"Fragmentos del diario"
3 de Agosto 1989.
Estoy extremadamente emocionada el día de hoy.
Mi padre me compró por fin el caballo pura sangre que tanto y con tanta fuerza le pedí. Además, la cocinera preparó mi postre favorito y lo comimos en la cena, pero lo mejor y más especial del día fue que mamá fue a visitar a los MillerGheats, con Casie y conmigo. La invitación de la señora MillerGheat fue para tomar té y charlar.
Pero no quiero andarme por las ramas. Lo que amé del día de hoy fue que pude ver al hombre de mi vida y el dueño de mis sueños: Richard. ¡Oh Richard! ¿por qué estás tan cerca y a la vez tan lejos de mis brazos? ¿Por qué me tratas con tus modos fríos de ser? ¿Por qué no me das una oportunidad, aunque sea mínima de demostrarte que puedo hacerte el ser más feliz del mundo?
A ese chico tan testarudo le cuesta mucho aceptar que ahora soy parte de su futuro. Nuestros padres hace mucho que decidieron comprometernos y yo, como mujer, debo hacer honor a esta tan importante unión. Lo haré por nuestras familias. ¡Ay! ¿A quién quiero engañar? Me encanta la idea de algún día ser la señora Marie Rose MillerGheat.
Solo sé que, aunque él ahora no me vea como una mujer sino como a una amiga o a una hermana pequeña estoy segura de que lograré que me ame como yo lo amo. Y si él, por casualidad, no llegara a sentir algo más, no importaría, mi amor es suficiente para ambos. Pero no dudo que logrará quererme algún día.
¡Me lo prometo!
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4 de Julio de 1990.
Sinceramente pensé que el día de mi boda sería un tanto más alegre. Richard, no borró de su rostro esa marcada expresión de decepción mientras decía casi entre dientes los votos matrimoniales. Yo, que estaba preciosa, que me vistieron y me maquillaron así especialmente para él, que mandé a comprar el traje de novia más caro del país y aún así, él no me miró; o al menos no como ansiaba que me mirase. A veces pienso que su forma fría de ser conmigo se debe a que no quiere admitir que no le atraigo ¿Qué está mal conmigo? ¿Será mi cabello? ¿Mis pechos? ¿El hecho de que no poseo una diminuta cintura de avispa? Solo sé que aún mantengo las esperanzas. En unos días iremos a París a pasar la luna de miel. Estoy nerviosa, lo más cerca que he estado de la intimidad con él fue el día que no pude resistir la tentación de espiarlo mientras tomaba una ducha. Desde aquel momento dejé de mirarlo sólo con amor. Se sumaron a mi lista de emociones los deseos eróticos y sexuales.
En este viaje de luna de miel que pase entre nosotros lo que tenga que pasar (espero que sucedan un millón de cosas maravillosas). Veré que es lo que pasará, porque el futuro es incierto, pero al menos hoy ya cambió algo de mi vida y fue muy positivo: dejé atrás el apellido Poffman y pasé a ser la señora Marie Rose MillerGheat, la hermosa y fiel esposa de Richard Johan MillerGheat. Eso me llena de satisfacción, alegría y armonía interior.
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9 Julio de 1990.
Richard es el hombre de mi vida. Siempre lo supe y cada día lo compruebo. Amo como me mira, cuando me toca, cuando me dice cualquier palabra, incluso cuando se pasa horas intentando desviar nuestras conversaciones personales hacia temas relacionados con nuestras familias y nuestras empresas. Por otro lado, París ha estado más que deslumbrante. Es una ciudad hermosa y de categoría. El lugar perfecto para alguien de mis cualidades y de mi excelente gusto.
