Capitulo 5
¿Que es más difícil?
¿No mirar a Jungkook sin estar roja o....no ponerse mal por tenerlo así de cerca mi?
—¿Puedo preguntar algo?—Genial, ya lo había jodido todo.
Nadie te obligó a hablar.
—Siempre y cuando sea algo interesante....adelante.
Me quede callada un segundo. ¿Seria interesante lo que estaba a punto de preguntar?
—¿Por que estás....tan sudado?—Ya no hay vuelta atrás. Lo has preguntado.
—Estuve haciendo ejercicios antes de venir con ustedes—levanto su brazo haciendo notar sus músculos—estoy bien bueno—presumió con una sonrisa egocéntrica.
Si, Jeon, estás bien bueno
No te pedí tu opinión señorita.
—Ah....—mire mis dedos. No sabía ni siquiera que demonios decir.
—¿Cual quieres....?—levante mi vista cunfundida hacia el.
—¿Que? ¿De que hablas...?—frunci mi ceño sin comprender
—¿Cual de todos los juegos quieres jugar?—pregunto ahora más tranquilo.
—Eh....no sé—musité algo cohibida.
—Video...—se calló a el mismo —No, videojuegos no. Uhm....¿sabes patinar?
¿Se patinar?
Si idiota, te olvidas de todo. Más tarde no sabrás ni cómo te llamas.
—Si, pero a ¿qué viene lo de patinar?—cuestione.
Jungkook rio, recostado de una de las mesas del lugar y se reincorporo. No entiendo para que tantos movimientos, solo tiene que hablar y ya está.
—¿Sabes que existe un juego llamado Hockey?
Ay estúpida, mira a lo que se refería.
—No, ¿sabías que existían los seres humanos?—pregunte sarcástica para no quedarme básicamente ridícula frente a el, por su pregunta. Algo que claramente me había hecho enfadar y responderle de esa manera.
—Pues si, seres humanos, pero a veces la fuerza de la naturaleza usa demasiada belleza en algunos—comento mirándome. La confusión me invadió.
¿Que tanto me mira?
¿Realmente es tan interesante verme?
Ahora sí, quedé completamente muda. El contacto visual entre Jeon y yo, tenía un poder casi innegable. Me hacía sentir incomoda y a la vez estremecer, sin yo siquiera saberlo. Olvidaba todo a mi alrededor, como si solo existiéramos el y yo en un espacio blanco o prácticamente invisible.
Y tu no debes estar pensando este tipo de cosas
—No necesito saber tu respuesta—se levantó de la pequeña mesa en la que estaba recostado—es diciembre, tiene más sentido que nos vayamos a patinar—ahora sus pasos iban dirigidos hacia mi, de manera suave y entretenida. Me encantaba su caminar, era inusual, totalmente distinto al de una persona cualquiera—Ven conmigo.
Se encontraba a tan solo unos pasos de mi, en este justo momento. Temblé por lo gruesa que había sonado su voz en lo último. Eso me aterraba en cierto modo. Asentí como una estúpida, y me odie por eso.
¿Cómo no puedo estar molesta con el después de todas las estupideces que me había dicho?
Ni yo misma tenía idea. Tampoco ahora, que estaba caminando junto a el, directamente hacia la sala de patinaje, a jugar precisamente Hockey.
Engañar a mi mente era más complicado de lo que parece, porque admitir que Jungkook es jodidamente atractivo es imposible y se, lo sé como nadie. No debo tener estos sentimientos, pero se me hace inevitable verlo y no querer seguir respirando su perfecto perfume.
Recordatorio:Yeonjun existe. Autocontrol.
Si, yo era una mierda en estos momentos. Aunque no esté haciendo nada, me siento culpable por pensar este tipo de cosas. Pero si ustedes vieran a Jungkook, se darían cuenta que tengo razón. Me quedo corta describiéndolo.
Recordatorio 2: Yeonjun es tu novio. No Jungkook. Aunque sea perfecto, pero Yeonjun es el tuyo.
Vale vale, ya mejor me calmo.
Intenciones reproductivas: bajo 0
—¿Quieres tomar algo?—su voz interrumpió a mi maldita conciencia algo que agradecí.
—¿Como?
