voy contigo y dejas que mis hijos vengan con nosotros. De lo contrario prefiero morir con mis hijos -Lincoln me miró y sonrió.

-Trato hecho, no eres como Samanta, sé que educaras a tus hijos para que me respeten -Asentí con la cabeza.

-Sellaremos, nuestro trato en este momento. Desvístete -Trague grueso. Pensé en los buenos momentos que había pasado con Cristian para no pensar en lo que estaba por hacer, le pedí perdón por esto. Apenas estuve desnuda me lanzo a la cama para luego desvestirse. Aparte la mirada, el único cuerpo que deseo recordar el de Cristian.

-Seré suave por esta vez. Quiero que olvides a Grey o a cualquier otro que estuvo en tu vida ya que yo seré el último. Espero estes en tus días fértiles, quiero embarazarte de inmediato -Comenzó a besarme, no le respondí, bajo por mi cuello, luego a mis pechos. Por el estímulo mi cuerpo reacciono, me asqueo, no obstante, jugaba a mi favor. Jugo un rato en esa parte de mi cuerpo, fue bajando, en su camino dejo mordiscos en mi piel, sabía que me estaba marcando como suya. Mis lágrimas corrían por mis ojos, la vergüenza se apodero de mí mente solo le pedía perdón a Cristian.

-Deja de pensar en Grey, de ahora en adelante solo yo deberé se estar en tu mente -Abrió mis piernas trate de cerrarlas, me lo impidió. Unos golpes en la puerta detuvo lo inminente.

-Señor la señora Amanda viene de camino. Si quiere llevársela es mejor que lo haga ahora -Era la voz del hombre que nos había estado alimentando.

-¡Malditas mujeres! -Se aparto de mí y por instinto me tape.

-Si quieres salvar a tus hijos debes vestirte ya -Reaccione al escucharlo, al menos me estaba dando la oportunidad de ser encontrados por Cristian y mi padre. Me vestí nuevamente, la vergüenza la dejé de lado mientras corría donde estaban mis hijos.

-Niños tenemos que correr, hagan lo que les digo sin objeción. ¿Entienden? -Ambos asintieron. Los tomé de la mano y corrimos.

Oí chirridos de llantas y disparos, Grace comenzó a llorar y debí levantarla en mis brazos. El hombre bueno me guio con Linch quien me esperaba. Con un arma en la mano.

-Al parecer las autoridades han seguido a las tontas perras. No hagas estupideces, Anastasia. No me decepciones -Tomo a Ray en sus brazos y debí seguirlo. Cuando salimos por la parte trasera, fui lanzada a aun lado por alguien, caí al suelo, golpeándome la cabeza, viajaba entre la conciencia y la inconsciencia.

Oía voces y el llanto de mis hijos, no tuve claro que había sucedido hasta que abrí los ojos. Cristian trataba de comprobar que no estaba herida y yo trataba de que no me viera, no pude evitar que viera las marcas que Linch me había dejado. Me hice un ovillo en el auto tapando mi cuerpo.

-Mis hijos, ¿Dónde están? -Taylor y Luke aparecieron con ellos y me los entregaron. Los abracé y los besé. Ya nada importaba, estábamos a salvo. Llegamos a un hospital, donde apenas pude percatarme que estaban todos los Grey, no iré a Cristian. Debe odiarme por haberlo traicionado.

-Ana, déjame atender a los niños por favor -La voz dulce y pausada de Grace me hizo recordar que tenía a mis hijos en mis brazos. Se los entregue.

-La doctora Greene va a revisarte, cuando termine con los niños y me asegure que estén bien iré a verte. Mi niña ya todo paso, ellos ya se han ido -Me beso en la cabeza, para que me llevaran a revisar.

En automático respondía cada pregunta de la doctora.

-Te haremos algunas muestras de sangre y de orina, puedes ir haya para que orines. Toma este recipiente -Me dio un recipiente para la muestra. Me dirigí en dirección al baño que me indico. Deposite mi orina en el recipiente que me entregó.

-Quiero ducharme. En privado -Solo quería estar sola, ya había revisado casa marca que me había hecho

-Usa ese jabón es antiséptico –

-Gracias -Ella se retiró. Tomé un pequeño cepillo que encontré. Le puse jabón y me restregué con fuerza, me dolía, no importaba que ría borrar esas marcas, me sentía sucia.

-Basta, te estás haciendo daño -Cristian apartó mis manos de mi cuerpo haciéndome soltar el cepillo. Me atrajo hacía él sentí su pecho subir y bajar en mi espalda, estaba enojado.

-Lo siento tuve que hacerlo él...-Me volteo tan rápido que me mareo, me calló con un beso como solo él sabe hacerlo.

-No te castigues por algo que no es tu culpa. Olvídate de ellos y que existieron alguna vez, tu padre y las autoridades se han encargado. Trabajaremos juntos en que este mal momento quede en el olvido. Ray y Grace están con Mia y Kate. La doctora pronto vendrá, con los resultados de las muestras -Volvió a besarme y salió de la ducha.