Pude convencer a Richard de que me acompañara a ir de compras. Caminamos durante horas. Él, mantuvo todo el tiempo sus manos en sus bolsillos y una mirada algo perdida, como si pensara en otras cosas. Miraba su celular muy seguido y cuando lo llamaban se apartaba de mí para poder hablar. Le pregunté acerca de las continuas llamadas. Él solo me decía que eran asuntos de la empresa y que los empresarios con los que trabaja su padre no lo dejaban en paz. Varias veces me dijo que me apresurase en comprar mis vestidos y los zapatos. Realmente se ve muy lindo cuando se enoja y se impacienta. De hecho, para mí, él siempre se ve hermoso. Para mí, Richard es perfecto. Supongo que eso es lo que él espera de mí: perfección.
Y la tendrá.
Luego de las compras me trajo al hotel. Después se fue.
Actualmente son las 11 de la noche y aún lo espero. ¡Ay! Ese tonto, no acaba de entender que ya no es soltero, pero, no importa, yo poco a poco le iré haciendo entrar en razón. Después de todo, Richard es mi marido y yo como esposa debo ser su prioridad.
Este es su lugar en el mundo: a mi lado.
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10 de Julio de 1990.
¡Por Dios! ¿Acaso es posible? No puedo creerlo. No quepo dentro de mí de la alegría. Hoy, Richard me hizo completamente suya durante varias horas. Al fin consumamos nuestro matrimonio.
Me siento muy bien, pero a la vez tengo un poco de miedo. Miedo al mañana, a los problemas, a que su "modo de ser" se vuelva insoportable, a que nuestra vida juntos no sea perfecta...
Es extraño, hasta ahora me sentí flotar en una burbuja, es decir, Richard me encanta y siempre he querido tenerlo todo de él; pero desde que me hizo el amor he puesto más cartas sobre la mesa de mis pensamientos. Ya en otras ocasiones he disfrutado de los placeres de la carne en solitario pero siempre estuve esperando por abrazarlo a él, por besarlo a él, por intimar con él. Creo que el problema está en el hecho de que he idealizado todo con Richard, después de todo, nuestro noviazgo no fue el más romántico, nuestra boda no fue la más alegre para él y nuestra primera sesión de sexo fue... sólo eso; sexo increíblemente bueno, pero sexo. Creo que desde pequeña creí en estúpidos cuentos de hadas que terminan cuando los protagonistas vencen al villano y se casan. ¡Menuda e infantil estupidez! Casarse no es el final. Es la continuación. El final de todo en la vida llega con la muerte.
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15 de Julio de 1990.
El viaje de regreso de Francia estuvo muy bien, nada turbulencias, ni mal clima, ni aglomeraciones de viajeros gordos, ruidosos y apestosos. Ventajas de viajar en avión privado.
Ya moví todas mis pertenecias a la mansión MillerGheat y a partir de ahora la habitación de Richard también es de mi propiedad.
No puedo esperar a tener a su primer heredero. Durante el día me invaden deseos de quedar embarazada. Creo que mi reloj biológico me quiere decir que estoy lista para dar ese gran paso.
Nuestras relaciones sexuales se han vuelto más frecuentes. No siempre llegamos a la penetración pero usamos muchos la práctica de la masturbación mutua y del sexo oral. Estoy muy satisfecha con nuestra vida sexual.
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17 de Julio de 1990.
Richard tiene una reunión con unos empresarios que aman firmar documentos y luego beber alcohol en algún burdel de mala muerte ¿Se puede ser más vulgar?
Es probable que hoy mi esposo llegue en la noche con una cuantas copas de más en el cuerpo. Y cuando eso ocurre él siempre me lanza a la cama y me posee con fiereza. Debo aprovechar la ocasión.
Hace unos instantes le pinché todos los condones con un alfiler muy delgado. Tal vez él no esté preparado para ser padre pero esa es una inmensa alegría que yo voy a regalarle. Con un poco de suerte y en 9 meses le daré un hijo, así él no tendrá más opción que quererme porque seré la madre de sus hijos. Mañana, si todo sale a pedir de boca, y para celebrar iré a un salón de belleza.
Amo que mi aspecto sea mejor cada día.
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3 de Abril de 1991.