—Que si quieres refrescar con algo—volvio a hablar—ya sabes, una pequeña relajación antes de poner los pies en el hielo—una sonrisa divertida iluminaba su rostro.
—No, el alcohol me hará dudar de mi existencia. Prefiero estar completamente bien, para no besar al suelo o mejor dicho, hielo—estampe mi palma contra mi cintura.
—No hablaba de alcohol, pero....Me he dado cuenta que tienes más ganas de hacerlo que yo—alzo las cejas atacando cosas que no deberían llegar a mi mente.
No lo malpienses. No lo malpienses...
—Eh...¿empezamos?—si no hablaba mis pensamientos torcidos harían cosas que no quiero. Despejarlos era la única y desesperada opción que tenía.
—Bueno, si quieres jugar hockey con tus converse y usar baras imaginarias, pues, excelente idea—levanto su pulgar.
¿Cuando vas a dejar de quedar payaseada frente a el?
—No digas nada—interrumpio antes de que pusiese replicar algo—vayamos a prepararnos.
Ahora ya no estaba parado en un sitio. Sino había comenzado a caminar hacia un lugar en específico. Sus pasos se movian en dirección al cuarto donde se cambiaban las personas para jugar. No era un lugar muy enorme la sala, pero si el espacio más grande del local.
Los trajes del juego se encontraban en el cambiador, habían de diferentes colores dividido en "chicos y chicas". Fruncí mi ceño, noté que estábamos en un lugar, hasta que Jungkook estiro la cortina dándome a la vista las dos puertas para cambiarse.
El entro a la suya y yo aún estaba indecisa por el traje. Hasta que finalmente me decidí por el color azul. Incluyendo que era mi favorito. Espero solo que el no lo haya escogido, si no nos veríamos vestidos como una puta pareja.
No se cuánto tiempo pasó. Por lo menos fueron unos 10 o 15 minutos preparandome. Tampoc pude imaginar lo que se demoro Jungkook adentro, porque yo aún continuaba colocándome el vestuario. Y aunque parezca exagerado, estaba viendo que tan bien se me veía.
Finalmente termine con todo, y me mire una última vez en el espejo mientras veía mi juego entero color azul, y además, bien cubierto. El gorro tenía un pompón en el medio y se veía muy bonito.
Aesthetic diría yo
Al fin mi autoestima se brindo a colaborar y me sentí linda al mirarme al espejo. Abri la cerradura de la puerta y me digne a salir. Estaba algo nerviosa, hace tiempo no jugaba hockey sobre hielo.
—Vaya, pensé que habías cruzado a Narnia.
Jungkook estaba recargado en uno de los sillones del pequeño cuarto con los vestuarios. Inhale y exhale profundo, con paciencia. Aunque la verdad, tenía en gran parte razón y debía admitirlo. Si me demore demasiado.
—Ya podemos salir—intente no decir más nada
—Yo no tenía planeado jugar aquí adentro—rio. Con la misma se levantó del sillón y me hizo salir tras el.
En su caminar y mirar se le veía divertido. Parecía emocionado con la idea.
La verdad, no pensé que le gustara el hockey, pensé que sería de esos que solo se centran en un solo deporte. Bueno, estoy equivocada.
—¿Por que está vacío?—cuestione mirando a los alrededores—en época de invierno se supone que esto debería estar más lleno.
—¿Ya notaste que los demás juegos están vacíos también? Porque yo solo veo a mis amigos y las tuyas—ya estábamos llegando a la pista.
—Pero, ¿por que no hay nadie además de nosotros?—insisti.
—Te parece normal que un deportista este en un lugar donde asisten muchas personas, así en público, ¿de la nada? Y con chicas, ¿además?
—Bueno no...—me sentí intimidada por su mirada que ahora estaba en mi.
—Hemos hablado para que dieran el lugar por cerrado, así podríamos estar tranquilos, ¿ahora comprendes?
—Si....supongo—baje un poco la cabeza.
Jungkook entro a la pista. Finalmente. Se movía sobre el hielo como si fuese lo más normal posible. Incluso daba volteretas y bailaba sin preocupación alguna. Mi miedo de perder se acerca aún más.
—¿Que esperas? ¿Que llegue alguien, te cargue y entres?—pregunto. Sus manos estaban en sus caderas y esperaba que me moviera.
Cielos. Debo dejar de quedar hipnotizada con cada movimiento suyo.