Cuando estuve vestida con la ropa que habían traído para mí Cristian apareció, más tranquilo.

-Tu padre está desesperado por verte, la doctora ya casi viene - Me llevo con él y me hizo sentarme en su regazo, mientras me acariciaba despacio y suabe.

-Cristian, yo lo siento -

-¡Sh! Nena, no te tortures. No estoy enojado contigo. Es conmigo con quien lo estoy. Sabíamos que tramaban algo. Debimos enviarlo a otro lugar y no lo hicimos -Me hizo callar y recordé algo.

-Belinda. ¿Qué paso con ella? -Ella había sido herida y ni siquiera había pensado en lo que le había sucedido.

-Está bien. Usaba un chaleco de kevlar. Estuvo adolorida por un rato, luego llamó a la policía -La doctora llego en ese momento, haciendo que Cristian dejara de hablar.

-Me alegra que nos acompañe señor Grey. Les tengo buenas noticias -La doctora tomo asiento.

-¿Puedo irme a casa? -Ella sonrió.

-Primero veremos el resultado de los análisis -Respondió la doctora.

-¿Todo está bien con Ana? -Cristian preguntó preocupado.

-Si, todo esta perfecto. Los hice esperar porque quería preparar el ecógrafo. Los felicito nuevamente van a ser padres. Ahora les pido que me acompañen para hacerle señorita Steele una ecografía y saber de cuanto exactamente está -Cristian y yo nos miramos. Yo no digo nada.

-Vamos, nena. Que quiero conocer a nuestro nuevo hijo -Cristian me toma entre sus brazos y nos lleva hasta dónde está el ecógrafo.

-Bueno, cesecito que se quite la ropa de la cintura para abajo -Así lo hago y me acuesto en la camilla. La doctora enciende el aparato, para luego pasarlo por mi vientre.

-Ahí está -Señala el embrión en la pantalla de cuatro D.

-¿Ese sonido es...es su corazón? -Pregunta un muy emocionado Cristian.

-Si señor, Grey. Tiene alrededor de seis semanas -Dice la doctora.

-Si, sabía que te había dejado embarazada. Gracias por este regalo -Me da un corto beso en los labios.

-Doctora, ¿Me puedo llevar a mi prometida a casa y así poder celebrar en familia esta noticia? -La doctora sonríe.

-Solo déjeme entregarles la receta de sus vitaminas y la cita para el próximo mes -Cuando obtuvimos lo que necesitábamos, nos dirigimos a la mansión Grey, Cristian les había pedido a todos que nos esperaran ahí. Fui recibida por mis niños, luego por el resto de los Grey y por último mi padre.

-¡Papá! -Le dije abrazándolo. Se lo merecía me había salvado, recibió una bala por mí.

-Mi niña. Por fin regresaron. Me tenías preocupado -Me beso en la frente.

-Les tenemos una noticia. Ray, Grace vengan -Sentamos a nuestros hijos en nuestros regazos.

-Habla hermano, que le das mucha vuelta al asunto y tienes esperando -Todos reímos menos Cristian que es inmune a las bromas de Elliot.

-Bueno familia, pronto está familia se hará más grande. Ana me ha dado el honor de ser nuevamente padre -Todos gritan.

-Un hermanito -Grace brinca de alegría mientras Raymond está muy serio.

-Mi amor, ¿Qué pasa? -No quiero que sea una niña. Quiero un hermano -Hace un puchero.

-Lo siento mi amor. Tendrás que conformarte con lo que la cigüeña no envié, eso no está en el control de ti padre o del mío -Le doy un beso. Mia se lo lleva para consentirlo y luego se le pasa.

Luego de una larga celebración nos decidimos por quedarnos, los niños ya tenían habitaciones aquí, mi padre ocupa una de invitados y Cristian yo su antigua habitación. No estaba preparada para ver las margas en mi cuerpo, por lo que me cambié a oscuras. Cristian regreso de su ducha y nos dispusimos a dormir.

-Nena, no le des tanta vuelta a lo que ha pasado. Vivamos el aquí y ahora. Nuestro nuevo bebe es un inicio. El inicio de tiempos mejores, una vida sin locos que nos quieran hacer daño, ellos ya están pagando por lo que han hecho -Me besa apasionadamente.

-Si tienes razón, es hora de vivir nuestras vidas, sin muros y dejando el pasado atrás – Le devolví su beso.

Espero que mis padres, Jack y Rose estén felices haya en el cielo. Es hora de dejarlos descansar.

Fin 


!Hola! Como dije esta historia es corta. Sé que algunas me diran porque no hice una histpría más larga y con más detalles. No prometo nada, talvez lo haga. Tengo otra historia en curso.

Espero que disfruten a John Legend, esta canción a mi parecer expresa mucho del amor que Ana y Cristian se muestran en esa vida de fantasía que creamos.

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