Di a luz después de 15 horas de intensos dolores y contracciones insoportables. Richard, estaba como loco, preocupado por el bebé. Actualmente tengo una mezcla extraña de emociones. Estoy emocionada porque soy madre pero triste porque no fue un varón. Cassandra dice que mi hija es preciosa. No lo sé con certeza porque yo no la he visto. No tengo ganas ni me siento segura de querer verla. Los médicos me dijeron que este desánimo puede ser el primer indicio de una depresión posparto, pero yo no lo creo. Estoy triste porque desde que se la llevaron a la cuna de incubación Richard no ha venido a verme, ni se ha preocupado por mi salud. Todo esto es culpa mía: si hubiese tenido un varón mi marido estuviera aquí, a mi lado.
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4 de Abril de 1991.
Hoy conocí a mi hija. Se parece mucho a su padre. Richard la quería llamar Dakota pero yo quería que se llamara Rose igual que mi segundo nombre. Al final decidimos llamarla Dakota Rose.
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29 de Julio 1991.
Llevo dos meses haciendo ejercicios y dietas y no he visto ningún cambio notorio. Esta panza que me dejó Dakota no se va con nada. He pensado en hacerme una liposucción cuando pasen algunos meses más. Luego me haré otra serie de operaciones quirúrgicas para ver si consigo un cuerpo 10 de 10. Quiero estar hermosa para mi hombre. Me ampliaré los senos, reduciré mi cintura, aumentaré mis caderas y mi glúteos, mejoraré mis rasgos faciales y todo lo que haga falta.
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20 de Febrero de 1997.
Esta situación ya no la puedo tolerar. Richard está cada día más irascible y Dakota es un niña muy traviesa, glotona y mimada. Es desesperante. Últimamente Richard y yo discutimos más de lo habitual debido a sus llegadas tardes, a sus "reuniones inesperadas", a que quiere malcriar mucho a la niña y a que casi no me toca cuando estamos en la cama. Cuando lo hacemos parece un iceberg. No quiero ni imaginar que Richard tenga otra mujer. Es cierto que ya no soy aquella adolescente de 15 años que idealizaba una vida perfecta a su lado pero no he dejado de ser su esposa y me debe un respeto.
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17 de enero de 1998.
Hoy fui al hospital para mi chequeo mensual del corazón y vi a Lucas. Él es un antiguo amigo mío.
Conversando con él me enteré que heredó el hospital de su abuelo después de que el anciano falleció debido un derrame cerebral.
Lucas, es un cirujano plástico excelente. Aún recuerdo cuando éramos inseparables. Creo que sigue teniendo sentimientos hacia mí. De hecho, hoy cuando lo vi su mirada se iluminó como si tuviese estrellas en ambos ojos. Lucas es un buen sujeto, siempre lo ha sido. Es de ese tipo de persona que sería incapaz de negarle su ayuda o un favor a cualquiera que lo necesite. Y yo no soy la excepción.
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28 de octubre de 1998.
Todo salió perfecto. Estoy embarazada otra vez y estoy segura de que será un niño. Como Richard y yo solo discutimos prácticamente nunca intimamos y eso me complicaba mucho la concepción de un bebé. Además, como siempre he pensado, Richard aún no se ha acercado a mí porque no le he dado un hijo. Dakota va cumplir 8 años y es hija única. Necesita un hermano que la apoye en el futuro cuando Richard y yo no estemos en este mundo. Por eso, decidí pedirle ayuda a Lucas. Mi ginecólogo y mi genetista calcularon el momento ideal para concebir un varón, Lucas donó esperma para que me fecundaran y ya están ¡Ualá! Aquí, dentro de mi vientre late el corazón del resultado.
En nueve meses tendré un niño.
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14 de julio de 1999.
Hoy sostuve a mi hijo en brazos, es un varón precioso pero se parece mucho a Lucas.
Durante estos últimos meses he mentido mucho, pero creo que lo he hecho por una buena causa.
Hice que Lucas por fin firmara los documentos donde resunciaba a la paternidad de mi hijo.
Richard no sospecha nada. Cree que me dejó embarazada una de esas noches que llegó borracho después de que se reunión con los empresarios esos que son borrachos y amantes de las prostitutas..
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