—Solo pensaba....—pense que me diría algo por mí estúpida respuesta, pero no lo hizo. Más bien me sorprendió.
Tomo un largo suspiro y se acercó a mi de la manera más suave posible. Agarro mis brazos y sin que mi débil cuerpo cayera al hielo, me hizo entrar. Yo temblé por su acción y el solo estaba concentrado en mis movimientos. Cómo si estuviera cuidando de mi.
Ahora estaba en el mismo sitio que él. Me resbale un poco pero luego tome el control de la situación antes de pasar verguenza por enésima vez frente a él.
Hacia tiempo que no patinaba, y por eso yo no podía más, pero ahora...era todo lo contrario. Los años de práctica, le han dado costumbre a mi cuerpo. Puedo sola y espero poder.
—Tres, Dos, Uno, ya—exclamo y empezamos a correr.
El se movía de un lado a otro con la bara, yo hacía lo mismo. Corríamos hacia un mismo objetivo, el pequeño disco que se encontraba en suelo. Pensé que todo se iría a la mierda cuando sentí que la gravedad me atacaba, pero no, pude controlarlo y seguir corriendo. Hacer esto en hielo es mucho más complicado, pero créanme que imposible no es.
Odiaba ver lo bueno que era, y no solo en el juego, sino en todo. El imbécil era una jodida perfección. Me hacía sentir inútilmente inferior y malditamente atraída por el. Una especie de admiración que yo no debía sentir, sobre todo cuando no puedo. Simplemente no puedo.
Concentrate o vas a perder
Ahora tenía el disco en mi poder. Corría directo a su portería, tenía ganas de poder salirme con la mía, y lo estaba consiguiendo.
Pero entonces, el me venció y salió corriendo con el disco. Volví a correr tras el, un poco enfadada por arrebatarme mi casi-primera-victoria. Pero no me rendiría.
—¡No creas que ganaras, idiota—le grite yendo tras el. Intenté acercarme pero era tan rápido que se alejaba fácilmente de mi, así que no tuve alternativa. Y me dirigí a mi portería. Corrí tan rápido que me di un golpe contra el tubo, haciéndome decir cualquier cosa que no estuviera bien en mi vocabulario.
—¡Maldicion!—frote mi frente con molestia, rogando por qué el no llegara. Abri mis ojos cuando ya estaba tranquila y lo vi a el, de frente a mi. Estaba....¿Quieto? ¿Con su mirada perdida en mi. Se había dado cuenta de mi golpe?
Le regalé una sonrisa. No quería que sintiera lástima por mi, y logré que continuara el juego.
Se estaba acercando con el disco y cuando pensó que iba a anotar, lo estuve con una sonrisa en mis labios que lo hizo refunfuñar.
—¡A la próxima, como si te está dando un infarto en medio del juego! —exclamo y yo suspiré. Para luego e cogerme de hombros y seguir jugando.
(...)
Pensé que esto sería más fácil. Bueno, en realidad, siempre lo ha sido. El problema es que, se me hace complicado, tener que competir con el, porque es muy bueno en el juego y además, a veces me quedo intacta cuando lo miro. Me es imposible. Porque cada vez que le sale algo bien saca una sonrisa que me hace débil.
Mierda, no puedes sentir esto. Volví a repetirme.
—Cuatro a tres—presumió sacando su lengua y se dirigió directo a mi sitio para anotar.
Minutos después. Ya había ganado. Suspiré sin asombro, porque....ya me lo veia venir de el. Por esa razón, no tuve más remedio que detenerme y darle un aplauso leve y sobre todo, sarcastico.
—Felicidades Jeon Jungkook. Eres el mejor—solte. Aunque tuviera razón en mis palabras, mi tono de voz era sin ganas. El con una sonrisa egocéntrica se aplaudió a si mismo y
luego paso las manos por su cabello, que no entiendo como aún está mojado y lo ventilo, con aires de superioridad.
—Lo se, lo se—cerro los ojos y volvió a hacer la misma acción de antes.
Deje la bara en una esquina y empecé a caminar por toda la pista. Con la mirada fija en el hielo. Odiaba ser tan asocial con las personas. Sobre todo con el.
—Oye, no tienes que sentirte triste por eso—lo escuché decir—Nadie me gana, ni el mejor. Así que, no te sientas inútil.
—Lo dices como si me hubieras anotado cinco a cero—lo mire de reojo
—Te había dado ventaja. Para aumentar la adrenalina y la emoción en ti—explico
—Por supuesto—rode los ojos—necesito que me tengas lastima para poder ganar un puto juego
—Hey hey, cuidado con las palabrotas, preciosa—rio acercándose a mi.
No quería estar cerca de el. Debía controlarme y no lo lograba, por eso me aleje nuevamente. ¡Pero diablos! El me está persiguiendo, otra vez.
—No huyas—llego a mi, nuevamente. Me eche para atrás, tratando de envitarlo.
Intento fallido.
Caí al hielo, por un vago intento de estar de pie, pero los muy malditos patines hicieron resistencia y se giraron, haciendo que mi cuerpo fuera hacia donde la gravedad lo indicara.
Pensé que Jungkook se reiría de mi, pero no. Más bien fue todo lo contrario. Y eso me sorprendió demasiado. Porque siempre se ríen de mí cuando me caigo, ¿pero que este serio? Esto no se ve todos los días.
Lo miré a los ojos, su rostro estaba cada vez más cerca del mio y ahí me di cuenta que se iba directo a mi.
En mi campo visual apareció su mano y me quedé tan atónita que no la conseguí agarrar. Entonces su cuerpo viajo completamente a mi, ahora sus manos sostuvieron mi cintura y me levantaron, causando un ligero pulso dentro de mi estómago. Algo extraño, que nunca había sentido.
—Eso debió doler mucho—Cuando pensé que estaba a punto de reírse, su rostro ahora estaba con una expresión preocupada. Agarro mi brazo y me llevó hacia la salida de la pista.
Me dolían un poco las piernas y los brazos, así que no me moví en absoluto. Solo hice caso a sus acciones y me moví mientras el me llevaba hacia allá.
Al estar allí, me agarró por mis caderas y me alzó en el aire, sorprendiendome por completo. Segundos despues me sentó en uno de los asientos que se encontraban afuera y yo sentí otro pulso dentro de mi, uno más fuerte.
En mi cabeza se repetía una y otra vez, su mirada mientras me cargaba y se volvía a repetir. La cercanía de su rostro con el mío, su respiración, su maldito y exquisito perfume, todo me estaba matando y lo odiaba.
Se agachó levemente, en el suelo. Mientras yo estaba sentada. Y ahi, en ese mismo instante. Con sus manos, quito los patines de mies pies, con delicadeza, como si tuviese miedo a lastimarme. Y luego, coloco los zapatos míos nuevamente, esos que estaban cerca del lugar donde me encontraba sentada.
Intenté contenerme pero se me hacía imposible. Tuve que llevar mi mano a su cabeza, porque se me hacía demasiado tentador y acaricie su cabello. Era demasiado suave, podría tener mis manos ahí durante horas.
Pero entonces, Jungkook se tenso. Lo noté cuando dejo de hacer lo que estaba y su cuerpo tembló un poco. Y eso me dejó sorprendida.
Su vista subió a mi, yo me puse nerviosa.
—Y-yo...eh...no queria—balbucee
—Claro, tus manos se mueven solas—alzo una ceja mientras negaba.
—Lo siento....
El se quedó en silencio. Y volvió con su acción. Ahora yo estaba con todo puesto. Me levanto de la silla y me dejó de pie para mirarme unos segundos y luego decir algo.
—¿Aun te duele?—interrogo, rascando su nuca.
—Un poco—pronuncie algo cohibida—Pero...es soportable.
—¿Estas segura?—volvio a preguntar. Me sentí intimidada por su mirada y asentí sin decir una sola palabra.
No entiendo por qué estaba así. Pero Jungkook cada dia acaba con una fase de mi mente. No lo logro comprender, pero a la vez es fascinante.
El es de todo un poco y es maravillosamente inusual. Y odio admitir que eso me encanta.
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Hola preciosuras, ¿que tal se encuentran?
Espero que bien.
Piso perdón por no actualizar (╥﹏╥)
Estuve muy ocupada en estos días pero intentaré recompensar el tiempo perdido.
Sigan amando al Jungkookie, que se lo merece :')
Puto Wattpad, no me quites los guiones largos :'v
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